Estocásticos

11.6.20



Lo más probable es que el ser humano nazca y muera en sí mismo. Sin mayor trascendencia que su nacimiento y vuelta a la nada. Es por ello que al acercarse a la biografía de los seres más doloridos y desafortunados no podamos más que experimentar un estremecimiento. Lucrecia fue abandonada por su madre a los pocos meses de nacer y vivió con su padre, su hermana mayor y dos hermanos varones. Su orfandad maternal la suplió con el afecto y la protección del núcleo familiar, pero al igual que una lluvia de neutrones libres es capaz de desintegrar un núcleo, los zarpazos del azar descompusieron ese escudo. Primero fue su padre arrebatado por un cáncer, al que siguió su hermano mayor aplastado por una bobina en factoría donde trabajaba. Un desafortunado día su otro hermano fue atropellado y quedó en coma. Su última tabla de salvación se hundió en una infección vírica. Cuando la miras a los ojos sientes esa nada en la que también te ahogas tú.



3 apostillas:

Albada Dos dijo...

Hay vidas como la de Lucrecia, parecen venganzas.

Un abrazo

Bubo dijo...

Ese tipo de "injusticias divinas" son por las que el resto respiramos tranquilos.

Joselu dijo...

Hay muchas vidas como la de Lucrecia, todo eso le condicionará pero no impedirá su éxito personal y afectivo si ella sabe aprovechar sus cartas. Tener todo en contra no significa a priori nada decisivo. Tenerlo todo a favor tampoco. Depende.