Substracciones

Una vida plena es aquella que roba tantas emociones a la nada.

Compiladores

Existen coleccionistas de todo menos de nada.

Analectas

Caminamos hacia la eternidad de la nada.

Densidad

¿Con qué se puede rellenar la nada?

Colmataciones

Con el amor buscamos llenar un poco de la nada que llevamos dentro.

Insapiencia

¿No preguntarse nunca por nada es igual que ser abúlico?

Futilidades

Nadie parece percibir la nimiedad del Universo comparado con la nada.

Ocupaciones

No me conformo con nada, pero me acomodo en la nada.

Posibilismo

Todo es posible cuando nada sucede.

Impotencias

Entre el ser y la nada, nada que hacer.

Ausentar

El cero no es la representación de la nada. Es el vacío de sí mismo.

Alegato de la vaciedad

Soy una pequeña nada frente a la gran nada. Nada me inquieta.

Peticionarios

No pido mucho, casi nada, y aun así me parece que pido demasiado.

Marcos

Siento que no soy nada, un sujeto sin importancia. Aunque todo depende desde el sistema de referencia que sea analizado.

Apariciones

Nada es lo que parece hasta que aparece lo que es.

Hojas blancas

¡Qué horrible sensación levantarse y escribir nada, página tras página, memoria en blanco de la existencia!

Subsistencia

A veces escribo cosas que después borro para que la nada tenga sostenimiento.

Teologías

Narrativas mudas, lectores de nada. Todo se acaba.

Ensayo sobre la lucidez

A veces me froto la ceguera para saber que no veo nada.

Estocásticos

Lo más probable es que el ser humano nazca y muera en sí mismo. Sin mayor trascendencia que su nacimiento y vuelta a la nada. Es por ello que al acercarse a la biografía de los seres más doloridos y desafortunados no podamos más que experimentar un estremecimiento. Lucrecia fue abandonada por su madre a los pocos meses de nacer y vivió con su padre, su hermana mayor y dos hermanos varones. Su orfandad maternal la suplió con el afecto y la protección del núcleo familiar, pero al igual que una lluvia de neutrones libres es capaz de desintegrar un núcleo, los zarpazos del azar descompusieron ese escudo. Primero fue su padre arrebatado por un cáncer, al que siguió su hermano mayor aplastado por una bobina en factoría donde trabajaba. Un desafortunado día su otro hermano fue atropellado y quedó en coma. Su última tabla de salvación se hundió en una infección vírica. Cuando la miras a los ojos sientes esa nada en la que también te ahogas tú.