Desvaídos

16.10.21



No hay seres maravillosos entre nosotros, aunque a veces hay quienes como luciérnagas se encienden y nos iluminan.



Rendimiento

15.10.21



El amor en la actualidad no es más que un producto más de la sociedad del ultraconsumo.

 


Nada íntima

14.10.21



La mayor mudez es el silencio interior.




El arte de la demora

13.10.21



La prisa es un imperativo categórico de esta sociedad; la calma su insumisión.



Vista cansada

12.10.21



Esta sociedad ha hecho de la vista el sentido hegemónico hasta la extenuación atrofiando el resto. En esa evolución hemos dejado de apreciar el olor de las cosas, los sonidos en silencio, el toque de lo inmediato y el gusto del mero hecho de vivir.



Bipolares

11.10.21



El ser humano actual puede estar deprimido y entusiasmado a la vez, cohabitante de una sociedad esquizofrénica.



Coitus interruptus

10.10.21



Lorena lo miró aquella mañana de una manera especial como nunca lo había hecho. El largo invierno quedaba atrás y también la secuencia de sucesos luctuosos. La conocía desde que era una niña y cada vez se sentía más atraído por ella, pero el halo enigmático que rodeaba a aquella familia funcionaba como una fuerza repelente.

El último año los acontecimientos en derredor de la vida de Lorena habían precipitado un drástico panorama familiar. Primero fue la marcha de su hermano mayor hasta Tailandia para casarse con una chica hmong que conoció en Meetic (un comunicado de la embajada española les anunciaría su fallecimiento por coronavirus semanas después de su partida); a los pocos meses su hermano menor murió electrificado al quedar enganchado en unos cables de alta tensión mientras practicaba parapente; su madre entró en depresión y se suicidó bebiendo lejía; y su padre sufrió un ictus, fue ingresado en una residencia de enfermos terminales y palideció hasta fenecer. 

La casa se deshabitó en menos de un año y la muchacha aguantó en pie como pudo ese rosario de calamidades. Palideció, enflaqueció y se apagó su luz. Después su resiliencia y la primavera la volvieron refulgente y más hermosa, algo que no le pasó desapercibido y lo atrajo más hacia ella.

Los días hipostasiados de sol y coloreados, los acercaron a un idilio hasta untarlos de deseo y felicidad y así, la pareja decidió, una tarde color guayaba, fundirse en la pasión. Lorena lo cogió tiernamente de la mano y lo llevó hasta el dormitorio donde una luz de eclipse dibujaba los perfiles de los objetos.

Se desnudaron y fundieron sus cuerpos mientras sus respiraciones interpretaban un contrapunto de amor y, en pleno paroxismo, la habitación comenzó a poblarse de pálidos personajes cuyos rostros le resultaban familiares. Allí estaban, un hombre barbado y su esposa hmong; un muchacho calcinado con un parapente al hombro; una mujer lechosa con utensilios de limpieza y un borracho blancuzco con una botella. No faltaron dos abuelas enlutadas y un desconocido hombre arrugado, ni unos primos lejanos color hueso.

Todos sonreían satisfechos al contemplar la desfloración de Lorena y el tierno amor de los dos.

El joven espantado corrió hacia la calle semidesnudo y pávido, alejándose a toda prisa del barrio y de la ciudad.



Subtitulado

9.10.21



Lo que más me ha costado en esta vida es tener que traducir mi pensamiento para poder ser entendido por la mayoría de la gente.




Veladuras

8.10.21



El olvido es el fracaso de la memoria porque invisibiliza a las personas y sus hechos.




Retórica de la mentira

7.10.21



La mentira es a veces cuestión de complacencia, según nos convenga o no cómo no mientan.



Apreciaciones

6.10.21

 

¿Si las apariencias engañan lo invisible dice la verdad?

Remiendos

5.10.21



Lo que más nos hunde es admitir nuestros errores; lo que más nos eleva su rectificación al reconocerlos.



Movimiento Perpetuo

4.10.21



Debes saber que el mundo no se va a detener por nadie.



