Supermercado

18.10.06


El hambre figura como uno de los cuatro jinetes del Apocalipsis. La humanidad ha pasado y pasa por numerosas hambrunas. Qué mejor quimera para el inconsciente humano que estar dentro de un gran almacén rodeado de comida, donde miles de reclamos llaman su atención.
Al respecto Michel Houellebecq señala que la publicidad instaura un superyó duro y terrorífico, mucho más implacable que cualquier otro imperativo antes inventado, que se pega a la piel del individuo y le repite sin parar: «Tienes que desear. Tienes que ser deseable. Tienes que participar en la competición, en la lucha, en la vida del mundo. Si te detienes, dejas de existir. Si te quedas atrás, estás muerto».

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