El peor castigo para un necio es que muera en su estado natural.
Asientos
18.3.21
Con el tiempo dejas de ser espuma en la cima del agua y pasas a ser limo asentado en el lecho del río. Cambias agitación por sedimentación fecunda.
Abrir los ojos
17.3.21
El mundo actual no es ni peor ni mejor para las nuevas generaciones que el que les precedió, simplemente es el mundo que les ha tocado vivir. Su visión y su entendimiento solo es propio de ellas que lo afrontan como un hecho nuevo e inexperto.
Etiquetas: análisis, generación, mundo, pensamiento, reflexión
Juego de amigos
16.3.21
En el ajedrez cada movimiento del contrario necesita una respuesta propia. En la amistad cada gesto generoso debe ser correspondido con otro de la misma naturaleza.
El imitador
13.3.21
Todas sus obras habían sido plagiadas por un individuo que firmaba con su nombre y que logró gran éxito de crítica y público. Cada día se preguntaba quién sería el impostor.
Etiquetas: cuentos de domingo, cuentos diminutos
Salvajes
Aconseja Lawrence Ferlinghetti: «No se doblegue ante los críticos que no hayan escrito grandes obras maestras». Desconozco si existen enjuiciadores que hayan producido escritura genial y si los hubiera tampoco habría que subyugarse, porque el territorio de la creación es el marcado por una vida interior libre, indómita y salvaje.
Calamidades
12.3.21
Etiquetas: aforismo, pesimismo, pronóstico
Impremeditaciones
11.3.21
¿Somos fruto de las casualidades o hay casualidades que son de nuestro fruto?
Etiquetas: casualidad, pregunta
Cirugías
10.3.21
Y con un cúter mayéutico cortar el tegumento espeso de la mentira para ver la realidad en carne viva.
Desplomes
8.3.21
No tengo miedo a la página en blanco, no. Lo que me hunde es haber escrito mucho y sentir que no he escrito nada.
Voces
7.3.21
Era una actriz de doblaje que cuando volvía del trabajo ponía voz de ama de casa.
Etiquetas: cuentos de domingo, cuentos diminutos
Envanecimientos
6.3.21
Afirma un proverbio hindú que «No hay nada noble en ser superior a otra persona. La verdadera nobleza consiste en ser superior a nuestro yo previo». Y allí donde no hay nobleza hay indignidad y altivez.
El precio de las cosas
4.3.21
No era la primera vez que lo veía en ese establecimiento regatear con la dependienta sobre el precio de un pequeño juguete que valía poco más de un euro. La escena parecía repetirse igual a días anteriores cuando el muchacho insistía en llevarse un artículo y ponía una moneda sobre el mostrador que la comerciante rechazaba: «más dinero, tienes que traer más dinero», le repetía con parsimoniosa condescendencia.
El joven desde su corpachón mantenía el producto junto a su axila resistiéndose a devolverlo. Así pasó un buen rato mientras esperaba paciente a que terminara el pugilato de la compra-venta para pagar yo. «Dile a tu madre que te dé más dinero —le explicaba la dependienta—, !más dinero¡». Él, apenas con un no casi gutural saliendo de su boca ladeaba la cabeza negándose a obedecer y volviendo a poner el dinero sobre el mostrador que, nuevamente, era rehusado por la vendedora, «te faltan veinticinco céntimos: !más dinero¡».
En ese momento la mujer hizo una pausa y me atendió. Al salir de la tienda observé como aquel hombre con mente de niño abandonaba también el local con su juguete entre las manos y caminando entre la gente lo examinaba con atención, iluminada su mirada por la ilusión de poseer algo que deseaba, hasta que desapareció entre el paisanaje urbano.
Así nos debe ocurrir con el juguete de la vida que, entre nuestras manos, sentimos poseer hasta que nos desvanecemos entre la muchedumbre del tiempo.
Átonos
2.3.21
Escuché aquella historia sin acento, como neutra, igual que un narrador de voz endeble que carece de énfasis. Y aquella narración tenía horror y sangre y mucho sufrimiento, pero estaba pronunciada con una intensidad irrelevante. El miedo había hecho que solo se enunciara lánguidamente, sin poder distinguir las víctimas de los monstruos desalmados.
Perturbaciones
1.3.21
Cuando escribas trata de sorprenderte.
Etiquetas: aforismo, escribir, sorprender
Contrafactual
28.2.21
Sabía de antemano lo que estaba siendo en otro universo y por eso caminaba tranquila por las calles haciendo cuanto quería y sin rendir cuentas a nadie. Morir no le importaba porque existían infinitas copias de ella en el multiverso.
Etiquetas: cuentos de domingo, cuentos diminutos
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