Indefensiones

Somos, a menudo, nuestra propia enfermedad.

Mal estar

No leas, no pienses, no camines: la inmovilidad es la enfermedad terminal de este siglo.

Platonismos

¿Si la ignorancia es una enfermedad, el conocimiento es saludable?

Diagnosticados

¿Estamos en una guerra y no lo había notado? ¿Somos la infantería que camina hacia la muerte? ¿Qué combate es el que libramos? ¿Está el enemigo?, que se ponga mientras militarizamos el lenguaje. Dicen que esta batalla la vamos a ganar y que venceremos. Me asusta tanta belicosidad en una ofensiva contra la paz y la palabra. 

Es esta una cuestión sanitaria, vírica y contagiosa que nos confina contra la enfermedad y la muerte. Es una crisis que nos aplana la curva de la felicidad. Es una pandemia, una endemia, una epidemia y una infodemia. 

Es una incubación en la que se buscan antígenos y vacunas, es un baile de mascarillas y de asintomáticos que esperan su dosis del recuerdo para la inmunidad de los patógenos y tolerancia cero.

Curaciones

Desde que la salud se reveló como negocio, la enfermedad dejó de tener importancia.

Achaques

El diagnóstico y no el síntoma es quien manda en la enfermedad occidental.

Nocivo

El tiempo es una enfermedad de la que nadie sana.

Medicamentar

Perdón por el exabrupto pero en el tema de la medicación todo parece tan exagerado. No ha tantos años muchos remedios se utilizaban para extraer el dolor de los enfermos. Ahora se rentabiliza la salud de su cartera. Es la homeopatía económica de la farmacopea la que rige los destinos de nuestra salud y no el buen criterio de ahorrar sufrimiento. Nuestra salud cotiza en bolsa y cuanto más enfermemos, más sanarán las cuentas corrientes de los magnates de las infecciones.

Malestares

¿El tedio existencial es la enfermedad del progreso?

Medicinal

La enfermedad del tiempo que vivimos nos consume igual que se extingue un enfermo terminal.

15-M:« Si quieres transición: movilización »

«Un proverbio no es una razón» Voltaire

Frágiles presencias

Acudo a un centro hospitalario donde está internado un buen amigo. En mi deambular por el laberíntico edificio me topo, primero, con familiares de un conocido a quien han ingresado tras sufrir un infarto. Más adelante me sorprendo al ver, encamado, en una de las habitaciones a una persona con la que traté durante años por motivos personales.

Tras la visita pienso que si la muerte nos iguala a todos, la enfermedad es el preaviso de nuestra vulnerabilidad.

15-M:« No somos nadie y somos todos »

Escarnio

El pensador francés Vladimir Jankélévitch entiende que «Normal y patológica a la vez, la mortalidad es la enfermedad de todas las enfermedades, tanto la enfermedad de los enfermos como la enfermedad de los sanos, la enfermedad de aquellos que ‘tienen algo’ y la enfermedad de aquellos que no tienen nada y no les duele nada, la enfermedad de los que morirán a los treinta años y la enfermedad de los que morirán de viejos a los noventa años; ¡la muerte es la enfermedad de la salud!» Efectivamente, la gran afección del ser humano es su insalubre existencia.

Hospital

Lo malo de acudir a un centro hospitalario es la sensación de fragilidad que sientes cuando comienzas a encontrarte gente conocida gravemente enferma.

Mientras pensaba en esto vi que salía con un volante médico en las manos. Se acercó hasta mí y sin mediar palabra me dijo: «Me van a ingresar en la morgue. Me han diagnosticado que estoy muerto».

Hábitos saludables

Deleuze escribió que «el mundo es el conjunto de síntomas cuya enfermedad se confunde con el hombre». La literatura se presenta entonces como una iniciativa de salud. Vistas las indicaciones no hay mejor remedio que seguir en el brecha.