Vulnerabilidad
23.6.20
La pandemia ha espesado la volatilidad de esta sociedad y la ha asentado en la pesadez del miedo a morir.
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Escribimos para no dejar de ser quienes somos.
G. Deleuze:
«Quizá soy transparente y ya estoy solo sin saberlo...»
Thomas Szasz:
«Si tú hablas a Dios, estás rezando; si Dios te habla a ti, tienes esquizofrenia. Si los muertos te hablan, eres un espiritista; si tú hablas a los muertos, eres un esquizofrénico»
Marco Aurelio:
«Toma sin orgullo, abandona sin esfuerzo»
Albert Camus:
«La gente nunca está convencida de tus razones, de tu sinceridad, de tu seriedad o tus sufrimientos, salvo sí te mueres»
Charles Caleb Colton:
«Hasta que hayas muerto no esperes alabanzas limpias de envidia»
León Tolstoi:
«A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa»
Voltaire:
«La duda no es un estado demasiado agradable pero la certeza es un estado ridículo»
Mahmoud Al-Tahawi:
«La perfección es el pecado de los vanidosos. La torpeza la virtud de los indefensos»
Fénelon:
«Huye de los elogios, pero trata de merecerlos»
Antón Chéjov:
«Las obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio»
Bukowski:
«Que no te engañen, chico. La vida empieza a los sesenta»
3 apostillas:
Ese miedo es hijo de la orden gubernativa de confinamiento; no individual de cada quisque.
No olvidemos que El Decamerón tiene como escenario la epidemia de peste en Florencia. Nada hay que impulse más el deseo de vivir que la presencia de la muerte. Y los felices años veinte vinieron tras una guerra devastadora y una epidemia de gripe cien veces peor que la que estamos pasando.
Cierto, amigo Joselu, pero esto aún no ha acabado y las cifras siguen subiendo y no sabemos cómo acabará la pandemia en latinoamérica o la India.
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