Fortalezas

8.8.20



A quien siempre creen tener razón solo hay que reforzarles sus argumentos para que persistan en su error.



Saber popular

7.8.20



Quien miente entre mentirosos, ya no miente, solo engaña.



Rezagado

6.8.20



Últimamente creo que alguien me persigue. Me vuelvo y no veo a nadie. Sospecho que soy yo que me voy quedando atrás.



Aturdimientos

5.8.20



A mí hay ciertas cosas que me suelen dar vértigo y por eso recuerdo que en los proverbios y consejos de Juan de Mairena se puede leer: «Huid de los escenarios, púlpitos, plataformas y pedestales. Nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura». Mi línea del horizonte está siempre a la altura de la mirada del prójimo.



Llevadero

4.8.20



Una sociedad que tolera bastante bien la hipocresía, termina por vivir en una realidad soportablemente falsa.



Extinguibles

3.8.20



El amor es una llama inextinguible que nunca se apaga. Si acaba es porque nunca existió.




Tareas

2.8.20



Mientras extendía los brazos con las palmas de las manos enfrentadas para ayudar a su abuela a ovillar la madeja, pensaba que ese gesto era como liar el mundo: con cada vuelta una pelotera mayor.



Circunspecciones

1.8.20



Cuando mantengo una conversación con una persona desconocida sobre mi afición a escribir, su cara, casi siempre, termina siendo un poema. «¿Y qué escribes?», me pregunta. «Poesía», le respondo. «Ah, yo es que la poesía no la entiendo», expresa con amabilidad por no decir lo que verdaderamente piensa.



Paradigma circunstancial

31.7.20


Reflexionar, meditar, dudar, es como manejar el cerebro en modo manual de consciencia. La otra opción es vivir con el piloto automático puesto hasta el final del viaje.



Teologías

30.7.20



Narrativas mudas, lectores de nada. Todo se acaba.



En grado sumo

29.7.20



Importa la gente a la que importas.



Caprichos

28.7.20



La vida es una concatenación de arbitrariedades de las que nunca se puede estar a salvo.



Exclusiones

27.7.20



Tengo tanta aprensión ante lo que no he sido que trepido en mi existir.



La plaga

26.7.20



Los dos hombres parecían mantener una larga conversación cuando asomaron por el final de la calle arrastrando aquel artilugio. Al acercarse sus palabras aparecieron nítidas en mis oídos. Uno de ellos, el joven y fortachón, manejaba un gancho metálico con el que levantaba las tapaderas de las alcantarillas. Su compañero, no mucho mayor y más bajito, tiraba de un depósito con ruedas y una pistola para fumigar mientras escuchaba el discurso de su acompañante: «Las cucarachas son como las ideas, para que salgan de la oscuridad hay que espolearlas con un antígeno. Es lo que hacen con la gente, envenenan su mente con todo tipo de sustancias y le sacan los pensamientos de su parte más negra y genuina». 

Su amigo parecía no escuchar en tanto esperaba a que levantara la tapa de hierro para rociar aquella boca oscura con el líquido que contenía el recipiente. Después emprendieron su camino hacia una travesía posterior. Antes de perderlos de vista pude leer la leyenda impresa en el traje de trabajo que vestían: AHIMETPISA, Agencia de Higiene Mental y Tratamientos de Plagas Intelectivas Sociedad Anónima.



Defectivos

25.7.20



Más que señalar defectos hay que omitir perfecciones.



Plegamientos

24.7.20



Afeamos la vida cuando nos doblegamos a exigencias superfluas.



Inusitados

23.7.20



Llegan momentos donde es insoportable el rozamiento de existir.



Paisajes

22.7.20



No hay lugares comunes, cada cual que recorre el mismo camino lo hace con un paso distinto y una mirada ajena a quien ya bebió ese mismo horizonte.



Desarreglos

21.7.20



La envidia es el padecimiento de los mediocres.



El ser interrogado

20.7.20



¿Quién es el otro? Me pregunto. ¿El otro soy también yo? Si es así ¿voy hacia él despreocupado? Llevo mi corazón en la mano y estoy temblando.



