Presunción

8.9.20



Dicen que las apariencias engañan, excepto cuando todo es apariencia.



Afanados

7.9.20



La gente ocupada solo tiene tiempo de estar ocupada.



Pescadora

6.9.20



Le sonrió mientras la saludaba al coincidir en el zaguán del edificio siempre alelado por su belleza. La joven atractiva y hermosa, le devolvió el saludo con una sonrisa liviana y displicente. 

—Te gusta la pesca —afirmó tras observar que sostenía en sus manos una caña de pescar—. Ella asintió con una mueca de simpatía sin articular palabra y continuó caminando hacia la puerta del ascensor. Él, la miró absorto hasta ver desaparecer las líneas curvas que delineaban su cuerpo, su vestido ceñido casi transparentando su ropa interior. 

No dejó de imaginar toda la tarde cómo de erótica estaría su vecina del séptimo piso manejando la caña con un fondo marino, hasta que observó como una potera enganchada a un hilo de nailon, acababa de capturar un tanga negro de encaje que ascendía por el ojo patio ante su perplejidad.



Generación Covid

5.9.20



Los covid son los hijos de la pandemia, herederos de un mundo resquebrajado, marcados por el atraso escolar y el miedo al contagio.



Harmonías

4.9.20



Últimamente escucho en el silencio la mejor melodía.



Enclaustrados

3.9.20



No hay sensación más claustrofóbica que la de estar encerrado en la libertad.



Malas palabras

2.9.20




¿Las malsonancias ganan cada vez más terreno en el lenguaje porque muchas palabras han perdido énfasis y significado?

Pocas luces

1.9.20



Octavio, amigo y lector, pausado y amante del buen vino, heredero del apodo familiar pocasluces, nada más verme me regala esta cita: «Antes la gente sabía pocas cosas, pero entendía de algo. Ahora, en cambio, saben muchas, pero no entienden nada». Y tras sonreírme se marcha.



Develamientos

31.8.20



Tras muchos años de convivencia con mi cuerpo, la medicina me diagnostica que mi pelvis renal izquierda es bífida. Y ya ni me asusto.



Acuarela

30.8.20



Todas las noches la mujer china fríe rollitos de primavera. En verano, en otoño, en invierno y también en primavera. Los fríe con el delicado afán de alimentar a su prole. La escucho en la cocina hablar en una lengua milenaria que produce en mi mente un cierto entusiasmo, imaginando un paisaje de ojos rasgados y siluetas tenues de mujeres chinas. La mujer desenrolla el mantel de la vida en común y sirve su entrega en platos de porcelana china. Su ambición vital es secuestrada por momentos deletéreos y fugaces que van borrando, día tras día, la tinta de su dibujo. Todas las noches la historia se repite irreal y en la mañana la mujer desaparece.



Festejos

29.8.20



Dijo que, en su larga experiencia de vida, había concluido en señalar tres cuestiones como importantes: saber decir no; saber perder; y saber perdonar. Y por esa sabiduría siempre levantaba su copa para brindar.



Contraposición

28.8.20



La primera rebeldía contra el mundo es saber.



Centelleante

27.8.20



Esfero, filósofo estoico que estudió bajo el magisterio de Zenón de Citio y Cleantes, famoso por sus definiciones, sentenció: «Sé que, para tener una idea medianamente feliz, antes he debido cometer muchos desastres y solo entonces es cuando sé que algo saldrá adelante». Un pensamiento iluminador es un relámpago en una tormenta nocturna, hay que palpar las tinieblas durante mucho tiempo.



Rebeldías

26.8.20



¿Leer es un acto de insumisión?



