Dualismos
5.7.20
El otro día hablé con mi cerebro. Me dijo que lo tenía preocupado. Le pregunté por qué y me respondió que no le hacía ningún caso. Le argumenté que eso era porque me ocultaba cosas, algo que entre personas que comparten su intimidad no da mucha confianza. Entonces me replicó que la mente tiene razones que el cuerpo no entiende.
Etiquetas: cuentos de domingo, cuentos diminutos
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2 apostillas:
"Razones", claro...
Saludos,
J.
Si hablas con tu cerebro ¿quién habla? ¿El corazón? Solo puede hablar al cerebro el mismo cerebro en una suerte de metalenguaje y desdoblamiento. No hay forma de salir de esta madriguera: el cerebro habla al cerebro, no hay otra.
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