Aburridos

9.10.25


En un lugar de la Mancha, en una galaxia muy, muy lejana o en este blog, crecen las cosas que son contadas. Pero sobre todo, en esta bitácora veinteañera lo que crece es una escritura aburrida de sí misma, contagiada por el espíritu del tedio que, día tras día se repite por su scroll en expresiones aburridas de literatura. Es una manera de sentir el fracaso y la frustración de quien no es capaz de decir algo interesante que sugestione a las almas lectoras.

Quizá escribir no sea ya más que un gesto vacío, un tic de la costumbre, una manía que sobrevive a la inspiración. El lenguaje, domesticado por la rutina, bosteza entre párrafos cansados de sí mismos. El que escribe, este pobre yo multiplicado en pronombres, se mira al espejo de las palabras y no se reconoce. Ni épica, ni lirismo, ni lucidez: solo el eco apagado de una voz que intenta, sin fe, mantenerse encendida.

Y sin embargo, sigo. Escribo aburrido porque no sé no hacerlo, porque el silencio me pesa más que mi mediocridad, porque en algún rincón del tedio todavía late la posibilidad de una frase viva, una que no huela a repetición o sí. Tal vez mañana, o dentro de mil escritos, aparezca. Mientras tanto, seguiré aburriendo mientras me aburro de escribir.


Inventivas e ingenios

8.10.25


La literatura inventa formas de eternidad.


Observados

7.10.25


Deberíamos acostumbrarnos a mirar, algunas veces, con los ojos que nos miran.


Seducidos

6.10.25


Confucio afirmaba que «Conceder más valor al esfuerzo que a la recompensa: a eso se llama amor». No se trata solo de una máxima ética, sino de una clave que hoy parece más necesaria que nunca, porque vivimos en una época en la que casi todo se mide en términos de éxito, resultados y reconocimiento. La productividad y las métricas se han vuelto normas invisibles que nos empujan a creer que lo importante es la recompensa final. Sin embargo, cuando hablamos de creatividad, esta lógica se derrumba. Porque la verdadera esencia de crear no reside en los aplausos ni en los números, sino en algo mucho más íntimo: el acto mismo de dar vida a lo que no existía.

Ayn Rand lo expresó con lucidez: «Una persona creativa está motivada por el deseo de conseguir, no por el deseo de superar a otros». El motor del espíritu creativo no es la competición, sino el impulso vital de materializar una visión. Así, el esfuerzo se vuelve más valioso que la meta, porque es en el camino donde se despliega la autenticidad. El esfuerzo creativo no espera recompensa. Surge de la necesidad interna de expresarse, de transformar lo invisible en visible: una emoción en palabra, un recuerdo en color, una intuición en melodía. Es un gesto de amor hacia la vida y hacia uno mismo.

Confucio tenía razón al valorar el esfuerzo sobre el resultado es la forma más pura de amor y Gandhi lo recordaba también al señalar que «Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado». Crear es amar sin pedir nada a cambio. El arte no busca gloria, sino expresión. No persigue la ovación, sino propósito. Y su mayor premio no está en el aplauso, sino en la transformación íntima que ocurre en quien crea.

Incluso cuando lo creado no obtiene reconocimiento, ya ha cumplido su misión: nos ha permitido crecer, comprendernos mejor, acercarnos a nuestra verdad más profunda. Crear es, en última instancia, una manera de estar vivos. Y al valorar el esfuerzo más que la recompensa, descubrimos que lo que parecía una renuncia es, en realidad, la mayor ganancia.




La borrasca

5.10.25

 

Aquella mañana vio cómo por el ojo del huracán subían al cielo las vacas que pastaban junto al arrozal. Al atardecer comenzó a llover arroz con leche. Los niños corrían con cuencos en las manos, celebrando el milagro. Los mayores, en cambio, temblaban: sabían que cada prodigio lleva escondido un precio. Esa noche, mientras las estrellas parecían espolvoreadas de azúcar, alguien preguntó en voz baja qué pasaría cuando el cielo decidiera devolver las vacas.



Amaños

4.10.25


A menudo, el ser humano imagina un complot del Universo para justificar que existe.