Averías

25.8.20




—Muy buenas señor. Dígame dónde tiene la avería de las luces. Tengo un día muy ajetreado.
—El destino del ser humano es vivir en el paroxismo del fastidio.
—También en la ridiculez de las ideas.
—Decimos una necedad, y a fuerza de repetirla, acabamos creyéndola.
—Eso es muy antiguo, aunque esté tan moda ahora entre ciertos sectarios.
—El fanatismo es un monstruo que osa decirse hijo de la religión.
—Y a pesar de eso crecen sus acólitos.
—¿Qué es más peligroso, el fanatismo o el ateísmo? Sin duda lo es mil veces el fanatismo, pues el ateísmo no inspira pasiones sanguinarias, mientras que el fanatismo sí. El ateísmo no se opone al crimen, pero el fanatismo es causa de que se comentan crímenes.
—Muchos de ellos piden acatamiento a lo que dicen, aunque no sea verdad.
—A los vivos se les debe respeto, a los muertos nada más que verdad.
—Y entendimiento también.
—Cuando de aquel que habla y aquel a quién le habla, ninguno de los dos entiende lo que significa, entonces podemos decir que eso es la metafísica.
—Son gentes que pregonan ensalzados ideales.
—El que siente la ardiente ambición de ser edil, tribuno, pretor, cónsul o dictador, se esfuerza por pregonar que ama a su patria, pero solo se ama a sí mismo.
—Demasiado quererse.
—El amor propio, al igual que el mecanismo de reproducción del género humano, es necesario, nos causa placer y debemos ocultarlo.
—La ética de lo interesado limita con la avaricia.
—En el desprecio de la ambición se encuentra uno de los principios esenciales de la felicidad sobre la tierra.
—Otra entelequia, ser seres dichosos.
—Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una.
—Siempre nos están escamoteando nuestro destino.
—Azar es una palabra vacía de sentido; nada puede existir sin causa.
—La necedad entonces acrecienta su causa.
—La idiotez es una enfermedad extraordinaria, no es el enfermo el que sufre por ella, sino los demás.
—Y entre tanto no paran de contagiarse.
—La ignorancia afirma o niega rotundamente; la Ciencia duda.
—Dudar es ejercitar la mente.
—La incertidumbre es una posición incómoda, pero la certeza es una posición absurda.
—Se pasan todo el tiempo como altavoces del desconcierto.
—Hay quienes sólo utilizan las palabras para disfrazar sus pensamientos.
—Por eso somos lo que hacemos, no lo que decimos.
—Los ejemplos corrigen mucho mejor que las reprimendas.
—Callar y actuar entonces.
—El secreto de aburrir a la gente consiste en decirlo todo.
—Bueno, señor Voltaire, ya tiene arregladas todas las luces de su casa.




Amistosos

24.8.20



La amistad es, como tantas cosas en la vida, poliédrica. Tiene muchas caras y tiene muchos tiempos. Para Cioran la amistad era incompatible con la verdad, «De ahí que sólo sea fecundo el diálogo mudo con nuestros enemigos». En cambio, Voltaire recomendaba: «Cambiad de placeres, pero no cambiéis de amigos». Hay amistades latentes, displicentes y complacientes, y puede que como el pájaro deba, cada día, reinventar su vuelo.



La mujer infinita

23.8.20



Nunca terminó de amarla.



Veraneantes

22.8.20



Es agosto de un caudaloso calor. ¿Un agosto poblado de silencios, ausencias y nocturnas soledades? ¿Es agosto agostado por el miedo que veranea en las ciudades? Nada se puede contra lo cabal de esta pandemia y la seguridad fungible donde estábamos instalados. Vivir hacia adentro, como quien vive en un laberinto, parece la única solución.



Interfectos

21.8.20



Las guerras son crueles con todas sus víctimas.



Hazañas

20.8.20



Decía William Faulkner: «Voy a retomar mi pobre vida, tan sosa y tranquila, donde las frases son aventuras». Y tanto, cada día emprendo una odisea de las palabras mientras vivo una sosa existencia entre las contingencias de la escritura y su lenguaje.



Ladrones

19.8.20



¿Las ideas se pueden robar?



Apicultores

18.8.20



—Me gustaría volver a tener veinte años con lo que sé ahora.
—Serías un joven viejo y la cosa no tendría ninguna gracia.
—Podría aprovechar para no cometer los errores que cometí.
—Cometerías otros.
—Me aprovecharía de lo que sé para adelantarme a los acontecimientos.
—Te aburrirías de saberlo todo.
—O no. Todo comienza de nuevo.
—El tiempo es tan líquido como esa miel que recoges: se elabora en su fluir.




Indicios

17.8.20



Un aforismo es el inicio de un gran texto aún no escrito.



Inocencias

16.8.20



Nunca quiso amarla pero la amó con el sentimiento de quien desconoce el amor.



Subsistencia

15.8.20



A veces escribo cosas que después borro para que la nada tenga sostenimiento.





Lesiones

14.8.20



—Me gustaría decir: a nadie herí y salí ileso de la vida.
—Nadie sale indemne de una vida sin herirse y que lo hieran.