Ingenuidades

3.10.21



El profesor de Historia llevó a su hijo a visitar el museo del Louvre. Al entrar le advirtió: «Vamos a ver cómo ha sido el mundo con los ojos del arte». Al pararse ante la Venus de Milo y tras unos instantes de contemplación, el pequeño preguntó: «papá por qué antes las mujeres nacían sin brazos».



Soluciones

2.10.21



Sencillez que no simpleza.



Fertilizantes

1.10.21



No hay una vida fecunda donde la lectura no abunda.



Rápidos

30.9.21



Contra la vorágine de los tiempos que corren, enlentecer la vida hasta hacerla plausible.



Reinicios

29.9.21



Cada vez que sufrimos un abandono es como si comenzáramos desde cero nuestra historia afectiva.




Desganados

28.9.21



Es frustrante vivir en la inapetencia.



Ponderaciones

27.9.21



Empequeñecer lo desmesurado, agrandar lo pequeño: equilibrar el mundo.




Pasatiempos

26.9.21


Saca su silla de anea a la puerta de la casa y la coloca en la acera. Parsimonioso se sienta y extrae de una bolsa de tela un libro de crucigramas y pone una botella de agua en el suelo. Es verano. El hombre viste pantalón corto gris y camiseta de hombros interior blanca; calza unas sandalias negras de goma. No se levanta de su asiento hasta que la línea de sol no lo alcanza. Entonces con dificultad se eleva del asiento y entra en la vivienda. Esa rutina es repetida a lo largo de toda la canícula o hasta que dura el buen tiempo, bien entrado el otoño. 

El hombre orondo de perfiles redondeados y un gran mostacho ceniciento, echa una panorámica con su mirada adusta hacia la calle, de norte a sur. Abre con parsimonia su libreta y coge un bolígrafo Bic de tinta azul. Después se dispone a resolver la primera columna horizontal del crucigrama. 

Palabra de nueve letras: «Contienda, riña de palabras o de obras». De repente suenan voces en el domicilio de enfrente que llaman su atención. Una voz femenina amonesta a un muchacho: «¡Sabe toda la gente los pormenores de mi casa!» Alguien contesta: «¡Ya me tienes harto!¡Me voy!», y dan un portazo al salir. Él escribe pendencia

Levanta entonces la vista, satisfecho. En ese momento dos jóvenes pasan cogidas de la mano. En la desnudez de sus cuerpos hay dibujados tatuajes que evocan estéticas orientales. Incrédulo baja la mirada otra vez hacia el libreto que sostiene con su mano derecha y lee en horizontal: «Exceso de galantería o rendimiento amoroso». Trece casillas con una te y una ele. Su mente se ilumina y pone amartelarse

Le saluda la cartera que reparte el correo a diario. De manera dulce y calmada le pregunta cómo está y le dice que hoy no tiene nada para él. Le contesta que no se puede quejar y la tranquiliza con un «otro día será». Vuelve a fijarse en el papel y lee: «los filósofos la usan para su imperturbabilidad». En la grilla siguiente término de ocho signos: ataraxia

Sube la temperatura cuando progresa la mañana y echa un trago de agua. Después observa la flor de una maceta que permanece lozana desde hace varios días. Clava sus ojos en el texto: «aquello que permanece siempre fresco». Busca en su cabeza, se detiene, se queda en blanco, piensa: «una ene y una eme seguidas». Rellena las celdas: inmarcesible

Luego se distrae un rato viendo la reata de gente que transcurre por la vía y vagabundea con su pensamiento hacia otros pasajes temporales. «Se utiliza para la evasión, como salida de la realidad o como recurso para sortear una dificultad». Encuentra efugio. Y vuelve a perseguir con la punta del bolígrafo otra definición: «algo valioso que se halla de manera accidental o casual que comienza por ese. Ahora sí: serendipia

El reloj solar avanza hasta más de la mitad de la callejuela. Un olor a fritura inunda sus fosas nasales y recuerda que su apetito está vivo. Vuelve al papel: en vertical, diez letras con una jota en medio: «Embrollo, jaleo, lío». Ahora, lo sabe, huele a berenjenas, y en las casillas escribe berenjenal

Pasa el tiempo, el sol comienza a calentar sus pies y solo queda que encajar una palabra de diez espacios: «Actividad de diversión o entretenimiento en que se ocupa un rato de ocio». De repente tiene una visión donde se ve en esa misma calle cuando era un niño. Juega con la tierra roja haciendo barro con el agua de la lluvia. A los lejos otros niños lo llaman para jugar a la pelota. No va y aparece un joven uniformado con un petate a la espalda. Ahora se reconoce ataviado de novio y después entra en el hogar con un bebé en mantillas. Se ve sucio volviendo del trabajo y enlutado con lágrimas en los ojos… Ya lo entiende: pasatiempo.




