Acúmulos

9.7.24


No me interesa saber demasiadas cosas, me basta con sentir muchos buenos momentos.



Migraciones

8.7.24


No sé adónde te vas con el tiempo pero te vas.



La despedida

7.7.24


Se dieron un último beso y se miraron con esa dulzura que tienen los recién enamorados. El destino los había juntado en un hermoso espectáculo de embeleso. En mitad de una calle solitaria acordaron despedirse y los dos caminaron en direcciones opuestas. En un silencio grandilocuente cada paso que se distanciaban lo acompañaban con un giro de cabeza hacia atrás, como para atestiguar que el pacto de la despedida se cumplía y que ninguno de los dos regresaría al concluyente abrazo.

La noche caliginosa los borró del escenario urbano. Nadie los observó, nadie consiguió dar testimonio de que aquellos jóvenes marchaban llevándose al otro en su pensamiento. Era una escenificación absurda de cariño, una estampa más perdida en el vacío de lo que existe.

Bueno yo si los vi. Crucé la escena y no me reconocieron ni supieron de mi presencia allí para contar su historia de amor y desamor.

¿Qué pasó?, deberías preguntarte mientras lees estas letras. Por lo que supe el argumento estaba escrito y se ejecutó según el gran teatro de la vida, de sus vidas.

Consagraron su pasión y se quisieron. Ese tiempo existió y también les nació una hija. A partir de ahí él, inteligente y buen periodista, alcanzó cierta efímera fama y ejerció en profundidad el oficio de la ‘canalla’. Ella, guapa y dulce, educada en una familia de la pequeña burguesía provinciana, no pudo y no quiso asumir el papel al que parecía destinada.

No sé, a veces vuelvo a esa calle a la misma hora despoblada, para ver si aquel duelo de enamorados se repite otra vez.

Mientras lo cuento, una mano femenina me aprieta el hombro con suavidad.



Layas

6.7.24


Hacer lo que te gusta durante la mayor parte del tiempo de tu existencia, eso es calidad de vida.



Simas

5.7.24


Solo quien camina al filo del abismo sabe del vértigo de vivir.



Disidencias

4.7.24


Llegan días donde no me gusta ser quien soy y ocurre que no encuentro sustituto.



Experimentos de vida

3.7.24

 

—Pionera del feminismo, señora Wollstonecraft, usted reivindicó los derechos de la mujer.
—Las mujeres no son mero adorno en el mundo, son seres humanos capaces de pensar y de actuar. Las mujeres necesitan educación y libertad para ser reconocidas como iguales.
—Defendió que el género es una característica biológica y que la sociedad desempeña un papel fundamental en la formación de las identidades.
—La igualdad de género no es solo un tema de justicia, sino también de eficiencia y progreso. No se nace mujer, se llega a serlo.
—Parece fundamental la importancia del aprendizaje en el desarrollo personal y colectivo.
—La educación es el gran motor del progreso individual y social. Enseñar a las mujeres a ser simples es enseñarles a ser estúpidas. La educación debe ser laica y accesible para todos, sin importar su género.
—Sus ideas revolucionarias sobre la igualdad de género han servido de modelo.
—La fortaleza es el camino hacia el progreso, la debilidad el camino hacia la insignificancia. La sociedad siempre se beneficia de la igualdad de género. No deseo que las mujeres tengan más poder que los hombres, sino que tengan más poder sobre sí mismas.
—Entonces es un error enseñar a buscar únicamente la riqueza y la grandeza como metas en la vida.
—La riqueza y la grandeza no deben ser el objetivo principal en la educación de las mujeres; la sobriedad, la modestia y la dulzura deben ocupar ese lugar.
—¿Cuáles son las particularidades de las mujeres?
—La verdadera esencia de una mujer está en la capacidad de enfrentar y superar los obstáculos más que en sus aptitudes. El carácter de una mujer no depende de sus talentos, sino de su constancia, de su capacidad para enfrentar la adversidad.
—Existen algunos deberes por parte de la sociedad.
—La verdadera grandeza de una nación se ve en cómo trata a sus mujeres.
—Se equivocan quienes se casan.
—El matrimonio es el grave error de la sociedad, lo que convierte a las mujeres en esclavas y a los hombres en tiranos.
—¿Cómo se alcanza la verdadera libertad?
—La razón es la única base de la libertad. No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente.
—Un consejo.
—Siempre parece necesario reivindicarse ante uno y ante los demás. El amor verdadero no se basa en la sumisión, se basa en la igualdad y el respeto mutuo.


