El domesticador
8.8.21
Guardó la mentira en un bolsillo de su americana y cada vez que metía la mano sentía dolor en los dedos por su mordedura. Decidió entonces alimentarla con certezas y la domesticó. Ahora sus mentiras son mansas y ya no muerden a nadie.
Etiquetas: cuentos de domingo, cuentos diminutos
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2 apostillas:
Bueno, por haberlas, hasta las hay piadosas...
Se habrán vuelto verdades.
Saludos,
J.
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