Hace unos meses me encontré con ella y le pregunté qué hacía.
—Doy clases a adultos —me contestó—. Es algo duro.
—Creo recordar que esa era tu vocación. Te noto algo decepcionada.
—El problema de un maestro que da clase a personas adultas es que tiene que enterrar a sus alumnos y no al revés.
1 apostillas:
Esa es la parte dura. La parte satisfactoria (creo, no conozco bien el campo) es que los alumnos vienen con interés y valoran el trabajo del docente. Supongo que puedes decírselo si en este momento se encuentra desanimada.
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