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Desmemoriar

29.11.24


Escribo para olvidar lo que escribo.



Desarmado

9.11.24


Soy vulnerable: me dedico a escribir y eso me debilita.



Preeminencias

27.8.24


Escribir es dominar el arte del fingimiento.



Pergaminos

6.8.24


Mi conciencia que morirá conmigo será solo conciencia en aquello que escribo.


 

Extrínseco

25.5.24


Cuando escribo ya no soy yo sino ese otro yo que escribe.



Espesamiento

26.2.24


Cada aforismo escribe un libro.



Increíble

19.2.24


Más allá de que lo escrito tenga repercusión o no, está el hecho prodigioso de lo creado.



Vindicantes

3.2.24


Escribir es reivindicar ante el papel lo que la mente idea.



Formidable

27.1.24


Lo incomparable es aquello que es escrito sin competir contra nada ni nadie.



Oráculo

20.1.24


Mañana no estaré escribiendo porque habré muerto.




Grado cero

18.12.23


El deber de quien escribe es enfrentarse a su escritura como si nada de lo que ya ha hecho tuviera valor alguno, un empezar de nuevo.




Deserción

11.12.23


Dejé de preguntarme por qué escribía y para quién. Ahora escribo en total abandono.




Inmolación

18.10.23



Cada vez que escribo un aforismo me suicido en él.





Lectoescritura

27.7.23



La dificultad de la lectura para una mente creativa es que, en tanto lee, está escribiendo a la vez.





Disipación

8.4.23



Cada día escribo, como quien fuma por puro vicio, unos cuantos aforismos.




Licuefacción

23.12.22



Al escribir solo se debe pensar en el texto no en quién lo leerá.





Dictados

15.12.22



Por todo lo leído tienes la sensación que son otras voces las que escriben por ti.



Contravenir

24.11.22



Quien escribe peca sobre todo de palabra, más que de pensamiento.



Exposiciones

14.10.22



Contemplo las fotografías de las grandes genialidades literarias. Mi mirada se detiene un momento reflexivo en sus rostros y pienso que si no supiera quiénes son, no serían más que unos anónimos y desconocidos sujetos, habitantes de este mundo, a las cuales no he conocido personalmente ni me ata vínculo afectivo alguno. Jamás me crucé con ellas en la calle, ni tropecé al entrar en el transporte urbano, ni coincidí en el despacho del pan o haciendo cola para resolver un trámite administrativo. No tuve ni una discusión vecinal o una mirada sospechosa al cruzarme en un pasadizo, o un prejuicio por su mala pinta, ni tan siquiera jamás nos dimos unos buenos días. Es así, mientras los miro percibo que son seres humanos ajenos a mi vida, daguerrotipos de personas excepcionales en su oficio con las que nunca compartí alguna latencia cotidiana. ¡Ah! pero sus textos sí, su hermosa y profusa producción literaria.



Agonías

30.9.22



En mi mortificación, a veces, escribo para que nadie me entienda.