Epigrama epidíctico

9.5.14



La poetisa Erinna, afectada por el inesperado óbito de su amiga Baúcide, proclama: «amplia razón del sentimiento vano la que nos alienta a vivir».La muerte siempre iguala la oquedad del sentimiento al de la razón. 



Memoria del yo

8.5.14



Escribimos para no olvidarnos de nosotros mismos.



Antimatemática

7.5.14



¿La suma de dos errores da un acierto?



Revolución doméstica

6.5.14



—He conseguido arreglar la puerta de la lavadora. Todo un logro para alguien tampoco ducho como yo en estos menesteres.
—El éxito es un ratito. Uno nunca consigue nada.
—No digo que me den el premio Cervantes de las reparaciones domésticas, pero algo te alegras de no ser tan zoquete como pensabas.
—Con la práctica adquirimos la intuición de saber cuándo hemos hecho algo bien y entonces lo conservamos.
—Cuando he visto funcionar la lavadora he tenido un momento feliz.
—Creo que uno nunca es totalmente feliz, nunca dura mucho, tampoco. Uno es feliz por ratitos como la canción que decía mi mamá de Cri-cri: "ahí en la fuente había un churrito se hacía grandote se hacía chiquito". Así es la felicidad, a veces grande, a veces no existe.




Anticipos

5.5.14



Una persona presuntuosa es alguien que anticipa sus desastres.



Ciegos

4.5.14



Se le cayó la venda de los ojos y continuó sin ver nada.



Rebosados

3.5.14



Cortázar, Julio, decía que «las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma». Es cierto, cuando el corazón es una copa vacía no lo llenan todas las palabras.



Recatados

2.5.14



Erotion, filósofa epicúrea, enseñaba que escribir era un ejercicio de autorrevelación, una herramienta de salvación: «escribe y desaparecerás dentro de ti». Tras el desastre de enfrentarse al vacío escritural, cualquier palabra puede servir para mantenerse a flote.



Electores

1.5.14



Cuando escribes descubres la grandeza y generosidad de quien te lee.



Tenaces

30.4.14



¿La constancia está por encima del talento?



Charla retórica

29.4.14



—Qué miedo me da la nada, tan llena de vacío.
—Más miedo da un oxímoron que es capaz de tragárselo todo.



Aguantes

28.4.14



La resistencia es el arte de la paciencia con uno mismo.



Buscador

27.4.14



Tecleó en Google: «cómo escribir un microcuento». Y le salió a la primera.



Amigos de letras

26.4.14



Haruki Murakami, manifestaba: «leía mucho, lo que no quiere decir que leyera muchos libros. Más bien prefería releer las obras que me habían gustado. (...) Así pues, no tenía este punto en común con los demás, y leía mis libros a solas y en silencio. Los releía y cerraba los ojos y me llenaban de su aroma. Sólo aspirando la fragancia de un libro, tocando sus páginas, me sentía feliz». El erotismo del conocimiento y la imaginación, a veces, parecen infinitos ante un buen libro.



Impasibles

25.4.14



Para Esfero, filósofo estoico que estudió bajo el magisterio de Zenón de Citio y Cleantes, famoso por sus definiciones, «en el hastío de las horas está la resurrección del tiempo». Será porque el aburrimiento nos amplifica el espejismo de la eternidad.



Espacios abiertos

24.4.14



En un principio fue el ágora el espacio abierto, la plaza pública y hasta la iglesia, quienes proporcionaron el contexto para el foro social, el hilo comunicador, el espejo de vanidades. La metamorfosis de ciudadanos en consumidores desplazó ese centro hacia las grandes superficies comerciales para los encuentros y los saludos.

Hoy, en la era digital, son las redes sociales, en público, y los grupos de mensajería, en privado, el sucedáneo de esa función comunitaria. Hemos construido una gran ágora global, para lo positivo y lo negativo, donde todo se exagera y se deforma, a nuestra imagen y semejanza.



Libros vividos

23.4.14



Cada día es como un libro que toca leer. El de hoy es de una lectura extraña porque tiene salpicaduras de todos los días del año. Cioran decía que «un libro es un suicidio aplazado», donde la lectura se pospone día tras día, porque quizás, como señalaba Ralph Waldo Emerson, «el buen lector es el que hace el libro bueno», y no queremos una lectura al uso, no de ese libro que son nuestras vidas. Menos cuando somos sus propios autores, ya que según Maupassant «la originalidad del autor debe desaparecer en la originalidad del libro».