Unipersonal

19.7.20



En aquel municipio había empadronado un solo habitante quien, además era alcalde electo por sí mismo y vecino único que contravenía las órdenes que aparecían en los edictos de la municipalidad. Así cuando estaba en desacuerdo con alguna normativa se iba a protestar a la casa del primer edil sin que ello causara ninguna alteración del orden público. Igualmente, cuando celebraba una sesión plenaria, todos los acuerdos se alcanzaban por mayoría absoluta, lo cual constituía una incuestionable paz social en el pueblo. 

En cierta ocasión, el ayuntamiento le otorgó una licencia para construir un parterre donde colocar sus macetas y verlas florecer, aunque hubo de renunciar, después de ser acusado por su alter ego de corrupción urbanística ya que se beneficiaba del acuerdo. 

Los bandos municipales consistían en largos exordios que nadie leía, a excepción de él que los escribía, inspirados en la Ilíada y desarrollados en igual número de quince mil versos homéricos. 

Una vez a la semana abría la ventanilla de atención ciudadana que cerraba a los cinco minutos tras la ausencia de usuarios. 

Cuando se marchó el último residente a la ciudad porque decía que el silencio era insoportable, tuvo que prescindir de los actos protocolarios como los desfiles, la entrega de medallas de oro, el libro de firmas ilustres y la izada de banderas. 

Posteriormente a su fallecimiento, acontecido por un acceso de falta de popularidad y una pleuresía administrativa, el lugar fue declarado zona de despoblamiento rural. 

En su honor, los servicios funerarios, a continuación de incinerarlo, guardaron sus cenizas en una hornacina del salón de plenos.



'Rimbodianas'

18.7.20



¿Otras vidas? Sí, las tuve, mas ya no puedo volver a ellas.



Inercial

17.7.20



Cada vez interesa menos la indagación de la verdad, instalados en cómodas mentiras que dan seguridad ante un mundo que cambia de forma vertiginosa.



Condicionantes

16.7.20



Mi osadía termina donde comienza mi error.



Tributo

15.7.20



Le tengo tanto respeto a las palabras que no las escribo sin su consentimiento.



Iteración

14.7.20



Un poema se comienza mil veces y ni una sola se termina.



Discusiones

13.7.20



Cuando no estoy muy de acuerdo conmigo me dejo de hablar. Es mejor cargar con la indiferencia que con el resentimiento.



Fetiches

12.7.20


Compró una paradoja como mascota para sus hijos. Ellos contentos le daban de comer contradicciones, incoherencias y antítesis. Creció y creció y se hizo tan grande que se produjo un hecho sorprendente: la casa se llenó de sentido común.




Devaluaciones

11.7.20



Los artistas son unos pobres diablos, unos pobres necesitados que se tienen que ganar la vida y la libertad, en tiempos donde la vida cada vez tiene menos importancia y ni existe la libertad.



Acrisolados

10.7.20



Hay quien escribe para el público, hay quien escribe para los académicos, y quien escribe para sí. Este último caso encierra la quintaesencia de la escritura.



Ensayo sobre la lucidez

9.7.20



A veces me froto la ceguera para saber que no veo nada.



Paso cambiado

8.7.20



¿Toda conversación se inicia con una mentira?



Efímeras palabras

7.7.20




Escribe Irene Vallejo en El infinito en un junco: «no había ningún afán de autoría: los poetas amaban la herencia del pasado y no veían razones para ser originales si la versión tradicional era bella. La expresión de la individualidad pertenece al tiempo de la escritura; por aquel entonces, el prestigio de la originalidad artística estaba en horas bajas». Disolverse en la palabra, improvisar sobre lo ya escrito, dejar que las historias ocupen toda la pantalla: Internet es el gran bardo de la modernidad virtual.




Aversiones

6.7.20



El que todo el tiempo odia terminará por odiarse a sí mismo.



Dualismos

5.7.20



El otro día hablé con mi cerebro. Me dijo que lo tenía preocupado. Le pregunté por qué y me respondió que no le hacía ningún caso. Le argumenté que eso era porque me ocultaba cosas, algo que entre personas que comparten su intimidad no da mucha confianza. Entonces me replicó que la mente tiene razones que el cuerpo no entiende.



