El neurocientífico Antonio Damasio opina que placer y dolor «son las palancas que el organismo requiere para que las estrategias instintivas y adquiridas funcionen de manera adecuada», algo que tuvo como consecuencia la formulación de habilidades intelectuales y culturales ante el abismo descubierto.
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Adaptación
7.5.11
El neurocientífico Antonio Damasio opina que placer y dolor «son las palancas que el organismo requiere para que las estrategias instintivas y adquiridas funcionen de manera adecuada», algo que tuvo como consecuencia la formulación de habilidades intelectuales y culturales ante el abismo descubierto.
Damasio además afirma que «los rangos óptimos se expresan en las mentes conscientes como sentimientos placenteros; los rangos peligrosos, como sentimientos no tan placenteros o incluso dolorosos», lo que hace pensar cómo los primeros «son el fundamento del estado que, en formas bastante elaboradas, llamamos felicidad. Por el contrario, los estados vitales desorganizados, ineficaces e inarmónicos, los presagios de la enfermedad y el fracaso del sistema, constituyen el substrato de los sentimientos negativos, de los cuales, como observó tan adecuadamente Tolstoi, existen muchas más variedades que de los tipos positivos, una variedad infinita de dolor y sufrimiento, sin mencionar el disgusto, los miedos, la ira, la tristeza, la vergüenza, la culpa y el desprecio». Adquirida esa conciencia es difícil apartarse del camino como reza el proverbio chino: «el que no cambia de rumbo, llegará al destino del camino por el que va».
Viaje en tren
8.4.05
Subí sin darme cuenta una mañana
no sé si luminosa ni sé
si era de octubre o si era de abril.
En la memoria no guardo fechas,
sólo un álbum de fotos imperfectas.
Y comenzó el viaje que parecía lento
y lejano el final de aquel trayecto.
La estación de partida era una fiesta
porque aceleraba mi corazón
y la impaciencia me hacia imaginar
otros lugares.
Al final del camino ya nada se detiene
y ves pasar las estaciones
como quien ve caer la lluvia
tras el cristal
y tiene miedo a mojarse
porque sabe del dolor y del placer
de estar calado hasta los huesos.
Hedonismo
25.2.05
A la muerte de una gran artista de inmensa popularidad alguien se compadece de la fallecida, manifestándome su pesar por tan desafortunada pérdida. Yo le digo que no sienta pena alguna sino todo lo contrario, ya que su vida ha sido harta de placeres. En todo caso habría que penar, con escalofríos, por todos aquellos que mueren en opulencia de sufrimientos.
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