Tolerancias

2.7.24


El verdadero fracaso consiste en sentirse mal con lo que eres.



Sin salida

1.7.24


Perdido en esta selva de palabras no encuentro el verbo por dónde salir.





El pez

30.6.24


Comparto piso desde hace algunos años con Katia que trabaja como enfermera haciendo guardias en el turno de noche porque es donde más pagan. A mí me permite trabajar durante el día desde casa, aunque a veces me desplazo a la editorial para reuniones y algún asunto puntual en el que debo estar presente. Katia es alegre, jovial y desinhibida, hace buena compañía y le gustan los animales. A mí no. Es por eso que tuvimos que acordar qué tipo de mascotas podrían entrar al apartamento. Al final decidimos que entrara un acuario. «Los peces como los hombres son de sangre fría», manifestó sonriendo.

Ella sería la responsable de la pecera y, en ocasiones especiales, le echaría una mano como cuando se marchó a su país de vacaciones todo el mes de agosto. No sé por qué pero aquellos inquilinos llenos de colorido y escamas me llamaban la atención y me hacían relajar la mente, hasta podía hablarles con el pensamiento, no como Katia que charlaba con ellos como si la entendieran. Y así de esa observación nació este microrrelato titulado ‘Suicida’:

Rodolfo estaba triste desde que se fue su compañero y, últimamente, miraba como distraído. Un día decidió colgarse del aire. Lo encontré muerto fuera de la pecera.

Katia volvió de su descanso estival y nada le conté del microcuento, en tanto que Rodolfo y Valentino nadaban plácidamente en las aguas transparentes de su mundo, y hasta me pareció que se alegraban de su vuelta.

Los meses pasaron, olvidé mi escrito, y una mañana Valentino apareció inerte en el fondo del receptáculo. Mi compañera lloró y yo misma sentí cierta pena cuando cogí el pez para depositarlo en la basura, incapaz Katia de poder hacerlo.

Dicen que la mancha de una mora con otra verde se quita y que, a amor muerto, amor puesto, así que mi acompañante no tardó en traerle dos especímenes a Rodolfo, un limpiafondos y un pez ángel, para que lo guardara, dijo.

Una madrugada mientras dormía escuché gritar a Katia que volvía de su turno de guardia. Rodolfo se había suicidado. ¿Cómo? ¿qué había pasado? El pez yacía en la solería de la residencia. Recogí el cadáver sin que me sorprendiera el hecho y consolé a mi amiga. Pensé que aquella situación ya la había vivido. Días después repasando mis anotaciones encontré el cuento.


Licuefacciones

29.6.24


En el abrazo diluimos la soledad.



Dispersiones

28.6.24


Nada somos en tanto somos desmenuzados por el tiempo demoledor.



Nulidad

27.6.24


Escapa de quienes te anulan porque todo lo que te ocurre a ti, bueno o malo, en ellos es superlativo.