Patrón

4.7.20



La vida siempre nos tira de las costuras del alma.



Suplantación

3.7.20



Lo mejor de todo este flirteo con las palabras es que, con el tiempo, he terminado por parecerle a la persona que las escribe.



Hostilidad

2.7.20



Quienes estaban encerrados en sí mismos y se han visto confiados ante el mundo, ahora se sienten doblemente frágiles y tienen mucho más miedo a salir.



Limitaciones

1.7.20



A veces se avanza justo hasta donde no se puede continuar.



Atados

30.6.20



Quien no cambia de opinión nunca se hará más sabio.



Sabiondos

29.6.20



Sé muy pocas cosas pero incluso de ellas me da reparo hablar.



Casamentero

28.6.20

No, nunca se casó. Eso sí, tampoco se perdió ni una sola de las bodas de familiares y amigos. Y fueron muchas las ceremonias, a contar por el número de habanos que guardaba con la inscripción de los enlaces, donde en sus vitolas se podían leer los nombres de las parejas y la fecha del casamiento. 

Durante años guardó en una vitrina los cigarros puros de aquellas fiestas ampulosas, dicharacheras y rebosantes de alegría y felicidad. A veces los miraba como quien ojea un álbum de recuerdos y hasta se emocionaba, mientras mentalmente proyectaba imágenes de bailes y de risas, de mujeres esmeriladas y hombres beodos, de lágrimas y bendiciones de dicha. 

Ahora, en edad crepuscular, se sienta en el pórtico de su soledad a ver morir el día. En ocasiones le llegan noticias de divorcios y separaciones. Va hacia la vitrina donde ya hay algunos huecos y busca el habano enfajado con los nombres de la pareja que ha roto. Vuelve al porche y lo enciende y succiona con vehemencia el humo. Acoge en sus pulmones una gran calada que luego con parsimonia lanza al cielo de amenazante rojez y, en tanto la fumarada se eleva hasta perderse en el espacio, piensa en las cenizas de ese amor.



Redimidos

27.6.20



Leamos poesía para recuperar la voz.



Verificados

26.6.20



Vivir es, posiblemente, lo mejor que nos ha pasado.



El mundo amenazado

25.6.20



Una de las imágenes más impactantes de estos días para mí han sido ver esas fotografías con miles de tumbas excavadas en la tierra rojiza, que parecieran esperar a los difuntos que albergarán en su seno. Ahora que se nos está volviendo esa sensación de inmunidad inmortal es como si no apreciáramos que el virus nos rodea por todo el mundo y que el aislamiento es solo una frontera, una salvación momentánea.



Designios

24.6.20



¿Lo que no se nombra no existe?



Vulnerabilidad

23.6.20



La pandemia ha espesado la volatilidad de esta sociedad y la ha asentado en la pesadez del miedo a morir.



Afianzamientos

22.6.20




Afirma George Steiner que «los estereotipos son verdades cansadas». Hoy que la verdad de cada uno tiene un carácter tan inmutable, son los estereotipos los que parecen agotados.




Intitulado

21.6.20



El título de aquel cuento no venía a cuento, así que lo hubo de titular: Sin título.



Naturalmente

20.6.20



La gente vive estancamente. Cree ver la luz y no comprende nada de lo que pasa porque no alcanza a advertir lo que ocurre más allá de las paredes de su laberinto. Es imposible que se eleven del lugar que transitan un día tras otro, gastando la botella de la vida. Y que yo sea uno entre ellos.



Escapismo

19.6.20



Llega un momento que no puedes huir más de ti. Y tienes que enfrentarte a lo que eres en su luz y en su sombra.



Identidades ignotas

18.6.20



Lo defiendo desde hace tiempo: en primer término es la lectura y el lector. En un segundo plano más tenue, casi desaparecida, la autoría. Y sin embargo vivimos tiempos de escritores narcisistas enfermos de egolatría, cuyos nombres brillan más que sus obras. Lo he recordado al ojear este pasaje de la publicación ‘Leer contra la nada’ de Antonio Basanta: «Lo vi escrito en una de las bibliotecas de Medellín: ‘Quien lee no está haciendo algo; se está haciendo alguien’. (No recuerdo el autor de tan bello aforismo. Y esta amnesia cada vez me ocurre con mayor frecuencia. Recuerdo con precisión lo leído, pero olvido la identidad de quien lo ha escrito. Es como volver al origen de la literatura, siempre anónima)».



