Fortunas

31.1.08



Refiere Galbraith en su obra La sociedad opulenta que «la riqueza constituye un implacable enemigo de la inteligencia. El hombre pobre siempre tiene una visión precisa de su problema y de su remedio: no tiene suficiente y necesita más. El rico puede suponer o imaginar una variedad mucho mayor de infortunios y, por lo tanto, se encontrará mucho menos seguro de su remedio. Al mismo tiempo, y hasta que no aprenda a vivir con su riqueza, evidenciará una perceptible tendencia a emplearla con fines equivocados o hacer el ridículo».

En cambio el corolario popular repite de aquellos que amasan fortunas que son unos tipos ‘listos’.

Asonancias

30.1.08



Cada día al pasar la veía sentada al sol en el parque. Inmóvil como ausente. Su curiosidad, después de muchos meses, lo llevó a regalarle una pregunta: «me podría decir qué hace usted aquí». La mujer sin sorprenderse ni inmutarse le contestó:
–Escucho el tiempo pasar.
–Y a qué suena– la interrogó.
–Su sonido huele a manzanas podridas y a deseos incumplidos. Resuena a vaciedades y arrogancias. A veces se oyen como chasquidos de tristeza, rumores de infancia. Otras suenan voces olvidadas y ecos que parecen eternos. Es un ruido de fondo indeleble.

Nociones

29.1.08



Boris Vian en ‘La hierba roja’, quizás el libro más autobiográfico que escribió, dice por boca de uno de sus personajes:

Me robaron dieciséis años de noche, señor Brul. Me hicieron creer, en primero de Bachillerato, que mi único progreso debía consistir en pasar a segundo... En sexto, tuve que hacer la reválida... y luego, un título... Sí, pensé que tenía un objetivo en la vida, Brul... y no tenía nada... Avanzaba por un pasillo sin principio ni fin a remolque de unos imbéciles, precediendo a otros imbéciles. Envolvemos la vida con diplomas. Del mismo modo como te envuelven los polvos amargos con cápsulas, para que te los tragues sin darte cuenta... pero ve usted, señor Brul, ahora ya sé que me habría gustado el verdadero sabor de la vida.

Más tarde que pronto aprendemos las grandes enseñanzas.

Extenuación

28.1.08



El agotamiento nos lleva a la exasperación, la desesperación a la anulación del razonamiento. Enajenados de toda consideración hacia nosotros mismos acabamos vencidos en manos del desatino.


Pensantes

27.1.08



Franz Joseph Gall buscó en las turgencias y protuberancias del cráneo la actividad mental. Dedujo que la coronilla inflamada de los ladrones de carteras cobijaba el pensamiento de las ganancias y que las ideas amistosas inflamaban las sienes. Poco después Paul Broca, en su obsesión por hallar dónde se aloja el pensamiento, trepanó el cráneo de un vagabundo mudo y fue a dar con uno de los centros de actividad del lenguaje. La odisea del pensamiento humano nos acerca, cada vez más, a su esencia. Esa que limpiará nuestra mente de las telarañas de las supercherías.

Noticiarios

26.1.08



Huyo del corpus de los telediarios. La actualidad es un padecimiento que desfigura el sentido del mundo.

Compaña

25.1.08



Dice Maffesoli que «el pensamiento acompaña». Es cierto, nunca estamos solos, vamos escoltados por nosotros mismos.

Desviación

24.1.08



Me comentó: «muchas veces es necesario mirar hacia otro lado. El estrabismo de la razón ayuda a transigir con la realidad del mundo».

Aventura

23.1.08



Ulises se fue hasta regresar. Otros viajes no tienen retorno. Entre la huida y el retorno existe una estación llena de indecisiones donde escribimos nuestro libro de rutas.

Evocaciones

22.1.08



Veo los viejos cuadernos garabateados con un bolígrafo bic de color negro. No echo en falta la escritura manual por más que toda esa maraña de letras con tachones incluidos y dibujitos en los márgenes me devuelva la imagen de un tiempo manuscrito. La añoranza es una tensión metafísica que no puedo comprar en el hipermercado.

Intento fallido

21.1.08



Hoy es el día de un fracaso: este comentario. Al que no consigo sacarle la punta de su espacio en blanco.

Fenomenología

20.1.08



La realidad con toda su plenitud de materia está llena de huecos. Inventar historias es un intento de completarla, como aquel niño que quería vaciar el mar con una concha en un agujero hecho en la arena.

Lastres

19.1.08



En el beneficio común está la ganancia propia. Desprendidos de ciertas cargas de egoísmo la existencia se aliviana.

Anticipación

18.1.08




El desamparo en soledad nos proyecta más allá de nosotros mismos.