Ídolos vacíos

22.4.14



—Cuando me paré ante su tumba en Montparnasse, señor Eugène, pensé: que absurda es la muerte pero más absurda es la vida que nos hace contemplarla.
—Las ideologías nos separan; los sueños y la angustia nos unen.
—¿Un desamor entre lo utópico y lo existencial?
—Una idea es verdad cuando aún no se ha impuesto.
—Eso como pensar hacia el otro lado de donde gira el mundo.
—Pensar contra la corriente del tiempo es heroico; decirlo, una locura.
—Locos son los que imaginan.
—La libertad de la fantasía no es ninguna huida a la irrealidad; es creación y osadía.
—¿Eso incluye no saber qué se está contando?
—No tengo idea de lo que estoy escribiendo hasta que acabo. La creación artística es espontánea.
—Pero querrán saber
—¿Por qué la gente espera siempre que los autores contesten a preguntas? Soy autor porque deseo hacer preguntas. Si tuviera respuestas, sería político.
—Los políticos tampoco tienen respuestas. Sólo quieren poder.
—Nadie es dueño de la multitud aunque crea tenerla dominada.


Hechos

21.4.14



De todo aquello que nos hace somos, en gran medida, lo que hacemos con ello.



Agricultor verbal

20.4.14



Plantó algunas palabras en el campo semántico familiar y logró una buena cosecha de parientes.



Despellejar

19.4.14



Decía Jorge Luis Borges que «quizá haya enemigos de mis opiniones, pero yo mismo, si espero un rato, puedo ser también enemigo de mis opiniones». Cómo perder la oportunidad de ajustar cuentas con uno mismo.



El profesor

18.4.14



Era martes 7 de octubre de 1975. A segunda hora tocaba dar ‘Literatura’ con don Antonio Carrillo en su primera clase del curso. Carillo era un tipo joven, enjuto y nervioso. Tenía fama en el instituto de Bachillerato de ser un profesor serio y exigente, algo que impresionaba. Como me gustaba leer y escribir, afronté el reto de la asignatura con entusiasmo pero con cierta preocupación por temor a no estar a la altura de su enseñanza.

Tras presentarse como tutor del aula, pasar lista y relatar los contenidos y objetivos de la asignatura nos dijo: «saquen sus cuadernos y copien». A continuación y de forma pausada comenzó a leer:

         «Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo».

Mi corazón aleteó. Qué era esto. Nunca había leído nada parecido. Melquíades, Úrsula, Aureliano,… ¿De dónde había surgido aquel universo de palabras mágicas que don Antonio Carrillo nos estaba dictando? Apenas fueron una veintena de líneas con imanes, fierros mágicos, gitanos y sabios alquimistas de Macedonia, pero desde aquel momento nada fue igual. Devoré la novela como devoraba las meriendas que me hacía mi madre, con impaciencia y deleite.

Siempre estaré en deuda con estas dos personas maravillosas, a las que doblegué mi corazón juvenil: Antonio Carrillo Alonso y Gabriel García Márquez. Gracias a los dos. Eternamente.

Juguetes rotos

17.4.14



Uno de los peores atentados contra el ser humano es el robo de su infancia. La esclavitud, la prostitución, la explotación, son los exponentes más claros de ese crimen, que suele ocurrir en países con pocas garantías para la infancia. 
Otra más de esas formas de destruir la infancia es mentirles con la promesa de llegar a ser futbolistas famosos. A Europa se estima que han llegado entre 10.000 y 20.000 menores africanos para cumplir con su sueño de jugar al fútbol y que han sido abandonados en las calles. En África tenían una infancia difícil, aquí una infancia rota.
Con ser más sutil no es menos cruel la ocurre junto a nosotros. Son miles de niños los que con el beneplácito familiar los que dejan todo para jugar al fútbol en España.
Leo el testimonio de un exfutbolista, Borja Criado, quien señala: «entrenábamos cuatro días a la semana por las tardes y llegaba a mi casa todos los días no antes de las diez de la noche.  Con este nivel de exigencia, no daba tiempo ni para hacer los deberes, ni para estudiar ni para otra cosa que no fuera dedicación exclusiva al fútbol.  Es cierto que teníamos que presentar las notas en el club cada trimestre y, salvo alguna excepción, mis compañeros venían con una relación de suspensos importantes».
Criado además señala: «creo poder decir que he encauzado bien mi vida profesional tras mi etapa en el fútbol de élite.  Sin embargo, no siempre ocurre así, e incluso podría decirse que, en muchas ocasiones, la cosa no termina tan bien (…) De aquel equipo de veintidós futbolistas que eran campeonísimos, sólo cuatro han conseguido tener una carrera en Primera o Segunda División».
Es decir que más del ochenta por ciento de esos chiquillos que no tienen una infancia como el resto, tampoco logran un futuro como futbolistas. En el camino habrán dejado un mundo de juegos e imaginación tan propio de la infancia.



