La anomalía

17.1.21



Aquella mañana parecía otra de muchas mañanas similares donde la gente se levantaba temprano para realizar su actividad cotidiana. Bajo el orondo sol nada hacía presagiar que ninguna persona acudiría a su ocupación laboral. Al parecer todos los habitantes del planeta se habían contagiado de un virus informático que les introdujo un pensamiento crítico: considerar absurdo que les estuvieran robando su vida por la obligación de tener que ir a trabajar. Así que decidieron quedarse en la cama para detener el mundo y reiniciarlo con un modelo más benévolo y desacelerado de producción.



7 apostillas:

Ingrid Zetterberg dijo...

¡Quién sabe si así sería mejor! a veces pienso que sería bueno regresar a la época de la piedra, donde no habían coches, ni aviones, pero tampoco había stress. Me gustaron tus letras. Te invito a mi blog "Joyas de mi alma". Un saludo en la distancia.

Albada Dos dijo...

Capaz que haya sido un virus informático útil. Un abrazo

josia dijo...

Como cantaba Chicho:
Una cosa hay bien segura,
hoy no me levanto yo.

Joselu dijo...

¿No habíamos quedado en que el trabajo era un derecho fundamental? Tu visión ingenua me ha recordado las utopías antilaborales que corrían en los años sesenta como alternativa al malvado mundo capitalista. Todos nos haríamos artistas y dejaríamos de trabajar, para vivir intensamente lejos del sistema productivo. Ahora el covid está realizando esa supuesta utopía. El trabajo escasea, el paro aumenta, los bares están cerrados, las ciudades sin trabajo están muertas, carentes de pulso, la gente encerrada, no precisamente de modo creativo, en sus casas. Vamos a un mundo sin trabajo pero ello no se traducirá en una explosión creativa sino en alcoholismo y aburrimiento generalizado. Me ha sorprendido este texto hippy en un contexto como el actual.

Juan Poz dijo...

Hasta quedarse en la cama, está claro el sujeto activo; a partir de "reiniciarlo" todo indica que dicho sujeto se borra por la imposibilidad del imprescindible consenso colectivo para definirlo y atribuirle el "poder" de transformación...

Ángel dijo...

Que bella utopía. Pero eso utopía.
Un saludo.

José A. García dijo...

Así dio comienzo al última guerra universal.
¿O era la primera?

Saludos,

J.