Intenciones
21.3.25
Etiquetas: aforismo, cambio, desagradable, mundo
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Etiquetas: aforismo, cambio, desagradable, mundo
Escribimos para no dejar de ser quienes somos.
G. Deleuze:
«Quizá soy transparente y ya estoy solo sin saberlo...»
Thomas Szasz:
«Si tú hablas a Dios, estás rezando; si Dios te habla a ti, tienes esquizofrenia. Si los muertos te hablan, eres un espiritista; si tú hablas a los muertos, eres un esquizofrénico»
Marco Aurelio:
«Toma sin orgullo, abandona sin esfuerzo»
Albert Camus:
«La gente nunca está convencida de tus razones, de tu sinceridad, de tu seriedad o tus sufrimientos, salvo sí te mueres»
Charles Caleb Colton:
«Hasta que hayas muerto no esperes alabanzas limpias de envidia»
León Tolstoi:
«A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa»
Voltaire:
«La duda no es un estado demasiado agradable pero la certeza es un estado ridículo»
Mahmoud Al-Tahawi:
«La perfección es el pecado de los vanidosos. La torpeza la virtud de los indefensos»
Fénelon:
«Huye de los elogios, pero trata de merecerlos»
Antón Chéjov:
«Las obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio»
Bukowski:
«Que no te engañen, chico. La vida empieza a los sesenta»
2 apostillas:
Sin duda
El aforismo "No puedo cambiar el mundo, pero sí hacer más agradable lo que me rodea" se alinea profundamente con la ética de la compasión de Arthur Schopenhauer. Para este filósofo, la compasión es el fundamento de la moralidad, ya que surge del reconocimiento intuitivo de que todos compartimos una misma esencia y sufrimiento. Aunque Schopenhauer veía el sufrimiento como una característica ineludible de la existencia, también creía que la compasión permite trascender el egoísmo, promoviendo acciones altruistas que alivian el dolor ajeno.
En este contexto, el aforismo refleja una actitud práctica y ética: aceptar que no podemos transformar la totalidad del mundo, pero sí podemos mitigar el sufrimiento inmediato en nuestro entorno. Este enfoque no solo es coherente con la idea schopenhaueriana de actuar desde la empatía, sino que también resalta su visión de que pequeñas acciones compasivas tienen un impacto significativo en la experiencia humana compartida. Así, el acto de "hacer más agradable lo que me rodea" se convierte en una forma concreta de aplicar su ética en la vida cotidiana.
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