Cinéreos

13.8.20



Hay una enfermedad vegetal llamada ‘tristeza de los cítricos’, que vuelve grises las ramas de los árboles hasta hacerlas morir. En los humanos la tristeza los vuelve ceniza hasta que los barre el tiempo.



Paralogismo

12.8.20





La mañana era parca en presencias cuando apareció el primer cliente conocido.
—Tú me dirás qué quieres.
—Lo de siempre pero renovado.
—No me pidas cosas raras en el desayuno.
—Lo raro hoy es normal mañana.
—Qué me quieres decir —protestó ante el asiduo amigo.
—Antes los hijos se marchaban jóvenes de casa. Después se quedaron en el hogar bastante tiempo.
—¿Y?
—Y ahora vamos a ser los padres quienes nos iremos —y se echó al gaznate un largo tragó de café.




Disparatados

11.8.20



Fue Crisipo de Solos, estoico practicante del razonamiento gradual, quien reveló: «no creo en la perfección ni en el despropósito de la aritmética». Añadiría yo, no creo en llegar a la meta ni en el estallido de la fonética.



Neurológicas

10.8.20



La inmediatez es el mal nervioso de esta sociedad.



En concierto

9.8.20



El pianista, ante la queja, observó: «quedarse dormido plácidamente en unos de mis conciertos en el mejor halago para mi interpretación. Quien lo hace sueña mi música».



Fortalezas

8.8.20



A quien siempre creen tener razón solo hay que reforzarles sus argumentos para que persistan en su error.



Saber popular

7.8.20



Quien miente entre mentirosos, ya no miente, solo engaña.



Rezagado

6.8.20



Últimamente creo que alguien me persigue. Me vuelvo y no veo a nadie. Sospecho que soy yo que me voy quedando atrás.



Aturdimientos

5.8.20



A mí hay ciertas cosas que me suelen dar vértigo y por eso recuerdo que en los proverbios y consejos de Juan de Mairena se puede leer: «Huid de los escenarios, púlpitos, plataformas y pedestales. Nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura». Mi línea del horizonte está siempre a la altura de la mirada del prójimo.



Llevadero

4.8.20



Una sociedad que tolera bastante bien la hipocresía, termina por vivir en una realidad soportablemente falsa.



Extinguibles

3.8.20



El amor es una llama inextinguible que nunca se apaga. Si acaba es porque nunca existió.




Tareas

2.8.20



Mientras extendía los brazos con las palmas de las manos enfrentadas para ayudar a su abuela a ovillar la madeja, pensaba que ese gesto era como liar el mundo: con cada vuelta una pelotera mayor.



Circunspecciones

1.8.20



Cuando mantengo una conversación con una persona desconocida sobre mi afición a escribir, su cara, casi siempre, termina siendo un poema. «¿Y qué escribes?», me pregunta. «Poesía», le respondo. «Ah, yo es que la poesía no la entiendo», expresa con amabilidad por no decir lo que verdaderamente piensa.



Paradigma circunstancial

31.7.20


Reflexionar, meditar, dudar, es como manejar el cerebro en modo manual de consciencia. La otra opción es vivir con el piloto automático puesto hasta el final del viaje.



Teologías

30.7.20



Narrativas mudas, lectores de nada. Todo se acaba.



En grado sumo

29.7.20



Importa la gente a la que importas.



Caprichos

28.7.20



La vida es una concatenación de arbitrariedades de las que nunca se puede estar a salvo.



Exclusiones

27.7.20



Tengo tanta aprensión ante lo que no he sido que trepido en mi existir.



La plaga

26.7.20



Los dos hombres parecían mantener una larga conversación cuando asomaron por el final de la calle arrastrando aquel artilugio. Al acercarse sus palabras aparecieron nítidas en mis oídos. Uno de ellos, el joven y fortachón, manejaba un gancho metálico con el que levantaba las tapaderas de las alcantarillas. Su compañero, no mucho mayor y más bajito, tiraba de un depósito con ruedas y una pistola para fumigar mientras escuchaba el discurso de su acompañante: «Las cucarachas son como las ideas, para que salgan de la oscuridad hay que espolearlas con un antígeno. Es lo que hacen con la gente, envenenan su mente con todo tipo de sustancias y le sacan los pensamientos de su parte más negra y genuina». 

