–Te veo contento.
–Sí, vuelvo al trabajo tras la Navidad.
–¿Y eso es un motivo de alegría?
–Claro, así descanso de las vacaciones.
Recuerdo haberme perdido en los angostos pasadizos del mercado de Asomada en Praia donde apenas quedaba aire para respirar entre los cartones que cubrían su techo y el abigarramiento de productos en sus puestos.
Allí, cuando parece uno sin norte, desconcertados los sentidos entre colores y olores exóticos, surge ante la confusión de la mirada, un producto exótico, una pieza única, un objeto de valor.
La ‘blogosfera’ me recuerda, a veces, a esos zocos y mercados ambulantes de tradición medieval, superpoblados de tenderetes y colmados de productos, donde casi sin querer tropiezas con un rincón insólito o una pequeña joya. Sólo es cuestión de buscar.
«El arte si no es trasgresor es una entelequia burguesa», afirmó el crítico literario llamado Cremieux.
Para él no había más que mirar los sillones de las academias y ver las grasientas posaderas que se asentaban allí. No sé si esto estará muy distanciado del momento actual o que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
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Estas son frases lapidarias que mi amigo Juan, ratón de biblioteca, me suele soltar de vez en cuando.
Tountos es la contracción de "todos juntos". Los tountos es el apodo que recibe una familia compuesta por cinco hermanos y sus dos progenitores que viven en un pequeño pueblo agrícola.
Cada día suben a trabajar al monte el padre y los cinco hijos. Allí tienen un cortijo y unas tierras donde hacen la labor. La escena es casi cotidiana. Después de andar un largo trecho desde el domicilio familiar hasta la finca se percatan de que la llave del caserío la han olvidado.
Pepico, el primogénito sexagenario, manda a Basilio, segundo en el orden familiar, que regrese a por la llave. Basilio traslada la petición a Ambrosio, éste a Dionisio quien a su vez la trasmite al benjamín, Olegario.
Al final es el más tonto quien hace el trabajo y el padre baja a por la llave.
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y en la aborrecida escuela,
raudas moscas divertidas
― ¿Doctor qué tengo?
― No tiene usted nada.
― Y de eso me puedo morir.
― Si se extiende sí. Pero, de momento, está controlado.
― No es una buena noticia.
― No es una noticia, es un diagnóstico.
― Y no me podría diagnosticar mejoras importantes.
― Quizás en la próxima visita.
― Para entonces es posible que esté muerto.
― Muerto o no le pasaré le factura, igualmente.
El Libro Oculto de la Morada enseña que la muerte es lo más natural del mundo porque nos retorna al equilibrio, ya que somos seres tan improbables, por ejemplo, desde un punto de vista termodinámico.
Todos los días uno no puede tener una buena idea para escribir, pero sí tener una causa para intentarlo.
En un país como Japón donde la gente común profesa el amor a la escritura, el príncipe Ariwara No Narihira escribió, en el siglo décimo, un cuento de amor donde el amante se pregunta:
Podría yo ser
El fondo de tu corazón.
Y esas palabras quedaron vibrando como en un eco de eternidad.
Una vez me preguntaron si el sexo de las moscas era lo contrario al sexo de los ángeles y no supe qué contestar.
Mantiene el budismo que quien habita el infierno permanentemente nunca muere. Allí la longevidad es un castigo.
A David Bisbal le parecen pocos. El cantante le ha pedido al Parlamento Europeo que extienda los derechos de autor de las grabaciones en la Unión Europea de los 50 a los 95 años como en EEUU.
Se ve que no sólo quiere vivir bien él sino que desea que su descendencia y parentela lo haga igual por mucho tiempo.
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«Soy el prostituto de mi mujer y no me paga un euro», se quejaba un amigo a otro.
Hasta el muro más gallardo suele tener una intención lamentable. (Al59)
Lamento lo irrevocable de lo pasado y lo irremediable de lo conocido. (Javi)
Haber perdido tanto tiempo lamentándome por las ausencias sin poder imaginar el maravilloso futuro que me esperaba: el presente que me abraza. (A k e l a)
Lamento no lamentarme de mis lamentos... (Caufield)
Yo me lamento, tú te lamentas, él se lamenta, nosotros nos lamentamos, vosotros os lamentáis y ellos se lamentan. Parece que así no haremos un mundo mejor. (3,14)
No haber reaccionado antes... La vida se nos pasa y las decisiones nos marcan... (Lotetari)
Lamento haber perdido los sueños y la inocenica de mi niñez. (La compi)
Es tan grande el vacío que nos cubre como un cobertor en pleno invierno. (Eve)
En el desencuentro hallé el encuentro. Sin separación no hay anhelo. Todo empieza de alguna manera, todo nace, pero no todo termina. Quizás, por eso, nací bajo el signo de piscis. (Blackwidow)
Es perfecto para todas las personas que no tenemos motivo alguno para lamentarnos. (Nuria)
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Escribimos para no dejar de ser quienes somos.
G. Deleuze:
«Quizá soy transparente y ya estoy solo sin saberlo...»
Thomas Szasz:
«Si tú hablas a Dios, estás rezando; si Dios te habla a ti, tienes esquizofrenia. Si los muertos te hablan, eres un espiritista; si tú hablas a los muertos, eres un esquizofrénico»
Marco Aurelio:
«Toma sin orgullo, abandona sin esfuerzo»
Albert Camus:
«La gente nunca está convencida de tus razones, de tu sinceridad, de tu seriedad o tus sufrimientos, salvo sí te mueres»
Charles Caleb Colton:
«Hasta que hayas muerto no esperes alabanzas limpias de envidia»
León Tolstoi:
«A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa»
Voltaire:
«La duda no es un estado demasiado agradable pero la certeza es un estado ridículo»
Mahmoud Al-Tahawi:
«La perfección es el pecado de los vanidosos. La torpeza la virtud de los indefensos»
Fénelon:
«Huye de los elogios, pero trata de merecerlos»
Antón Chéjov:
«Las obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio»
Bukowski:
«Que no te engañen, chico. La vida empieza a los sesenta»