—Me gusta esta lavandería, Lucia, no es como otras, usted que conoce tantas lo sabe bien. Se respira un cierto aire de soledad.
—La soledad es un concepto anglosajón. En Ciudad de México, si eres el único pasajero en un autobús y alguien sube, no solo se sentará a tu lado sino que se recostará en ti.
—De lavanderías y también de señoras de la limpieza sabe bien.
—Las mujeres de la limpieza lo saben todo. Y las mujeres de la limpieza roban.
—¿Qué les aconsejaría?
—Aceptad todo lo que la señora os dé, y decid gracias. Luego lo podéis dejar en el autobús, en el hueco del asiento. Como norma general, no trabajéis para las amigas. Tarde o temprano se molestan contigo porque sabes demasiado de su vida. O dejan de caerte bien, por lo mismo.
—Y su experiencia como mujer de la limpieza ¿cómo fue?
—Las mujeres de la limpieza de toda la vida no me aceptan de buenas a primeras. Y además, me cuesta conseguir trabajo en esto, porque soy «instruida». Desde que me alcanza la memoria siempre he tenido un don para quedar mal.
—Eso a pesar de que usted les da un manual.
—Mujeres de la limpieza: aprenderéis mucho de las mujeres liberadas. La primera fase es un grupo de toma de conciencia feminista; la segunda fase es una mujer de la limpieza; la tercera, el divorcio.
—¿Y las señoras cómo la tratan?
—He aprendido a contarles a las señoras desde el principio que mi marido alcohólico acaba de morir y me he quedado sola con mis cuatro hijos. Hasta ahora nunca había trabajado, criando a los niños y demás. Las señoras siempre suben la voz un par de octavas cuando les hablan a las mujeres de la limpieza o a los gatos.
—La suya no parece que haya sido una vida fácil.
—Todo lo bueno o malo que ha ocurrido en mi vida ha sido predecible e inevitable, en especial las decisiones y los actos que han garantizado que ahora esté completamente sola. La única razón por la que he vivido tanto tiempo es porque fui soltando lastre del pasado. Cierro la puerta a la pena al pesar, al remordimiento. Si permito que entren, aunque sea por una rendija de autocompasión, zas, la puerta se abrirá de golpe y una tempestad de dolor me desgarrará el corazón…
—También hay recuerdos…
—Todos tenemos nuestros álbumes de recortes mentales. Planos congelados. Instantáneas de gente a la que amamos en distintos momentos. Cuando fallecen tus padres has de afrontar tu propio final. Entonces ya no queda nadie para protegerte de la muerte.
—¿Qué sabe de la muerte?
—Una cosa sé de la muerte. Cuanto «mejor» es la persona, cuanto más cariñosa, feliz y comprensiva, menor es el vacío que deja su muerte. El tiempo se detiene cuando alguien muere. Por supuesto se detiene para ellos, quizá, pero para los que sufren la pérdida el tiempo se desquicia. La muerte llega demasiado pronto. La muerte cura, nos dice que perdonemos, nos recuerda que no queremos morir solos.
—Por eso son tan crueles las demoras.
—La gente pobre está acostumbrada a esperar. La Seguridad Social, la cola del paro, lavanderías, cabinas telefónicas, salas de urgencias, cárceles, etcétera. Vivirás siempre paralizada por las normas, por lo que la gente te dice que deberías pensar o hacer.
—Siempre habrá algo más importante que no tengamos que desatender.
—Nada importa mucho, ¿no? Me refiero a importar de verdad. Sin embargo a veces de pronto, durante apenas un segundo, se te concede la gracia de creer que sí, que importa muchísimo.
—El amor, por ejemplo.
—El amor te hace desgraciado, decía nuestra madre. Mojas la almohada llorando hasta quedarte dormida, empañas las cabinas telefónicas, con tus lágrimas, tus sollozos hacen aullar al perro, fumas dos cigarrillos a la vez.
En la lavandería
17.7.24
Etiquetas: aforismo dialógico, Lucia Berlin
Pulsador
16.7.24
El circuito de la tristeza tiene en la alegría un interruptor, no te olvides de darle cada día.
La piedra verde
14.7.24
Tras escuchar la disertación le dijo que dónde quería llegar. «Si quieres escribir trata de ser como esa materia vidriada, a merced de las olas, y haz que se distinga tu voz entre las interminables y monótonas arenas», le explicó.
Etiquetas: cuentos de domingo, cuentos diminutos
Relajaciones
12.7.24
Mejor la tranquilidad de ser quien eres que no la frustración de quien nunca alcanzarás ser.
Etiquetas: aforismo, frustración, tranquilidad
La muerte del autor
11.7.24
Existe
un símil entre las personas que escriben y los gusanos de seda. Al igual que
estos quienes se dedican a escribir, tras comer y comer la morera del conocimiento
en las ricas hojas de la lectura y la experiencia, se encierra en un capullo
hasta que se produce esa maravillosa metamorfosis del ser escritor al ser
escritura que, en forma de mariposa, deja escapar la belleza. Y como el gusano que
muere, el autor desaparece, pero queda su creación en ese finísimo hilo con el
que tejer la seda tan apreciada por su brillo adamantino y su delicada suavidad,
semejante que una buena lectura.
Etiquetas: autor, muerte, muerte autor, reflexión
En el salón de baile
10.7.24
Etiquetas: aforismo dialógico, Irène Némirovsky
La despedida
7.7.24
La noche caliginosa los borró del escenario urbano. Nadie los observó, nadie consiguió dar testimonio de que aquellos jóvenes marchaban llevándose al otro en su pensamiento. Era una escenificación absurda de cariño, una estampa más perdida en el vacío de lo que existe.
Bueno yo si los vi. Crucé la escena y no me reconocieron ni supieron de mi presencia allí para contar su historia de amor y desamor.
¿Qué pasó?, deberías preguntarte mientras lees estas letras. Por lo que supe el argumento estaba escrito y se ejecutó según el gran teatro de la vida, de sus vidas.
Consagraron su pasión y se quisieron. Ese tiempo existió y también les nació una hija. A partir de ahí él, inteligente y buen periodista, alcanzó cierta efímera fama y ejerció en profundidad el oficio de la ‘canalla’. Ella, guapa y dulce, educada en una familia de la pequeña burguesía provinciana, no pudo y no quiso asumir el papel al que parecía destinada.
No sé, a veces vuelvo a esa calle a la misma hora despoblada, para ver si aquel duelo de enamorados se repite otra vez.
Mientras lo cuento, una mano femenina me aprieta el hombro con suavidad.
Etiquetas: cuentos de domingo, cuentos diminutos
Layas
6.7.24
Hacer lo que te gusta durante la mayor parte del tiempo de tu existencia, eso es calidad de vida.
Etiquetas: aforismo, calidad de vida, existencia, tiempo
Disidencias
4.7.24
Llegan días donde no me gusta ser quien soy y ocurre que no encuentro sustituto.
Etiquetas: aforismo, disidencia, ser
Experimentos de vida
3.7.24
Etiquetas: aforismo dialógico, Mary Wollstonecraft
El pez
30.6.24
Etiquetas: cuentos de domingo, cuentos diminutos