El correlimos y yo

19.9.25


Mientras caminaba por el rebalaje de la playa, a la caminata, se me ha sumado un animoso compañero de viaje. Era un pequeño pájaro de pico oscuro y alargado, conocido como correlimos o playero y cuyo plumaje casi se camuflaba con el color de las arenas.

Durante un buen trecho hemos avanzado en paralelo por la orilla del mar. La pequeña avecilla al no percibir ningún gesto amenazante, me ha marcado el camino un par de metros delante de mí, mientras las olas mojaban mis pies y la brisa marina refrescaba mi cuerpo. Dos existencias distintas compartiendo un instante perfecto.

Mientras lo veía corretear ligero, pensé en la suerte que tenemos algunos humanos de poder armonizar, aunque sea por momentos, con la naturaleza y con los seres vivos que nos rodean. En ese diálogo silencioso, la vida parece recordarnos que también somos parte del mismo latido.


En la tela de araña

18.9.25



Vivimos atrapados en hilos que apenas percibimos. No son cadenas pesadas ni muros de piedra: son finos filamentos que nos sujetan y nos condicionan. Rutinas, compromisos, expectativas, exigencias internas y externas. Caminamos dentro de esa red creyendo que es la única manera posible de habitar el mundo.

El filósofo Byung-Chul Han ha descrito con lucidez esta trampa invisible. Según él, la sociedad actual no nos oprime con prohibiciones, sino con una aparente libertad que esconde la autoexplotación. Ya no es el amo quien impone la carga, sino que cada cual se convierte en su propio vigilante, atrapado en el deber de rendir, producir y mostrarse siempre disponible. La tela de araña, en este sentido, no está fuera de nosotros: la llevamos dentro.

Sin embargo, existen grietas luminosas por donde echar a volar. Ese vuelo no significa negar nuestras circunstancias, sino suspenderlas por un instante. Puede ser el tiempo de la contemplación, la pausa silenciosa, el juego sin propósito, la creatividad libre de objetivos. Han lo llamaría una forma de resistencia frente al cansancio y la transparencia total. Es el gesto de recuperar lo humano en medio de la presión constante del rendimiento.

Volar es recordar que, aunque estemos rodeados de hilos invisibles, siempre existe la posibilidad de elevarse, aunque sea por un momento. Y en ese instante de ligereza descubrimos una libertad que ninguna circunstancia puede sofocar.

Aguzados

17.9.25


Si solo escuchas una sola voz acabarás confundiéndote.


Experiencias

16.9.25


Siempre a la espera de lo inesperado.


Curativo

15.9.25


A pesar de lo terapéutico de verbalizar todo aquello que nos obsesiona, hay cosas que solo se pueden hablar desde el monólogo interior y son las más dolorosas.


Viajes

14.9.25


—¿Es este el autobús de los suicidas? —preguntó.

—Sí, suba, el trayecto es corto y el destino triste, pero cierto.



Enflaquecimientos

13.9.25


El tiempo no es solo agotamiento, es cansancio de existir.



Transfiguraciones

12.9.25


Cada edad te separa del yo que fuiste y te hace otra persona.



¿Viejo cerebro frente a nuevo cerebro?

11.9.25

Escucho con abundante frecuencia el debate sobre si existe un uso o un abuso de las nuevas tecnologías. El debate es largo y puede resultar hasta tedioso. Especialmente si defensores o detractores de determinadas tesis no ponen encima de la mesa todos los elementos necesarios para alumbrar el conocimiento de esta cuestión.

Hasta donde nos ha llevado la evolución humana tenemos un modelo metal que es fruto de un desarrollo. En la actualidad, tenemos un cerebro que durante milenios se ha modelado en el juego libre, como laboratorio de ensayo del mundo; la naturaleza, como inmersión sensorial y reguladora; los vínculos afectivos, como cimiento de identidad y confianza; la conversación, como campo de intercambio simbólico y expansión de conciencia. Si estos han sido los nutrientes tradicionales del cerebro, el ingreso masivo de las tecnologías —y en particular de la IA— plantea una cuestión inédita: ¿estamos ante una sustitución, una mutación o simplemente una capa añadida?

La neuroplasticidad abre la puerta a ambas posibilidades. Por un lado, el cerebro se adapta: puede habituarse a estímulos digitales, reorganizar redes neuronales en función de pantallas, algoritmos y flujos de datos. Pero toda adaptación es también pérdida de otras rutas posibles: cuanto más se fortalece un circuito, más se debilitan los caminos no transitados.

