Seducidos
6.10.25
Etiquetas: análisis, comentario, creatividad, reflexión
El desconcierto del amor
3.10.25
No falta quien señala que el amor nace de la falta, del deseo de lo que no tenemos, de la aspiración a una plenitud que nunca alcanzamos del todo. Vivir en esa tensión entre lo que poseemos y lo que anhelamos ya nos coloca en un terreno inestable, donde la certeza se escapa. Y hay hasta quien llega hasta más lejos y afirma que amar es un salto de fe, un acto que no puede justificarse con la razón ni garantizarse con seguridad alguna.
La modernidad nos ha traído otras opiniones como que el amor se vive es un lenguaje fragmentado, lleno de silencios y malentendidos, donde el amante nunca sabe si el otro escucha lo que quiso decir. Y quien entiende que amar significa salir de uno mismo en una sociedad obsesionada con el control y el rendimiento, donde esa expresión resulta casi subversiva.
Me atrevería a decir que el amor siempre es desconcertante. Lo es porque nunca encaja en lo calculable ni en lo previsible, ya que nos arrebata las certezas, nos expone a la vulnerabilidad, nos desarma frente al otro. Pero precisamente en ese desconcierto está su fuerza. Amar no es poseer, ni controlar, ni medir; es atreverse a habitar lo incierto y aceptar que en ese riesgo late la posibilidad de transformación.
Etiquetas: amor, análisis, comentario, reflexión
El filo de la tecnología
30.9.25
No son los usos, sino los abusos en las nuevas tecnologías quienes determinan su perjuicio. La herramienta, en sí misma, no porta el mal; lo que introduce desequilibrio es la desmesura. Escribía jacque Ellul que «La técnica avanza por sí misma pero su problema no es existir, sino escapar de nuestro control». Allí donde el ser humano abdica de la medida, la herramienta se convierte en amenaza.
La historia lo muestra una y otra vez: la escritura, la imprenta, la electricidad, cada novedad suscitó recelos. No era la innovación lo que dañaba, sino la incapacidad de integrarla sin excesos. Neil Postman lo expresó con claridad: «Cada tecnología es a la vez una carga y una bendición; no se distribuye equitativamente y crea una nueva definición de lo que significa ser sabio». El abuso, la absolutización, convierte lo que podía ser aliado en un enemigo íntimo.
El abuso convierte el puente en prisión. Umberto Eco, en su lúcido diagnóstico de los medios, ya distinguía entre apocalípticos e integrados: ni condena total ni aceptación ciega, sino un llamado a pensar los usos con lucidez. Porque, como recordaba Marshall McLuhan que el medio es el mensaje, lo importante no es tanto la herramienta en sí, sino el modo en que invade todos los espacios y transforma nuestra percepción.
El desafío, entonces, no está en negar la tecnología ni en rendirse a ella, sino en habitar con mesura. Nicholas Carr lo formula desde la neurociencia cuando dice que «Lo que practicamos con nuestras mentes se convierte en nuestro destino mental». Si entrenamos el cerebro en la dispersión, perderemos hondura; si lo entrenamos en la reflexión, lo conservaremos abierto.
En última instancia, no es el avance lo que daña, sino la incapacidad de detenerse. La verdadera libertad tecnológica no está en el uso sin freno, sino en la capacidad de elegir límites.
Etiquetas: análisis, reflexión, tecnología
El correlimos y yo
19.9.25
Etiquetas: comentario, reflexión
En la tela de araña
18.9.25
Etiquetas: análisis, comentario, reflexión
¿Viejo cerebro frente a nuevo cerebro?
11.9.25
Etiquetas: análisis, cerebro, comentario, reflexión
El arco y las flechas
7.8.25
Afirmaba el poeta Khalil Gibran que los padres son como el arquero desde donde parten las flechas de nuestros hijos, una metáfora para significar la relación entre ambos. Pero la clave de la imagen no está en la flecha ni en el arco. Lo significativo está en tensionar el arco para dar mejor impulso a las flechas, para hacer de esa tensión, ánimo y aliento, pero también libertad del vuelo. Y es, en esa pausa medida, en esa tensa calma, el momento de imprimir la dirección a la trayectoria del proyectil, tensionando un arco que no oprime ni abandona, sino que acompasa su fuerza al ritmo del crecimiento, ajusta la cuerda a la caja del alma, reconoce que el tirón hace al corazón abrirse para, al instante, soltar la flecha ya sin reservas.
