Los nuevos hábitos de lectura en la red han cambiado los parámetros que enmarcaban al ‘lector clásico’. La digitalización de miles de obras ha conformado, en parte, la vislumbrada biblioteca universal borgiana. En derredor a las nuevas prácticas confluye una guerra de intereses como la que mantiene Google, no por las obras sobre las que existe un negocio editorial sino por aquellas otras huérfanas de autor, abandonadas a su suerte y que los lectores deberían reclamar como derechos propios.
Hace 2 horas
2 apostillas:
Qué cierto es aquello de que: "las palabras no tienen dueño" (al menos en lo concerniente a lo escrito y divulgado en internet)
Fíjate, se ha terminado el día de St Jordi y finalmente hoy no me he comprado ni he recibido ningún libro. No me entristece. Tengo en la librería de mi casa unos cuantos pendientes de lectura y mañana seguirá siendo un buen día para adquirir un libro, como cualquier otro del año. Además, hoy, como, ayer, y todos los días, he leído, a fin de cuentas, de eso se trata ¿no?
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