El riesgo, quizá, no es que el cerebro humano se degrade, sino que se especialice en un nuevo ecosistema: un cerebro diseñado para la inmediatez, la fragmentación de la atención, la hiperestimulación y la interacción con lo artificial, en detrimento de las habilidades que nacían del contacto directo con lo natural, lo lento, lo ambiguo. Es por tanto el momento de preguntarnos: ¿seguirá siendo el mismo cerebro humano si cambia el ‘humus’ que lo nutre? ¿o estamos incubando una nueva modalidad de mente, donde lo artificial no es solo herramienta, sino parte constitutiva de lo que somos? ¿estamos probando si nuestra plasticidad puede tolerar un nuevo modelo de vida mental.

No podemos olvidar que el cerebro, gracias a su plasticidad, no se ha limitado a resistir sino que se ha ido adaptando. En el actual panorama se refuerza la capacidad de procesar grandes volúmenes de información en paralelo, hay una mayor rapidez en la toma de decisiones frente a estímulos y existe más familiaridad con sistemas simbólicos mediáticos. Por el contrario, toda adaptación tiene un precio, ya que lo que se fortalece en un área puede empobrecer otras, porque la atención sostenida, la memoria profunda, la contemplación, la empatía encarnada y la imaginación vinculada al contacto sensorial pueden debilitarse.

Mientras tanto los padres deberán seguir afrontando esa nueva realidad en lo hijos (y en ellos mismos), sin olvidar que sus progenitores también tuvieron dificultades en el entendimiento del comportamiento de sus hijos.


Espantosos

10.9.25


Tantas veces asusta descender al sótano del alma humana.


Requerimientos

9.9.25


En toda vida humana hay, al menos, un momento de lucidez para interrogarse sobre el hecho de existir.



Funerarias

8.9.25


Todos los buenos momentos yacen bajo las ruinas del tiempo.


Competición

7.9.25


Las madres se miraron compulsivas y apretaron sus manos contra la barra de empujar el carrito de sus bebés y, como aurigas furiosas, se lanzaron a la carrera. Las ruedas golpeaban los adoquines, chirriaban en las esquinas y se deslizaban temerarias por los pasos de cebra. Los transeúntes se apartaban incrédulos, los semáforos parpadeaban como jueces implacables y los coches tocaban el claxon como trompetas de estadio. La meta, nadie lo sabía. Quizá era simplemente llegar antes a ninguna parte.



Motivaciones

6.9.25


Se puede andar perdido y, aún así, ser capaz de encontrar, en el más nimio motivo, un chispazo de alegría.



Precisas inexactitudes

5.9.25


Sabemos administrar lo que sentimos en la medida exacta donde se desborda el corazón.



Irresolutas

4.9.25


Sobrevivir es aceptar que todo no tiene solución.


Disímil sentir

3.9.25


Cuando te sientes como un pez y los demás peces no sienten igual. Esa sensación.



Objetados

2.9.25

 

Cargarse de razones, no es tener razón cuando la razón entra en contradicción con la realidad.



Atentos

1.9.25


Escucha a los demás para no hablar mucho de ti.



Relojes

31.8.25


El tiempo impío pasó y todos supieron de sus consecuencias. Los relojes, cansados de avisar en vano, comenzaron a atrasarse adrede. Primero minutos, luego horas, después días enteros. Era su forma de desagravio para enredar al mundo que los había encadenado a un tic-tac eterno.


Crecidas

30.8.25


La humildad es aquello que se cultiva con el tiempo.



Complicaciones

29.8.25


Levantarse al día con una vida sofisticadamente sencilla.

Visionados

28.8.25


A pleno sol todo es espejismo.



Inacabables

27.8.25


La vida como un imperturbable adiós que nunca cesa.


Maliciosos

26.8.25


Son las frustraciones personales las que convierten a algunos seres humanos en malas personas.


Continentes

25.8.25


La esperanza es quien nos contiene y no la tenemos a ella.



Reencarnación

24.8.25


Al jardinero, la decapitación de los rosales lo iluminó, de repente, sobre su anterior vida como verdugo. Desde entonces, al podar, pedía perdón en voz baja, mientras las espinas lo miraban con un rencor antiguo.


Seguridades

23.8.25


Cuanto más pienses que te equivocas menos, más desacertado estarás.


Disparates

22.8.25


Nos dan muchos consejos sobre cómo atajar los problemas, pero escasas soluciones para los mismos.


Autoinstrucción

21.8.25


Por si mañana muriera: hoy quiero ser feliz.


Irrealidades

20.8.25


El corazón ve cosas que no existen, pero lo que siente es tan real.


Misericordes

19.8.25


La compasión es lo que nos satura de empatía.


Prestidigitación

18.8.25


Escribir es crear magia donde solo hay realidad.


Bumerán

17.8.25


Un arquero ufano tensó con tal intensidad su arco que la flecha disparada volvió y le atravesó el corazón.



Sorprendentes

16.8.25


Son tan necesarios esos momentos tontos que desinhiben el yo.