Sin poder

26.6.24


—Disculpe señora Montseny, siempre me ha interesado su pensamiento crítico y su compromiso con las causas sociales que siguen siendo relevantes en un mundo que aún se enfrenta a grandes desafíos, ¿dónde comenzó a fraguar este pensamiento?
—Mi madre creía que ella podía darme la enseñanza que no encontraría yo en los centros pedagógicos oficiales. Se dedicó a mi enseñanza, se dedicó a formar mi conciencia y dejándome, sin embargo, en libertad de elegir siempre mi camino.
—Su legado continúa vigente en la actualidad. Su lucha por la justicia social, la igualdad de derechos y la libertad individual la convierte en una figura inspiradora para las nuevas generaciones.
—Si un sueño de dominio ha habido en mí, ha sido el de reinar espiritualmente sobre el futuro por la fuerza de mi recuerdo, de mi ejemplo y de mi obra. Ahora, curada hasta de esta vanidad pueril, generosa y romántica, sonrío; al fin de todos los sueños humanos no hay más que polvo.
—A mí me gusta decir que no quiero ni mandar ni obedecer.
—El poder es una charca pestilente que corrompe a todo aquel que a él se acerca.
—Por eso se hizo anarquista.
—El anarquismo es una idealidad basada en la posibilidad de organizar la sociedad sustituyendo el Estado por la administración de las cosas, por el pacto entre iguales, por las asociaciones de productores y por la organización armoniosa del trabajo, puestos los instrumentos de producción en manos de los productores. El anarquismo ha sido difamado, deformado y calumniado con igual unanimidad por conservadores y por comunistas.
—¿Qué lo diferencia de estos últimos?
—Lo que nos divide es que el método de los comunistas se diferencia fundamentalmente del nuestro. Nosotros vamos a la destrucción del Estado porque consideramos que el estado es la opresión y que el poder, en manos de quien sea, será siempre poder y tenderá a crear sus intereses y consideramos que esos intereses serán tan poderosos que todas las ideas revolucionarias quedarán ahogadas por los intereses creados por ese poder. Y los ejemplos de la revolución rusa, y de las otras revoluciones que a la revolución rusa han sucedido, nos lo demuestran.
—También que prevalezca en individuo frente al Estado.
Nosotros continuamos creyendo, con Proudhon y con Bakunin, que el enemigo principal de la libertad humana y de las relaciones entre los hombres y los pueblos es la existencia de los Estados y que hay que procurar gestar un mundo auténticamente socialista basado, sobre todo, en los derechos del individuo y en la organización de una sociedad en la que no haya poder opresor, partiendo de la base de que todo poder, lo tome quien quiera, será forzosamente opresor y será forzosamente obligado a recurrir a la dictadura, que ha sido la fatalidad de Rusia y que es lo que, fundamentalmente, nos separa de los comunistas.
—Usted nunca se consideró feminista.
—Las cuestiones del feminismo me interesan para combatirlas y situarlas en el punto donde han de partir todas las inquietudes humanas: la transformación de una sociedad injusta y el abandono de una moral y unas preocupaciones que solo han servido para esclavizar a la mujer y desviar a la especie toda.
—¿Por eso criticaba el feminismo?
—No existe feminismo de ninguna clase y si alguno hubiese, habríamos de llamarlo fascista, pues sería tan reaccionario e intolerante que su arribo al poder significaría una gran desgracia para los españoles. ¿Feminismo? ¡Jamás! Humanismo siempre. Propagar un feminismo es fomentar un masculinismo, es crear una lucha inmoral y absurda entre los dos sexos, que ninguna ley natural toleraría.
—¿Se trata de terminar con la rivalidad entre hombres y mujeres?
—La cuestión de los sexos está clara: igualdad absoluta en todos los aspectos para los dos; independencia para los dos; capacitación para los dos; camino libre, amplio y universal para la especie toda. El feminismo racional o humanista, sereno y equilibrado, abriría para la mujer el camino de las reivindicaciones, no de sexo ni de clase, sino de humanidad e incluiría al movimiento femenino en el movimiento general humano.


Sorbos

25.6.24


En realidad, no morimos, solo somos succionados por el Universo.



Privativo

24.6.24


Solo sentir de una manera especial da una vida exclusiva.



Fragmentos

23.6.24


Todas las tardes una mujer joven pasea por el parque dos perros de esos llamados ‘salchicha’. Parece tener prisa y parece enojada, su rostro serio refleja que lo que hace no es placentero, sino más bien obligatorio. Observo su cíclica tarea y mi persistente mirar.

Mientras camino una mañana alcanzo a una jovial señora que anda con dos niñas pequeñas cogidas de sus manos, y le pregunto por ellas. Son mellizas, me explica. Una de las pequeñas me agarra un dedo para que camine con ella. El gesto me enternece y apenas me vuelvo a fijar en la madre que sonríe.

El jueves entré en una farmacia y me atendió con amabilidad una dependienta de escasa edad. Cruzamos las miradas como lo hacen dos desconocidos y aunque me esforcé en reconocer su rostro no pude hacerlo.

La policía se presenta en el barrio mientras alguien vocifera en medio de una gresca vecinal o algún otro asunto que llama la atención por la puesta en escena. Una mujer treintañera trata de hacer entrar en razón a un hombre al que alguna vez he reconocido sacando dos perros de paseo. Esa mujer, no sé, no recuerdo haberla visto antes.

Le pido perdón al tropezar con una joven de larga melena y cabello oscuro. Me sonríe y su sonrisa me suena.

Sueño y aparece una misma mujer de pocos años que es la misma y, sin embargo, no lo podría autentificar.

Cuando mi mente lee todos esos fragmentos se forma un retablo en mi cabeza. Diría ver que es la mujer de todas las escenas.

¿Es ella siempre o es la repetición de algo que vive en mi cabeza?


Observaciones

22.6.24


Y así, con el pasar del tiempo, notarás que todo se aleja de ti.



Efectividad

21.6.24


No es pensar solamente, es la calidad del pensamiento lo que nos lleva más lejos.



Cuenta de resultados

20.6.24


A veces es necesario perder para poder ganar algo.