Vistazos

25.9.21

 

Somos infelices porque la contemplación del mundo nos es insatisfactoria.



Dogmáticos

24.9.21



Una cosa es lo que se piensa; otra lo que se dice; y otra lo que se hace. Quien no tenga más de tres contradicciones diarias es un fanático.



Invisibilizar

23.9.21



El filósofo griego Hérilo manifestó en cierta ocasión: «Vendrán los mediocres y querrán borrar las huellas del conocimiento para hacer invisible el camino de la dicha». Siempre ha sido ese su cometido en su abundante presencia.



Proporciones

22.9.21



¿Qué cantidad de mentira hay en toda verdad?




Admoniciones

21.9.21



Mi padre nos advertía con insistencia cuando éramos niños y mientras fumaba un cigarrillo: «no caigáis en el tabaco». Algo similar a esos padres que nunca han leído un libro y se empeñan en que sus hijos lean porque les han hablado de lo importante que es la lectura.



Robotizados

20.9.21



Escribo: «un saludo cordial» y los robots de Gmail me lo corrigen: «un cordial saludo». Cuánto atrevimiento el de estas máquinas.



Punto y final

19.9.21



.



Insonorización

18.9.21



Para escribir poesía hay que apagar cualquier ruido interior hasta que se haga el silencio y la calma.



Acelerados

17.9.21



No vamos lentos: es el mundo quien tiene mucha prisa.



Celajes

16.9.21



Cuanta más humildad mejor se aprecia el acto creativo. La vanidad del artista es un nubarrón en la observación del arte ajeno.



Término medio

15.9.21



En esta sociedad hemos pasado sin pausa del pudor a la insolencia.




Enlentecer

14.9.21



Vivimos una realidad volátil sin pausa para asir lo sustancial de las cosas, ni su espacio ni su tiempo.




Zumbados

13.9.21



El ruido es el mayor contaminante de la comunicación humana actual al hacer inaudible el pensamiento.



Productora

12.9.21



Valeria estaba haciendo tiempo sentada en un banco del parque mientras llegaba su cita y, como tardaba en venir, pudo fabricar cientos de minutos antes del encuentro.




Fracturas

11.9.21



Una máxima es una hendidura mental por la que se expulsa la lava del pensamiento.




Picantes

10.9.21



Esta época ha marginado lo erótico en favor de lo pornográfico.




Verbalidad

9.9.21



El designio de una divinidad no es crear el mundo sino nombrar las cosas.

 


Condescendientes

8.9.21



La literatura hoy es consumo y su producto es algo agradable para que sea vendible. De ahí que quienes escriben se muestren dóciles a los criterios editoriales, los cánones académicos y los lectores acríticos. Es una escritura complaciente.



Comentaristas

7.9.21



A dos amigos de este blog (también de este autor) comentaristas fieles e infatigables, va dedicada esta publicación. Cuando este ciberespacio cumple un sexteto de millar de entradas, no puedo por menos que brindarles a ellos unas palabras en homenaje a su generosidad y lúcida inteligencia. 

Sus mensajes tantas veces me sonrojan, me descuadran, me esponjan, me animan, me emocionan y me anclan a este estuario de letras, siempre sinceros y honestos en sus comentarios. 

Son los espíritus custodios de mis escritos, los elohimes de las reflexiones y aforismos. Los ojos que ven lo no escrito. 

En ellos están representadas cuantas personas amigas y lectoras de este blog, a veces con sus apostillas, otras con su invisible lectura, que no han dejado de visitar esta bitácora. También va mi agradecimiento a esas otras voces que hasta aquí se acercan. 