Aluviones

15.8.25


Necesitamos mantener el grifo de la esperanza abierto hasta que nos anegue el alma.


Lazos leves

14.8.25


La amistad es un peso que se soporta liviano como una pluma.



Perseverancias

13.8.25


No es sumar, no es restar, es permanecer en el corazón.


Oclusiones

12.8.25


Llegado el momento, se terminan las elecciones, porque la vida te cierra todas las opciones.



Adimensionales

11.8.25


Cada acto de bondad nos engrandece.


El niño futbolista

10.8.25


Chutó la pelota con tanta fuerza y precisión que partió el mundo en dos.



Descargados

9.8.25


Una frase se torna hermosa cuando consigue aligerar la carga de nuestro corazón.



Inmensos

8.8.25


La creatividad nos permite ampliar los límites de la libertad.



El arco y las flechas

7.8.25


Afirmaba el poeta Khalil Gibran que los padres son como el arquero desde donde parten las flechas de nuestros hijos, una metáfora para significar la relación entre ambos. Pero la clave de la imagen no está en la flecha ni en el arco. Lo significativo está en tensionar el arco para dar mejor impulso a las flechas, para hacer de esa tensión, ánimo y aliento, pero también libertad del vuelo. Y es, en esa pausa medida, en esa tensa calma, el momento de imprimir la dirección a la trayectoria del proyectil, tensionando un arco que no oprime ni abandona, sino que acompasa su fuerza al ritmo del crecimiento, ajusta la cuerda a la caja del alma, reconoce que el tirón hace al corazón abrirse para, al instante, soltar la flecha ya sin reservas.



Disfrazados de certeza

6.8.25


El gran enemigo del conocimiento no es la ignorancia, sino la ilusión de conocimiento.


Insincero

5.8.25


Vivimos un tiempo donde mucha gente ha decidido no creer en la verdad.



Sucedidos

4.8.25


Llegará un momento donde todo pasará y no habrá pasado nada.



Olores

3.8.25


Mientras paseaba a su perro olfateó el rastro de su vecino y miccionó en aquella esquina.



Memorístico

2.8.25


Recordar el olvido; olvidar el recuerdo.


Celeridades

1.8.25


Mi pensamiento viaja a la velocidad de la calma.


Medulares

31.7.25


Lo esencial lo aprendemos enseguida pero no le hacemos caso.


Harto

30.7.25


Al final terminas por saber que solo lo necesario es suficiente.


Solaz

29.7.25


El pensamiento nunca tiene vacaciones.


Exclusos

28.7.25


Me sorprende existir, siendo, como soy, tan prescindible para el Universo.


Chutador

27.7.25


El niño se alegra cada vez que patea la lata y la introduce en la papelera. Su emoción sube de tono con cada acierto. Más tarde, la madre del goleador tuerce el gesto al contemplar sus zapatillas.


Esplines

26.7.25


Siempre al crear, aunque no quieras, en algún momento aparece la melancolía.



Sine die

25.7.25

 

Mejor que de festejar cumpleaños, felicitarse por cada día cumplido.



Trucos de magia

24.7.25


Contar historias no es más que ejercer de ilusionista de las palabras.



Insomnios

23.7.25

 

¿Es un sueño la vida de todo lo soñado?



Terminaciones

22.7.25


Todas las palabras terminadas en miento dicen la verdad.



Mejoramientos

21.7.25


Existe un anhelo de una vida mejor que nunca será.



Alienista

20.7.25


La almohada le hablaba de los sueños blandos que pueblan su cabeza.


Calmados

19.7.25


Busca la paz entre las paces.



Absolutos

18.7.25


Si queremos saber qué hay más allá de la nada comprobaremos que nada.


Desarreglados

17.7.25


Intenta vivir según tus reglas, aunque no las entiendan.



Materialidades

16.7.25


Todo amor sobrevive si su caja de resistencia es la ternura.



Predichos

15.7.25


La impaciencia es el método anticipado de la decepción.


Alquimias

14.7.25


Transformar la tristeza en alegría nos energiza de vida.


Donante de órganos

13.7.25


En su testamento vital pidió que, al morir, le extrajeran todo aquello que pudiera servir a otras personas y así fue aprovechado su corazón, su sentido del humor, su ternura y su alegría. Ahora, en algún lugar, hay quien ama con su amor, sonríe con su risa, abraza cariñosamente y vive con dicha.



Sin ornatos

12.7.25


Al amor le sobran todos los gestos.


Serena madurez

11.7.25


La paciencia te da sabiduría.


Desgarraduras

10.7.25


Hemos perdido la ternura en el lenguaje oral cargando de violencia las conversaciones.


Cambiantes

9.7.25


¿Cuándo el mundo no ha sido distinto a lo que es hoy?