Irrisorios

16.4.14



¿Son más ridículas las personas cuanto más pretenden no serlo?



Lección breve

15.4.14



—Señor Chéjov, qué buenos cuentos le contaba su madre, ¿recuerda? Eso habrá influido en su forma tan propia de escribir.
—El arte de escribir consiste en decir mucho con pocas palabras.
—Cada vez menos.
—La brevedad es la hermana del talento.
—Hoy abunda lo breve pero escasea el talento.
—Es algo malo para el escritor asumir lo que no entiende.
—Lo que no entiendo es por qué algunas malas obras gustan tanto.
—Las obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio.
—Eso tiene su crítica.
—Aislarse en el trabajo creativo es mejor que las críticas negativas que no hacen nada en absoluto.
—Aún a pesar de eso…
—Cuando pienso en mi vocación no temo a la vida.



Exorcizar

14.4.14



Pensamos en lo peor como un conjuro contra el destino hostil.



Proceso

13.4.14



Soy inocente —dijo el culpable— de ser inocente.



Cárceles sin barrotes

12.4.14



Para Virginia Woolf «los ojos de los demás, nuestras prisiones; sus pensamientos, nuestras jaulas». La libertad del ser detenida por el prejuicio social.



Empoderar

11.4.14



El orador ateniense Léptines afirmaba que «en frente está el poder, sin ninguna empatía con sus semejantes». Para el poder no existe el otro en igualdad.



Saturados

10.4.14



Masticamos información y comemos información, aunque somos incapaces de digerirla y terminamos con una indigestión mental ante esa vorágine comunicativa. Tras este fenómeno empiezan a aparecer signos de cansancio en los consumidores de información, algo que les lleva a una experiencia insatisfactoria al sentirse indefensos y perdidos ante tal avalancha informativa. Ese entorno tan saturado de información, que pide constantemente atención, termina por ser un escenario desolador y desquiciante.



Inocencia

9.4.14



¿Inocente es quien no tiene que dar explicaciones?