Ayuda

17.1.08



Consultó al sabio: «Maestro siento que por más labores que realice, mi vida me parece una tarea inútil».
El hombre lo miró fijamente y le reveló: «Es consecuencia de la misma inutilidad de la existencia».
Desasosegado por el descubrimiento preguntó: «qué puedo hacer».
Impávido el erudito le aconsejó: «Haz que lo inútil sea lo utilitario».

Impericia

16.1.08



El sufrimiento más que aturdir aclara las cosas. Los más lastimeros son aquellos que menos han padecido. La queja es sinónimo de desconocimiento del dolor.

Dieta

15.1.08



Cada vez que adelgazo mi pensamiento engordo mis prejuicios. A la ignorancia la alimentan los complejos.


Errantes

14.1.08



Somos caminante y camino. Nadie nos puede arrebatar el forzamiento de un destino entre el paso que pensamos dar y el que, definitivamente, damos.

Ergástulo

13.1.08




Una mente ágil en un cuerpo gastado. Ninguna prisión es tan segura a prueba de fugas.








Cuento en La libreta digital


Ángel González

12.1.08



Hoy ha muerto un poeta y me ha cogido en pijama. El desayuno con la muerte ha sido corto y he corrido a refugiarme en la biblioteca. La muerte siempre nos engaña con sus malas artes.


Muerte en el olvido

Yo sé que existo
porque tú me imaginas.
Soy alto porque tú me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita…

de Ángel González


Leedor

11.1.08




Ávido lector devorador de libros, un día se confesó: «Estoy enterrado en millones de letras. Soy un sustrato de la literatura».


Aclaración

10.1.08



Si el lenguaje es fuente de malentendidos, la palabra debería ser una zona de desambiguación.

Figuración

9.1.08



Su prédica favorita era aquella que me repetía cada cierto tiempo: «Desconfía de quienes argumentan con insistencia lo maravillosa que es su vida en todos los aspectos. Lo más seguro es que tengan una gran necesidad de contar lo que no son para llenar su falta de realización».


Repetición

8.1.08



«Otra vida, quizás; sí. Y cometer los errores que no ha habido tiempo de consumar en esta». Epigrama leído en un mausoleo.


Juicioso

7.1.08



Mientras barajaba un mazo de cartas me confesó: «Nunca me han importado los detalles. Para conocer qué edad tienes o qué número de pie calzas siempre hay tiempo. Con las personas me ocurren como con las gambas, no me interesa el cuerpo sino lo que hay en su cabeza».

Desdentados

6.1.08



Los felinos no sobreviven a la pérdida de sus dientes. Los dentistas, en cambio, son un indicador social de la opulencia. La sociedad del bienestar nos acomoda hasta hacernos perder lo instintivo. Civilizados hallamos la causa del extravío humano.





Cuento en La libreta digital

Epifanía

5.1.08



–Papá no sé qué pedirle a los Reyes Magos.
–Pídete otro padre.

Demasías

4.1.08



La Grecia clásica empleaba para definir la desmesura o la exageración en el exceso de confianza en uno mismo el término ‘hibris’. Cualidades de la ‘hibris’ son también la pereza y la impaciencia, frente a la mesura, la moderación y la sobriedad que proponía la moral griega. Parece una fórmula para colocarla en la solapa de estos días.


Esplín de invierno

3.1.08



Un cenicero lleno de colillas apagadas es una evocación del placer consumado. A cada paso dado estamos abocados a producir la melancolía que se extiende como una metástasis.

Última voluntad

2.1.08



Cuando especulamos sobre el final de la vida defendemos una solución rápida a cualquier otra opción. El escritor estadounidense Ambrose Bierce, antes de partir a Méjico en 1913 y ya septuagenario, explicaba en una carta enviada a sus familiares cuál era su elección vital: «Adiós. Si oyes que he sido colocado contra un muro de piedra mejicano y me han fusilado hasta convertirme en harapos, por favor, entiende que yo pienso que esa es una manera muy buena de salir de esta vida. Supera a la ancianidad, a la enfermedad, o a la caída por las escaleras de la bodega. Ser un gringo en Méjico, ¡ah, eso sí es eutanasia!».

Algodón dulce

1.1.08



El giro de azúcar coloreada formó, alrededor del palillo, un globo de algodón rosado. La niña creyó ser una devoradora de nubes de color rosicler.

Un cuarto de siglo más tarde se gana la vida de feria en feria. En el fondo no ha dejado de comer nubes por la boca de los niños a los que vende el azúcar hilado de su máquina. Ninguna ficción deja de existir mientras la alimentamos desde la voluntad de imaginar.