—El ser humano viene de las tinieblas y va a la oscuridad.
—A veces de noche, enciendo la luz para no ver mi propia oscuridad.
—¿Y es por ello que somos como un latigazo de luz? —preguntó casi resignado.
—Algunas cosas se hacen tan nuestras que las olvidamos —le contestó el poeta.
—Y a pesar de ello no dejamos de hurgar en las ambiciones.
—Buscando lo que deseo voy perdiendo el deseo de lo que busco.
—¿Uno debe buscar su verdad?
—La verdad tiene muy pocos amigos y los muy pocos amigos que tiene son suicidas.
—Sí que escasea la amistad entonces.
—Uno es uno con otros; solo no es nadie.
—No lo es por su arrogancia.
—Si no levantas los ojos, creerás que eres el punto más alto.
—Si eres humilde y buscas tu sendero.
—Dirán que andas por un camino equivocado si andas por tu camino.
―Hablarán tantas cosas señor Porchia.
—Un corazón grande se llena con poco.
15-M:« Los sueños existen, revolucionemos nuestra cotidianeidad »