El desconcierto del amor

3.10.25


No falta quien señala que el amor nace de la falta, del deseo de lo que no tenemos, de la aspiración a una plenitud que nunca alcanzamos del todo. Vivir en esa tensión entre lo que poseemos y lo que anhelamos ya nos coloca en un terreno inestable, donde la certeza se escapa. Y hay hasta quien llega hasta más lejos y afirma que amar es un salto de fe, un acto que no puede justificarse con la razón ni garantizarse con seguridad alguna.

La modernidad nos ha traído otras opiniones como que el amor se vive es un lenguaje fragmentado, lleno de silencios y malentendidos, donde el amante nunca sabe si el otro escucha lo que quiso decir. Y quien entiende que amar significa salir de uno mismo en una sociedad obsesionada con el control y el rendimiento, donde esa expresión resulta casi subversiva.

Me atrevería a decir que el amor siempre es desconcertante. Lo es porque nunca encaja en lo calculable ni en lo previsible, ya que nos arrebata las certezas, nos expone a la vulnerabilidad, nos desarma frente al otro. Pero precisamente en ese desconcierto está su fuerza. Amar no es poseer, ni controlar, ni medir; es atreverse a habitar lo incierto y aceptar que en ese riesgo late la posibilidad de transformación.

De quebrantos y pérdidas

2.10.25


Perdemos muchas cosas en el camino pero nunca deberíamos desprendernos del sentimiento de querer.



Lógica coherencia

1.10.25


Lo paradójico es que la inteligencia artificial hay que usarla con inteligencia.


El filo de la tecnología

30.9.25


No son los usos, sino los abusos en las nuevas tecnologías quienes determinan su perjuicio. La herramienta, en sí misma, no porta el mal; lo que introduce desequilibrio es la desmesura. Escribía jacque Ellul que «La técnica avanza por sí misma pero su problema no es existir, sino escapar de nuestro control». Allí donde el ser humano abdica de la medida, la herramienta se convierte en amenaza.

La historia lo muestra una y otra vez: la escritura, la imprenta, la electricidad, cada novedad suscitó recelos. No era la innovación lo que dañaba, sino la incapacidad de integrarla sin excesos. Neil Postman lo expresó con claridad: «Cada tecnología es a la vez una carga y una bendición; no se distribuye equitativamente y crea una nueva definición de lo que significa ser sabio». El abuso, la absolutización, convierte lo que podía ser aliado en un enemigo íntimo.

El abuso convierte el puente en prisión. Umberto Eco, en su lúcido diagnóstico de los medios, ya distinguía entre apocalípticos e integrados: ni condena total ni aceptación ciega, sino un llamado a pensar los usos con lucidez. Porque, como recordaba Marshall McLuhan que el medio es el mensaje, lo importante no es tanto la herramienta en sí, sino el modo en que invade todos los espacios y transforma nuestra percepción.

El desafío, entonces, no está en negar la tecnología ni en rendirse a ella, sino en habitar con mesura. Nicholas Carr lo formula desde la neurociencia cuando dice que «Lo que practicamos con nuestras mentes se convierte en nuestro destino mental». Si entrenamos el cerebro en la dispersión, perderemos hondura; si lo entrenamos en la reflexión, lo conservaremos abierto.

En última instancia, no es el avance lo que daña, sino la incapacidad de detenerse. La verdadera libertad tecnológica no está en el uso sin freno, sino en la capacidad de elegir límites.



Liados

29.9.25


Siempre andamos enredados en la tela de araña de nuestras circunstancias, menos cuando echamos a volar.


La biblioteca anónima

28.9.25


De repente se borraron los nombres de todos los autores, pero ninguno de aquellos libros mermó en el placer de su lectura. Un maleficio había caído sobre la biblioteca, decían que un castigo por la vanidad de quienes los escribían y ambicionaban más el esplendor de su firma que la profundidad de sus palabras.

Las letras persistieron, las narrativas reposaron sin daño, pero la altanería fue tachada de cada portada sin dejar rastro. Desde entonces, leer allí era un acto inocente: nadie podía presumir de autoría, nadie podía reclamar méritos. Solo la voz ignota y desvestida, que hablaba al corazón de quien se enfrentaba a los textos, permanecía.

Cuentan que, todavía hoy, aquella maldición permanece y cualquier libro al entrar en ese edificio disipa de inmediato la autoría de su lomo. Es por ello que cada persona sale de allí con la sensación de haber conversado, por fin, con la literatura misma.


