Camuflaje

15.5.10



Emboscarse en las palabras, mimetizar el habla, cambiar el acento hasta acomodarlo al ambiente y convertirse en un camaleón de las relaciones humanas. He ahí la habilidad de quien camina entre las tribus urbanas.



Caballitos de mar

14.5.10



A pesar de los años hay un imperecedero olor de salitre en mi memoria. Los olores que llegan desde la infancia están anclados en la pituitaria del recuerdo de forma perenne. Así que cada vez que ese aire salado y húmedo inunda mis pulmones, vuelve la fotografía de aquella Brownie Flash que utilizó papá para inmortalizar un verano de niñez vivido junto a la orilla del mar.

Si el olor es perdurable, la luz del amanecer marino es imborrable. La primera tarea del día era marchar hacia el rebalaje con un cubo de plástico en la mano y el bañador como única indumentaria. El milagro de la mañana era ver a los rudos pescadores sacar el copo, un arte de pesca que arrojaba las redes desde la orilla después de lanzarla al mar en un bote que describía un semicírculo.

Tirados desde dos extremos los pescadores se esforzaban en arrastrar la red hasta la orilla. Allí se arremolinaba la gente para ver la pesquera. Piezas de distintos tamaños saltaban dentro de la red y la chiquillería esperaba su momento para recoger los pececillos de plata que se escapan de la trampa mortal. Era el momento heroico de salvarlos de una muerte segura y regresarlos al mar después de mirarlos con asombro nadar dentro del cubito de plástico.

De todas las incursiones en las que me aventuré la que más me emocionó fue salvar a un pequeño caballito de mar, cuya mirada parecía lánguida y triste. Durante un buen rato lo observé moverse en el estrecho recipiente. Después lo devolví a la libertad que, como en la infancia la imaginación, en los hipocampos, debe parecer infinita.



Sueño

13.5.10



Debe ser que esto de escribir un ‘blog’ me confunde frecuentemente por aquello que me da por publicar casi todo lo que cavila esta cabeza mía. Lo escribo porque, a veces, me imagino sentado a una larga mesa, en plática de sustanciosa charla, mientras departo bebida y buen yantar, con esos amigos tan cotidianos: Joselu, Juan Poz, María, Blanca, Franco, Mar, Aaoiue, Javier, María Coca, Luis, Ex-compi, Futuro Bloguero, Antero, Mechi, Miquel, Javi, Vavo, Alejandro, Sharif, Aniz, María y otros tantos más que figuran en el margen derecho de la pantalla.




*La invitación igual vale para mis amigos de Facebook, Twitter y otros lares.



Amígdalas del corazón

12.5.10



¿Es la ternura una protuberancia del inconsciente afectivo?



Duocidad

11.5.10



—Dos son necesarios para un diálogo.
—Un dúo.
—Una duplicidad.
—Una doblez.
—Una diplopía afectiva.
—Dos aurículas, dos ventrículos.
—La duplicación del corazón.
—La dobledad.

Nota del autor.- Me disculpen quienes no hayan entendido nada.



Ficcionario

10.5.10



«Todas las palabras fueron alguna vez un neologismo», propuso Jorge Luis Borges. Apostemos por ello y carguemos de contenido a nuevas acepciones: intemido, increencia, inleído, incontenido.



Primicia

9.5.10



El alquimista ofreció una conferencia de prensa para desmentir que su cometido fuera el de transmutar metales en oro. “Buscamos la Piedra Filosofal para licuar el tiempo y sublimar los sentimientos hasta hacerlos cristalizar”, dijo. Y luego desapareció.



Justedad

8.5.10



Hay seres ensartados por el infortunio a los que el mundo revela la crudeza de su natural injusticia. Quien de esta vida espera justeza es porque ignora su esencialidad.



El árbol del ahorcado

7.5.10



Los niños mirábamos aquel almendro alto, robusto, de tronco retorcido, con solemnidad y terror. Un día acudimos en pandilla tras la noticia de que, una vez más, un hombre se había ahorcado en él. Observamos el árbol con tal curiosidad que podíamos imaginar un cuerpo que colgaba de una cuerda.

También solíamos visitar el cementerio para ir al patio de los ahorcados que permanecía cerrado, aunque en cierta ocasión alguien dejó la puerta abierta y nos colamos. Era un pequeño recinto con unos pocos nichos, sin lápidas ni flores, en parte desvencijado. Aquella imagen me produjo cierta pena porque los cuerpos allí sepultados parecían estar castigados, apartado del resto de tumbas de los difuntos, muchas de ellas adornadas con coloridas y luminosas flores.

Desde entonces recuerdo, al menos, a media docena de suicidas a los que conocí. Ningún patrón común les unía que no fuera su aburrimiento existencial cargado de angustia. La lucidez mental encarcelada en un embalaje mortal. El método usado, en su mayoría, fue el ahorcamiento y en algún caso los fármacos.

Los hombres prefieren el ahorcamiento o el disparo, las mujeres el envenenamiento. Saltar a la vía del tren o al vacío es indistinto.

En una ocasión escuché decir a un secretario de juzgado que la luna llena de enero venía siempre cargada de suicidios. Desde entonces miro las lunas de enero como coches fúnebres.


Noticias

6.5.10



La comida rápida forma parte de la dieta de millones de personas en el mundo. El consumo de productos culturales se hace cada vez más compulsivo. La velocidad se ha conformado en un modelo vivencial. Y la prisa marca el tempo del metrónomo de nuestras vidas.

Los productores de información no han podido o no han querido sustraerse de esta dinámica y han entrado de lleno en un ritmo vertiginoso y frenético en formato monocorde .

Información exprés y noticias ‘clines’ para consumo rápido y fácil del gran público, un producto para cebar las neuronas de memeces y adherir a ellas una grasienta capa de idiotez.

No basta con informar para adoctrinar, hay que comunicar para reflexionar de manera crítica y descartar el eslogan ‘usar y tirar’.


Palíndromo del yo

5.5.10



¿El amor propio es propio del amor?