Su amigo parecía no escuchar en tanto esperaba a que levantara la tapa de hierro para rociar aquella boca oscura con el líquido que contenía el recipiente. Después emprendieron su camino hacia una travesía posterior. Antes de perderlos de vista pude leer la leyenda impresa en el traje de trabajo que vestían: AHIMETPISA, Agencia de Higiene Mental y Tratamientos de Plagas Intelectivas Sociedad Anónima.



Defectivos

25.7.20



Más que señalar defectos hay que omitir perfecciones.



Plegamientos

24.7.20



Afeamos la vida cuando nos doblegamos a exigencias superfluas.



Inusitados

23.7.20



Llegan momentos donde es insoportable el rozamiento de existir.



Paisajes

22.7.20



No hay lugares comunes, cada cual que recorre el mismo camino lo hace con un paso distinto y una mirada ajena a quien ya bebió ese mismo horizonte.



Desarreglos

21.7.20



La envidia es el padecimiento de los mediocres.



El ser interrogado

20.7.20



¿Quién es el otro? Me pregunto. ¿El otro soy también yo? Si es así ¿voy hacia él despreocupado? Llevo mi corazón en la mano y estoy temblando.



Unipersonal

19.7.20



En aquel municipio había empadronado un solo habitante quien, además era alcalde electo por sí mismo y vecino único que contravenía las órdenes que aparecían en los edictos de la municipalidad. Así cuando estaba en desacuerdo con alguna normativa se iba a protestar a la casa del primer edil sin que ello causara ninguna alteración del orden público. Igualmente, cuando celebraba una sesión plenaria, todos los acuerdos se alcanzaban por mayoría absoluta, lo cual constituía una incuestionable paz social en el pueblo. 

En cierta ocasión, el ayuntamiento le otorgó una licencia para construir un parterre donde colocar sus macetas y verlas florecer, aunque hubo de renunciar, después de ser acusado por su alter ego de corrupción urbanística ya que se beneficiaba del acuerdo. 

Los bandos municipales consistían en largos exordios que nadie leía, a excepción de él que los escribía, inspirados en la Ilíada y desarrollados en igual número de quince mil versos homéricos. 

Una vez a la semana abría la ventanilla de atención ciudadana que cerraba a los cinco minutos tras la ausencia de usuarios. 

Cuando se marchó el último residente a la ciudad porque decía que el silencio era insoportable, tuvo que prescindir de los actos protocolarios como los desfiles, la entrega de medallas de oro, el libro de firmas ilustres y la izada de banderas. 

Posteriormente a su fallecimiento, acontecido por un acceso de falta de popularidad y una pleuresía administrativa, el lugar fue declarado zona de despoblamiento rural. 

En su honor, los servicios funerarios, a continuación de incinerarlo, guardaron sus cenizas en una hornacina del salón de plenos.



'Rimbodianas'

18.7.20



¿Otras vidas? Sí, las tuve, mas ya no puedo volver a ellas.



Inercial

17.7.20



Cada vez interesa menos la indagación de la verdad, instalados en cómodas mentiras que dan seguridad ante un mundo que cambia de forma vertiginosa.



Condicionantes

16.7.20



Mi osadía termina donde comienza mi error.



Tributo

15.7.20



Le tengo tanto respeto a las palabras que no las escribo sin su consentimiento.



Iteración

14.7.20



Un poema se comienza mil veces y ni una sola se termina.



Discusiones

13.7.20



Cuando no estoy muy de acuerdo conmigo me dejo de hablar. Es mejor cargar con la indiferencia que con el resentimiento.



Fetiches

12.7.20


Compró una paradoja como mascota para sus hijos. Ellos contentos le daban de comer contradicciones, incoherencias y antítesis. Creció y creció y se hizo tan grande que se produjo un hecho sorprendente: la casa se llenó de sentido común.




Devaluaciones

11.7.20



Los artistas son unos pobres diablos, unos pobres necesitados que se tienen que ganar la vida y la libertad, en tiempos donde la vida cada vez tiene menos importancia y ni existe la libertad.



Acrisolados

10.7.20



Hay quien escribe para el público, hay quien escribe para los académicos, y quien escribe para sí. Este último caso encierra la quintaesencia de la escritura.



Ensayo sobre la lucidez

9.7.20



A veces me froto la ceguera para saber que no veo nada.