Gracias, Joselu. Gracias Juan Poz.

Desigual

6.9.21



Lo raro por original, no. Lo extraño por diferente.




Vagabunda

5.9.21


Alma llegó una mañana cálida de invierno después de viajar por medio continente huyendo, como ave, del frío ártico. Cargada de enseres y zarrapastrosa aterrizó en la placidez hiemal de aquella plaza del sur, llena de verdes y ocres, protegida de los vientos por elevados edificios, con una docena de bancos distribuidos en su perímetro circunvalando un monumento ubicada en el espacio central.

La mujer miró aquella mole de piedra y acero levantada en honor a las personas errantes y comprendió que ese era su sitio. Lo celebró bebiendo a morro media botella de vodka.

Al principio su estancia en la plazoleta fue una anécdota referida solo en el vecindario similar a la de otras gentes que pululaban por el lugar, paraban unas horas y dejaban papelitos con mensajes en la enorme pieza escultórica.

En el caso de Alma, a medida que el fenómeno avanzó, el problema alcanzó niveles épicos de epopeya urbana y la situación despertó el interés de gran parte de la sociedad poco acostumbrada a ese tipo de espectáculo, mientras la nómada seguía cantando a las tres de la madrugada, orinando en el basamento monumental o llamando la atención a todo el que pasaba por su órbita, en especial los gobernantes, autoridades policiales o cualquier otra persona con ostensión de poder.

La junta local de seguridad se reunió para aportar soluciones a tan desdichado suceso, mientras Alma se acogía al derecho constitucional del deambular libremente por los espacios públicos, algo que ningún juez podía dictaminar en su contra.

Un funcionario tuvo la feliz idea para acabar con tan infortunado acontecimiento de eliminar los asientos de la plazuela para que no pudiera dormir en ellos. La mendiga, entonces resolvió cabecear y refugiarse en la arboleda, por lo que zanjaron que los arboles fueran cortados.

Alma decidió, ante eso, pernoctar en el escultórico homenaje a los peregrinantes lo que provocó que, a los pocos días, también fue retirada toda la estructura de hierros y hormigón, a la espera de una reposición en fechas más propicias.

La mendicante, impertérrita, se guareció en los soportales de las construcciones que decidieron derribar ante su persistente presencia.

Sobre las baldosas del suelo dormía Alma que comprobaba como, con cada despertar, había menos losetas, provocando la desaparición paulatina de la zona que pasó a ser solamente un recuerdo en la memoria colectiva de la ciudad.

Y, a día de hoy, allí continúa Alma, robusta y llena de corporeidad, con sus cacharros y su casa caracol edificada con cartones, igual que un oso polar en la inmensidad de la nada blanca.




Finitos

4.9.21



Cada día que muere yo muero con él.




Asuntos

3.9.21



Céntrate en tus acciones y deja de hablar sobre lo que hacen los demás.



Revelarte

2.9.21



El arte debe ser el punzón que ensarte el ojo de dios, cual Ulises con Polifemo.



Fugas

1.9.21



Cuando te deprime aquello que siempre te ha parecido hermoso, es el momento de huir.




Histrión

31.8.21



El pensamiento es un ventrílocuo que te mueve la boca.



Difusión

30.8.21


El mundo no ha empeorado, lo que ocurre es que ahora vemos todo su mal al instante y en directo.




La muerte del lector

29.8.21



Al escritor Alfredo Padruelo se le murió el único lector que lo leía. Entristecido siguió escribiendo libros y ya, inapetente, anotó obras sin texto llenas de palabras sordas, mudas, apáticas, inapetentes, luctuosas, que nadaban en la orfandad. Fue entonces que imaginó una gran epopeya donde poder contar las heroicidades de su impar leyente. Trazó entonces la figura de un héroe a modo de Ulises que, cruzando un piélago de letras, se aventuró en bibliotecas borgianas, combatiendo las malas creaciones y los poetas petimetres, los folletines románticos, la cascarria de la novela negra, todo el insoportable ruido editorial, destruyendo a su paso los nuevos libros de caballería, esa insufrible saga de fantasía infantiloide y el infumable tostón de los superventas. Al final tuvo que asesinarlo con un Telégono cualquiera porque amenazaba con destruir la obra del propio Padruelo.