Desaciertos

17.6.20



Lo mejor es empezar por el final y querer a las personas más cercanas tal como son.



Extremidades

16.6.20



La sensación al escribir en los márgenes de la literatura es la de estar en tierra de nadie, y si nadie es su dueño es un espacio poco común pero libre, sin demarcaciones academicistas o editoriales, con anotaciones que exploran los confines de lo establecido y sus servidumbres. Acotaciones perdidas en cada hoja del libro que estamos siendo.



Dubitaciones

15.6.20



Dudar ya es una certeza.



Mi otro igual

14.6.20



Tengo un doble. Lo adquirí en propiedad a una compañía extranjera que publicitó una oferta con un descuento del treinta y tres por ciento de su coste. Eso me hizo pensar que siempre valdría menos que yo. 

En principio solo lo usaba para acontecimientos sociales como presentaciones de libros, conferencias, celebraciones onomásticas, bodas, fiestas de aniversario y de graduación. Después comencé a emplearlo en actuaciones como amar a la patria, actos litúrgicos, reivindicaciones, elecciones, degustaciones, reuniones de empresa y citas con los amigos. 

Comprobado el rendimiento que obtenía con su explotación, ocupó todas las áreas de mi actividad tanto laboral como familiar. Ahora vivo alejado del mundanal ruido mientras otro ocupa mi lugar.



Desafectivos

13.6.20



Pasa a muchas personas inteligentes que suelen estar enfadadas, a menudo, con el mundo y con sus semejantes.



Astigmatismo

12.6.20



Una aberración óptica es una anomalía que causa extravíos en la visión y da lugar a imágenes con falta de claridad. Ciertamente la mirada retrospectiva de algunas personas es siempre bondadosa sobre pasajes de otras épocas, realza los valores positivos que en ellas se daban y ensalzan a sus protagonistas principales. Fuera de su enfoque queda, claro está, el resto de calamidades que la mayoría de sus coetáneos padecieron. Una corrección para esa escasa lucidez le daría un mayor grado de conocimiento o de identificación con los demás.



Estocásticos

11.6.20



Lo más probable es que el ser humano nazca y muera en sí mismo. Sin mayor trascendencia que su nacimiento y vuelta a la nada. Es por ello que al acercarse a la biografía de los seres más doloridos y desafortunados no podamos más que experimentar un estremecimiento. Lucrecia fue abandonada por su madre a los pocos meses de nacer y vivió con su padre, su hermana mayor y dos hermanos varones. Su orfandad maternal la suplió con el afecto y la protección del núcleo familiar, pero al igual que una lluvia de neutrones libres es capaz de desintegrar un núcleo, los zarpazos del azar descompusieron ese escudo. Primero fue su padre arrebatado por un cáncer, al que siguió su hermano mayor aplastado por una bobina en factoría donde trabajaba. Un desafortunado día su otro hermano fue atropellado y quedó en coma. Su última tabla de salvación se hundió en una infección vírica. Cuando la miras a los ojos sientes esa nada en la que también te ahogas tú.



Munificencia

10.6.20



Dar ya es recibir. 



Venganza

9.6.20



¿Vivir bien es el mayor desagravio contra el mundo hostil?



Propósitos

8.6.20



Apuntar alto no significa dar en el cielo.




Vendido

7.6.20



Beatriz le mostró el pequeño apartamento. Su pelo negro en cascada y su brillante mirada hacían que la vivienda se inundara de objetos y vivencias. Jorge tímido y joven la siguió siempre observando su espalda y la redondez de sus hombros, la suavidad de sus formas bajo la blusa ajustada, sus minúsculos pasos de geisha y su voz casi infantil y cálida. Así fue desde que estuvieron en el portal del edificio. Luego en el ascensor él, con un cierto rubor clandestino, observó de reojo la respiración de sus pechos y la fragancia no muy cara de una perfumería de franquicia. La mujer Beatriz le hablaba y él, embargado por el chapotear de sus frases, se dejaba mojar sin entender la lluvia que lo empapaba. 