Paso cambiado

8.7.20



¿Toda conversación se inicia con una mentira?



Efímeras palabras

7.7.20




Escribe Irene Vallejo en El infinito en un junco: «no había ningún afán de autoría: los poetas amaban la herencia del pasado y no veían razones para ser originales si la versión tradicional era bella. La expresión de la individualidad pertenece al tiempo de la escritura; por aquel entonces, el prestigio de la originalidad artística estaba en horas bajas». Disolverse en la palabra, improvisar sobre lo ya escrito, dejar que las historias ocupen toda la pantalla: Internet es el gran bardo de la modernidad virtual.




Aversiones

6.7.20



El que todo el tiempo odia terminará por odiarse a sí mismo.



Dualismos

5.7.20



El otro día hablé con mi cerebro. Me dijo que lo tenía preocupado. Le pregunté por qué y me respondió que no le hacía ningún caso. Le argumenté que eso era porque me ocultaba cosas, algo que entre personas que comparten su intimidad no da mucha confianza. Entonces me replicó que la mente tiene razones que el cuerpo no entiende.



Patrón

4.7.20



La vida siempre nos tira de las costuras del alma.



Suplantación

3.7.20



Lo mejor de todo este flirteo con las palabras es que, con el tiempo, he terminado por parecerle a la persona que las escribe.



Hostilidad

2.7.20



Quienes estaban encerrados en sí mismos y se han visto confiados ante el mundo, ahora se sienten doblemente frágiles y tienen mucho más miedo a salir.



Limitaciones

1.7.20



A veces se avanza justo hasta donde no se puede continuar.



Atados

30.6.20



Quien no cambia de opinión nunca se hará más sabio.



Sabiondos

29.6.20



Sé muy pocas cosas pero incluso de ellas me da reparo hablar.



Casamentero

28.6.20

No, nunca se casó. Eso sí, tampoco se perdió ni una sola de las bodas de familiares y amigos. Y fueron muchas las ceremonias, a contar por el número de habanos que guardaba con la inscripción de los enlaces, donde en sus vitolas se podían leer los nombres de las parejas y la fecha del casamiento. 

Durante años guardó en una vitrina los cigarros puros de aquellas fiestas ampulosas, dicharacheras y rebosantes de alegría y felicidad. A veces los miraba como quien ojea un álbum de recuerdos y hasta se emocionaba, mientras mentalmente proyectaba imágenes de bailes y de risas, de mujeres esmeriladas y hombres beodos, de lágrimas y bendiciones de dicha. 

Ahora, en edad crepuscular, se sienta en el pórtico de su soledad a ver morir el día. En ocasiones le llegan noticias de divorcios y separaciones. Va hacia la vitrina donde ya hay algunos huecos y busca el habano enfajado con los nombres de la pareja que ha roto. Vuelve al porche y lo enciende y succiona con vehemencia el humo. Acoge en sus pulmones una gran calada que luego con parsimonia lanza al cielo de amenazante rojez y, en tanto la fumarada se eleva hasta perderse en el espacio, piensa en las cenizas de ese amor.



Redimidos

27.6.20



Leamos poesía para recuperar la voz.



Verificados

26.6.20



Vivir es, posiblemente, lo mejor que nos ha pasado.



El mundo amenazado

25.6.20



Una de las imágenes más impactantes de estos días para mí han sido ver esas fotografías con miles de tumbas excavadas en la tierra rojiza, que parecieran esperar a los difuntos que albergarán en su seno. Ahora que se nos está volviendo esa sensación de inmunidad inmortal es como si no apreciáramos que el virus nos rodea por todo el mundo y que el aislamiento es solo una frontera, una salvación momentánea.



Designios

24.6.20



¿Lo que no se nombra no existe?



Vulnerabilidad

23.6.20



La pandemia ha espesado la volatilidad de esta sociedad y la ha asentado en la pesadez del miedo a morir.



Afianzamientos

22.6.20




Afirma George Steiner que «los estereotipos son verdades cansadas». Hoy que la verdad de cada uno tiene un carácter tan inmutable, son los estereotipos los que parecen agotados.




Intitulado

21.6.20



El título de aquel cuento no venía a cuento, así que lo hubo de titular: Sin título.