Temperamentos

4.5.10



—No tengo mucho deseo, últimamente, y ando bajo de voluntad.
—Más grave sería que te diera un ataque de voluntarismo sin deseo.
—Sería peor un síncope de deseo con voluntad.
—Deberías darte un lingotazo de optimismo.
—Eso no arregla un carácter débil.
—No, pero le da pauta a la baja autoestima.
—Si me estimara más dejaría de ser yo.
—Necesitas ejercitar más tu voluntad.
—O pedir un préstamo de temperamento colérico.
Cerrado el diálogo los dos personajes se embutieron el traje de exterminadores de cucarachas y comenzaron su jornada de trabajo.



Momentaneidad

3.5.10



Si no supiera que soy la poquedad de un momento a qué leer a Vladimir Jankélévitch cuando escribe que «el instante es el punto vertiginoso donde el tiempo y el espacio coinciden, donde cualidad y cantidad aparecen una en la otra, donde la forma y la materia se hacen uno, donde la relación misma se recoge hasta ser un absoluto». Absolutez que me revisa y me supera en mí mismo.



Veredicto

2.5.10



El juez dictó sentencia: la pena fue proscribir la alegría.



La sombra del otro

1.5.10



Podemos decir quienes pensamos ser, nunca quienes somos.



Juanito y las pulgas

30.4.10



Furfur es uno de los setenta y dos demonios relacionados en el Ars Goetia. De él se refiere que miente a menos que se le obligue a entrar en un triángulo mágico, donde da respuestas certeras a todas las preguntas. Este diablo debió ser el instigador de una fechoría que recuerdo a un grupo de niños de mi infancia.

Varios chavales reclamaron a Juanito, un niño llegado desde Bélgica tras un periodo de inmigración de sus padres que trataba de adaptarse a un país salvaje. Lo llamaron en auxilio de un objeto perdido en un pequeño corral que había servido de cobijo a varios perros. Juanito, ingenuo, buscó entre la broza del cubículo. Movió el estiércol aquí y allá con afán de ayudar a localizar el misterioso objeto hasta desistir de su búsqueda. Lo único que encontró fueron tres días de postración en la cama con fiebre alta, inmensos picores y el cuerpo lleno de sarpullido. Entonces entendió que las pulgas eran invisibles.



Seres ocultos

29.4.10



Fuera del ojo omnisciente de Google nada parece existir. Lo que no se encuentra en Internet es conocimiento ignorado y, por tanto, inadvertido. A esa nueva verdad de entendimiento le faltan los datos invisibles, esos que se pasean extramuros de la tela de araña informática, donde habitan las entelequias silenciadas e inapreciables.



Retórica de la autocontemplación

28.4.10



Si todo está dicho y bien dicho por quienes son nuestros maestros, ¿qué hago yo escribiendo esté blog?




Escriturientos

27.4.10



—A ti no te pasa que cuando escribes dejas blancos en el papel que después completas.
—Sí, a veces, cuando escribo es como si armara un puzle donde hay piezas que no encajan y otras que no aparecen.
—Y qué haces entonces.
—Me tomo un par de copas.
—Para tener más agudeza mental supongo.
—No, que va, a la tercera copa, las palabras se transforman en hormigas.
—Y qué haces con las hormigas.
—Dejarlas que se ordenen solas.
―Y si no lo hacen.
—Las fumigo y dejo el papel en blanco.



Senda

26.4.10



Soción de Alejandría, autor de una compilación llamada ‘Sucesiones’ (Diadokhai), deduce que «en el conocimiento del mundo para la infancia es un descubrimiento continuo, para la juventud una revelación y para la madurez una decepción. En la vejez sólo un recuerdo del futuro.» Un libro cuya sentencia su protagonista no atina a pronunciar.



Anatomía de la palabra

25.4.10



Hablaba hasta por los codos. Sus conversaciones estaban articuladas entre la flexión y la reflexión.



Invencible

24.4.10



No hay enemigo mayor que aquel que, en vigilia, nos habita.



Primeras lecturas

23.4.10



No sé en qué momento exacto de mi infancia fui capaz de leer más allá de un palabra. Sí recuerdo el parvulario, los bancos de madera, el uniforme blanco y un propósito: desentrañar aquellos signos que prometían tanto. Derrida afirma que «hay un momento en que leer consiste en experimentar que el sentido no es accesible». Debí intuir algo de ello y desde entonces hasta ahora permanezco en la resistencia de desentrañar los textos.


El paradigma del nuevo periodista

22.4.10



Siempre lo he dicho: vivimos el mejor momento para el periodismo pero en las peores condiciones. Nunca antes en la historia de la comunicación hubo tal efervescencia de formatos y de noticias. Igualmente tampoco se dio la paradoja que el control de los medios, y por ende de los periodistas, fuera tan férreo por parte de los poderes económicos -principalmente- y político. Una consecuencia que es claro desencadenante de la situación que se vive.

Hace una semana asistí a las Jornadas Blogs y Medios de Comunicación que en su séptima edición volvieron a celebrarse en el Hospital de Peregrinos de Granada. Allí se dieron cita gente interesante de la blogosfera como la directora de la informacion.com, Vanessa Jiménez, la autora del blog El Periscopio, Rosa María Artal, junto a Antonio Martínez Ron de Fogonazos, Alvaro Ortiz (Furilo), Guillermo López de La Página Definitiva, Laura Pintos de 233grados.com, Wicho de Microsiervos, Rosa J. Cano de El País y la directora adjunta de 20Minutos.es, Virginia P. Alonso. Cerraron el debate Pepe Cervera periodista de RTVE y autor de Retiario e Ícaro Moyano de Tuenti y La Tejedora quienes trataron de trazar una visión futura de la cosa periodística.

Hubo otra conclusión a la ya apuntada al comienzo de esta entrada como es la atomización y distracción de los usuarios que no saben dónde acudir para el consumo de información. Es tan grande la dispersión de contenidos informativos que al final los usuarios terminaran despistados, mientras que las empresas de comunicación van a tratar de llevarlos como las cabras al redil.