Habitados

8.7.25


Siempre estamos enfrentados a lo inevitable.


Desconsolados

7.7.25

 

No hay un alma feliz que no se reconozca en una pizca de congoja.



Amistades

6.7.25


Un sujeto y un predicado se conocieron y de aquella amistad surgió esta frase tan chula.



Indisolubles

5.7.25


Hay un tiempo para todo, aunque cada todo tiene su tiempo.





Ineficaces

4.7.25


Fracasa quien no aprueba y, en igual medida, quien califica el suspenso.



Antiguallas

3.7.25


Es antiguo todo lo que se deja de mirar con puro amor.



Nutriciones

2.7.25


La mitad de la humanidad se alimenta de sueños y la otra mitad de murmuraciones.


Llorisquear

1.7.25


Soy de llorar mucho en soledad en la extimidad del sentimiento.



Concesiones

30.6.25


Nunca des a tu enemigo la satisfacción de sentirte mal.



Pedagógicas

29.6.25


Era una escuela que enseñaba en el fracaso y por eso expulsaba a los estudiantes con mejores notas.



Rumbosos

28.6.25


La complicidad es una forma de amor desinteresada.



Condenaciones

27.6.25


Cada ser humano vive sus infiernos en soledad.



Trozos de vida

26.6.25


Encuentro a Carmen, compañera de la Universidad, después de muchos años. Tras charlar unos minutos comienzan las narraciones de aventuras o anécdotas ocurridas en el pasado. Refiere una que nos pasó una tarde, ya olvidada por mí, y que adorna con detalles inusuales o desconocidos, que me asombran y me hacen descubrir una realidad escondida. Al marchase siento que con ella se va un capítulo de mi vida como quien entra a tu casa y se lleva algún objeto que no recordabas que estaba ahí.


Pulsos

25.6.25


Triunfa quien acepta sin dolor el fracaso.



Prescindibles

24.6.25


Hasta donde sé nadie me preguntó si quería existir ni tengo conciencia de que yo lo quisiera. Ahora una vez aquí tengo una implicación máxima en mi existencia y apostar por la esperanza de una vida digna común hasta donde se pueda.


No te pierdas

23.6.25


Mantente siempre cerca de ti, te hará honesto.



Cronógrafo

22.6.25


Salió en busca de tiempo perdido y regresó envejecido.


Conjunción

21.6.25


Cuando se reúnen corazón, locura e inteligencia se producen obras geniales.



Ponte en mi lugar

20.6.25


Ocurre, en ocasiones, que no soy yo quien camina dentro de mis zapatos



Transgresores

19.6.25


Solo si estamos lo suficientemente locos, podremos conculcar la realidad.



Fóbicos

18.6.25


Cada día se nominan nuevas fobias de las que nunca antes había oído hablar. La nomofobia es el miedo o ansiedad intensa al estar sin el teléfono móvil o sin cobertura; la coronafobia el miedo patológico a contagiarse de COVID-19 o a sus consecuencias; la osmofobia que es la hipersensibilidad o aversión a determinados olores; o la escopofobia que es el miedo a ser observado o a las miradas ajenas en situaciones sociales.

Al pensar en este hecho he descubierto cuáles son mis fobias más particulares. Así no soporto la violentofobia y llevo muy mal la belicofobia; tampoco aguanto la iniquitofobia (del latín iniquitas que significa iniquidad); ni tolero la anísotofobia (del griego anísotēs, que es desigualdad).  Y sobrellevo mal la discriminofobia, la indiferentiofobia (indiferencia) y, por supuesto, la misofobia, que es el miedo al odio. Otro día será para escribir de filias.



Hábitat

17.6.25


En la frustración frente al mundo anida la envidia.


Pendulares

16.6.25


El dilema de quien escribe: vivir lo que se escribe o escribir lo que se vive.



Leyes físicas

15.6.25


Tuvo un sueño muy pesado y, al despertar, corrió hacia la báscula para comprobarlo. Efectivamente, había engordado diez kilos.


Difuminados

14.6.25


Sucumbiremos con todas esas cosas que no hemos podido decir.



Intensidades

13.6.25


El arte es la práctica de una sensibilidad extrema.



Acrecentamiento

12.6.25


La pasión: a más entrega, mayor voracidad.



Degluciones

11.6.25


Hay quienes se comen la vida y quienes son devorados por ella.



Entusiasmos

10.6.25


Vivir satisfactoriamente no es otra cosa que saber a qué sueños aferrarnos.



Sísifos

9.6.25


Escribir es un proceso infinito.



Antagónicos

8.6.25


Le dijo que vivía en las antípodas de su amor y lo amó al revés.



Cambiar el paso

7.6.25


Hacer variaciones sobre lo invariable nos ayuda a salvar la rutina mental.



