Auger

24.4.09



Nunca olvidaré la emoción con la que aquel hombre me vendió mi primer ‘Diccionario español de sinónimos, equivalencias e ideas afines’. Su casi reverencia al ver a un joven entrar en su pequeña librería y pedir aquella herramienta me comprometió a usar aquel libro de manera exhaustiva. Hay gestos que aleccionan para toda la vida.

6 apostillas:

3'14 dijo...

Gran compra, sí señor, y mejor uso :)

Mamarginal dijo...

Es cierto que uno muchas veces se ve forzado a hacer muchas cosas... que tengan que ver con la exhaustividad del aprovechamiento.

Joselu dijo...

Hay pocos libros tan apasionantes como el Diccionario ideológico del español de Julio Casares de sinónimos e ideas afines. Un filón para el buen estilista que busca alternativas.

Juan Poz dijo...

Aunque colecciono diccionarios, nunca he comprado ninguno de sinónimos y antónimos, salvo uno escolar que está en la librería de mi hijo. Tampoco me he entretenido nunca en hojearlos. No pueden competir con los de argot, los médicos, los gastronómicos, y ninguno de los anteriores con los etimológicos, la joya de la lexicografía. Aún no he dejado de arrepentirme de no haber adquirido, e su momento, uno etimológico de la lengua griega, y va ya la cosa para 25 años de duelo amargo. Lo único que me ha endulzado algo aquella pérdida, que me la ha mitigado ha sido el "Diccionario etimológico indoeuropeo de la lengua española", que no me canso de recomendar.

Jolsa dijo...

Muy cierto: las palabras, como las acciones pueden cambiar vidas.

Maria Coca dijo...

Sin duda alguna. Hay objetos que marcan toda la vida.