Adivinatorias

3.11.25


Imaginamos el porvenir con los ojos del presente, con los mismos temores y deseos que nos limitan hoy. Confundimos proyección con comprensión, como si ver más lejos fuera entender mejor. Pero el futuro no se deja adivinar: se inventa, se desvía, nos desmiente. Quizá lo más sabio no sea intentar verlo, sino aprender a recibirlo sin la soberbia de creer que ya lo conocemos. El problema de pronosticar el futuro es que caemos en nuestra propia miopía.


1 apostillas:

José A. García dijo...

Y ni te cuento si tienes miopía congénita...

Saludos,
J.