Decayeres

28.8.21



Nada tan decadente como el agonizar de agosto.



No puede quien quiere

27.8.21



La maldición del «tú puedes» ha condenado a la frustración a millones de individuos. Y no es verdad porque el sistema no lo permite: nadie puede.



Expresiones

26.8.21



La gente habla en voz alta de sus sueños porque al verbalizarlos los hace reales.



Caso omiso

25.8.21



A fuerza de que nadie me haga caso, han conseguido que me sienta capaz de hacerlo todo.




Indeterminaciones

24.8.21



Partiendo de cero todo parece infinito.



Peso muerto

23.8.21



Llevo una pesada carga sobre la espalda. Es mi cadáver.



Sorderas

22.8.21



«Me pone algo fuerte», le conminó al camarero. El barman con rosto imperturbable lo atendió al instante: «aquí tiene señor, un chupito de salfumán».




Telares

21.8.21



Lo peor y lo mejor del ser humano ha trenzado su actualidad.




Rastros

20.8.21



Una persona que escribe debería dejar siempre pistas falsas por si pudieran existir exégetas de su obra.



Cabezotas

19.8.21



La escritora Agota Kristof afirma que «uno se hace escritor escribiendo con paciencia y obstinación, sin perder nunca la fe en lo que escribe». La calma y la perseverancia me parecen fundamentales, sin embargo la certeza, ay, soy tan descreído de los que escribo.



Naderías

18.8.21



A fuerza de que nadie me haga caso he conseguido sentirme capaz de hacerlo todo.




Sin salvavidas

17.8.21



Me ahogo en el tráfago humano.



Pisar en falso

16.8.21



En el alambre de las palabras mantengo el equilibrio con la pértiga de pensar. Apenas me venzo a uno de sus lados me espera la caída al vacío aterrador.



Contemplación

15.8.21



Todo quedó oscuro y silencioso mientras tenía lugar el alumbramiento de la noche.




Ciclotrón

14.8.21

 

El corazón es un acelerador de partículas simpáticas y antipáticas.



Pájaros

13.8.21



La libertad se mide según la distancia de vuelo que seamos capaces de recorrer dentro de la jaula.




Inexactos

12.8.21




La puntualidad es una tiranía que solo comprenden los esclavos del tiempo. El resto la padece con resignación y rebeldía.





Aderezados

11.8.21



Maduras cuando aceptas que vivir no tiene solución.



Prisas

10.8.21



Llegar tarde a un lugar es haber abandonado otro con precipitación.




Stops

9.8.21



Pensar, reflexionar es pararse frente a un mundo donde nadie ni nada de detiene.



El domesticador

8.8.21



Guardó la mentira en un bolsillo de su americana y cada vez que metía la mano sentía dolor en los dedos por su mordedura. Decidió entonces alimentarla con certezas y la domesticó. Ahora sus mentiras son mansas y ya no muerden a nadie.



Retornos

7.8.21



Sales de la infancia y después todo es un volver a mirar hacia ella.




Cogidas

6.8.21



Siempre la vida nos lleva por delante.



Inexperiencia

5.8.21



Si algo me ha enseñado la escritura es a ser humilde, a vivir sencillamente.



No hay que perder la fe

4.8.21



Daniel L. Everett, un misionero y lingüista que viajó hasta la Amazonia con la intención de estudiar la lengua de la tribu piraha y traducirles el Evangelio, descubrió que sus pobladores no tenían pasado ni futuro ni números y eran felices. Everett terminó por ser ateo.



Asentimientos

3.8.21



Aceptar cuanto antes el sufrimiento como parte de nuestra naturaleza humana es reconocernos en nuestra totalidad.



Peyorativo

2.8.21



Me animó a decirle la verdad a la cara después de haber hecho aquel comentario. 

—¿Realmente crees que ha tenido una buena vida? 

—Sí —me respondió con rotundidad. 

—No, porque nadie le amó. Ni hijos, ni mujer, ni todas esas prostitutas pagadas en mil prostíbulos. Su historia es la historia de una soledad iterativa.