Atolladeros

6.6.25


Las creencias no nos salvan de ningún apuro.



Chispas

5.6.25


El ingenio es quien afila el lápiz de la escritura.



Pulverizados

4.6.25


Somos esa vela que el viento de la vida apaga y deja flotando ese humillo del recuerdo de la luz que fuimos hasta que se disipa en el tiempo.



Postulados

3.6.25

 

Ninguna teoría en particular explica el todo si es que la totalidad existe.



Partículas

2.6.25


A pesar de todo y ante todo, bajo toda sospecha y sobre toda duda. Con obstinación, con trabajo, con paciencia, con insistencia y sin extenuación. En lo oscuro de la soledad, en la plenitud del lenguaje, en la sencillez de las manos, en la desnudez del pensamiento. Donde se acaba y se vuelve a empezar, donde nunca se deja de aprender, donde se pone el alma, donde se pierde el tiempo. Entre líneas sosegadas, tras el silencio, sobre lo que no se encuentra y sobre lo que se arriesga. Contra el desaliento y la vacilación, durante la exasperación y el regocijo, mediante el sentimiento de abandono, para lamerse las heridas, para desentrañarse en el espejo de la vida, so pretexto de cambiarlo todo. Por lo vivido, por lo soñado, por lo anhelado, por lo sentido, versus la desolación y el desfallecimiento, vía de la dicha. Según se aligera la letra, hacia la luz y hacia el sueño, hacia lo incomprensible. Marginalmente. Desde siempre y hasta nunca jamás. Así se escribe. Así escribo.


Pasiones

1.6.25


Anselmo era un pacífico vecino, un padre ejemplar y popular amigo. Diríase que su vida de tan buena que era parecía aburrida y gris por lo flemática. No había contraste solo un color plano de la existencia. Salvo una excepción, su interacción con la pantalla de televisión cuando jugaba su equipo de fútbol. Ahí aparecía toda una paleta de colorido cromático. Nadie, tan solo él, podía trascender con tanta interconectividad a la representación de realidad que sentía. Lo de menos era insultar o gritar, porque era capaz de transmutarse en uno de los actores del espectáculo deportivo, normalmente en el entrenador del equipo. Era tal su mímesis con el plasma que ocurrió una abducción catódica que lo llevó hasta el banquillo de un club de la Premier League. Y desde entonces es un reputadísimo míster internacional.



Agudezas

31.5.25


Cuanto más simple es el humor de más tópicos está hecho.




Obcecaciones

30.5.25


El ser humano sufre una obstinación por pensar el Universo a su imagen y semejanza.


Indefectibles

29.5.25


Solo ante lo irremediable aprendemos a vivir.


Fortuitos

28.5.25


No pienso que estemos predeterminados, tan solo envueltos en una estadística azarosa.


Expulsados

27.5.25


No debe importar salir de la zona de confort, pero sí que nos empujen para sacarnos de ahí.


Subsistencias

26.5.25


Ya no sé vivir si no escribo.


Literalias

25.5.25


No tengo que hacer bueno lo que es bueno, ni hacer malo lo que es malo, solo tengo que inventar el mundo, se dijo el hacedor de mentiras.



Corredores

24.5.25


Las ideas siempre van delante de mí y corro para alcanzarlas.


Buscando la plenitud

23.5.25


Sin saber por qué sentimos nostalgia de la vida que no tendremos.



Conciencia perdida

22.5.25


Intuimos sin saber, el tiempo hacia qué dirección va.



Endebles

21.5.25


En las flaquezas educamos nuestra sensibilidad.



Embalados

20.5.25


Basta pararse a observar que el mundo va muy rápido y nosotros con él.


Aquietados

19.5.25


Si pacificas tu alma calmarás el mundo.


Revelaciones

18.5.25


Tras muchos años de convivencia con mi cuerpo, la Medicina me diagnostica que mi pelvis renal izquierda es bífida. Y ya ni me asusto. Lo descubrí en una visita al médico porque me dolía el costado derecho cuando iba al baño. Un dolor penetrante e intenso me hacía casi perder la consciencia aunque, afortunadamente, apenas duraba unos segundos en los que creía morir. Eso me procuró una visita al hospital para una ecografía. Allí me detectaron piedra en el riñón contrario al que sentía el dolor. Ante tanta conjura médica decidí huir del centro sanitario lo más rápidamente.



Amor sentido

17.5.25


Una persona que escribe sabe que la gente le quiere cuando es leída.


En la busca

16.5.25


Anda, piérdete en mil lecturas hasta encontrar las que son tuyas.



Contradictor

15.5.25


A nuestro cerebro le molesta que le lleven la contraria, por la pura pereza de repensar nuevamente.