La calidad del espejismo

27.9.25


El desierto es una de las imágenes más antiguas de la desolación y del límite humano. Estar perdido en él significa habitar un territorio donde los recursos vitales se han agotado y donde la salvación es, sencillamente, imposible. Allí, la esperanza se desvanece y solo queda el espejismo: la ilusión que no alimenta, que no quita la sed, pero que al menos ofrece una forma de acompañar la agonía.

No es tanto buscar una verdad última que nos salve, frente al absurdo y al sufrimiento de la existencia, sino de crear ilusiones y valores que hagan la hagan soportable e incluso afirmable. El arte, por ejemplo, puede ser el espejismo necesario que permite seguir adelante en el desierto existencial. Y si hemos de morir de sed, mejor hacerlo contemplando un espejismo hermoso que rendirse a la aridez sin imágenes.

Los espejismos modernos nos saturan de imágenes, simulacros y pantallas. La ilusión digital, la positividad permanente, los mundos virtuales, son quimeras que no nos resguardan, pero que modelan la experiencia contemporánea. Si no hay salvación frente al cansancio, al rendimiento y a la hipertransparencia, quizá solo nos quede cuidar la calidad de esas ilusiones.

Cuando ya no hay posibilidad de salvación, la verdad pierde valor y lo estético ocupa su lugar, ya no se trata de sobrevivir, sino de cómo habitar la ilusión.



Desenganchados

26.9.25


Lo peor es aprender a desprenderse del sentimiento hermoso de las cosas.



Categóricos

25.9.25


Al final solo somos una ficción.


Desacreditado

24.9.25


Tengo tan mala opinión de mí que hasta las críticas me suenan como halagos.



Ofrecimientos

23.9.25


Demasiadas promesas para no ser verdad el cuento de la vida.


Medidores

22.9.25


La indiferencia es la distancia exacta del desafecto.



Contadores

21.9.25


—No me puedo creer lo que me estás contando.

—Pues es verdad.

—Entonces ¿me lo tengo que creer?

—Yo me lo he creído.




Desatinados

20.9.25


Montamos las ideas sin instrucciones al uso.



El correlimos y yo

19.9.25


Mientras caminaba por el rebalaje de la playa, a la caminata, se me ha sumado un animoso compañero de viaje. Era un pequeño pájaro de pico oscuro y alargado, conocido como correlimos o playero y cuyo plumaje casi se camuflaba con el color de las arenas.

Durante un buen trecho hemos avanzado en paralelo por la orilla del mar. La pequeña avecilla al no percibir ningún gesto amenazante, me ha marcado el camino un par de metros delante de mí, mientras las olas mojaban mis pies y la brisa marina refrescaba mi cuerpo. Dos existencias distintas compartiendo un instante perfecto.

Mientras lo veía corretear ligero, pensé en la suerte que tenemos algunos humanos de poder armonizar, aunque sea por momentos, con la naturaleza y con los seres vivos que nos rodean. En ese diálogo silencioso, la vida parece recordarnos que también somos parte del mismo latido.


En la tela de araña

18.9.25



Vivimos atrapados en hilos que apenas percibimos. No son cadenas pesadas ni muros de piedra: son finos filamentos que nos sujetan y nos condicionan. Rutinas, compromisos, expectativas, exigencias internas y externas. Caminamos dentro de esa red creyendo que es la única manera posible de habitar el mundo.

El filósofo Byung-Chul Han ha descrito con lucidez esta trampa invisible. Según él, la sociedad actual no nos oprime con prohibiciones, sino con una aparente libertad que esconde la autoexplotación. Ya no es el amo quien impone la carga, sino que cada cual se convierte en su propio vigilante, atrapado en el deber de rendir, producir y mostrarse siempre disponible. La tela de araña, en este sentido, no está fuera de nosotros: la llevamos dentro.

Sin embargo, existen grietas luminosas por donde echar a volar. Ese vuelo no significa negar nuestras circunstancias, sino suspenderlas por un instante. Puede ser el tiempo de la contemplación, la pausa silenciosa, el juego sin propósito, la creatividad libre de objetivos. Han lo llamaría una forma de resistencia frente al cansancio y la transparencia total. Es el gesto de recuperar lo humano en medio de la presión constante del rendimiento.

