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Transmutados

19.10.24

 

 

Me recuerdo de joven, leyendo, iluminado por el sol. Notaba que leer me hacía diferente.

Acotaciones

17.10.24

 

La única manera de saltar las limitaciones de nuestra forma de pensar condicionada por entornos afectivos, sociales y económicos, es con el conocimiento y la lectura.



Subjetividades

30.7.24


La lectura de la realidad nunca es objetiva.



Ecolectura

12.8.23



A quien buen libro se arrima buena lectura lo cobija.






Escapadas

10.8.23



Un libro a medio terminar es la prueba de una huida hacia otra lectura.




Deterioros

20.7.23



Soy un lector maltrecho por tantos años de escritura.




Prótidos

10.2.23



La lectura es una proteína de la inteligencia.



Lectoría

30.1.23



Las lecturas de libros son estimulantes; la lectura del mundo es reveladora. Por eso leer nos significa.




Alborozos

14.11.22



Siempre es satisfactorio que alguien se complazca con tu escritura, pero antes que por mí, me alegro por el gozo sentido de quien lo lee. 



Desveladas letras

1.9.22



La escritura insomne es la lectura de los sueños.



Nuevos contextos

20.11.21



Aprendí a escribir de una manera diferente a como me enseñaron. Mi escritura es digital, electrónica, fragmentada, hiperenlazada. Ahora solo falta gente que aprenda a leer de manera distinta.



Fertilizantes

1.10.21



No hay una vida fecunda donde la lectura no abunda.



Condescendientes

8.9.21



La literatura hoy es consumo y su producto es algo agradable para que sea vendible. De ahí que quienes escriben se muestren dóciles a los criterios editoriales, los cánones académicos y los lectores acríticos. Es una escritura complaciente.



Enfriamientos

13.1.21



En estos tiempos de frío absoluto lo único que no se me congela es el pensamiento y la lectura.



Identidades ignotas

18.6.20



Lo defiendo desde hace tiempo: en primer término es la lectura y el lector. En un segundo plano más tenue, casi desaparecida, la autoría. Y sin embargo vivimos tiempos de escritores narcisistas enfermos de egolatría, cuyos nombres brillan más que sus obras. Lo he recordado al ojear este pasaje de la publicación ‘Leer contra la nada’ de Antonio Basanta: «Lo vi escrito en una de las bibliotecas de Medellín: ‘Quien lee no está haciendo algo; se está haciendo alguien’. (No recuerdo el autor de tan bello aforismo. Y esta amnesia cada vez me ocurre con mayor frecuencia. Recuerdo con precisión lo leído, pero olvido la identidad de quien lo ha escrito. Es como volver al origen de la literatura, siempre anónima)».



Libros ergódicos

19.5.20



El libro no es la lectura ni es la escritura porque ambas existían y existirán en un antes y un después, por mucho que imploren sus diletantes amantes. 

Una vez más me topo con un ensayo sobre la aquiescencia del libro donde se vuelve a confundir la escritura y la lectura con su soporte. El libro no es más que un formato que reproduce estas dos acciones y su sempiterna presencia en este último medio milenio, no es más que un periodo corto si contamos desde la protoescritura de hace seis mil años hasta la tecnologización, en la que se han contado millones de historias. 

Apenas los neolectores digitales superen a los analógicos, el libro en papel tendrá un rol menos preponderante que en la actualidad. 

La obra literaria ya no es la obra en su modelo clásico porque sus límites se han ensanchado hasta hacerla irreconocible desde los cánones académicos.



Desnutrición

21.3.20



A veces me pregunto qué lee alguna gente que le sienta tan mal, o quizás solo sea una anemia mental lo que padecen por falta de lectura.



Leíbles

23.4.19



No puedo leer sin sentirme libro, ni puedo ser lector sin haberme leído.



Tristezas

8.4.19



Sabes que un libro es bueno cuando te duele llegar a sus últimas páginas.



Lectores dormidos

19.3.19



Alguien me planteó que a los niños no se les debe castigar con la lectura, porque es el camino más seguro para que la aborrezcan. También un amigo lector, devorador de libros, me confesó que sus hijos habían crecido rodeados de libros y jamás sintieron el más mínimo interés por ellos. 

Como dudo que exista un planteamiento sobre este tema que se pueda aplicar de manera genérica, entiendo que será una suerte o algo inexplicable que cada persona elija un camino diferente. Personalmente, a la hora de elegir prefiero que un niño aborrezca un libro por hacérselo leer antes que ni lo huela de cerca, por aquello de que del odio al amor hay un paso, y nunca se sabe. 

Pienso que dentro de todos los seres humanos hay un lector dormido, esperando despertar para que le cuenten historias, y sé que algunos de ellos nunca serán capaces ponerlos en vigilia lectora.