Vocación

19.10.06


La mañana que compareció en el despacho del director acusado del robo de exámenes junto a tres compinches, no pronunció palabra. Luego en clase, el mafia ―apodo por el que respondía―, expresó sin arrepentimiento y ante las reprobaciones del profesor por la fechoría, su valoración del asunto.
― ¿No te avergüenzas de lo que has hecho? ―le preguntó el maestro ante la clase expectante.
― La verdad que sí porque me han pillado ―respondió resuelto―. La próxima vez me llevaré una linterna para que el conserje no vea que enciendo las luces.
Años después me lo tropecé en la calle vestido con uniforme de policía y no me lo podía creer. Al poco tiempo leí en el periódico que estaba implicado en una red de extorsión policial.

2 apostillas:

Joselu dijo...

Yo cogí a un alumno no en plena faena de copia pero sí en su evidencia incontestable. Cuando le pregunté por la honestidad, aunque mejor sería hablar de honradez, me contestó con cara agria que de honradez hacía falta "la suficiente". Estuvo dos años sin saludarme, pero luego se le pasó. Espero que no acabe en el caso que cuentas.

j. dijo...

Si uno se acostumbra a pensar en esos esquemas, con esa inteligencia del avispado tramposete, luego ya no resulta nada fácil cambiar el 'chip'.

Un saludo.