Contraflujo

14.5.25


No te busques en los demás si aún no te has encontrado en ti.


Espacio desocupado

13.5.25


Siento un vacío cuando me contradigo porque sé que me expreso desde la fortuna de quien puede señalar las cosas que no nos hacen bien.



Extenuados

12.5.25


Recuerdo que, en mi juventud, mientras duró el espejismo de la eternidad, el tiempo parecía correr tras de mí para alcanzarme. Ahora, en cambio, soy yo quien le sigo con la lengua fuera mientras él vuela.



Cine mudo

11.5.25


Se puso a ver la película de su vida y aquel final no acabó de convencerle.


Sustentaciones

10.5.25


En un tiempo que jugamos a ser dioses, dios ya no existe.



Metodologías

9.5.25


El arte de enseñar es practicar la seducción del aprendizaje y del conocimiento.


Repercusiones

8.5.25


Cuanto más eco adquieren las palabras más ruido provoca su reverberación.


Disciplinas

7.5.25


Trato de hacer de mi vida un sencillo ejercicio de voluntad.


Reasentamientos

6.5.25


Quien cuestiona el pensamiento establecido suele provocar urticaria en las ideas acomodadas.



Paroxismo escritural

5.5.25


Además de una acción de libertad, escribir es un acto de rebeldía ante el mundo.



Auténtico

4.5.25


Siempre solía presumir de ser un tipo auténtico porque desde pequeñito le enseñaron a practicar la verdad. No mentía, no fingía, no adornaba sus discursos. Aprendió a mirarse al espejo sin pestañear, a confesar sus miserias con precisión quirúrgica y a desarmar cualquier emoción hasta volverla transparente.

Fue un día que decidió escribir su autobiografía cuando, ¡oh maravilla! entendió que no sabía quién era. Así cada recuerdo parecía contado por alguien más, una voz que sonaba sincera, pero ajena.

Sospechó entonces que por tanto empeño en ser honesto, había acabado inventándose un personaje incorruptible. Y lo peor que al interpretarlo tan bien no podía dejar de creerlo.


Desajustes

3.5.25


La revalorización de la ignorancia está poniendo en peligro el valor del conocimiento.


Colmados

2.5.25


Demasiada gramática nos mata.



Conciencia de la fugacidad

1.5.25


Vivimos encerrados en burbujas que creemos que son el mundo y que se elevan por un líquido temporal hasta que, al tocar su superficie, desaparecen.

Tras un ‘mal’ día

30.4.25


Al caer la noche cenamos a la luz de las velas rodeados de intimidad y de silencio. Contamos historias de cuando éramos pequeños y recordamos miedos pueriles, referimos anécdotas y surgieron las risas y las bromas. Solo las palabras construían ese momento. Ninguna pantalla, ningún ruido, ninguna intromisión en aquella relación familiar donde los sueños infantiles se mezclaban con la oscuridad. Y como postre salimos a la calle, envueltos en la negrura, para ver las estrellas y reconocer la Osa Mayor y hasta la estrella Polar. Es posible que esta noche, aunque sea por una hora, vuelva a apagar la luz.



Perseverantes

29.4.25


La voluntad nos autoafirma frente a la hostilidad del mundo.


Fantasiosos

28.4.25


Toda fantasía es real solo en su fantasía.


Sermoneados

27.4.25


El predicador se subió al púlpito, famoso por acotar discursos flagelantes, era temido y esperado en su verborrea fustigadora. Su figura hierática emergió en las alturas, demacrada y enjuta, sobre la muchedumbre entregada y expectante. Pero el representante deifico calló largo rato que pareció amplificarse más por el silencio del auditorio. Continuó mudo durante horas y nadie se atrevió a decir nada. Su discurso silente caló entre la gente más que nunca. Esa era su gran verdad.



Espejidad

26.4.25


Hemos extrapolado salud por trabajo, tiempo por dinero, libertad por sumisión, conocimiento por ignorancia y lo llamamos felicidad.


Ruido y furia

25.4.25


La vida, a veces, solo parece un juego de idiotas.



Disipadores

24.4.25


El verdadero amor espanta todos los miedos.


Calado

23.4.25


¿Qué hacemos con la vida si no sabemos vivirla en toda su hondura?


Entrenos

22.4.25

  

—¿Sabes? Siempre me ha parecido curioso eso que pasa con los músculos cuando te ejercitas. 

—¿El dolor del día siguiente? 

—Sí, pero no el dolor en sí. La causa. Se llaman micro roturas fibrilares. Pequeñas lesiones en las fibras que, al sanar, hacen que el músculo se desarrolle más. 

—¿Y eso a qué viene?

—A que creo que en el amor pasa algo parecido. Cada discusión, cada malentendido, cada decepción... son como micro roturas sentimentales. 