Según Pepe Cervera habrá que olvidarse de las estructuras industriales y hacer contenidos de calidad para pequeños grupos, porque se acaba la era de los grandes productos y hay que hacer una información artesanal.

Y para Ícaro Moyano nunca se han valorado tanto los contenidos pero se intenta reproducir el modelo de negocio del quiosco. Y opina que si hasta ahora leíamos la información jerarquizada, en este momento se lee sobre lo que interesa.

No sé pero yo la bola de cristal no la veo tan clara.



Vaciedad

21.4.10



¿Si nunca nos hubieran amado seríamos nadie?



Flechas vivas

20.4.10



—Los hijos son el fracaso de nuestro tiempo —dijo mientras tomaba un café en un terraza de verano.
—Adónde quieres llegar con lo que acabas de decir —preguntó incómodo.
—Pienso que reflejamos en ellos toda nuestra carga de realidad que es frustrante en lo personal, displicente en lo ético, dispersa en intereses y saturada en información. Algo que nos lleva a ser contradictorios.
—Les damos lo que podemos en espera de que se conviertan en personas de bien.
—Más de lo que necesitan y mucho más de lo que aprecian. Nadan en la abundancia del capricho y en la sobreprotección prolija.
—Es para que alcancen cotas a las que nosotros soñamos llegar.
—No es cuestión de exigirles nada. Apenas que no rompan los lazos del afecto. El resto es cosa suya. Recuerda lo que dijo el poeta que somos el arco del cual los hijos son lanzados como ‘flechas vivas’.



Concisión

19.4.10



«La brevedad es el alma del ingenio», sugirió Shakespeare en 'Hamlet'. Cada día me afano en ser ingeniero de lo sutil y de lo efímero y, aunque dudo que mi empeño no sea en vano, en el intento muero.



Deporte de riesgo

18.4.10



Los dedos de la mano izquierda sobre la asdf y los de la derecha encima de la ñlkj y comenzó la gran aventura.



Subsistir

17.4.10



De la intimidad a la extimidad pasando por el vacío. Soy un producto asolado.



Doble vida

16.4.10



A Salvador Dalí le gustaba decir que había nacido dos veces. Una primera vez corta que acabó por una meningitis y una segunda más longeva. A mí me ocurre igual, en el libro de familia estoy inscrito dos veces. Cuando de niño visitaba el cementerio, mi abuela se detenía en un rincón del camposanto dedicado a albergar pequeñas tumbas y me señalaba una donde se podía leer mi nombre. La extrañeza de vivir dos vidas es como la sensación de nacer en Internet y desdoblar la existencia.



Oficio de bloguero

15.4.10




Hay muchos oficios en el mundo, algunos ya desparecidos de los que sólo queda su recuerdo. Otros se tambalean ante el estupor de la novedad. Finalmente, emerge un grupo de nuevos oficios aparecidos al rescoldo de las nuevas tecnologías, en el cual se puede colocar el oficio de bloguero.

Oficio con poco beneficio que no sea el de la satisfacción, la dedicación de algunas personas a cultivar este ‘género’ comunicacional y creativo, ha forjado un nuevo gremio y dado la posibilidad de expresión a miles de ciudadanos anónimos que han estampado una marca personal en el ciberespacio.

Dignificar este oficio todavía es una cuestión de prurito personal, el paso del tiempo dirá si termina por ser una cuidada artesanía o una mera actividad funcional.



República

14.4.10

¿Mueren los sueños cuando desaparecen sus portadores?

Tiránica hermosura

13.4.10



—Hay que sufrir para estar bella.
—¿No vale con ser una misma?
—No, en este mundo hay mucha competencia.
—¿Y contra quién competimos?
—Contra nosotras mismas.
—No soy mi rival y me da igual como me miren.
—No es cómo te miren sino como te veas tú. No podría salir a la calle sin estar arreglada.
—La belleza que se impone es opresora para la mujer. Es como ese instrumento de tortura, ‘la doncella de hierro’, bello por fuera y que por dentro te mata.
—Tú di lo que quieras pero pásame el pintalabios.



Pesadumbre

12.4.10



«No me angustia ni el ser ni la nada ni dios ni la ausencia de dios, sólo la sociedad: pues ella, y sólo ella, me ha infligido el desequilibrio existencial al que intento oponer un porte erguido -escribió Jean Améry- . Ella y sólo ella me ha robado la confianza en el mundo.» Será esa sociedad que se aposta en torno a los juzgados y las comisarías para linchar a los inculpados de crímenes horribles, la que estigmatiza a todo el que se sale de la ‘norma’, la que perjura bajo el barniz de lo ‘políticamente correcto’ sobre condición sexual, pensamiento o modo de vida. Es para angustiarse.


Milhojas

11.4.10




Hay otros cuentos, pero están en éste.






Peregrinar

10.4.10



Un momento de gloria y una eternidad de desconsuelos. La vida parece programada para el expatriación de todo apego.


El maestro cojo

9.4.10



Don Jaime era un maestro mutilado por la Guerra Civil. Republicano tachado de ‘rojo’ fue dejado por inútil tras perder una pierna. Impartía su clases en la vivienda que habitaba con su mujer y con una hija pequeña. Aunque los niños lo conocían como ‘el maestro cojo’ no ostentaba ningún título de magisterio y, sólo su incapacidad física y su cultura acumulada en compulsivas lecturas, permitió que le dejaron malvivir dando clases bajo la supervisión del régimen. Aquel hombre inmóvil solía desgranar algunas perlas elocuentes sobre su experiencia. Vagamente recuerdo algunas y de las que no olvidé, cito más o menos de memoria: «no es placentero aquel alimento que va contra mi salud» y «no criticaré ningún modo de vida que no sea nociva contra la mía», que trato de aplicar.


