—¿No vale con ser una misma?
—No, en este mundo hay mucha competencia.
—¿Y contra quién competimos?
—Contra nosotras mismas.
—No soy mi rival y me da igual como me miren.
—No es cómo te miren sino como te veas tú. No podría salir a la calle sin estar arreglada.
—La belleza que se impone es opresora para la mujer. Es como ese instrumento de tortura, ‘la doncella de hierro’, bello por fuera y que por dentro te mata.
—Tú di lo que quieras pero pásame el pintalabios.
7 apostillas:
Según el psiquiatra Luis Rojas Marcos un 80 por ciento de las mujeres occidentales se sientan insatisfechas con su cuerpo y hasta un 20 por ciento han pasado ya por el quirófano a remodelar su figura, algo de lo que es responsable la industria de la belleza que obtiene beneficios por millones de euros y que está fiscalizada por hombres.
¡Vivan las piernas sin depilar! ¡Vivan los bigotes! ¡Arriba los sobacos poblados! ¡Basta de tiranía masculina!
Por encima de las clases económicas están las clases estéticas. A pesar de que el romancero es compasivo (La suerte de la fea la guapa la desea), esas diferencias estéticas justifican, por si solas, por ejemplo, la existencia y pervivencia de la prostitución. Sallie Tisdale es una feminista americana que defiende la pornografía y la prostitución, no la esclavitud ni el comercio de mujeres, claro está, y no es difícil de entender su comprensión. Quienes hemos militado siempre en el campo de los feos, no en el de los que llaman la atención por ello, sino en el otro, el peor, el de la invisibilidad, sabemos ce por be la humillación que supone dicha marginación. En última instancia, cabría aplicarle el aforismo forense: dura belleza, sed belleza...
Jajaja JOSELU...¡¡Cómo debe quererte tú esposa!! ;-)
Estoy de acuerdo..¡¡No hay que sufrir para estar bella!!
suponiendo, que aún sufriendo se consiga jaja... Porque esas es otra...¿Cual es el canon actual de la belleza? Un cuerpo escultural, requiere como toda escultura, un cincel que la esculpa.
Si es la naturaleza, todo perfecto, si es el hombre a base de jeringas y silicona ¿de verdad esa escultura es bella?
Ahora bien, entre eso e ir hecha una greñas (de las de JOSELU ;-) va un abismo jaja
Yo diría, una tiranía no, más bien, una sana democracia. :)))
Muchos besos Francisco
Vaya, ya me ha anonimado otra vez el sistema. ¡Menudo problema de internetidad!
Los cánones o patrones de belleza, variables y pasajeros, han respondido a motivos sociales y económicos. Así, por ejemplo, las mujeres ricas de antaño debían ser gordas para demostrar que no tenían por qué trabajar y que comían abundantemente. Hoy día, en los países desarrollados, la obesidad es considerada una especie de epidemia que provoca miles de muertes debido a enfermedades derivadas del exceso de peso. Y eso no vende. Lo que hoy tiene éxito y se vende es un cuerpo delgado, ágil y esbelto que demuestre a los demás que puede consumir alimentos escogidos y tiene tiempo suficiente para ir al gimnasio o hacer deporte. Siempre ha habido motivos ocultos detrás de cada prototipo de belleza: si se quiere incrementar el índice de la natalidad el ideal de belleza se forma con caderas anchas y pechos grandes; si se quiere ostentar la condición de clase social dominante se muestra la gordura en tiempos de hambruna o crisis; si se quiere mostrar cuidado de la imagen, selección de alimentos, exaltación de la juventud y tiempo libre para cuidarse físicamente se muestra un cuerpo con unas dimensiones de 90-60-90 con cabellos rubios y aspecto frágil, o cuerpos delgados, casi infantiles; si se quiere mostrar dinamismo, fortaleza física, aventuras y exploraciones varias se presenta un cuerpo más musculoso y una tez más curtida.
Parece ser que estos tres primeros modelos se han alternado en la historia, aunque quizá por distintos motivos y con leves variantes. El último es una variante del tercero, del contemporáneo, igual que existen otras variantes como el de la belleza tecnológica. Existe un modelo más, el postmoderno. El modelo postmoderno parece haberse liberado de la estética para transformarse en bienestar físico, mental, intelectualidad y educación en valores. No obstante, el modelo postmoderno no se ha impuesto en la publicidad. El canon de belleza femenino tiene una fórmula clave: el culto a la imagen. Se trata de una figura esbelta, altura superior a la media, apariencia deportiva sin incurrir en lo atlético ni excesivamente musculoso, piel tersa y bronceada, ojos grandes, nariz pequeña, boca grande y labios gruesos, medidas publicitarias (90-60-90), senos firmes, simétricos y sólidos, vientre liso, pelo largo (a partir de los 50 también corto), piernas largas y torneadas y, sobre todo, tener menos de treinta años. La eterna juventud se ha impuesto en la estética: la figura firme, la forma intacta y el resto de la vida por delante para cumplir los grandes sueños. Éste es el patrón del siglo XXI del que se beneficia el mercado. El ideal de belleza masculino destaca la importancia del ejercicio físico para conseguir el arquetipo, como había hecho el mundo clásico de Grecia, de modo que la estatura superior a la media, el cabello abundante, la frente ancha, los pómulos prominentes, la mandíbula marcada, las extremidades y el tronco levemente musculosos, la espalda ancha y las piernas largas y deportivas no difieren excesivamente del canon propuesto por el Discóbolo de Mirón, salvo quizá por unos pequeños detalles como lo de los pómulos y las mandíbulas, que en Grecia eran más redondeados y en la actualidad se prefieren más tipo Robocop o Terminator, probablemente debido a la influencia de la robótica y la cibernética.
El canon de belleza a través de la Historia: un método de descripción de personas para alumnos de E/LE
Ramón Pérez Parejo
Joselu, que te quiero, viva, tres hurras por ti. Lo digo con bigote, axilas, piernas y demás partes conservadas de forma natural, con pelos.
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