Volar es recordar que, aunque estemos rodeados de hilos invisibles, siempre existe la posibilidad de elevarse, aunque sea por un momento. Y en ese instante de ligereza descubrimos una libertad que ninguna circunstancia puede sofocar.

Aguzados

17.9.25


Si solo escuchas una sola voz acabarás confundiéndote.


Experiencias

16.9.25


Siempre a la espera de lo inesperado.


Curativo

15.9.25


A pesar de lo terapéutico de verbalizar todo aquello que nos obsesiona, hay cosas que solo se pueden hablar desde el monólogo interior y son las más dolorosas.


Viajes

14.9.25


—¿Es este el autobús de los suicidas? —preguntó.

—Sí, suba, el trayecto es corto y el destino triste, pero cierto.



Enflaquecimientos

13.9.25


El tiempo no es solo agotamiento, es cansancio de existir.



Transfiguraciones

12.9.25


Cada edad te separa del yo que fuiste y te hace otra persona.



¿Viejo cerebro frente a nuevo cerebro?

11.9.25

Escucho con abundante frecuencia el debate sobre si existe un uso o un abuso de las nuevas tecnologías. El debate es largo y puede resultar hasta tedioso. Especialmente si defensores o detractores de determinadas tesis no ponen encima de la mesa todos los elementos necesarios para alumbrar el conocimiento de esta cuestión.

Hasta donde nos ha llevado la evolución humana tenemos un modelo metal que es fruto de un desarrollo. En la actualidad, tenemos un cerebro que durante milenios se ha modelado en el juego libre, como laboratorio de ensayo del mundo; la naturaleza, como inmersión sensorial y reguladora; los vínculos afectivos, como cimiento de identidad y confianza; la conversación, como campo de intercambio simbólico y expansión de conciencia. Si estos han sido los nutrientes tradicionales del cerebro, el ingreso masivo de las tecnologías —y en particular de la IA— plantea una cuestión inédita: ¿estamos ante una sustitución, una mutación o simplemente una capa añadida?

La neuroplasticidad abre la puerta a ambas posibilidades. Por un lado, el cerebro se adapta: puede habituarse a estímulos digitales, reorganizar redes neuronales en función de pantallas, algoritmos y flujos de datos. Pero toda adaptación es también pérdida de otras rutas posibles: cuanto más se fortalece un circuito, más se debilitan los caminos no transitados.

El riesgo, quizá, no es que el cerebro humano se degrade, sino que se especialice en un nuevo ecosistema: un cerebro diseñado para la inmediatez, la fragmentación de la atención, la hiperestimulación y la interacción con lo artificial, en detrimento de las habilidades que nacían del contacto directo con lo natural, lo lento, lo ambiguo. Es por tanto el momento de preguntarnos: ¿seguirá siendo el mismo cerebro humano si cambia el ‘humus’ que lo nutre? ¿o estamos incubando una nueva modalidad de mente, donde lo artificial no es solo herramienta, sino parte constitutiva de lo que somos? ¿estamos probando si nuestra plasticidad puede tolerar un nuevo modelo de vida mental.

No podemos olvidar que el cerebro, gracias a su plasticidad, no se ha limitado a resistir sino que se ha ido adaptando. En el actual panorama se refuerza la capacidad de procesar grandes volúmenes de información en paralelo, hay una mayor rapidez en la toma de decisiones frente a estímulos y existe más familiaridad con sistemas simbólicos mediáticos. Por el contrario, toda adaptación tiene un precio, ya que lo que se fortalece en un área puede empobrecer otras, porque la atención sostenida, la memoria profunda, la contemplación, la empatía encarnada y la imaginación vinculada al contacto sensorial pueden debilitarse.

Mientras tanto los padres deberán seguir afrontando esa nueva realidad en lo hijos (y en ellos mismos), sin olvidar que sus progenitores también tuvieron dificultades en el entendimiento del comportamiento de sus hijos.


Espantosos

10.9.25


Tantas veces asusta descender al sótano del alma humana.


Requerimientos

9.9.25


En toda vida humana hay, al menos, un momento de lucidez para interrogarse sobre el hecho de existir.



Funerarias

8.9.25


Todos los buenos momentos yacen bajo las ruinas del tiempo.