Especulación

8.4.10



Tan familiares nos son las nuevas tecnologías —no digamos lo que supondrá para todos los que vienen detrás— que parecen como si desde siempre estuvieran con nosotros. No es así pero ese espejismo alimenta pensar si estas herramientas hubieran estado en manos, no sé, por ejemplo, de Cervantes, cómo habría sido escrito su don Quijote, cómo se habría desenvuelto ‘La Ilíada’, cuánto hubiera avanzado ‘El origen de las especies’ o si ‘Romeo y Julieta’ no hubiera derivado en un ‘culebrón’. Quizás el ‘Kama sutra’ eclipsaría en fama al Catecismo y a qué hubieran quedados supeditados textos como el Talmud, la Biblia o el Corán. Sólo son contemplaciones de aquello que no ocurrirá y pórtico de lo que se avecina.



Válvula de escape

7.4.10



¿Los lamentos son jadeos que la mente deja escapar?



Alegato vital

6.4.10



―La vida es un atajo hacia ninguna parte.
―No, eso no es así. Se parece más a una autopista al más allá.
— La existencia es un juego de espejos. Pasado y futuro son imágenes virtuales donde se refleja en presente.
―No, es sólo este momento. Un instante continuo.
—La vida no es lo que uno quiere sino lo que uno tiene, ¿y qué tenemos?
― La vida es corta, poco duradera. Te la puedes pasar haciendo muchas cosas para que no te des cuenta que el tiempo discurre o te la puedes pasar pensando que el tiempo pasa. La conclusión no es diferente.



Quemazón

5.4.10



«La vida consiste en arder en preguntas», afirma Antoine Marie Joseph Artaud. La duda ígnea de la existencia, la incineración de la nada.



Violencia verbal

4.4.10



El gerundio ofuscado me quiso golpear con su terminación. En ese momento imploré a Valle Inclán y concluí el cuento.



Subterfugio

3.4.10



El lenguaje oral oculta más de lo que expresa. El uso de rodeos lleva al laberinto de la rutina profiláctica de la verdad.



Silencio

2.4.10



En cierta ocasión visité una templo hindú cuya deidad era un mono, se trataba de Hánuman o Jánumat y es muy venerado por los hindúes que, cuando lo refiero, espanta a más de un cristiano. Tengo un amigo marroquí que, cada Semana Santa, me pregunta si han salido ya los muñecos. La estupefacción que produce la iconografía religiosa en creyentes de diferentes rezos define muy bien lo maniqueo de estas expresiones que, como en el caso de los católicos y su semana de pasión, se han convertido en un bullicioso espectáculo. Siempre no fue así.

En mi niñez había dos aspectos que me llamaban la atención de estos días festivos. Uno era su particularidad culinaria: garbanzos, bacalao, arroz con leche, bollos de aceite y tortas de azúcar. El otro era la sordina de un tiempo en que todo se paralizaba y apenas había ruido en las calles. De aquellos días, tristes para la chiquillada, recuerdo un gran silencio.



Endogámicos blogs

1.4.10



Plantearse que, en un futuro, todo el mundo publique en Internet no parece tan descabellado. Al final terminará por leerse cada cual a sí mismo. No es malo el consuelo.



Implícito

31.3.10



¿Te pregunto a ti lector si eres capaz de responderte en tu propia respuesta?



Simplicidad

30.3.10



—Dónde vas.
―Voy a comprar pescado.
―Te veo muy bien acompañado.
—Sí, no voy a ningún sitio sin mi lucidez.
—Y eso te ayuda mucho cuando, como ahora, vas a comprar pescado.
―Debería.
―Yo también voy a comprar pescado pero sin ninguna clarividencia. No creo que por eso me atiendan peor.
—No debería ser así.
―Entonces seguiré mi camino.
―Y nosotros el nuestro.



Inverosímil

29.3.10



Foucault plantea que «todo el pensamiento moderno es permeado por la idea de pensar lo imposible». Esa inverosimilitud de las ideas suele ser método de indagación conurbano a la escritura creativa.



Lunación

28.3.10



Me pone una media luna —le dijo al camarero—. Y esa noche hubo cuarto menguante.


Espejismo

27.3.10



Existe un método casero para ahuyentar a las molestas moscas. La gente suele colgar bolsas de plástico transparentes llenas de agua en los porches de las casas de campo. Al verse reflejadas y aumentadas en las mismas, dicen quienes practican la técnica, huyen aterrorizadas.

Ocurre igual con el ser humano cuando se enfrenta a su deformada imagen que huye despavorido ante su esperpento.


Trauma

26.3.10



A todos los críos del barrio le gustaba cazar pajarillos. Era un entretenimiento productivo porque contaba con el beneplácito de los mayores que después se lo comían fritos con ajos picados. A juzgar por sus comentarios deberían estar muy sabrosos, una delicia culinaria. Nunca me comí uno.

Sin embargo coger algún gorrión, colorín, verderón o cualquier otra especie era un reto. Todos fardaban con sus ristras de pájaros enganchados por el pico con un alambre. Tal fue la presión recibida que decidí, junto a mi hermano menor probar suerte y colocar dos o tres trampas, llamadas pillapájaros, las cuales había que vigilar porque de lo contrario otros chicos las robaban. Eran de cobre dorado y reluciente, a estrenar. Supongo que las compraría mi padre.

Antes había que buscar el cebo. Aludas o gusanos escondidos bajos tierra que se colocaba en una especie de tenacillas de las trampas.

Varios intentos consecutivos terminaron por desalentarnos al ver que ningún pajarillo había caído en las trampas. Así transcurrían los días sin mayor barbarie en el juego de imaginarnos que éramos cazadores.

Cierto día aciago, cuando dábamos todo por perdido y estábamos a punto de desistir, abrumados por el desánimo, en una de las trampas oteamos unas pequeñas plumas. Al llegar hasta el lugar uno de los pillapájaros había saltado y atrapado por el cuello a un diminuto jilguero.

La alegría inconmensurable de triunfo no tardó mucho en mutarse en tristeza. Apenas pude sacar del alambre el cuerpecillo del ave, note el suave tacto de sus plumaje y su inerme presencia entre mis dedos, un sentimiento de pesadumbre me invadió porque no podía devolverle la vida y echarlo a volar.

En ese momento terminó mi vocación de cazador.