Un paseo por Comala

8.4.14



—Señor Rulfo, me hubiera gustado ir a Comala por gusto, por saber si le podría encontrar allí.
—Todo escritor que crea es un mentiroso; la literatura es mentira, pero de esa mentira sale una recreación de la realidad; recrear la realidad es, pues, uno de los principios fundamentales de la creación.
—El laberinto de su novela está fabricado de eso.
—Como todos ustedes saben, no hay ningún escritor que escriba todo lo que piensa, es muy difícil trasladar el pensamiento a la escritura, creo que nadie lo hace, nadie lo ha hecho, sino que, simplemente, hay muchísimas cosas que al ser desarrolladas se pierden.
—Y la desmemoria las cubra con su pátina de olvido.
—Estas pláticas que yo tengo con mi conciencia son a veces muy largas, duran días enteros; por eso no resulta que me ponga a contártelas en esta pobre carta. De verdad, cuídate mucho, come y duerme bien y sueña con los angelitos y no en esta cosa maligna que soy yo. Pero no me olvides.
—No se borra la memoria de lo escrito.
—Se trabaja con imaginación, intuición y una verdad aparente; cuando esto se consigue, entonces se logra la historia que uno quiere dar a conocer. Creo que eso es, en principio, la base de todo cuento, de toda historia que se quiere contar.
—Y después a imaginar.
—La imaginación es infinita, no tiene límites, y hay que romper donde se cierra el círculo; hay una puerta, puede haber una puerta de escape, y por esa puerta hay que desembocar, hay que irse.
—Marcharse a través de un cuento.
—La novela, dicen, es un género que abarca todo, es un saco donde cabe todo, caben cuentos, teatro o acción, ensayos filosóficos o no filosóficos, una serie de temas con los cuales se va a llenar aquel saco; en cambio, en el cuento tiene uno que reducirse, sintetizarse y, en unas cuantas palabras, decir o contar una historia que otros cuentan en doscientas páginas.
—O tener esa intuición.
—Concretando: se trabaja con imaginación, intuición y una verdad aparente; cuando esto se consigue, entonces se logra la historia que uno quiere dar a conocer.                                                                        
—Todo escritor que crea es un mentiroso; la literatura es mentira, pero de esa mentira sale una recreación de la realidad; recrear la realidad es, pues, uno de los principios fundamentales de la creación.
—El laberinto de su novela está fabricado de eso.
—Como todos ustedes saben, no hay ningún escritor que escriba todo lo que piensa, es muy difícil trasladar el pensamiento a la escritura, creo que nadie lo hace, nadie lo ha hecho, sino que, simplemente, hay muchísimas cosas que al ser desarrolladas se pierden.
—Y la desmemoria las cubra con su pátina de olvido.
—Estas pláticas que yo tengo con mi conciencia son a veces muy largas, duran días enteros; por eso no resulta que me ponga a contártelas en esta pobre carta. De verdad, cuídate mucho, come y duerme bien y sueña con los angelitos y no en esta cosa maligna que soy yo. Pero no me olvides.
—No se borra la memoria de lo escrito.
—Se trabaja con imaginación, intuición y una verdad aparente; cuando esto se consigue, entonces se logra la historia que uno quiere dar a conocer. Creo que eso es, en principio, la base de todo cuento, de toda historia que se quiere contar.
—Y después a imaginar.
—La imaginación es infinita, no tiene límites, y hay que romper donde se cierra el círculo; hay una puerta, puede haber una puerta de escape, y por esa puerta hay que desembocar, hay que irse.
—Marcharse a través de un cuento.
—La novela, dicen, es un género que abarca todo, es un saco donde cabe todo, caben cuentos, teatro o acción, ensayos filosóficos o no filosóficos, una serie de temas con los cuales se va a llenar aquel saco; en cambio, en el cuento tiene uno que reducirse, sintetizarse y, en unas cuantas palabras, decir o contar una historia que otros cuentan en doscientas páginas.
—O tener esa intuición.
—Concretando: se trabaja con imaginación, intuición y una verdad aparente; cuando esto se consigue, entonces se logra la historia que uno quiere dar a conocer.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      

Asesor

7.4.14



Siempre he estado muy mal aconsejado por mí mismo y eso me ha traído hasta aquí.



Porvenir

6.4.14



—Cuando dos jóvenes se besan, qué hacen. 
—Fabrican su pasado.



Asolados

5.4.14



Según el arquitecto Alvar Aalto, el ser humano no puede «crear sin destruir simultáneamente». Cada paso construido es un paso borrado de nuestra existencia. Somos porque dejamos de ser.



Enseñanzas

4.4.14



El filósofo griego, Euagon de Samos, aconsejó: «aprende a equivocarte por ti mismo, a reconocerte en tus errores». La mejor lección de vida es la que nos muestra qué somos en nuestras acotaciones.



Amigas

3.4.14



A veces veo como las palabras me buscan de manera cordial, felices del encuentro escrito. En cambio, otras, indómitas e inaccesibles, parecen ahuyentadas. Y entre escogerme o repudiarme, lo que más temo es verlas desleídas.



Aforismo humano

2.4.14



¿Cada persona es una cita de sí misma?



Escamados

1.4.14



—Me siento como un pez moribundo en una pecera.
—Esa es una metáfora existencial. Debes contar hacia a atrás.
—No tengo memoria para narrar lo que involuciona.
—Entonces te ahogarás en tus propios pensamientos.
—Dejaré que me aneguen las palabras.
—Si son vocablos amorosos te sacarán a flote.
—Puede que, en ese caso, me ahogue de pena.
—Vivir habrá valido la pena.
—Bastante triste es ser un pez y no poder nadar fuera de un acuario.
—Fuera no hay nada. Bueno quizás sí, conjunciones adversativas.
—Personalmente no tengo nada contra la neolengua pero distorsiona bastante la realidad.
—Las peceras no tienen reglas ortográficas.
—En cambio yo tengo complejo de pez. 



