El domesticador

8.8.21



Guardó la mentira en un bolsillo de su americana y cada vez que metía la mano sentía dolor en los dedos por su mordedura. Decidió entonces alimentarla con certezas y la domesticó. Ahora sus mentiras son mansas y ya no muerden a nadie.



2 apostillas:

Juan Poz dijo...

Bueno, por haberlas, hasta las hay piadosas...

José A. García dijo...

Se habrán vuelto verdades.

Saludos,
J.