Virus, patógenos y otros contagios

25.3.10



A cualquiera que se le pregunte sobre las infecciones de Internet termina por razonar que muchas de ellas están creadas a propósito por quienes después se benefician de su cura. Cada día surgen nuevos peligros que van desde cuantiosas estafas económicas hasta la infestación más dañina para el ordenador que muta constantemente.

Llegados a este punto de devastación y daño, lo más razonable sería que los estados se comprometieran en dotar de herramientas necesarias y gratuitas a los usuarios y así poder defenderse de estos contagios que causan pérdidas millonarias a todos.



Incógnitas

24.3.10



¿Si la respuesta obtenida es una insatisfacción a la pregunta dada es porque lo preguntado no es lo correcto?



Otredad

23.3.10



—¿Ponerse en el lugar de otro significa dejar de ocupar el propio?
—Nadie se pone el lugar de otro. Para ello es necesario ocupar su espacio, algo que conlleva abandonar el nuestro —le respondió.
—¿Cómo ponerse el lugar de otro yo, salir de nuestra armadura para ocupar otra ajena, vernos a nosotros como extraños de nosotros mismos? —insistió.
—Cómo me pongo en el lugar de quien consigue sin esfuerzo una meta porque utiliza sus influencias. O en el lugar de quien usa la violencia o de quien es indigno con los demás.
—¿No es posible por tanto la empatía?
—No sé, no siempre, sólo en algunos casos. Vete a saber.



Interacción

22.3.10



Jean Baudrillard predica que «mientras el trabajo se percibía como una alienación cabía hacerle desempeñar un papel subversivo (...) Pero en nuestra nueva logística de interacción hombre-máquina ya no hay tal trabajo. El hombre y la máquina están en interfaz. Ya no existe un sujeto del trabajo». El sistema ha pervertido el hecho de ser cuestionado para mantener aturdidos a sus individuos.



Claustro

21.3.10



Cada noche el hombre leía el libro bajo la luz de la farola y cuando lo cerraba concluían los sueños.



Flujo de conciencia

20.3.10



Estremecido, zarandeado, inexplicado. No se me queda pequeña la vida sólo angosto el tiempo.



Bichos

19.3.10



La infancia bien pudiera ser un espacio amoral e inconsciente. Al menos se puede decir que a ciertas edades es difícil tener conciencia del dolor que puedan sentir algunos seres vivos. Un post, días pasados, de mi entrañable amigo Joselu, me trajo a la memoria algunas tropelías vividas en mi niñez.

Recuerdo que no me gustaba participar de aquellas desmanes contra los bichillos pero que quizás no me inhibiera contra hormigas y moscas, pues uno de los juegos era hacer arder sobre un palo una botella de plástico y dejar caer las gotas del material derretido sobre las largas filas de hormigas que iban y venían a sus hormigueros, a modo de aviones que bombardearan un convoy militar. Sin llanto ni gemido por parte de los insectos no le suponíamos dolor, aunque sus filas quedaban bastante maltrechas y sus exoesqueletos plastificados. Reconozco apenarme de tal malicia porque con el tiempo los insectos me han servido, incluso, de inspiración lírica.

Pero en mi memoria guardo un decálogo de bárbaras costumbres —de las que siempre me aparté—, en las relaciones de los niños y los insectos, reptiles y hasta mamíferos. Así vi con asombro como tenían por costumbre, algunos chicos, meter tabaco en la boca de las lagartijas y colocar un palito entre sus extremidades a modo de que aparentara ser un guitarrista. Las moscas, saltamontes y otros bichos voladores eran objeto de amputación de miembros, o atados con hilos hasta que se extinguía su vitalidad.

Solían buscar alacranes bajo las piedras porque eran los más implacables depredadores para después, en el mismo recipiente, acompañarlos de arañas, escarabajos, ciempiés, gusanos, hormigas y algún otro insecto que se preciara. Se trataba de saber quién sobrevivía en aquella jungla de seres extraños. El resultado era una orgía de miembros descuartizados y en el epílogo no perduraban ni los ganadores que recibían la muerte como premio por parte de sus captores.

No todos los animales corrían igual suerte. Los niños temía especialmente a las avispas, a las que solían quitar el aguijón y a las abejas. Adoraban a los grillos que alimentaban con lechuga y guardaban en una pequeña jaula. Coleccionaban gusanos de seda que engordaban con las hojas de la moreda. Capturaban y soltaban a las libélulas al igual que a las santateresas. En verano perseguían a las chicharras y por las noches el más preciado tesoro eran las luciérnagas.

Los anfibios, reptiles de tamaño medio, gatos, perros y pájaros, son capítulo aparte.




Bajo el síndrome de Kessler

18.3.10



En la órbita terrestre hay millones de toneladas de chatarra espacial. En el ciberespacio de Internet circulan millones de gigabytes de correos que se reciclan una y otra vez. Cada vez que nuevos usuarios se adiestra en clicar el ratón, por la red vuelven a circular correos con mensajes que pertenecen a la arqueología ciberespacial y que son resucitados para que vuelvan a transitar de manera infinita.

Al aumentar la frecuencia y el número internautas se corre el riesgo que los correos queden colapsados o que nos hagan perder un tiempo preciado, a expensas que alguien se dedique a limpiar tantos residuos virtuales.



Autopresión

17.3.10



¿Preguntarse a sí mismo es un interrogatorio en tercer grado?



Transfronterizos

16.3.10



—Buenas noches.
—Buenos días —le respondió.
—Dónde vas a las seis de la mañana —quiso saber.
—A trabajar —dijo.
—Estás loco —precisó asombrado.
—¿Y tú por qué madrugas tanto? —se interesó.
—No madrugo, voy a dormir —explicó con cansancio.
—Ah, cuánta cordura.



Conminación

15.3.10



«La necedad constituye una amenaza mucho más terrible que el error, siempre extrínseco.», sugiere François Zourabichvili. Bastaste más porque si el error es la ausencia de ideas apropiadas que planteaba Spinoza, la estupidez es una estructura de pensamiento que esculpe la perplejidad del rostro humano.