—¿Roturas del alma, dices? 

—Sí. Pequeñas fisuras que no se ven, pero que están ahí. Y si las cuidamos, si las hablamos, si las curamos juntos... el vínculo se vuelve más resistente. 

—Pero si no se atienden… 

—Entonces se acumulan. Como en el cuerpo: si fuerzas sin descanso, sin escuchar el dolor, acabas rompiéndote en serio. 

—Nunca mirado desde ese punto de vista.

—Yo tampoco, hasta que empecé a sentir esas agujetas en el corazón y no en los músculos.



Elongaciones

21.4.25


El pensamiento es tan prodigioso que pude aligerar o lentificar el tiempo.


Echar raíces

20.4.25


Hoy en día cuando alguien dice voy al quiosco no va a buscar ya periódicos ni chucherías. Busca sombra o pausa, sentarse un rato bajo aquel árbol frondoso en el centro de la plaza, ese cuyas hojas susurran noticias del ayer y cuyo tronco cruje como si leyera en voz baja. Los vecinos lo llaman el árbol de Marcelo, aunque no todos recuerdan por qué.

Nadie pudo explicarlo del todo, pero lo cierto es que una mañana el templete ya no estaba. En su lugar, un exuberante magnolio creció como si siempre hubiese estado ahí, con raíces profundas y ramas que se inclinaban suavemente sobre los bancos. Las revistas habían desaparecido, pero aún quedaba en el aire un leve olor a tinta y a papel viejo. Los pájaros cantaban nombres de noticias y los niños recogían hojas que contaban cuentos al tocarlas. Hubo quienes recordaban el principio. Julia, una vecina del barrio, que juraba haber sido la primera en notarlo: «¡Marcelo, te estás poniendo verde!», le gritó entre risas.

Pero no era broma, el quiosquero perpetuo, empezó a sentir que algo en él se soltaba en el tiempo. Su piel se endureció como corteza, y sus pies, acostumbrados a pisar siempre el mismo suelo, comenzaron a hundirse con suavidad en el subsuelo, como si la tierra lo llamara. De su pecho nacían ramas finas y de sus silencios brotaban hojuelas. Y sin embargo no tuvo miedo. Solo una extraña paz, una certeza vegetal que lo abrazaba desde dentro. Por primera vez en décadas, Marcelo no esperaba a nadie. Solo crecía.

Antes de ese momento inexplicable, fue parte del paisaje. Desde su cubil vio crecer al barrio, hoja a hoja, año tras año. Recordaba a los críos que venían a por chicles y cromos de futbolistas, jubilados que repasaban titulares sin terminar nunca de leerlos, coleccionistas de promociones raras. Él estaba allí, día tras día, como un reloj que nadie mira y que a todos es necesario.

No hablaba mucho, ni salía del quiosco. Se hizo invisible a fuerza de estar ahí. Una figura más entre el cartón, el tabaco y los titulares. Y, sin embargo, desde ese pequeño cubículo de aluminio y cristal, Marcelo guardaba los secretos del barrio, como un archivo viviente. Nadie lo supo entonces, pero en él germinaba ya la semilla del árbol que habría de venir. Porque, a veces, quien permanece mucho tiempo en el mismo lugar, termina echando raíces.



Límpidos

19.4.25


Una vida sencilla pero amable, sin más.


Parasitados

18.4.25


Es imperdonable el tiempo usurpado de nuestras vidas por un sistema que nos vampiriza.



Insulanos

17.4.25


El alma humana es una isla cada día más solitaria.


No alineado

16.4.25


He declarado mi corazón país neutral donde no existe beligerancia con nadie.


Sigilos gozosos

15.4.25


Disfruta en silencio, la gente suele estropear las cosas buenas de la vida.



Prospecciones

14.4.25


A veces solo anhelo despertarme por dentro.


Bajo la lluvia

13.4.25


La noche es fría y lluviosa. Mientras conduzco veo cómo un perro, mojado y solitario, cruza la calle. ¿Por qué esa imagen me recuerda tanto al destino humano? 

El animal no corre. Camina lento como si ya no esperara nada de nadie, igual que si supiera que, al final, cada uno se enfrenta a la tormenta que le toca vivir.

En su andar torpe y resignado hay algo que se parece a todos nosotros: esa búsqueda ciega de un refugio que no siempre está, de un lugar al que pertenecer.

Debería haber frenado pero no frené.



Desfallecimientos

12.4.25


Lo peor es que cuando te cansas de ser tú no tienes un yo de repuesto.


Frecuentes

11.4.25


Existen lugares comunes a los que volvemos pero han desaparecido.




Sin luz

10.4.25


Saldrá el sol pero en la amargura todo es oscuro.