Vesania

31.3.14



La mentira de un cuerdo siempre será más creíble que la verdad de loco.



El hombre rayo

30.3.14



Su amor le cayó encima y le partió el corazón por la mitad.



Aspirantes

29.3.14



Para el escritor peruano Julio Ramón Ribeyro «ser el eterno forastero, el eterno aprendiz, el eterno postulante», es una forma de ser feliz. Estar a la expectativa nos da la posibilidad de llegar y, sobre todo, la libertad de caminar.



Excusables

28.3.14



Eudoxio de Cnido, discípulo de Platón, enemigo de los horóscopos, conjeturó: «no es lo que no sé si no lo que no sabré aquello que me determina». Hay cosas que ignoramos y que ignoramos para siempre y que, como al sabio griego, a mí también me intranquilizan.



Desvanecerse

27.3.14



Perderse en la escritura hasta desaparecer dentro de ella, sin dejar rastro de uno mismo, invisibilizarse. O como mencionaba Salman Rushdie: «a menudo tengo el deseo de desaparecer dentro de mis libros, que son lugares mucho más interesantes que la realidad». Disgregarse en las palabras hasta hacerse exhalación de lo escrito.



Treta

26.3.14



¿El orgullo es el mejor catalizador para engañarnos?



Un paseo por Montpellier

25.3.14



—Señor Auguste Comte, no hay quien arregle esto. En lo social cada uno tira para su lado.
—Mucho más que los intereses es el orgullo quien nos divide.
—No sólo el orgullo y los intereses particulares de cada uno.
—Sólo los buenos sentimientos pueden unirnos; nunca el interés forjó uniones de larga duración.
—Nadie está obligado a nada,
—Nadie tiene más derecho que el de cumplir con su deber.
—Deber con quién o contra quién, si la verdad está velada y nadie quiere conocerla.
—Saber para prever, a fin de poder.
—El poder es una manifestación humana que olvida que existen los demás.
—Vivir para los demás no es sólo la ley del deber, es también la ley de la felicidad.
—La felicidad es otro mito.
—Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no condiciones de circunstancias.
—Mentalmente nuestra condición trágica.
—Lo esencial para ser feliz es mantener siempre bien colmado el corazón, incluso de dolor. Sí; incluso de dolor, y aun el dolor más amargo.
—Es un fiel compañero, en mayor o menor medida, de nuestros pasos por esta existencia.



Recluidos

24.3.14



Momentaneidad y precipitación nos acogen como hijos de la ilusión de vivir.



Escalofrío

23.3.14



Comenzó a escribir un cuento de terror y se asustó tanto que no pudo terminarlo porque se moría de miedo.



Contadores

22.3.14



Mi admirado Juan Rulfo platica que «se trabaja con imaginación, intuición y una verdad aparente; cuando esto se consigue, entonces se logra la historia que uno quiere dar a conocer. Creo que eso es, en principio, la base de todo cuento, de toda historia que se quiere contar». Y lo que se obtiene es un discurso creativo de alta densidad que hace feliz a tanta gente.



Perífrasis mortuoria

21.3.14



Me cuentan que los progenitores de un alumno han expresado su queja ante un profesor por un homenaje que se rindió a una estudiante fallecida unos días antes. Sus argumentos se basaban en olvidar cuanto antes el hecho luctuoso y dejar de hablar de la muerte. Actitud consecuente con el pensamiento de esos tiempos que tratan de percibirla como algo abstracto y ajeno.

Contrasta esta posición con la de una mujer que, después de más de sesenta años, ha recuperado los restos exhumados de su padre, enterrado en una fosa común, tras un fusilamiento sin juicio y que los buscó con ahínco. Toda su vida ha convivido con la muerte y se ha enfrentado a ella de manera valiente y sin excusas. En esta mujer veo mucho más amor a la vida que en cualquier actitud huidiza, porque en el triunfo de vivir la muerte se derrota.



Interrogado

20.3.14



¿Y esto de escribir? ¿Qué mecanismo estropeado lo hace funcionar? ¿Qué detona esta fascinación por las palabras?



Mentiras

19.3.14



¿Quién nos engaña menos la conciencia o la razón?