Fuga de cerebros

14.3.10



Dejó de pensar en el preciso instante que, cautivado por una idea seductora, huyó con ella.



Absortos

13.3.10



Somos esa vaga esperanza que tintinea en la nada. El eco de uno sonido a punto de callar.



El catador de melazas

12.3.10



Pensaba que aquel hombre era quien ponía los olores a la primavera. Cuando comenzaba a pasar en las tardes de marzo, mientras merendaba en la puerta de casa, el aire se perfumaba de azucaradas fragancias. Olía a dulce etéreo y a meliflua calidez. La respiración, entonces, se inundaba de una sinfonía de tonos de melaza.

Un día pregunté a la gente mayor cuál era el oficio del hombre que aparecía después de escuchar la sirena de la fábrica. Mi escaso entendimiento infantil dedujo de la explicación dada que se trataba de una persona que calentaba las mieles de la caña de azúcar hasta evaporar su espíritu y con ello adornaba de aromas cada primavera.

En realidad años después descubrí, prosaicamente, que se trataba de un maestro de azúcar, cuya misión era dirigir el reparto de la melaza y pasear por la nave de las tachas para observar los tubos de nivel, entre otras ocupaciones.

Aún así, hoy, su evocación me trae tardes de aromáticas primaveras sin continuidad.



Insumisión digital

11.3.10




Un grupo de internautas han entregado al Ministerio de Industria ‘La lista de Sinde’, un inventario donde responsables de 1.180 páginas web, entre las que se incluye este 'blog', se autoinculpan de incumplir la Ley de Economía Sostenible. Esta una forma de protestar contra el cierre de páginas web: declarándose culpables de «intercambiar cultura libremente mediante la integración de un buscador de descargas.»

‘La lista de Sinde’ está formada en un 75 por ciento por «creadores, autores que ponen sus obras a disposición del público, que luchan por un modelo sostenible de cultura libre» y en la que algunos viven de ello. Como apuntó Adolfo Suárez, en uno de sus discursos: «es necesario elevar políticamente a la altura de normal, lo que en la calle es normal».

Este es el momento de poner un pequeño grano de arena aunque, por esto, los gobernantes sean tan osados de cerrar bitácoras como esta que lees.



Colores

10.3.10



¿El equilibrio está más en pasar del blanco al negro que permanecer en el gris?





Meollo

9.3.10



―El entendimiento, dicen las enciclopedias, es la facultad humana de comprender, comparar, juzgar las cosas, o inducir y deducir otras de las que ya se conocen.
―Lo juro no fui yo. Se me apareció el fantasma de Deleuze.
―Platón diferenció entre el entendimiento estrictamente discursivo y la razón, que permitía conocer las ideas en sí mismas.
―Me obligó a citarlo y no me pude resistir.
―Y Kant llegó a afirmar que el entendimiento es la facultad de pensar y unificar bajo el concepto la diversidad ofrecida por la sensibilidad.
―Acepto la contingencia en el fracaso de mi comunicación.



Acasos

8.3.10



«Sólo el azar del encuentro garantiza la necesidad de lo pensado», opina Deleuze. Y lo ideado innecesario desahucia el desencuentro de la contingencia humana.



Extravío

7.3.10



Tenía que dar un recital de poesía y perdió la erre por el camino. Fue una tarde de versos gangosos.



Atolladero

6.3.10



A veces me canso de escucharme porque me atoro en un idea. El eco de la mismidad es insoportable.



El estudio del pintor

5.3.10



Todo me pareció misterioso y sugestivo. Miraba a los personajes reales y a los protagonistas de los lienzos que poblaban el estudio alumbrado en penumbra por luces bajas, y no sabía distinguir quiénes me causaban más sorpresa. Entonces era un joven adolescente herido de sensibilidad por la poesía, la música y el dibujo. Y allí comenzó mi viaje iniciático en la escritura, allí se fraguó buena parte del ánimo por la creatividad.

Invitado por un compañero de instituto, la primera vez que pisé aquella sala con suelo de madera y cuadros surrealistas que me recordaban a Dalí, mi timidez me hizo sentirme más pequeño, rodeado de gentes que hablaban y discutían sobre la creación artística. Sentadas o recostadas sobre varias ‘chaise-longue’ aquellos personajes pertenecían a un mundo, hasta entonces, sólo conocido por los libros.

La cita era los viernes, día de permiso extra para volver más tarde a casa, y aquello era una isla en mi vida estudiantil. Esperaba el fin de la semana con anhelo para poder leer algo que hubiera escrito y someterme a los comentarios, condescendientes por qué no, de los personajes que por allí pululaban y a quienes escuchaba, con asombro, contar sus experiencias vitales, sus reflexiones sobre libros y discos desconocidos para mí. Al fin no estaba sólo en el camino que emprendí.



Identificados

4.3.10


A la gente que me rodea, en general, les importa un bledo que tenga un ‘blog’, acostumbrados a lo tangible de mi persona, siente poca curiosidad por la expresión virtual en la que me proyecto a diario.

Si alguien me hace un comentario en persona es casi anecdótico, lo hace más por amistad que por el interés de conocer lo que publico. Incluso quienes solían mostrar alguna curiosidad por lo que escribía en papel, plantean bastante resistencia a este nuevo formato.

Es así, en esta realidad poliédrica que somos, Internet, las bitácoras y las nuevas tecnologías, han añadido una cara más a la persona que somos.


Distancia neuronal

3.3.10



¿Va más lejos la mente matemática que la mente imaginativa?



Pintamos la casa

2.3.10



Van más de cinco años que este inquilino se alojó en la bitácora ‘El día que estés muerto sabrás cuánto te quieren’. Un lustro en el que me he sentido a gusto en un habitáculo a veces burbuja, a veces máquina del tiempo y, a veces, cápsula espacial con la que viajar por el ciberespacio. Internauta de las palabras y de los amigos que visitan la ‘casa’, un día pensé que había pasado el tiempo suficiente como para darle unas manos de pintura y renovarse a la vez que morir día a día como destino común.

