Estimación

22.12.22



Dicen que todos tenemos un precio como si fuésemos mercancía. Si es así, algunas personas lo tienen siempre en rebajas.



Deconstrucciones

21.12.22



Cada día que pasa nos estamos marchando: estamos desapareciendo.



Proporcionados

20.12.22



Un metabolismo físico rápido en un metabolismo mental lento es un buen equilibrio en la existencia.



Tiesura

19.12.22



En ocasiones nos encaminamos con temor hacia ciertos acontecimientos. Y eso no es malo porque nos pone en tensión, igual que la cuerda del arco a punto de disparar la flecha.



Luminosa navidad

18.12.22


Fueron a ver las luces de aquel sitio tan popular. Viajaron por el reclamo de la fama que había adquirido la ciudad. «¿Dónde nos escapamos este fin de semana?», preguntó el padre. «¿Qué os parece si vamos a visitar ese lugar tan famoso por sus luces de Navidad?», indagó la madre entusiasmada. Noelia frunció su ceño adolescente. «Viajar tan lejos para mirar una chorrada», protestó, mientras su hermano menor gritó un exaltado ‘¡bien!’.

La familia tras hacer los preparativos se dirigió hacia el destino elegido. «Según he leído, son más de cien millones de leds las que encienden», explicó el padre. «Anda, qué exagerado», le contradijo Noelia, que prosiguió con sus protestas: «Y seguro que hay cien millones de bobos asombrados mirando, incluidos nosotros». «No empecéis a discutir otra vez», terció la madre, en tanto que el pequeño estaba interesado en saber si habría algún video juego sobre la iluminación navideña de aquel sitio.

Tras alojarse en un hotel céntrico y descansar del viaje, el manto del atardecer hizo que el enjambre de bombillas comenzara a emitir un brillo apabullante y cegador. La luz fragmentada en colores entró por cada poro del ambiente, manchando cada objeto y cada ser vivo de una gelatinosa luminosidad.

Hipnotizados caminaron hacia el corazón de una deslumbradora atmósfera atraídos por el magnetismo de la luminotecnia, hasta quedar ensimismados por el caudal refulgente que fluía.

Noelia se desprendió de las gafas de realidad virtual y con desabrido ademán dijo: «Otro año más no contéis conmigo para jugar a estos juegos que fabrican para los que no han dejado de creer en la ridícula navidad».



Indexados

17.12.22



En el ahora habitan los fantasmas del pasado y del futuro.



Sedimentos

16.12.22



No seremos un montón de huesos enterrados bajo la tierra, solo sustratos de datos sepultados en las máquinas.



Dictados

15.12.22



Por todo lo leído tienes la sensación que son otras voces las que escriben por ti.



Desatinados

14.12.22



Escribir aforismos es como tirar piedras contra el cielo y nunca atinar.




Desolación

13.12.22



Duele tanto una mentira como una verdad irrefutable.



Futilidades

12.12.22



Nadie parece percibir la nimiedad del Universo comparado con la nada.



El jubilado

11.12.22



En el impertinente devenir de los días había trazado un círculo en el ducentésimo duodécimo día del calendario. Un círculo rojo exhaustivo y omnipresente que lo mantenía vivo las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana. Era el centro de la diana. Tan esperado, tan sentido que no acababa de llegar. 

La gente empieza a tenerte lástima y piensa: míralo, el pobre, ya no es productivo. Es un ser inservible. Otro al que hay que alimentar sin que haga nada. Aunque todo eso lo traducen por un: enhorabuena. Y te dan consejos para que no te vengas abajo y no te deprimas por haber dejado de ser útil a esta sociedad, una herramienta interesada para que produzcas pingües beneficios a las empresas que enriquezcan los bolsillos de unos pocos. 

Todo eso ocurre porque nadie se mentaliza que antes de apartarte del mercadeo del trabajo debes comenzar a concienciarte de que ni eres imprescindible ni que nada es eterno. Tienes una vida útil y no es, precisamente, la que te han asignado sino aquella otra para la que tienes que estar preparado, la verdadera existencia de los sentidos y de los buenos y gratos momentos, nunca de la estar atrapado en un puesto laboral en un destino determinista de hormiga obrera. 

Lo mejor que puedo decirte es que goces del momento sin preocuparte en exceso por el hecho de no trabajar. Busca alternativas, cambia tu forma de ver el mundo, explora tus intereses, haz lo que te apasiona, cuida tu salud mental y física, abraza el cambio, conecta con personas interesantes y forma una red de apoyo para que te acompañen en tu nuevo estado. No te esfuerces por encajar en un sistema que no te tiene en cuenta, sino por encontrar tu propio camino y saborea la libertad consumando lo que te gusta. Encuentra el equilibrio entre trabajar y vivir, sin olvidarte de ser feliz. 

Eso que me dices es como un discurso de Coelho o de Osho, pero no me alcanza la pensión para tanto ni la salud tampoco. La vejez es el cansancio de la vida. 

