Interacción

22.3.10



Jean Baudrillard predica que «mientras el trabajo se percibía como una alienación cabía hacerle desempeñar un papel subversivo (...) Pero en nuestra nueva logística de interacción hombre-máquina ya no hay tal trabajo. El hombre y la máquina están en interfaz. Ya no existe un sujeto del trabajo». El sistema ha pervertido el hecho de ser cuestionado para mantener aturdidos a sus individuos.



7 apostillas:

Joselu dijo...

Ya no existe la posibilidad de la rebelión, no sé si por la interfaz de hombre-máquina o por que nos hemos quedado ya sin utopías ni alternativas al actual modelo. Ya no puede ser el marxismo que algunos defendimos hace años, pues ya hemos sabido con claridad de sus frutos ominosos. ¿El ecologismo? ¿La sostenibilidad? Están bien, es el único camino, pero no tienen ese punto de alucinación colectiva que lleva a encarnarse en los jóvenes y en la gente más consciente como ideología de liberación. Ni siquiera la idea de liberación está clara. Liberarnos ¿de qué? ¿Del consumo? Terrible situación porque estamos adocenados en la comodidad, de unos más que de otros.

Anónimo dijo...

Respaldo la opinión de Joselu,
el sistema ha asesinado nuestras utopías y los jóvenes vivimos sin ganas de vivir.
La lucha de nuestros/mis días se libra contra el consumo,el sistema de producción en masa, la destrucción del planeta y las desigualdades sociales.

Veo, todos los días que el problema no es que los jóvenes no piensen, o que no se quieran librar del sistema, sino más bien que nos tiene tan absorbidos que hemos perdido toda la fuerza y las ganas de hacer nada.
Lo que se siente por las calles hoy no son los aires de libertad y de futuro de los que tanto me han hablado, esta mañana,como todas, pesa la impotencia.


Pero también quiero haceros una crítica,a vosotros, las generaciones del franquismo y la transición,porque os rendísteis, ya no soñáis con un futuro mejor y os conformáis con el mundo tal y como nos viene.
Entre el sistema y la impotencia y desamparo que se ven en los ojos de nuestros padres y vecinos los jóvenes no podremos levantarnos nunca de la consola para empezar a plantearnos "salvar el mundo".

Y los que lo hacemos, sufrimos...

javi dijo...

Esto da para un debate muy largo, ya sólo para establecer las coordenadas del propio debate...

Yo sólo voy a proponer un punto: el trabajo, aquí, en el Occidente próspero, es algo que va hacia la extinción gracias precisamente a las máquinas. Hoy en día, un sólo hombre en la agricultura o la industria hace el trabajo que un siglo atrás hubiese precisado de 100 hombres o más, y eso gracias a las modernas máquinas-herramienta.

Esto tiene ventajas innegables, para la producción y para el consumo. Pero provoca que al no haber necesidad de más mano de obra en estos sectores, toda se haya orientado a Servicios. Generacionalmente: mis abuelos campesinos, mis padres obreros, yo, currante en el sector terciario.

Pero ese mismo maquinismo está ahora mismo haciendo su particular revolución en este último sector (lleva tiempo, pero digamos que ahora es ya implacable). Y, ¿a dónde va a ir la mano de obra sobrante? ¿En qué se puede emplear la próxima generación, la de mis hijos?

En teoría, si se ha acabado el trabajo, se acabó la Historia. Nos dedicaremos a elevar el espíritu, o a reventar el cuerpo a placeres, mientras las máquinas se ocupan de todo lo material. Sin embargo, la realidad es otra muy distinta. Como el sistema se basa en la Deuda -y la Deuda es la base de nuestro progreso- y las relaciones de poder que esto establece, y los más pillados por la Deuda son los Estados, estos necesitan tener a los ciudadanos produciendo 'lo que sea' que genere dinero: no se pueden permitir económicamente tener ociosos, aunque materialmente sea posible (alimentar gratis a todos los españoles no sería un gasto brutal para el Estado, si lo comparamos con otros). Y estamos precisamente en un momento en el que, como dirían los marxistas clásicos, el Sistema se enfrenta a una contradicción interna, que al fin y al cabo, es lo único que lo puede echar por tierra, dada su capacidad para reabsorver cualquier crítica, y que consiste en que, como pasa a algunos particulares, se debe cada vez más dinero pero se agotan las vías para producirlo.

Qué pasará, cualquiera lo sabe...

Joselu dijo...

Ojo, yo no me rindo. Mi escritura pretende ser mi humilde arma de rebelión. No sé llegar más allá, fuera de ser un buen padre y un desastroso profesor y no es por falsa modestia.

Anónimo dijo...

Supongo que tienes razón,
no era este es el mejor sitio para criticar eso, Francisco, tú y demás no sois precisamente pasotas.
No obstante, creo que puedes entender a lo que me refiero cuando hablo del clima de pesadez en el que se vuelve insoportable vivir.

En cuanto a todo el tema del trabajo, me gustaría tanto opinar... pero no especularé sobre lo que no conozco.

Maria Coca dijo...

El cyborg cada vez más cerca...

Buena reflexión para empezar la semana.

Besos de lunática primaveral.

Anónimo dijo...

Entiendo lo que señala Javi pero más que en la deuda el sistema se basa en la plus valía, producir para obtener ganancias. Lo demás es secundario incluso la interfaz hombre-máquina. Lo cual colapsa el sistema como ahora debido a las burbujas especulativas. Es como el universo se expande hasta un momento crítico y luego -se supone- tiende a colapsarse.