Macilentos

18.11.25


No nos cansa la fatiga ocular sino aquello que deja de revelarnos su misterio. La mirada se agota cuando el mundo pierde su espesor, cuando los objetos ya no nos entregan su secreto y la realidad se vuelve superficie. La fatiga no nace de los ojos sino de la falta de asombro. Nada pesa más que lo que ya no tiene misterio porque cuando todo parece conocido, la vida se nos vuelve plana, inerte, sin relieve y, entonces, comprendemos que el cansancio no viene de la luz, sino de la ausencia de revelación. No nos cansa la fatiga ocular sino aquello que deja de revelarnos su misterio.


1 apostillas:

Joselu dijo...

Necesitas unas sesiones con ayahuasca y bufo alvarius.