Melopea

18.1.21



Con la escritura me ocurre como a las personas alcohólicas con el alcohol que, a pesar de saber que la bebida las está matando, no pueden dejar de beber. Luego está el delirium tremens que es la producción de lo escrito, la alucinación de lo creado y, al final, la terapia de grupo que es cuando lo das a conocer. 



La anomalía

17.1.21



Aquella mañana parecía otra de muchas mañanas similares donde la gente se levantaba temprano para realizar su actividad cotidiana. Bajo el orondo sol nada hacía presagiar que ninguna persona acudiría a su ocupación laboral. Al parecer todos los habitantes del planeta se habían contagiado de un virus informático que les introdujo un pensamiento crítico: considerar absurdo que les estuvieran robando su vida por la obligación de tener que ir a trabajar. Así que decidieron quedarse en la cama para detener el mundo y reiniciarlo con un modelo más benévolo y desacelerado de producción.



Sano

16.1.21



En un mundo enfermo de refuerzos positivos la negatividad resulta saludable.



Original

15.1.21



Ken Robinson afirma que «si no estás dispuesto a equivocarte, nunca llegarás a nada original». La originalidad siempre aparece como una cualidad discutible cuando no polémica, porque en la creación artística todo lo que no es tradición es plagio según señalara Eugenio D'Ors. Y, sin embargo, para Scott R. Adams, «la creatividad consiste en permitirte cometer errores. El arte consiste en saber cuáles conservar». Así que lo excepcional quizás sean los desatinos artísticos que podamos practicar, algo que nos hará parecer originales.



Tiznes

14.1.21



El hollín de la tristeza mancha de negro los días.



Enfriamientos

13.1.21



En estos tiempos de frío absoluto lo único que no se me congela es el pensamiento y la lectura.



Cargo de conciencia

12.1.21



Observo cómo algunas personas opinan, no sin cierta cautela, que a ellos no le ha ido mal en las circunstancias de esta pandemia, incluso que no les desagrada la existencia de un toque de queda o normas que restrinjan los espectáculos públicos o la suspensión de fiestas multitudinarias. Lo dicen en petit comité, con la boca pequeña, como para no causar molestias o que alguien se ofenda. 
Es llamativa su postura porque cuando los normales o normalizados sacan músculo de sus fiestas y sus estruendosas actividades sociales, no parecen tener cargo de conciencia por causar molestias a nadie. 
Eso me trae a la memoria aquella canción de Lole y Manuel: 
De lo que pasa en el mundo 
por Dios que no entiendo na
el cardo siempre gritando 
y la flor siempre callá



Sistémico

11.1.21



Alguien me preguntó en una ocasión qué proyectos tenía ideado escribir. Le respondí que escribir es un todo sin límite en los formatos: se escribe allí donde hay una oportunidad de fijar la palabra y crear historias, aforismos, poemas. Escritura es todo. Aún recuerdo cuando escribíamos versos y fragmentos de canciones en los muros de los edificios, en las servilletas de papel de los bares o en los baños de los pubs más oscuros. Escribir es reivindicarse desde el junco hasta el infinito.



La última cena

10.1.21



El cuadro colgaba al fondo de comedor, justo enfrente de donde cada noche cenaba solo. Mientras sorbía su plato de sopa, eructó de manera mística y todos en la mesa se rieron.



Sin término medio

9.1.21



En este subibaja de abrazos y de besos que es la vida se está buena parte del tiempo descompensado. De niño, lo recuerdo, los brazos de mi padre y de mis tíos me elevaban al cielo para darme un abrazo. 

Luego estaba mi abuela, pequeña pero grande, donde me refugiaba en su amparo y a la que no tardé en rodear su fuerte pequeñez. Y mi madre que con abrazos de madre me hacía crecer. Hubo abrazos igualados por el tiempo y después, rápidamente, desnivelados. 

Al final, otra vez inclinarse, esta vez hacia abajo para besar a los hijos mientras van creciendo y quedan los abrazos, otra vez, desnivelados a la altura del futuro, sin que hubiera, para el cariño y la ternura, un término medio.



Ofertas

8.1.21



Huyo de las misceláneas. Tengo este blog hecho de palabras —solo palabras— en tiempos donde la imagen es predominante (no recuerdo haber publicado ni una sola de ellas en estos años). Edito otra bitácora de poemas, donde nadie comenta nada, y a la que asisten lectores de ese género. Mantengo varias cuentas en Twitter con microcuentos y aforismos y en Instagram publico imágenes, además de una compilación en Facebook, aquí sí es donde los asiduos aceptan más la mezcolanza de publicaciones por ser un perfil de usuario multimedia. La entrada no está referida a la bondad o malignidad de las redes sociales, sino más a los comportamientos estancos de quienes las siguen y no quieren salir de un contexto especializado en el contenido que se publica. Los usuarios que acuden a beber de una determinada fuente no quieren que les cambien el sabor de la bebida.



Encuadres

7.1.21



Muchas veces la cara no es el espejo del alma porque en el reflejo de su interioridad queremos percibir un rostro diferente de aquel que va por dentro.



Vacío interior

6.1.21



El problema del ser humano actual es que no cree en lo sustancial de la vida y lo expresa en su apuesta por lo superficial sin ahondar en aquello que lo define.



Calidad

5.1.21



¿Vive más quien piensa más?



Cleptómanos

4.1.21



Defiende Igor Stravinsky que «los artistas menores toman prestado, los grandes artistas roban». Solo los atrevidos saben que en la creación ellos marcan las reglas del juego.



Disparo

3.1.21



Se encontró con una bala perdida y le indicó cómo llegar a la dirección que estaba buscando.



Albura

2.1.21



Una hoja o una pantalla en blanco nunca es un páramo ni un espacio de soledad, al contrario, es una provocación para contar historias, una invitación a escribir poemas, a dibujar personajes y a relatar juegos de la imaginación, para plasmar todo lo sentido y lo que llevamos dentro.



Salud

1.1.21



Hay quien se alegra la vida con un vaso de vino —a veces también yo—, pero a mí, sobre todo, me embriagan las palabras.



2020

31.12.20


Querido dos mil veinte:

Te marchas igual que cualquier otro año, un 31 de diciembre, después de sorprendernos y desconcertarnos. Derribaste evidencias, cuestionaste certezas y confundiste a mucha gente que no esperaba tu despliegue de azar. Hay personas que abominan de ti y si quisieran huir de un año de sus vidas, desprenderse de tu tiempo como quien tira un objeto inservible. Luego serán quienes, pasados los años, cuenten como una hazaña estos meses vividos, alardeando de la experiencia.

Dicen que el espectro del odio ha provocado una mayor polarización entre los seres humanos y pienso que si nos hemos dado a odiarnos es porque no sabemos querernos.

No puedo decir que me haya ido mal porque en tu año, dos mil veinte, pude sentir un mundo detenido que amparaba el silencio, hablaba de otros ritmos, sugería otro estilo de vida. Luego todo eso lo mató la urgencia por volver a la normalidad que no volverá a ser la misma.

También me has dejado más tiempo para estar con la gente que quiero e incluso frente a mí con mis contradicciones y mis desacertados pensamientos, inmersos en la palabra siempre.

Heridas de guerra

30.12.20



Nunca me ha importado quemarme en los asuntos cotidianos. Nadie atraviesa la selva y sale indemne sin recibir algún arañazo.