Entonces eché mano de quien sabe hacer buenos diseños como el que alberga ahora ‘El sexo de las moscas’. La diseñadora gráfica Anna Jordà ha creado una renovada imagen para ‘El día que estés muerto sabrás cuánto te quieren’. Su creación se ambientó en los objetivos y contenidos de habitan el ‘blog’. El resultado francamente satisfactorio.

Según la propia Anna: «la idea de web y ‘blog’ es recoger ideas y pensamientos volátiles, los que revolotean por la cabeza (metafóricamente, las moscas) y engendrarlos y reconvertirlos a través del sexo. A partir de estos conceptos se ha realizado el logo-marca para la web. Creemos que es importante este elemento gráfico dado que la entrada principal de este ‘blog’ lleva este nombre y por él se le conoce. Por ello proponemos que este logotipo aparezca en todos los blogs de creación propia del autor (...) Por otro lado, la imagen del ‘blog’ mismo (‘El día que estés muerto...) se trabajado a partir del concepto ya existente de ‘ocaso’ pero con un tratamiento más de obra gráfica. Una línea de horizonte y un pequeño sol escondiéndose. Se ha añadido un segundo sol. Conceptualmente se pretende también añadir un sol naciente para plasmar la dualidad de principio-fin y hacerlo visualmente más rico. Los colores son sobrios, elegantes y serenos. Se apartan de los colores generalmente luminosos que encontramos en formatos de Internet. Acompañan a los pensamientos pero no los distraen.»

Terminado el trabajo de Anna, llegó la hora de hospedar esa imagen gráfica renovada. Y vino Antonio Zambrana, administrador y diseñador de Blogsmadeinspain a rematar la faena.

El resultado delante de vuestras pantallas está. Espero que lo disfrutéis.

Sondeos

1.3.10



«Las palabras son pozos de agua en cuya búsqueda el decir perfora la tierra, pozos que cada vez hay que hallar y perforar de nuevo, fáciles de cegar, pero que en ocasiones van brotando también donde menos se espera», alegó Martin Heidegger. Será por ello que la pasión de la lengua sólo la entienden aquellos zahoríes incansables que se han perdido en su oficio.

Seguridad gramatical

28.2.10



Los artículos personales serán escaneados en los aeropuertos.

Pespunte

27.2.10



Hilvanados al mundo por instantes; cosidos por momentos. Esa es la costura detallada de la que estamos hechos con tejido de tiempo y de memoria.

Paralelogramos

26.2.10



Existe en la geometría de la memoria infantil una figura de nefasto recuerdo. Odiada y deseada desde el anhelo de la curiosidad, establecía la frontera de un mundo prohibido cuyas puertas sólo podía abrir el paso del tiempo. La presentación estelar de la silueta del rombo en la pantalla del televisor estaba precedida del mayor momento de incertidumbre conocido en la temprana edad. Los escasos planos que se colaban en el televisor sin que apareciera la maldita silueta del polígono eran como un regalo para intuir la historia que se contaría de inmediato y con la que se podría soñar pero nunca satisfacer la indagación.

Lo más infausto de aquel cuadrilátero paralelogramo no rectángulo era ver aparecer su doble figura, porque entonces no cabía negociación posible y el camino de la cama era seguro. Los límites de la libertad infantil frente a la televisión, en horario nocturno, estaban fijados por un área con cuatro lados iguales en longitud y paralelos dos a dos, para satisfacción de los padres.

La falsedad verdadera

25.2.10



Sócrates jamás dijo que «los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros» y, sin embargo Internet aparece plagado de webs que la exhiben esta frase como propia. Tampoco Cicerón dejó escrito que «si ignoras lo que ocurrió antes de que tú nacieras, siempre serás un niño.» Y a François René de Chateaubriand se le atribuye la cita: «El escritor original no es aquel que se abstiene de imitar a los demás, sino el que puede ser imitado por nadie.» No se libra ni el propio Albert Einstein a quien se le otorgan frases como «Cien veces a diario recuerdo que mi vida interior y exterior se basa en el trabajo de otros hombres, vivos y muertos, y que debo esforzarme para dar en la misma medida en que he recibido y sigo recibiendo.» o «La religión sin la ciencia estaría ciega, y la ciencia sin la religión estaría coja también.»

La red ha extendido más que nunca estas citas apócrifas, pero también nos da herramientas para descubrirlas.

Ordenación

24.2.10



¿Si el periodismo es el segundo oficio más viejo del mundo cuál es el primero?

Taller del recuerdo

23.2.10



—Olvidamos para recordar.
—Cosa curiosa —reflexionó el oyente.
—Entonces recordamos para olvidar —terció en tono irónico otro interlocutor.
—No recordamos los olvidos porque los borramos para sobrevivir —insistió en su tesis el primer contertulio.
—A veces es necesario, entiendo yo —medió entre los dos.
—Pero olvidamos los recuerdos que nos sobran para vivir —concluyó el tercero en discordia.

Molineros

22.2.10



Cita Sexto Empírico, en su libro ‘Adversus mathematicos’, el verso de Eurípides: «Muelen despacio molino de dioses, más muelen muy fino». No sé cómo de refinado pero de lo pausado da muestra las miles de personas que mueren de hambre a diario.

Pizarra mágica

21.2.10




El profesor escribió en la pizarra la palabra coloide. Al girarse hacia la clase todos sus alumnos habían desaparecido.



Inverso

20.2.10



Todo éxito es un malentendido; todo fracaso una indagación.

El tendero de las palabras

19.2.10



La primera vez que me fijé en él lanzaba piropos a un grupo de jovencitas que pasaba frente a su tienda de ultramarinos. En la puerta había colocada una pizarra sostenida sobre una especie de atril de patas cortas. Escrito con tiza, junto al precio del pan, las patatas y el azúcar, se podía leer: «no hay sábado ni mocita sin amor».

El descubrimiento fue una licencia para mi curiosidad y mi imaginación de niño. Cada vez que tenía ocasión volvía a pasar por la calle donde reglaban frases ingeniosas, las mismas que procuraba memorizar para después comentarlas a mis amigos.

