Recuerdo la primera versión que instalé de Messenger ahora hace de aquello diez años. Lo más sorprendente es que apenas tenía contactos y tampoco podía hacer proselitismo entre la gente: eran tan pocos quienes tenían un módem para conectarse a Internet. Los pocos contactos proporcionaban largas y amenas charlas.
Lo cierto es que en una década han ocurrido tantas cosas en el aspecto tecnológico que es difícil reconocer los primigenios pasos de instrumentos como el MSN. Eso sí, al principio era legible lo que aparecía en el Messenger, algo que dudo ahora sea igual con tanto ‘emoticons’.