Estelas

9.4.25


Somos una prolongación de lo que amamos.


La ciudad de los olores

8.4.25


—Alejandra esta ciudad siempre me huele a Rimbaud y el Café Les Deux Magots a Beauvoir y a Camus.
—París es la ciudad donde aprendí que se puede estar más solo que en el desierto. Aquí la soledad tiene ruido de pasos apresurados y risas ajenas. Me enseñó que el infierno puede ser una ciudad luminosa. Sus calles son heridas abiertas por donde sangro versos. París me dio palabras y me robó la piel.
—¿Somos el vacío y la nada?
—Escribo contra el silencio que me habita. Escribo para llenar el vacío, pero cada palabra excava más hondo el abismo.
—Pero hubo territorios como la infancia poblada de sensaciones.
—Yo era una niña que jugaba a ser poeta y ahora soy una poeta que juega a ser niña. Mi infancia no fue infancia. Fue un exilio disfrazado de juegos. En mi memoria hay un jardín donde nunca salió el sol. Allí sigo, enterrando muñecas rotas.
—Somos exiliados de algún territorio de nuestro yo.
—No tengo territorio soy mi propia extranjera. En París he aprendido que el exilio no es un lugar, sino una piel que nunca termina de mudarse. No tengo patria. Mi cuerpo es una frontera cerrada incluso para mí. Mi único hogar es el silencio. Pero hasta él me exilia cuando intento habitarlo.
—Y luego está la lucidez.
—Mi locura es ver demasiado en un mundo de ciegos. Mi locura es ver con demasiada claridad. Los demás pestañean; yo tengo los ojos siempre abiertos en la oscuridad y luego tengo esta luz dentro que me quema. No es sabiduría, es una fiebre que no cesa. Estoy presa dentro de mi propia claridad. Cada pensamiento es un barrote. Escribo porque no soporto lo que veo. Pero al escribirlo, lo hago aún más real.
—Es por eso que el suicidio se convierte en acto estético y una metáfora de liberación.
—Moriré de amor o de poesía pero no de tiempo. No temo a la muerte, temo a esta vida que ya es un simulacro de ausencia.
—¿El lenguaje es salvación y trampa porque es imposible nombrar lo inefable?
—Escribo para no morir pero escribo porque estoy muerta. Cada poema me cuesta un pedazo de piel. Escribir es despellejarse vivo.
—Dicen que en esta ciudad se huele el amor al caminar por sus calles.
—Amar es ver el final desde el primer beso. Por eso mis amores son epitafios anticipados. Amar es desangrarse en otro, es cometer un suicidio a cámara lenta.
—Me marcho, he visto pasar al fantasma de César Vallejo, voy a ver dónde va.
—La poesía es el intento de nombrar lo que nos quema por dentro y no tiene nombre. Sólo en el poema digo la verdad. Después, miento como todo el mundo. Cada poema es un fracaso. Pero es el único fracaso que me enorgullece.



Usurpaciones

7.4.25


Al final somos un despojo del tiempo.


Casa de acogida

6.4.25


Khaleesi nació con una sonrisa como si el mundo le pareciera un juego amable. Aún no sabía que había llegado a una estación equivocada del destino, una donde los abrazos escaseaban y los gritos sobraban. Su madre, con la voz hecha un susurro y los ojos enturbiados por cicatrices invisibles, apenas la sostenía, pero aun así, la sustentaba.

La enfermera, testigo silente de tantas historias rotas, se dejó seducir por aquella criatura de luz. La niña le sonrió como si la esperanza pudiera prenderse así, de repente, en un parpadeo.

La madre llegó a aquel lugar temblando. No traía nada, salvo miedo y una niña que aún no comprendía el mundo. Allí le ofrecieron algo parecido al cobijo: una manta, un plato caliente, un oído que no juzgaba. Y, sobre todo, tiempo.

Khaleesi, con sus manos pequeñas, tocaba el rostro de su madre como queriendo recordar su forma, como si dijera: no te vayas otra vez. Y la madre amusgó la mirada como quien se protege del sol, comprendiendo que tenía que quedarse, que podía permanecer y que tal vez valía la pena intentarlo.

La casa era modesta, pero el corazón que es como una casa de acogida se le agrandó por dentro. Allí comenzó a construir otro relato: sin golpes, sin voces, sin desaliento. Una pequeña diablura contra la fatalidad.

Porque una consecuencia de hacer siempre lo que otros quieren es que te arrastra un torrente extraño hasta que un día decides y, es esa pequeña libertad, igual a una chispa que lo ilumina todo la que te puede llevar mar adentro.

Y entonces, por primera vez, la mujer miró a su hija a los ojos y sonrió.



Cubriciones

5.4.25


Todo el pensamiento que sepultamos es nuestro yo más verdadero.