Es cierto que la senectud puede ser una etapa de agotamiento y a veces incluso de soledad, pero también es una época de tranquilidad y de disfrute de los placeres de aquello que nos rodea. Puedes aprovechar este tiempo libre para realizar todas aquellas cosas que siempre has querido materializar pero que antes no podías acometer. Aprovecha para relajarte, disfrutar de la naturaleza, leer, escribir, pintar, cocinar, pasear, ejercitarte, aprender algo nuevo, tocar un instrumento musical, conocer nuevas amistades, visitar a tus familiares, viajar… 

Cada mañana ayuda en el Banco de Alimentos, se coloca su bata blanca y anota los víveres que salen y entran del almacén, pero no parece un hombre satisfecho. 

Y otra vez surge esa voz interior: No hay nada como dar un poco de tu tiempo y esfuerzo para ayudar a los demás. La verdadera felicidad no está en el dinero, sino en el sentimiento de satisfacción que obtenemos al contribuir con el bienestar de los demás. Ser voluntario es una excelente manera de conectar con la comunidad y experimentar la gratificación de hacer algo bueno y significativo.



Arriesgas

10.12.22



El atrevimiento en la escritura ya es un mérito.



Excesos

9.12.22



Una autobiografía es una tautología del yo.



Rebelarse

8.12.22



La muerte puede matarnos pero nunca debe vencernos.



Develaciones

7.12.22



Desde la infancia aprendí que el mundo también era soledad.



Carestías

6.12.22



Los seres humanos andan siempre con déficit de ternura.




Transmutaciones

5.12.22



Hay anhelos que terminan siendo temores.



Un cuento incontable

4.12.22


Cecilia acaba de cumplir noventa y dos años. Camina sola por la calle hacia la pescadería donde comprará algo para hacer la comida. Ha decidido hacer espaguetis para ella sola. A pesar de que tiene cuatro hijas su lucha por la supervivencia siempre ha sido titánica. 

Este pasaje de la realidad me parece interesante para escribir algo no muy extenso. Lo llamarán micro cuento o cuento breve, qué más da. Mi cabeza, el teclado y la pantalla forman una triangulación para plasmar la creatividad. 

Las hijas de Cecilia eran unas niñas muy reservadas. Su temprana orfandad las clausuró más en la casa y las distanció de los juegos callejeros. Podría decirse que hubo una especie de confabulación de aquellas cinco mujeres contra el destino cruel que las había mutilado del patriarca y principal proveedor de su sustento. En principio sentí pena, luego cierto recelo porque con el tiempo se fueron hermoseando y no me prestaron la menor atención. En especial Celia, elegida como reina de las fiestas ese verano maravilloso donde todos la cortejaron. 

Aunque la historia de Cecilia es fruto de la imaginación, es una narración contada desde unos hechos. Lo que empieza a hacerme dudar de si he escogido un camino correcto para que la lectura de este texto tenga algún interés para un público lector. Quizá no a todas, pero sí a algún tipo de persona lectora, la promiscua, la librófila, la preocupada o la anticipada, la aniquiladora o la anti-lectora. 

Detente. Existe una tesis que alega al proceso de acumulación para definir la excelencia en la lectura. Así que cuando se lee, la persona lectora añade un manto de memoria a la leído. «Todo lector ideal es un lector asociativo. Lee como si todos los libros fueran la obra de un único escritor, prolífico e intemporal. El lector ideal no puede volcar su conocimiento en palabras». Si se da ese supuesto andamos jodidos. 

Mi tía Cecilia es encantadora y ha sabido sacar a sus niñas adelante a pesar de quedarse viuda tan joven. Y mírala, ahí está tan entera. Es hermana de mi madre y la recuerdo siempre su tenacidad cuando jugaba con mis primas. La verdad es que todas tuvieron buen ojo para elegir a un hombre para sus vidas, menos yo que mira con quién he ido a parar. 

«Imagina que cuando pasen cien años nadie pensará en nosotros y no quedará huella de lo que ahora somos, dos cuerpos abrazados entretejidos con sudor, saliva y amor, calentándose frente al frío y oscuro universo. Tus reparos sobre lo que hacemos ahora tampoco existirán, ni habrá juicios morales ni murmuraciones sociales». En ese momento puso un dedo sobre su boca y dijo: «Que nuestros cuerpos se recuerden juntos». 

La bipartición, la reproducción asexual. Cenutrios, protozoos y parásitos. El reino de las moneras está formado por seres unicelulares procariotas, llamadas así porque no tienen núcleo ni conciencia. Se trata de seres autótrofos o heterótrofos poco informatizados que viven en todos los ambientes del planeta, tanto en el agua como en el suelo o el aire, incluso dentro de otros organismos hermanados con los existentes en otras galaxias. 

Todos los días una lección. Hoy toca el Aparato de Golgi y Celia vuelve tirando del carrito de la compra, casi vacío porque es solo para alimentarse ella y sus pensamientos. Hacer la cama y regar las macetas no requieren mucho un gasto de energía. 

Este relato está basado en la mentira de la ficción, tan importante para la salud mental.






Confines existenciales

3.12.22



Esas gentes que viven al límite de lo establecido, al filo físico de las cosas, en peligros constantes, en la provocación de la muerte, saltándose cualquier atisbo de sentido común, norma o acatamiento, lo hacen, pienso, no por locura o por inconsciencia, lo acometen porque intuyen la irrepetibilidad de sus vidas. Ese lapsus de tiempo donde tiene una única oportunidad de ser para después, como la implosión de una estrella, apagarse y desaparecer.