Naturalmente

20.6.20



La gente vive estancamente. Cree ver la luz y no comprende nada de lo que pasa porque no alcanza a advertir lo que ocurre más allá de las paredes de su laberinto. Es imposible que se eleven del lugar que transitan un día tras otro, gastando la botella de la vida. Y que yo sea uno entre ellos.



Escapismo

19.6.20



Llega un momento que no puedes huir más de ti. Y tienes que enfrentarte a lo que eres en su luz y en su sombra.



Identidades ignotas

18.6.20



Lo defiendo desde hace tiempo: en primer término es la lectura y el lector. En un segundo plano más tenue, casi desaparecida, la autoría. Y sin embargo vivimos tiempos de escritores narcisistas enfermos de egolatría, cuyos nombres brillan más que sus obras. Lo he recordado al ojear este pasaje de la publicación ‘Leer contra la nada’ de Antonio Basanta: «Lo vi escrito en una de las bibliotecas de Medellín: ‘Quien lee no está haciendo algo; se está haciendo alguien’. (No recuerdo el autor de tan bello aforismo. Y esta amnesia cada vez me ocurre con mayor frecuencia. Recuerdo con precisión lo leído, pero olvido la identidad de quien lo ha escrito. Es como volver al origen de la literatura, siempre anónima)».



Desaciertos

17.6.20



Lo mejor es empezar por el final y querer a las personas más cercanas tal como son.



Extremidades

16.6.20



La sensación al escribir en los márgenes de la literatura es la de estar en tierra de nadie, y si nadie es su dueño es un espacio poco común pero libre, sin demarcaciones academicistas o editoriales, con anotaciones que exploran los confines de lo establecido y sus servidumbres. Acotaciones perdidas en cada hoja del libro que estamos siendo.



Dubitaciones

15.6.20



Dudar ya es una certeza.



Mi otro igual

14.6.20



Tengo un doble. Lo adquirí en propiedad a una compañía extranjera que publicitó una oferta con un descuento del treinta y tres por ciento de su coste. Eso me hizo pensar que siempre valdría menos que yo. 

En principio solo lo usaba para acontecimientos sociales como presentaciones de libros, conferencias, celebraciones onomásticas, bodas, fiestas de aniversario y de graduación. Después comencé a emplearlo en actuaciones como amar a la patria, actos litúrgicos, reivindicaciones, elecciones, degustaciones, reuniones de empresa y citas con los amigos. 

Comprobado el rendimiento que obtenía con su explotación, ocupó todas las áreas de mi actividad tanto laboral como familiar. Ahora vivo alejado del mundanal ruido mientras otro ocupa mi lugar.



Desafectivos

13.6.20



Pasa a muchas personas inteligentes que suelen estar enfadadas, a menudo, con el mundo y con sus semejantes.



Astigmatismo

12.6.20



Una aberración óptica es una anomalía que causa extravíos en la visión y da lugar a imágenes con falta de claridad. Ciertamente la mirada retrospectiva de algunas personas es siempre bondadosa sobre pasajes de otras épocas, realza los valores positivos que en ellas se daban y ensalzan a sus protagonistas principales. Fuera de su enfoque queda, claro está, el resto de calamidades que la mayoría de sus coetáneos padecieron. Una corrección para esa escasa lucidez le daría un mayor grado de conocimiento o de identificación con los demás.



Estocásticos

11.6.20



Lo más probable es que el ser humano nazca y muera en sí mismo. Sin mayor trascendencia que su nacimiento y vuelta a la nada. Es por ello que al acercarse a la biografía de los seres más doloridos y desafortunados no podamos más que experimentar un estremecimiento. Lucrecia fue abandonada por su madre a los pocos meses de nacer y vivió con su padre, su hermana mayor y dos hermanos varones. Su orfandad maternal la suplió con el afecto y la protección del núcleo familiar, pero al igual que una lluvia de neutrones libres es capaz de desintegrar un núcleo, los zarpazos del azar descompusieron ese escudo. Primero fue su padre arrebatado por un cáncer, al que siguió su hermano mayor aplastado por una bobina en factoría donde trabajaba. Un desafortunado día su otro hermano fue atropellado y quedó en coma. Su última tabla de salvación se hundió en una infección vírica. Cuando la miras a los ojos sientes esa nada en la que también te ahogas tú.



Munificencia

10.6.20



Dar ya es recibir. 



Venganza

9.6.20



¿Vivir bien es el mayor desagravio contra el mundo hostil?