Etiquetas: comentario, hijos, Khalil Gibran, padres, reflexión
Trozos de vida
26.6.25
Etiquetas: análisis, comentario, reflexión, vida
Fóbicos
18.6.25
Al pensar en este hecho he descubierto cuáles son mis fobias más particulares. Así no soporto la violentofobia y llevo muy mal la belicofobia; tampoco aguanto la iniquitofobia (del latín iniquitas que significa iniquidad); ni tolero la anísotofobia (del griego anísotēs, que es desigualdad). Y sobrellevo mal la discriminofobia, la indiferentiofobia (indiferencia) y, por supuesto, la misofobia, que es el miedo al odio. Otro día será para escribir de filias.
Partículas
2.6.25
Tras un ‘mal’ día
30.4.25
Al caer la noche cenamos a la luz de las velas rodeados de intimidad y de silencio. Contamos historias de cuando éramos pequeños y recordamos miedos pueriles, referimos anécdotas y surgieron las risas y las bromas. Solo las palabras construían ese momento. Ninguna pantalla, ningún ruido, ninguna intromisión en aquella relación familiar donde los sueños infantiles se mezclaban con la oscuridad. Y como postre salimos a la calle, envueltos en la negrura, para ver las estrellas y reconocer la Osa Mayor y hasta la estrella Polar. Es posible que esta noche, aunque sea por una hora, vuelva a apagar la luz.
Patrones de existencia
2.4.25
Etiquetas: algoritmo, análisis, reflexión, vigilancia
Llanezas
20.11.24
Hace años escribí este aforismo: «Me emborracho con las puestas de sol y me drogo mirando el mar: soy un adicto a la belleza». Era una metáfora para tratar de explicar que se puede implementar en nuestras vidas cambios hacia experiencias que impacten menos en nuestro cuerpo y más en nuestro espíritu.
Desde
entonces y hasta ahora, en contra de la norma social, no tomo alcohol, porque
«Solo estamos preparados contra el paso del tiempo, cuando cada segundo se vive
con plenitud y conciencia», argumento que suele espantar a algunas personas que
lo escuchan. Por eso les digo que he llegado hasta ahí después de recorrer un
camino tras una experiencia personal.
Ahora
me entero que eso de cero alcohol o que hay que sustituir ese placer por
otros como contemplar el mar o los ocasos, pausar la vida y disfrutar de los
pequeños encantos, se ha puesto de moda entre personajes famosos y me temo otra
colisión humana a favor y en contra.
Por
eso digo que no me atrevo a decir que soy feliz y, sin embargo, me alegro con
cada cosa sencilla que me es dada.
La
felicidad no siempre se declara, pero se encuentra en lo simple. Al vivir cada
instante con compleción, el tiempo se dilata y la serenidad nos envuelve,
permitiéndonos disfrutar de cada resquicio de vida.
Extraer
de cada partícula de tiempo el gozo necesario que nos lleve a la totalidad del
sentido existencial. Es imposible detener el tiempo, pero sí dilatarlo
viviéndolo en su integridad.
No
tengo prisa y por eso me demoro en cada instante que vivo.
La altitud de lo humilde
31.10.24
Antonio
Machado por boca de Juan de Mairena, su alter ego filosófico, decía: «Huid de
escenarios, púlpitos, plataformas y pedestales. Nunca perdáis contacto con el
suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura»,
porque la línea donde se encuentran las miradas nos equipara por igual a todos
los seres humanos. Mientras que, por otro lado, no hace falta trepar, elevarse,
subirse a la tarima a pregonar ninguna creación literaria porque, una obra se
defiende por ella misma o por el calor y la devoción con la que la acogen
quienes la leen.
Etiquetas: Antonio Machado, Juan de Mairena, reflexión
La muerte del autor
11.7.24
Existe
un símil entre las personas que escriben y los gusanos de seda. Al igual que
estos quienes se dedican a escribir, tras comer y comer la morera del conocimiento
en las ricas hojas de la lectura y la experiencia, se encierra en un capullo
hasta que se produce esa maravillosa metamorfosis del ser escritor al ser
escritura que, en forma de mariposa, deja escapar la belleza. Y como el gusano que
muere, el autor desaparece, pero queda su creación en ese finísimo hilo con el
que tejer la seda tan apreciada por su brillo adamantino y su delicada suavidad,
semejante que una buena lectura.