Ella abrió la puerta del piso con la destreza de quien tiene por hábito hacerlo. Al entrar el eco de la vaciedad hizo que las palabras se anquilosaran, pero cuando Bea dijo que el recibidor distribuía bien la casa porque daba continuidad a los pasillos, lo imaginó colorista y decorado con art déco. Y sobre la mesa una foto de Beatriz joven, más juvenil que ahora, en plenitud de su belleza. «A la derecha está la cocina». Se asomó y la vislumbró con el delantal y las manos manchadas de harina, mientras él le sonreía desde el otro extremo pelando patatas y escurriéndolas bajo el grifo. «Y está el lavadero que es muy luminoso». Entonces Jorge volvió al plano de realidad y vio la pieza que la mujer le indicaba. 

Llegaron al salón y Jorge ya no escuchaba sus palabras, aunque sus labios rojos no dejaban de moverse, mientras una escena familiar se proyectaba en su imaginación, primero como flamante pareja y luego con el trajín de una familia cargada en el enfrascamiento de la procreación. «El salón es amplio y tiene esa pequeña terrazita», por donde Jorge creyó ver el mar junto a Bea. «Dos cuartos de baño, uno más reducido y este otro dentro del dormitorio grande», algo que lo acabó por llevar hasta el espacio exterior y por lo que apenas se atrevió a mirar, ya que su contemplación era mucho mejor que la de aquella habitación vacía. «También están otros dos dormitorios más pequeños…», y el cielo, Jorge pensó, en ese instante, existe el cielo. 

Tiró de la puerta y un golpe seco y sonoro le hizo reaccionar. «¿Qué le ha parecido?» Quiso decirle «muy bien, amor», y solo asintió con la cabeza. «Pues vamos a mi oficina y firmamos el contrato». «Sí».



Diletante

6.6.20



La mujer recogió con parsimonia la ropa colgada de las cuerdas de la azotea. Apoyó en la barandilla el brazo cargado con los trapos recién descolgados, después fijo la mirada en el infinito. «Saldremos de esta con la nostalgia por contemplar una vida mejor y volveremos a la ‘normalidad’, esa que tanto asusta porque nos llenará de insensateces, de perjuicios y alegatos insalubres de urbanidad, de libertad invasiva contra la calma ajena, de los espejos rotos del abandono y del elusivo compromiso con la sensatez y la contumacia del insalubre vivir». La mujer recogió su mirada y se adentró en el laberinto de la casa otra vez.



Residentes

5.6.20



Somos prisioneros en una botella de cristal cuyas paredes transparentes nos hacen creer en la ilusión de la libertad.



Andanzas

4.6.20



Refería Polo de Acragante, discípulo de Licimnio de Quíos quien le regaló una colección de ‘palabras licimnias’ para la confección de un tratado titulado Sobre la bella dicción poética, que «en ocasiones hay que ir muy lejos a recolectar una palabra y solo su néctar endulza la amargura del camino andado». Y, tantas veces, nos extraviamos en la aventura y regresamos con las manos vacías, aunque eso sea lo que menos importa.



Ninguneos

3.6.20



El problema del desprecio hacia los demás es la mal disimulada arrogancia de un yo frustrado.



Azoramientos

2.6.20



Un hombre busca con afán en su monedero algunas monedas. Ahonda con sus dedos en el interior oscuro pero no halla nada con que pagar su necesidad. Y así busco yo, con inquietud, en el pozo sin fondo de la existencia humana.




Fracciones

1.6.20



Sobrevivimos en la reconstrucción de los fragmentos que somos.



Barrio

31.5.20



Los vecinos de la calle Espejo siempre que salían de casa pisaban el cielo.