Aislado

1.8.21



Encerrado en su torre el pensamiento se le volvió de marfil.




Auxilios

31.7.21



Las redes sociales son el amparo ante la desolación del mundo editorial.



Deslumbramientos

30.7.21



A veces se me nubla la realidad y no sé dónde estoy. Al instante, recuperada la conciencia, contemplo mi existencia y no entiendo qué hago aquí.




Amnésicos

29.7.21



El olvido es ingrato y la desmemoria infiel.



Audaces

28.7.21



Quién pudiera escribir sin miedo a terminar una frase.



Planeos

27.7.21



Y la vida se va como un pájaro que echa a volar y ya no vuelve.




Aleccionados

26.7.21



Fui un joven responsable: amé, bebí, me divertí, y holgazaneé. Ahora soy un padre sensato y pido a mis hijos responsabilidad. No hay ninguna contradicción, solo son lecciones de vida.



Iliteratos

25.7.21


Provskoye es un pueblo donde todos sus habitantes son analfabetos y nadie sabe leer ni escribir. El nueve de enero de 1869 del calendario juliano el termómetro marcaba menos catorce grados centígrados, pero como la vecindad no conoce los números no entienden muy bien si hace poco o mucho frío. Se arropan por la costumbre del invierno.

Las casas de madera con sus techos azules y rojos cobijan a numerosos pobladores aunque por la soledad siberiana de sus calles parece lo contrario, un lugar desérticamente blanqueado por la nieve y pintado de álamos negros y abetos.

Entre los aspectos más desoladores está el hecho de no recibir cartas porque nadie las escribe y si llega alguna nadie puede descifrar sus grafismos, por lo que el papel es utilizado para encender las estufas de carbón, igual que el de los pocos periódicos que pueden dejar estrafalarios viajeros. En toda la zona no existe libro alguno y sus moradores desconocen a los grandes genios literarios y sus obras.

Tampoco existe un registro de la propiedad y se da por sentado que la pertenencia es la que es, sin ponerla en duda, porque lo que es de uno es de uno y no es de los demás. Los medicamentos son marcados con ideogramas para no confundirlos.

Nadie puede leer la Biblia y por tanto cada persona reza para sí lo que entiende o quiere sin tener que edificar iglesia alguna. Niños, mujeres y hombres, están igualados en ignorancia.

Su historia no está escrita y sus gentes cuentan oralmente los sucesos más importantes que se van perdiendo con el paso de las generaciones en sus trescientos años de existencia.

Viven de trabajar la tierra cuando el clima lo permite y cuidan de sus caballos que les sirven para ir a comprar provisiones al poblado vecino que se aparta medio centenar de kilómetros.

Una tarde de finales de verano, las nubes esparcidas sobre la estepa del cielo que repartía una luz difusa, algo sorprendente ocurrió. No se trataba de la llegada de la luz eléctrica que aún no estaba inventada o de la máquina de escribir, tampoco la venida de un vehículo con motor de gasolina. No era una gran autoridad ni un profeta.

En el alejado horizonte sobre su montura, lentamente una figura se fue haciendo mayor hasta llegar a la altura de dos aldeanos eternos.

—Es el maestro que viene al pueblo —advirtió el primero.

—Se acabó la tranquilidad.


 

Desaceleraciones

24.7.21



El ser humano, a pesar de ser consciente de su aceleración física y mental en todo momento, no sabe detenerse, frenar esa inercia que lo lleva todo el tiempo tensionado.



Universidades

23.7.21



Más sabe el diablo por viejo que por haber estudiado en Harvard.





Crematístico

22.7.21



Cuando los precios están por las nubes es difícil ver el valor de lo que compras.



Elevaciones

21.7.21



Solo si escalas una montaña de libros tendrás altura de miras.




Menciones

20.7.21



Cuando realices una autocita debes tener en cuenta si eres original o solo un plagio.



Sin disyuntivas

19.7.21



Afirma Guy Debord en su libro ‘Panegírico’ que «las citas son útiles en los períodos de ignorancia o creencias oscurantistas». Ambas caben en este tiempo incomprensible y bárbaro.