Desde la línea del horizonte de Nueva York

18.3.14



—¿El altruismo es el origen de todos los males, señora Rand? 
—El altruismo es la doctrina que exige que el hombre viva para los demás y coloque a los otros sobre sí mismo. 
—¿Lo contrario es la insolidaridad de este sistema?
—El Capitalismo no es un sistema del pasado; es el sistema del futuro, si es que la Humanidad va a tener algún futuro.
—Eso es algo extremo.
—Observe como, en política, el término extremismo se ha convertido en un sinónimo de malvado, independientemente del contenido del asunto (lo malvado no es aquello sobre lo que se sea extremo, sino el mero ser extremo, esto es, consistente). 
—Es su manera de sentirse fuerte.
—La ambición de poder es una mala hierba que sólo crece en el solar abandonado de una mente vacía.
—Y se alimenta de los subyugados.
—Una sociedad que roba a un individuo el producto de su esfuerzo... no es estrictamente hablando una sociedad, sino una revuelta mantenida por violencia institucionalizada.
—El mal siempre nos acompaña. 
—La maldad del mundo se hace posible sólo por la sanción que tú le das.
—No le doy ninguna y se lo otorgo a los afectos.
—Para decir: yo te quiero, uno debe saber primero como pronunciar el yo. 



Involuntarios

17.3.14



Dolemos en los otros aún sin quererlo.



Risas

16.3.14



Al reír el último rió solo, no mejor.



Entrega

15.3.14



Auguste Rodin decía: «no basta trabajar, es preciso agotarse todos los días en el trabajo». Esa extenuación viene de la pasión concedida, la cual no está referida en ningún convenio laboral.



Error de precisión

14.3.14



Paniasis de Halicarnaso, poeta épico, escribió: «ni he aprendido, ni aprenderé a vivir. Mil vidas que viviera, en todas me equivocaría». La sombra del error es la luz que alumbra nuestro camino.



Proceder

13.3.14



La melancolía es el llanto adentro de las cosas.



Propiedades

12.3.14



¿Qué es más inquietante el amor propio o el desprecio a sí mismo?



Filosofando

11.3.14



—¿Cuál es la verdadera reflexión humanista en la que nos debemos cobijar, señora Arendt?
—Una filosofía de la humanidad se distingue de una filosofía del hombre por su insistencia en el hecho de que no es un hombre, hablándose a sí mismo en diálogo solitario, sino los hombres hablándose y comunicándose entre sí, los que habitan la Tierra.
—Eso parece comprometido, cuanto no peligroso para el poder establecido.
—No hay pensamientos peligrosos; el pensamiento es peligroso.
—En su radical lucha contra el mal.
—El mal no es nunca radical, sólo es extremo, y carece de toda profundidad y de cualquier dimensión demoníaca. Puede crecer desmesuradamente y reducir todo el mundo a escombros precisamente porque se extiende como un hongo por la superficie.
—Igual que una mancha de poder económico.
—El desarrollo económico bajo ninguna condición puede conducir a la libertad o constituir una prueba para su existencia.
—Algo a derribar, sin duda, pero ¿con qué herramientas?
—Nobleza, dignidad, constancia y cierto risueño coraje. Todo lo que constituye la grandeza sigue siendo esencialmente lo mismo a través de los siglos. 
—¿Y con lo padecido qué hacemos?
—El perdón es la llave a la acción y a la libertad.
—La acción siempre necesaria.
—Bajo las condiciones de la tiranía, es más fácil actuar que pensar.
—Aunque a veces hay que pararse a pensar en los otros.
—Nadie puede ser feliz sin participar en la felicidad pública, nadie puede ser libre sin la experiencia de la libertad pública, y nadie, finalmente, puede ser feliz o libre sin implicarse y formar parte del poder político.
—Ni sin tener memoria tampoco.
—En la medida en que realmente pueda llegarse a superar el pasado, esa superación consistiría en narrar lo que sucedió.
—Y después en soñar.
—El punto, tal como Karl Marx lo vio, es que los sueños nunca se hagan realidad.
—Somos apátridas de tantas cosas…
—Nunca en mi vida he amado a ningún pueblo ni colectivo, ni al pueblo alemán, ni al francés, ni al norteamericano, ni a la clase obrera, ni a nada semejante. En efecto, sólo 'amo' a mis amigos y el único género de amor que conozco y en el que creo es el amor a las personas.
—También de aquello que necesitamos.
—El hombre no puede ser libre si no sabe que está sujeto a la necesidad, porque su libertad que ganó siempre fueron intentos de liberarse de la necesidad. 
—Más aún que de la belleza.
—Por naturaleza lo hermoso se aísla de todo. De belleza ningún camino conducen a la realidad. 
—Y eso que es un hecho cultural.
—La cultura se relaciona con los objetos y es un fenómeno del mundo; la hospitalidad se relaciona con la gente y es un fenómeno de la vida.
—La vida, sí, que nos angosta.
—Los hombres, aunque han de morir, no nacieron para morir, sino para innovar.