Competición

7.9.25


Las madres se miraron compulsivas y apretaron sus manos contra la barra de empujar el carrito de sus bebés y, como aurigas furiosas, se lanzaron a la carrera. Las ruedas golpeaban los adoquines, chirriaban en las esquinas y se deslizaban temerarias por los pasos de cebra. Los transeúntes se apartaban incrédulos, los semáforos parpadeaban como jueces implacables y los coches tocaban el claxon como trompetas de estadio. La meta, nadie lo sabía. Quizá era simplemente llegar antes a ninguna parte.



Motivaciones

6.9.25


Se puede andar perdido y, aún así, ser capaz de encontrar, en el más nimio motivo, un chispazo de alegría.



Precisas inexactitudes

5.9.25


Sabemos administrar lo que sentimos en la medida exacta donde se desborda el corazón.



Irresolutas

4.9.25


Sobrevivir es aceptar que todo no tiene solución.


Disímil sentir

3.9.25


Cuando te sientes como un pez y los demás peces no sienten igual. Esa sensación.



Objetados

2.9.25

 

Cargarse de razones, no es tener razón cuando la razón entra en contradicción con la realidad.



Atentos

1.9.25


Escucha a los demás para no hablar mucho de ti.



Relojes

31.8.25


El tiempo impío pasó y todos supieron de sus consecuencias. Los relojes, cansados de avisar en vano, comenzaron a atrasarse adrede. Primero minutos, luego horas, después días enteros. Era su forma de desagravio para enredar al mundo que los había encadenado a un tic-tac eterno.


Crecidas

30.8.25


La humildad es aquello que se cultiva con el tiempo.



Complicaciones

29.8.25


Levantarse al día con una vida sofisticadamente sencilla.

Visionados

28.8.25


A pleno sol todo es espejismo.



Inacabables

27.8.25


La vida como un imperturbable adiós que nunca cesa.


Maliciosos

26.8.25


Son las frustraciones personales las que convierten a algunos seres humanos en malas personas.


Continentes

25.8.25


La esperanza es quien nos contiene y no la tenemos a ella.



Reencarnación

24.8.25


Al jardinero, la decapitación de los rosales lo iluminó, de repente, sobre su anterior vida como verdugo. Desde entonces, al podar, pedía perdón en voz baja, mientras las espinas lo miraban con un rencor antiguo.


Seguridades

23.8.25


Cuanto más pienses que te equivocas menos, más desacertado estarás.


Disparates

22.8.25


Nos dan muchos consejos sobre cómo atajar los problemas, pero escasas soluciones para los mismos.


Autoinstrucción

21.8.25


Por si mañana muriera: hoy quiero ser feliz.


Irrealidades

20.8.25


El corazón ve cosas que no existen, pero lo que siente es tan real.


Misericordes

19.8.25


La compasión es lo que nos satura de empatía.


Prestidigitación

18.8.25


Escribir es crear magia donde solo hay realidad.


Bumerán

17.8.25


Un arquero ufano tensó con tal intensidad su arco que la flecha disparada volvió y le atravesó el corazón.



Sorprendentes

16.8.25


Son tan necesarios esos momentos tontos que desinhiben el yo.



Aluviones

15.8.25


Necesitamos mantener el grifo de la esperanza abierto hasta que nos anegue el alma.


Lazos leves

14.8.25


La amistad es un peso que se soporta liviano como una pluma.



Perseverancias

13.8.25


No es sumar, no es restar, es permanecer en el corazón.


Oclusiones

12.8.25


Llegado el momento, se terminan las elecciones, porque la vida te cierra todas las opciones.



Adimensionales

11.8.25


Cada acto de bondad nos engrandece.


El niño futbolista

10.8.25


Chutó la pelota con tanta fuerza y precisión que partió el mundo en dos.



Descargados

9.8.25


Una frase se torna hermosa cuando consigue aligerar la carga de nuestro corazón.



Inmensos

8.8.25


La creatividad nos permite ampliar los límites de la libertad.