Propósitos

8.6.20



Apuntar alto no significa dar en el cielo.




Vendido

7.6.20



Beatriz le mostró el pequeño apartamento. Su pelo negro en cascada y su brillante mirada hacían que la vivienda se inundara de objetos y vivencias. Jorge tímido y joven la siguió siempre observando su espalda y la redondez de sus hombros, la suavidad de sus formas bajo la blusa ajustada, sus minúsculos pasos de geisha y su voz casi infantil y cálida. Así fue desde que estuvieron en el portal del edificio. Luego en el ascensor él, con un cierto rubor clandestino, observó de reojo la respiración de sus pechos y la fragancia no muy cara de una perfumería de franquicia. La mujer Beatriz le hablaba y él, embargado por el chapotear de sus frases, se dejaba mojar sin entender la lluvia que lo empapaba. 

Ella abrió la puerta del piso con la destreza de quien tiene por hábito hacerlo. Al entrar el eco de la vaciedad hizo que las palabras se anquilosaran, pero cuando Bea dijo que el recibidor distribuía bien la casa porque daba continuidad a los pasillos, lo imaginó colorista y decorado con art déco. Y sobre la mesa una foto de Beatriz joven, más juvenil que ahora, en plenitud de su belleza. «A la derecha está la cocina». Se asomó y la vislumbró con el delantal y las manos manchadas de harina, mientras él le sonreía desde el otro extremo pelando patatas y escurriéndolas bajo el grifo. «Y está el lavadero que es muy luminoso». Entonces Jorge volvió al plano de realidad y vio la pieza que la mujer le indicaba. 

Llegaron al salón y Jorge ya no escuchaba sus palabras, aunque sus labios rojos no dejaban de moverse, mientras una escena familiar se proyectaba en su imaginación, primero como flamante pareja y luego con el trajín de una familia cargada en el enfrascamiento de la procreación. «El salón es amplio y tiene esa pequeña terrazita», por donde Jorge creyó ver el mar junto a Bea. «Dos cuartos de baño, uno más reducido y este otro dentro del dormitorio grande», algo que lo acabó por llevar hasta el espacio exterior y por lo que apenas se atrevió a mirar, ya que su contemplación era mucho mejor que la de aquella habitación vacía. «También están otros dos dormitorios más pequeños…», y el cielo, Jorge pensó, en ese instante, existe el cielo. 

Tiró de la puerta y un golpe seco y sonoro le hizo reaccionar. «¿Qué le ha parecido?» Quiso decirle «muy bien, amor», y solo asintió con la cabeza. «Pues vamos a mi oficina y firmamos el contrato». «Sí».



Diletante

6.6.20



La mujer recogió con parsimonia la ropa colgada de las cuerdas de la azotea. Apoyó en la barandilla el brazo cargado con los trapos recién descolgados, después fijo la mirada en el infinito. «Saldremos de esta con la nostalgia por contemplar una vida mejor y volveremos a la ‘normalidad’, esa que tanto asusta porque nos llenará de insensateces, de perjuicios y alegatos insalubres de urbanidad, de libertad invasiva contra la calma ajena, de los espejos rotos del abandono y del elusivo compromiso con la sensatez y la contumacia del insalubre vivir». La mujer recogió su mirada y se adentró en el laberinto de la casa otra vez.



Residentes

5.6.20



Somos prisioneros en una botella de cristal cuyas paredes transparentes nos hacen creer en la ilusión de la libertad.



Andanzas

4.6.20



Refería Polo de Acragante, discípulo de Licimnio de Quíos quien le regaló una colección de ‘palabras licimnias’ para la confección de un tratado titulado Sobre la bella dicción poética, que «en ocasiones hay que ir muy lejos a recolectar una palabra y solo su néctar endulza la amargura del camino andado». Y, tantas veces, nos extraviamos en la aventura y regresamos con las manos vacías, aunque eso sea lo que menos importa.



Ninguneos

3.6.20



El problema del desprecio hacia los demás es la mal disimulada arrogancia de un yo frustrado.



Azoramientos

2.6.20



Un hombre busca con afán en su monedero algunas monedas. Ahonda con sus dedos en el interior oscuro pero no halla nada con que pagar su necesidad. Y así busco yo, con inquietud, en el pozo sin fondo de la existencia humana.




Fracciones

1.6.20



Sobrevivimos en la reconstrucción de los fragmentos que somos.