Homúnculos

30.5.20



Mi querido amigo Joselu, fiel lector y comentador de este blog, señalaba ayer que nos somos libres porque nuestra libertad es una proyección de nuestro cerebro. De hecho, advertía, que mis post ya estaban escritos de antemano, aunque yo nunca hubiera imaginado que el post que ahora escribo ya estuviera hecho. Y, por tanto, que ese diez por ciento de consciencia de mi mente se hiciera la ilusión que he decidido, libremente, teclear estas palabras, llegadas a saber de qué rincón de mi actividad mental. El filósofo y neurocientífico, Sam Harris, sostiene que podemos decidir lo que hacemos, pero no podemos decidir lo que queremos decidir hacer, que es lo que supongo que me ha pasado a mí tras poder decidir escribir esta entrada en la bitácora, pero sin poder decidir que quería decidir hacerla.



Rebosamientos

29.5.20



Escribir es abundar en la soledad de la compañía de una multitud de ideas.



En tinieblas

28.5.20



Licimnio de Quíos, poeta clásico, escribió: «Algo, una mano de ternura, tras el intenso sueño de la vida, que venga a reponer el feble cuerpo». Si tomo la cita literalmente, igual que me levanto voy y me acuesto.



Testeados

27.5.20



La lucidez hiere y su dolor da la conciencia de estar vivos.



Abdicaciones

26.5.20



Nunca pierdas la esperanza porque estarás perdido tú también.



Artificios

25.5.20



Detrás de una risa falsa vive una persona adulterada.



Caco

24.5.20



Era un ladrón de poca monta. Solo robaba insignificancias.






Amarraduras

23.5.20



Lo sumiso ata más que lo opresivo. 



Silencio final

22.5.20



El primer día que dejé de escuchar los aplausos me sentí solo, muy solo en el mundo, con una soledad ubérrima. Ese silencio es único y es antesala del ruido de fondo que nos aturdirá de nuevo.



Sobrellevamos

21.5.20



Una persona se redime en función de la cantidad de azar que es capaz de soportar.




Renovaciones

20.5.20



Nadie se molesta en soñar, nuevamente, las cosas ya soñadas.



Libros ergódicos

19.5.20



El libro no es la lectura ni es la escritura porque ambas existían y existirán en un antes y un después, por mucho que imploren sus diletantes amantes. 

Una vez más me topo con un ensayo sobre la aquiescencia del libro donde se vuelve a confundir la escritura y la lectura con su soporte. El libro no es más que un formato que reproduce estas dos acciones y su sempiterna presencia en este último medio milenio, no es más que un periodo corto si contamos desde la protoescritura de hace seis mil años hasta la tecnologización, en la que se han contado millones de historias. 

Apenas los neolectores digitales superen a los analógicos, el libro en papel tendrá un rol menos preponderante que en la actualidad. 

La obra literaria ya no es la obra en su modelo clásico porque sus límites se han ensanchado hasta hacerla irreconocible desde los cánones académicos.



Apagamientos

18.5.20



Hecateo de Abdera, pensador de la escuela escéptica, confesó: «A veces pienso en la asombrosa persona que no fui. Y entonces me consumo como una llama de nostalgia». Ese es un anhelo repetido durante siglos y albergado en diferentes huéspedes que no ha de cesar hasta el final.



Consola

17.5.20



Los padres buscaron al niño con determinación, lo habían dejado embebido en un videojuego en el que pasaba muchas horas. Al principio con intranquilidad y después, tras auscultar hasta el último rincón de la casa, con desesperación. No comprendían que hubiera desaparecido porque las cámaras de seguridad probaban que no había salido de la vivienda. Pasados varios meses quedaron paralizados mientras un anuncio en televisión publicitaba un videojuego donde el protagonista era su hijo.



Colocación

16.5.20



«Los signos inertes de un alfabeto se vuelven significados llenos de vida en la mente. Leer y escribir alteran nuestra organización cerebral», mantiene Siri Hustvedt. Perspectiva que hace comprensible el desorden mental de tantos individuos en la actualidad.



Antilogía

15.5.20



No me gusta hablar de mí; soy insignificante.



Arbitrajes

14.5.20




A veces la esperanza solo es un acto de reconciliación ante nosotros mismos.



Aforísticos

13.5.20



Cada persona debe encontrarse con el aforismo que es.