El arco y las flechas

7.8.25


Afirmaba el poeta Khalil Gibran que los padres son como el arquero desde donde parten las flechas de nuestros hijos, una metáfora para significar la relación entre ambos. Pero la clave de la imagen no está en la flecha ni en el arco. Lo significativo está en tensionar el arco para dar mejor impulso a las flechas, para hacer de esa tensión, ánimo y aliento, pero también libertad del vuelo. Y es, en esa pausa medida, en esa tensa calma, el momento de imprimir la dirección a la trayectoria del proyectil, tensionando un arco que no oprime ni abandona, sino que acompasa su fuerza al ritmo del crecimiento, ajusta la cuerda a la caja del alma, reconoce que el tirón hace al corazón abrirse para, al instante, soltar la flecha ya sin reservas.



Disfrazados de certeza

6.8.25


El gran enemigo del conocimiento no es la ignorancia, sino la ilusión de conocimiento.


Insincero

5.8.25


Vivimos un tiempo donde mucha gente ha decidido no creer en la verdad.



Sucedidos

4.8.25


Llegará un momento donde todo pasará y no habrá pasado nada.



Olores

3.8.25


Mientras paseaba a su perro olfateó el rastro de su vecino y miccionó en aquella esquina.



Memorístico

2.8.25


Recordar el olvido; olvidar el recuerdo.


Celeridades

1.8.25


Mi pensamiento viaja a la velocidad de la calma.


Medulares

31.7.25


Lo esencial lo aprendemos enseguida pero no le hacemos caso.


Harto

30.7.25


Al final terminas por saber que solo lo necesario es suficiente.


Solaz

29.7.25


El pensamiento nunca tiene vacaciones.


Exclusos

28.7.25


Me sorprende existir, siendo, como soy, tan prescindible para el Universo.


Chutador

27.7.25


El niño se alegra cada vez que patea la lata y la introduce en la papelera. Su emoción sube de tono con cada acierto. Más tarde, la madre del goleador tuerce el gesto al contemplar sus zapatillas.


Esplines

26.7.25


Siempre al crear, aunque no quieras, en algún momento aparece la melancolía.



Sine die

25.7.25

 

Mejor que de festejar cumpleaños, felicitarse por cada día cumplido.



Trucos de magia

24.7.25


Contar historias no es más que ejercer de ilusionista de las palabras.



Insomnios

23.7.25

 

¿Es un sueño la vida de todo lo soñado?



Terminaciones

22.7.25


Todas las palabras terminadas en miento dicen la verdad.



Mejoramientos

21.7.25


Existe un anhelo de una vida mejor que nunca será.



Alienista

20.7.25


La almohada le hablaba de los sueños blandos que pueblan su cabeza.


Calmados

19.7.25


Busca la paz entre las paces.



Absolutos

18.7.25


Si queremos saber qué hay más allá de la nada comprobaremos que nada.


Desarreglados

17.7.25


Intenta vivir según tus reglas, aunque no las entiendan.



Materialidades

16.7.25


Todo amor sobrevive si su caja de resistencia es la ternura.



Predichos

15.7.25


La impaciencia es el método anticipado de la decepción.


Alquimias

14.7.25


Transformar la tristeza en alegría nos energiza de vida.


Donante de órganos

13.7.25


En su testamento vital pidió que, al morir, le extrajeran todo aquello que pudiera servir a otras personas y así fue aprovechado su corazón, su sentido del humor, su ternura y su alegría. Ahora, en algún lugar, hay quien ama con su amor, sonríe con su risa, abraza cariñosamente y vive con dicha.



Sin ornatos

12.7.25


Al amor le sobran todos los gestos.


Serena madurez

11.7.25


La paciencia te da sabiduría.


Desgarraduras

10.7.25


Hemos perdido la ternura en el lenguaje oral cargando de violencia las conversaciones.


Cambiantes

9.7.25


¿Cuándo el mundo no ha sido distinto a lo que es hoy?



Habitados

8.7.25


Siempre estamos enfrentados a lo inevitable.


Desconsolados

7.7.25

 

No hay un alma feliz que no se reconozca en una pizca de congoja.



Amistades

6.7.25


Un sujeto y un predicado se conocieron y de aquella amistad surgió esta frase tan chula.



Indisolubles

5.7.25


Hay un tiempo para todo, aunque cada todo tiene su tiempo.





Ineficaces

4.7.25


Fracasa quien no aprueba y, en igual medida, quien califica el suspenso.



Antiguallas

3.7.25


Es antiguo todo lo que se deja de mirar con puro amor.



Nutriciones

2.7.25


La mitad de la humanidad se alimenta de sueños y la otra mitad de murmuraciones.