Retornada

18.7.21



Nos conocíamos desde la época escolar y le perdí el rastro en la universidad. Había regresado a la ciudad tras medio siglo ausente, sola y enferma. Tenía dos hijas pero estaban lejos, una trabajaba como doctora en Suecia y la más pequeña, pintora, vivía en Nueva York (la gente, ya se sabe, tiene preferencia por vivir en los lugares más insólitos). 

La vi sentada en el porche de su casa y apenas la reconocí. Había vuelto después de enviudar. Fue ella la que me llamó la atención: 

—Sigues igual, no has cambiado nada. 

—Ni tú tampoco— le mentí, consciente de que mi mentira le sentaría bien. 

No era la misma, es más, su rostro no guardaba recuerdo alguno de juventud. Incluso llegué a dudar sobre su identidad hasta que fue desgranando un manojo de anécdotas que derribaron mis vacilaciones. Perdía vista y se estaba quedando ciega a pasos acelerados. Leer era lo que más añoraba y ya no lo podía hacer, por lo que le propuse usar audio libros, algo que rechazó porque no se llevaba bien con la tecnología, así que acordamos que pasaría algunas tardes a realizar una lectura de los libros que más interés le despertaran. Me pidió nombres, sobre todo de mujeres: Matute, Beauvoir, Bazán, Highsmith, Gaite, Lessig, Zambrano, Berlín… Los textos fueron cayendo como fruta madura.


—La lectura que realizo ahora es este mismo relato—. Ella entonces detuvo mi lectura. 

—¡Alto! ¡alto! ¡alto! Eso que haces es muy borgiano y aunque es un escritor a quien admiro soy más de escuchar Cortázar pero sin frenillo en la voz. 

—No puedo hacer nada porque el relato se está escribiendo solo.



Mercadotecnia

17.7.21



Los vendedores de humo lo envasan al vacío.



Dimensiones

16.7.21



La prepotencia otorga un gran espacio al ridículo.




Vita flumen

15.7.21



Ahora mismo soy quien escribe, pero mañana qué puedo ser, ¿memoria borrada? ¿ser de olvido? ¿nada que recordar?




Platonismos

14.7.21



¿Si la ignorancia es una enfermedad, el conocimiento es saludable?



Solaz candor

13.7.21



«La ingenuidad es la más peligrosa de las revoluciones» y, con ingenuidad, me pregunto: para quién.




Cristalografía

12.7.21



El pasado es un déjà vu del futuro.



Tú ponte en mi lugar

11.7.21



Fui a visitarlo al hospital después del grave accidente que había sufrido al quemarse en una explosión de un cuadro de luces donde trabajaba. Tras preguntarle cómo se encontraba me contestó: «esto es para mí». 

Entonces le pedí que desalojará la cama y su dolencia y me puse en su lugar. Y, efectivamente, lo miré tendido y sentí su dolor, desesperante y profundo. Ahora él me sonreía feliz. 

En ese instante llegaron unos familiares a visitar al paciente que ignoraban lo que estaba ocurriendo y comenzaron a hablar. Conversaban hasta por los codos de trivialidades y como no me podía mover del lecho por las heridas, mi amigo me dio de beber agua con una pajita y me secó la boca con un pañuelo de papel. Después continuó hablando, alegremente, con las personas que habían ido para saber sobre su salud. Divagaban sobre mi aspecto deteriorado por las quemaduras y lo mal que debería estar pasándolo, no sin darme todo tipo de ánimos. 

Al poco llegó una enfermera y me tomó la temperatura, miró mis constantes vitales y me proporcionó la medicación, mientras comprendía, cada vez más, por lo que pasaba. Después entró el doctor y mandó desalojar la habitación del personal innecesario. Se marchó, según creí escuchar, a la cafetería a tomarse algo con los parientes. 

Desde ese momento llevo cuarenta días hospitalizado y él no ha vuelto ni para que le den el alta.



Ferretería

10.7.21



El ex clavo se convirtió en martillo.



Hipoacusia

9.7.21



Si las paredes escuchan ¿por qué hay sordos como una tapia?