Etiquetas: autor, muerte, muerte autor, reflexión
Intuitivos
3.4.24
Etiquetas: comentario, intuición, reflexión
Máscaras
23.3.24
En este baile de máscaras verbales, la libertad de expresión se tambalea. La espontaneidad se diluye en la autocensura, calculando cuidadosamente cada palabra para evitar el ostracismo social o la cancelación. Lo que pensamos se convierte en un secreto a voces, lo que queremos decir se esconde bajo un velo de prudencia, y lo que decimos se transforma en una versión edulcorada de nuestras ideas, moldeada para ajustarse a las expectativas de la audiencia.
Y los que escuchan no siempre están dispuestos a recibir la verdad cruda. A veces, prefieren oír lo que quieren escuchar, una versión suavizada de la realidad que no confronta sus creencias o valores. Se crea así una burbuja de confort donde la disidencia se acalla y la crítica se disfraza de sugerencia.
La autenticidad es un valor fundamental para la construcción de relaciones sanas y honestas. Sin embargo, la censura, incluso cuando se disfraza de corrección, limita la libertad de pensamiento y debate, pilares esenciales para el crecimiento individual y colectivo.
Encontrar el equilibrio entre la sensibilidad social y la expresión libre es un desafío complejo. No se trata de negar la importancia de la empatía y el respeto, sino de encontrar espacios donde la diversidad de opiniones pueda florecer sin miedo a la represalia o la censura.
Desafiar la máscara de lo políticamente correcto no significa avalar el discurso del odio. Se trata de defender el derecho a pensar diferente, a expresar ideas sin filtros preestablecidos y a construir un diálogo donde la verdad no tenga que esconderse detrás de una máscara. Solo así podremos construir una sociedad donde la autenticidad y la tolerancia coexistan en armonía, sin necesidad de dobles o triples discursos.
Etiquetas: comentario, correcto, reflexión
El baile de la realidad
7.3.24
En el escenario de la existencia, la realidad se presenta
como un velo tejido por la mente, una danza entre la clarividencia individual y
la objetividad universal. Bajo la luz de la reflexión, surge la pregunta: ¿qué
es real y qué es ilusorio? ¿Somos meros espectadores de un drama cósmico o cocreadores
de la realidad que habitamos?
El budismo, con su mirada introspectiva, nos invita a desentrañar los misterios de la percepción. Según esta tradición, la única verdad inmutable es la conciencia. El mundo que experimentamos, desde los extensos mares hasta las hojas que caen, es una proyección mental, un lienzo donde la mente pinta sus propias imágenes. Esta idea, que desafía los discernimientos acordados, nos impulsa a explorar la naturaleza de lo experimentado.
El neurocientífico Anil Seth, desde un enfoque empírico, aporta otra perspectiva a la ecuación. Afirma que la realidad que percibimos es una alucinación controlada que nuestro cerebro establece para ayudarnos a interactuar con el mundo. Esta confusión se basa en la información sensorial, pero también en nuestras expectativas, creencias y experiencias previas. Es como si cada uno de nosotros tuviera una cámara interna que filtra la realidad a través de un lente personal.
Un proverbio árabe nos recuerda que los ojos no sirven de nada a un cerebro ciego. La realidad no se limita a lo que vemos, sino que se define por la interpretación que nuestro cerebro hace de ello. La mente, como un director de cine, toma las imágenes del mundo y las transforma en una película personalizada.
Sin embargo, la realidad no es un mero producto de la mente. Existe una base objetiva: las leyes de la física, la naturaleza, los átomos que conforman la materia. Estos elementos trascienden nuestras sensaciones individuales y nos conectan con una realidad compartida.
En la danza entre la mente y el mundo, la realidad se convierte en un enigma fascinante. La ciencia y la filosofía nos ofrecen herramientas para explorarla, pero nunca podremos esclarecer su misterio por completo.
En este baile de perspectivas, podemos encontrar la magia de la alucinación compartida que designamos vida, donde cada persona, con su lente exclusiva, aporta a la creación de una realidad colectiva, un tapiz tejido con los hilos de la experiencia individual y la objetividad universal.
En la búsqueda de la verdad, la mente se convierte en un bastidor donde la realidad se pinta con los colores de la apreciación y el aprendizaje, y cada individuo, con su pincel único, contribuye a la obra maestra total de la existencia.
Etiquetas: alucinación, Anil Seth, budismo, cerebro, conciencia, realidad, reflexión
¿Quién alimenta a los monstruos?
10.10.23
Etiquetas: análisis, comentario, monstruos, morbo, reflexión