Un día tuve que entrar a comprar un kilo de garbanzos para cumplir con un encargo de mamá. El tendero, prodigioso para mí, me agasajó con algunas bromas y me despachó las semillas. Dijo: «un kilo de legumbres y cuarto y mitad de adjetivos para estos garbanzos tiernos y jugosos».

Entonces bajó un bote de cristal lleno de trocitos de papel blanco que estaba colocado en uno de los estantes, entre las latas de conservas, y me lo dio junto con el paquete de garbanzos. «Toma, un regalo», me dijo, mientras pensaba que mejor me hubiera dado un caramelo.

Al salir del comercio, intrigado, desdoblé el papel y dentro estaba escrita una palabra: obnubilar.

Vertiginoso

18.2.10



La velocidad es lo sustantivo del mundo actual: la aceleración en el acercamiento a lo novedoso. No es de extrañar que alguien como el analista web y el gurú del investigación de las audiencias 'online', Avinash Kaushik, proclame que «el cambio constante es un imperativo estratégico en Internet.»

Hemianopsia

17.2.10



¿Cuántas veces es mejor mirar hacia otro lado?

Pesquisas

16.2.10



—Plantear lo no vivido como un método de indagación de la propia existencia me ha hecho replantearme mi situación en el mundo —le confesó mientras conducía.

—Y eso adónde te ha llevado —indagó el copiloto.

—Me ha llevado a saber que ahora conduzco y, sin embargo, podría ser quien está sentado ahí —dijo mientras señalaba con la mirada el lugar de su acompañante.

—El viaje, entonces, sería el mismo. Sólo cambiaría tu posición.

—Y mi predisposición que es aún más importante. Algo que se escapa a las dimensiones físicas pero que está atrapada en ellas.

—Me he perdido.

—Es fácil, tomamos las decisiones justas en el momento justo.

—Sí, un volantazo ahora, contra ese camión que viene de frente, sería fatal.

Ausentes

15.2.10



Freud pronosticó que «la escritura es, originalmente, el lenguaje del ausente.» La expresión de quien se pierde en la realidad, la lengua de los evanecidos, la comunicación del que no está.

Mantis amorosa

14.2.10




Lo besó y nunca más se supo.



Estrés interpersonal

13.2.10



A menudo nos hallamos perdidos en el encuentro, desnortados por ecpatía.

Miguelón

12.2.10



Soy de la opinión que no existe un destino atadura de lo que somos aunque, al final, sí terminamos atados a un destino preciso.

Ese es el caso de Miguelón, apodado así desde el instituto porque tanto su físico como su personalidad se derramaban del simple molde de Miguel. Con su cachaza y su frialdad de ánimo, nada parecía inquietarle.

Estaba allí porque le habían mandado igual que un niño va donde le ordenan porque tiene que cumplir con un encargo, todo sin el más mínimo interés. Así lo fue hasta terminar, con los años que fueron necesarios y las ayudas oportunas, su carrera de Farmacia.

Hace unos días lo vi cruzar la calle con un cigarrillo en la mano. Salía de la farmacia que regenta y cuya licencia adquirió por herencia familiar. Llevaba el mismo gesto despreocupado que cuando caminaba, lerdo, tardo, por los pasillos del instituto.

Cien metros más abajo, Isidro, un chico de la misma generación que era todo pundonor en los estudios, que lograba buenas notas y se entregaba a las causas de los compañeros, y que estudió Farmacia con un expediente inmaculado, regenta un herbolario mientras medita tranquilo ejercer un destino diferente.

Epistolario cibernético

11.2.10




Sé que los robots de Google leen mis correos electrónicos y hurgan en sus intimidades. Lo que no sé es si extraen consecuencias de palabras contenidas en ellos como afecto, abrazo, amistad, saludo o beso.

Sé que los robots de Google leen mis mensajes para incluir en ellos publicidad relevante y de aparente interés como internauta. Lo que ignoro es si extraen consecuencias notables de palabras como ternura, corazonada, lluvia, cariño o tiempo.

Y a pesar de ello, me reconforta que alguien, aunque sea un androide, lea en mis cartas expresiones tales como cordial, ensimismado, alegre, atentamente o deseo.

Monotonía

10.2.10



¿Es la monotonía el mayor consumidor del tiempo personal?

Diálogo mudo

9.2.10


—Yo no nací ayer.


—Ni me he criado en un verano.


—Tampoco estoy dispuesto a comulgar con ruedas de molino.

Boberías

8.2.10



«Hay que saber hacer las tonterías que nos pide nuestro carácter.» Si hay que dar por cierto esta máxima de Nicholas Chamfort, la condición de algunas personas no tiene parangón.

El narrador pigmeo

7.2.10



Fue un escritor con muchos textículos.

Nebulización al vacío

6.2.10



Anhelar lo que el deseo nos niega es como aspirar una bocanada de ‘nadeidad’.

Miguelito

5.2.10



Siempre que lo veo me da un tímido saludo balbuciente; siempre desde que lo conozco y que es desde toda la vida. Y aún así es un ser enigmático desde mi infancia.

Es el mayor de cinco hermanos y el peso de su primogenitura le hizo pronto buscar un oficio. Así le conocí como un veinteañero postulante a ser una persona que rápido disfrutara de pareja, constituyera una familia y vegetara más o menos feliz como una gran mayoría de congéneres. Eso fue lo que ocurrió con el resto de sus hermanos pero no con él.

Durante años le vi palidecer mientras iba y venía del trabajo a su casa, a un hogar cada vez más despoblado hasta vivir, finalmente, sólo con su anciana madre. Sin amigos, sin aficiones, sin alguna pasión que no sea convivir con su rutina y hacer algunos apaños caseros o trabajos relacionados con su oficio de mecánico, le he visto como borrarse del mundo.

Mi incertidumbre, cada vez que me cruzo con él, es la misma: ¿habrá algún plus de emoción oculta en su existencia que desmonte ese retrato público?