Socratismo

12.5.20



Puedes ser el creador de un sistema de pensamiento; puedes haber desarrollado una amplia formación intelectual; incluso estar en posesión de un amplio acervo popular. Y, aun así, desconocer el verdadero arte del conocimiento.



Designio

11.5.20



El propósito de toda acción es su consecuencia.



Reclusiones

10.5.20

Un amigo que habita una vieja casa en soledad me cuenta por teléfono, después de más de una cincuentena de días encerrado: «Hay zonas de la vivienda que prefiero no visitar como es el caso del trastero. En ese desván habitan los antiguos dioses romanos del hogar. No me apetece encontrarme con ellos y pedirles explicaciones sobre lo que han hecho». 
«Esta casa es tan grande y tan mayor que hay días que me cruzo conmigo y me saludo. Y por esa misma razón tampoco subo a la logia. Mi entretenimiento es recorrer el patio por fuera de las columnas. Cada maceta colocada allí representa un antepasado mío. A veces discutimos tanto que termino agotado entre el ejercicio y la cháchara. La biblioteca en cambio me reconforta, no por la lectura si no porque me siento arropado por tantos personajes circunscritos a sus páginas, mientras escucho el resuello de sus murmuraciones. La cocina es la encrucijada de los caminos donde concurren todos mis pesares, que alivio guisando viejas recetas compiladas por mi madre en hojas amarilleadas y grafías cuidadosas. Ahora, con el desconfinamiento, mantengo una distancia social de dos metros con mi sombra». 
«Y lo mejor es que no tengo prisa por llegar a ningún sitio ni pienso que vaya a tenerla nunca más».



Desvencijado

9.5.20



Conocí a un joven poeta que fue a París donde se deslumbró con la luz macilenta de sus calles y el bullicioso reposo de sus muertos, que pisó el mismo adoquinado por donde anduvieron aquellos nombres propios que nombraron sus señas de identidad caligráfica y la llovizna rítmica de sus sueños, entre itinerarios recorridos por la amistad. Hoy cansado de tiempo ni es joven ni se sabe poeta, ya sombra en un camino polvoriento de mirada ensordecida.



Trastornado

8.5.20



Escribir es dar la palabra a la multitud de personajes que nos habitan.



Encasillados

7.5.20



Marcel Schwob, de quien Borges afirmó que no buscó la fama y escribió para los poco afortunados, dijo que «el arte es lo contrario de las ideas generales, describe solo lo individual, no desea sino lo único. No clasifica, desclasifica». Es por ello que está tantas veces fuera del conjunto ordenado que representa la normalidad estética.



Cortaziana

6.5.20



Si leí lo que leí y amé como amé fue para ser lo que soy.



Mojarse

5.5.20



Me gusta la lluvia cuando no llueve y me moja interiormente, anegándome con los recuerdos que forman esa laguna que es la memoria.



Nimiedades

4.5.20



¿Cómo una palabra puede expresar insignificante y a su vez excesivo?



El cuento de nunca acabar

3.5.20



Escribió el cuento en una hoja de papel que el viento se llevó. Aún tenía la idea en su cabeza, así que lo reconstruyó, no sin la inquietud de haberlo reproducido fiel a las palabras exactas con las que lo hizo la primera vez. La hoja de papel esta vez, por un golpe de aire, cayó al agua y la tinta se diluyó. Reescribió la historia nuevamente, ahora con una pequeña variante sobre la idea prístina, pero guardando su esencia. La tercera versión parecía la definitiva, pero se quedó dormido con un cigarrillo encendido y un pequeño incendio devoró parte de su escritorio. Aun así, pudo hacer una quinta y una sexta versión, ambas destruidas bajo el infortunio de accidentes caseros como ser usado para un avión de papel por su hijo pequeño, o ser tirado a la papelera sin conciencia de ello. En todas las variantes posteriores ocurrieron nuevas desgracias que lo llevaron a situar su cuento en la categoría de lo inasible, quedando definitivamente recluido en su cabeza.



Endemoniados

2.5.20



El cerebro es un traidor que nos miente y nosotros, pobres diablos, sus rehenes.



Novelistas

1.5.20



Hay una narrativa interior monologada que va escribiendo, incesante, la gran ficción de nuestras vidas.