Seres oníricos

31.12.23


Te pregunté qué hacías dentro de mi sueño. Tú me dijiste, entonces, que me estabas soñando.




Completitud

30.12.23


Es difícil ser feliz a jornada completa.




Toques

29.12.23


Cierta cantidad de estoicismo mejora la calidad del hedonismo.



Empeoramientos

28.12.23


Las copias de uno mismo suelen ser autodegenerativas.






Sintomatologías

27.12.23


Aprecia todos los síntomas del Universo y entenderás tu existencia.



Experimentación

26.12.23


La vida, ese laboratorio de emociones, de gente desconocida a la que queda por querer.



Serenos senderos

25.12.23


Quien ni espera ni desespera alcanzará sosiego y gratitud en su camino.




Amistosas

24.12.23

 

—Buenos días, qué tal estás.

—Bien —le sonrió.

—Sabes, el otro día conocí al padre del marido de tu amiga Silvia. Un tipo encantador.

Le volvió a sonreír mientras pensaba: «esta tipa es un tostón. Ahora me va a decir que es donde trabaja el suegro de mi amiga, una inmobiliaria que ella conoce porque en la misma curra la hija de una vecina, íntima suya de toda la vida».

—Y a que no sabes qué, vende unas casas chulísimas, es la oficina de Cecilia, la hija de Paqui, la que se compró el chalet con piscina en esa urbanización tan pija.

Le ofreció una nueva sonrisa como aprobación a la historia que contaba en tanto que, mirándola a la cara, se preguntaba cuándo detendría su discurso de pesada parlanchina. «Ahora me va sacar a relucir algún tema de su salud», pensó.

—Pues nada que vengo del médico porque resulta que tengo una fractura metacarpiana. ¿No me ves la mano hinchada? Así llevo toda la semana, sin poder lavar un plato. Menos mal que tengo a Jorge, el pobre se encarga de todo. Me han mandado reposo y me van a hacer unas pruebas para saber si ha sido por tanto esfuerzo que la mano se ha cansado o porque se me gastan los huesos que una ya va para mayor. Y después lo de la taquicardia, ¿sabes? Me dan palpitaciones y me pongo malísima, vamos como si me fuera a dar un infarto.

Y mientras la observaba mover los labios pero ya sin escucharla, discurría: «lo que me importará a mí su metacarpiano inflamado o deshinchado, el de su marido y el de su hijo, sus supuestas palpitaciones, su venta de Thermomix que además de a su suegra y a su hermana no le habrá vendido ninguna más a nadie o que ahora, se haya hecho influencer y se dedique a vender dietas milagrosas para el adelgazamiento. Precisamente ella que no está gorda, qué va para nada, ya se la podía aplicar.

—Te veo muy callada ¿te pasa algo? —le resopló.

—Qué me va a pasar —contestó su boca porque su mente decía otra cosa diferente—, que una anda pensando en las cosas que tiene que hacer.

—A mí me pasa igual —explicó azorada—, así que me voy que no quiero perder más tiempo. Hasta luego.

Entonces pensó: «¿hasta luego? ¿piensa venir luego? ¡qué horror!», y la miró empequeñecerse en la trama urbana con el alivio de quien sale a la superficie del agua a respirar.

Dejó su mirada perdida en el infinito hasta que se sorprendió. La vio detenerse con otra mujer y se apesadumbró: «pobre víctima».

Incesantes

23.12.23


En el pensar no hay holganza.



Sermones

22.12.23


Deberían amonestarnos por el tiempo perdido.



Indagatorias

21.12.23


Viajar es reconocer el mundo.




Digresiones

20.12.23


El futuro es una entidad contemplativa.




Hermenéuticas

19.12.23


Para saber que vives tienes que notar que te estás muriendo en cada momento.





Grado cero

18.12.23


El deber de quien escribe es enfrentarse a su escritura como si nada de lo que ya ha hecho tuviera valor alguno, un empezar de nuevo.




Evolución

17.12.23


—Han tenido que pasar millones de años para que nos encontremos —le susurró.

—Sí. Y tenemos solo este instante para amarnos.



Marchitaciones

16.12.23


Envejecer es perder la rebeldía ante el mundo.




Teorizaciones

15.12.23


Un 𝘢𝘧𝘰𝘭𝘪𝘳𝘪𝘴𝘮𝘰 es la mixtura entre la poética de lo sentido y el razonar de lo pensado.



Buscones

14.12.23


Mientras buscas algo te encuentra.



Cronosingularidad

13.12.23


En el 𝘩𝘪𝘱𝘦𝘳𝘱𝘳𝘦𝘴𝘦𝘯𝘵𝘦 no existe ni el pasado ni el futuro y ello es terreno abonado para una realidad sin memoria ni esperanza.



Descifrados

12.12.23


El conocimiento da libertad, la libertad no da conocimiento.




Deserción

11.12.23


Dejé de preguntarme por qué escribía y para quién. Ahora escribo en total abandono.




𝘚𝘵𝘢𝘳𝘨𝘢𝘵𝘦

10.12.23





Recorría la ciudad sumergiéndose en los contenedores de la basura buscando algo valioso, aunque tras sus inmersiones siempre salía con las manos vacías. La gente, entonces, comenzó a sospechar.

Distintivos

9.12.23


Ser es una anomalía, lo permanente es la inexistencia.




Punición

8.12.23


La lucidez es una condena a conciencia perpetua.




Confirmaciones

7.12.23


Somos excepcionalmente comunes.




Clemencias

6.12.23


La humanidad mantiene consigo misma una deuda de compasión.




Reliquias

5.12.23



En el odio persiste algún vestigio de lo que tanto se amó.





Fénix

4.12.23



Hay que morir muchas veces para sentirse vivo.





Terrón de azúcar

3.12.23

 Alguien vino y me contó al oído esta historia:

«Sarmiento, ya no recuerdo su nombre porque la sonoridad de su apellido y las rimas insistentes de los compañeros dejaron mayor huella en mi memoria que su nombre, digo Sarmiento era un niño rubito, aseado, con un rostro más aniñado que los del resto del grupo, aunque dotado de una cierta malicia más bien era verbal, dado que su físico estaba limitado por una estructura metálica que enjaulaba su pierna derecha, necesaria para poder caminar con dificultad, aunque él intentaba hacer casi todas las diabluras que el resto de los niños, ideando muchas de las gamberradas que los demás ejecutaban, concebidas perversamente como para hacer ver, frente a su desventaja física, la superioridad de su maldad, una especie de venganza frente a la desgracia a la que el mundo le había sometido y que devolvía con creces, a pesar de que, por su indumentaria, cuando en invierno vestía un elegante abrigo negro al alcance de pocos, y por su modo de hablar, no parecía tener una vida muy común con la nuestra cargada de penurias, cuanto que Sarmiento se mostraba desacomplejado y exuberante, lo miraba y me daba pena al pensar cómo me sentiría con esos hierros y las pesadas botas ortopédicas, más aún al saber algo relacionado con un terroncito de azúcar pintado con unas gotas rojas que nos daban a los niños y que él no tomó por descuido de sus padres».

Desinhibiciones

2.12.23


El único canon creativo soportable es el de la libertad.




Repeluses

1.12.23


A veces, en repentino despertar, noto un escalofrío al sentir que sigo vivo.