Simplificaciones

10.3.14




Abonarse al momento presente, despreciando pasado y futuro, es someter la vida a un reduccionismo existencial.


Acabado

9.3.14



Había un microcuento asesino esperándolo a la vuelta de la esquina y cuando se topó con él mató su inspiración.



Acabamientos

8.3.14



Umberto Eco entiende que «el autor debería morirse después de escrito su obra. Para allanarle el camino al texto». Y qué si no se hace, morir en cada página escrita, en cada renglón saltado, en cada signo ortografiado: caminar hacia el final del texto.



Borrachos

7.3.14



En cierta ocasión escuché decir a Leopoldo María Panero que «España es el único país del mundo en el que se le pega a los borrachos». No sé la exactitud de tal aseveración, pero lo cierto es que en este país si la ‘autoridad’ cogía a una persona borracha la abofeteaba y hasta la podía encarcelar. Lo vi en una ocasión cuando era niño. Será, quizás, porque como decía un anciano vecino, «los locos y los borrachos siempre dicen la verdad», y ya sabemos que la verdad ofende, en especial al poder que es una fábrica de mentiras.



Crianzas

6.3.14



Hoy mientras escuchaba en un instituto de enseñanza un discurso de exhortación sobre la autoestima a un puñado de adolescentes, recordé algunas crueldades presenciadas en mi infancia, de niños contra niños. Eran estampas crudas marcadas por la ley de la calle donde se imponía la sinrazón de la fuerza y lo malintencionado. No había consejeros ni advertencias para protegerse. El peligro era inmediato.

A los jóvenes de hoy el peligro les llega de lejos. De los modelos que al ser imitados terminan por destruir al individuo y, por ello, los riegan de autoayuda para tratar de inmunizarlos. Según el alegato del conferenciante, nadie es inferior a esos modelos, nada hay que temer y no hay que derrumbarse. De no ser que eso causa poco efecto porque no es creíble y pregona una lluvia de mentiras que debe calar en el individuo hasta hacerlo fuerte.

La fortaleza antes la otorgaba la experiencia de lo cercano, la de ahora es especulativa, más propia de un tiempo que nos fragiliza.




Dudas

5.3.14



¿Los indecisos son los pedagogos de la incertidumbre?



Bailando con monstruos

4.3.14



—«Homo homini lupus est». Señor Hobber, nunca ha dejado de intrigarme su frase.
—El hombre es un lobo para el hombre.
—Bien pudiera deducirse, entonces, que el lobo es un hombre para el lobo.
—De ello se sigue que de las afirmaciones absurdas y falsas —caso de que fueran universales— no puede haber entendimiento, aunque muchos piensen que las entienden, cuando en realidad se limitan a repetir palabras en voz baja o a aprendérselas de memoria.
—Un teatro absurdo.
—Una persona es lo mismo que un actor, tanto en el escenario como en la conversación ordinaria.
—Un actor obediente.
—Hay muy pocos que sean tan necios que no prefieren gobernarse a sí mismos antes que ser gobernados por otros.
—Gobiernan sobre nosotros, no por nosotros y con leyes que llaman justas.
—Definieron la justicia diciendo que ésta consistía en distribuir a cada hombre lo suyo.
—A los pobres la pobreza, a los ricos la opulencia.
—Robar a un hombre pobre es delito más grave que robar a uno rico, pues el pobre notará más el daño.
—Eso me hace reír.
—La risa no es más que la gloria que nace de nuestra superioridad. 
—Superior defendiendo los intereses particulares.
—No buscamos la sociedad por amor a ella misma, sino por los honores o los beneficios que puede reportarnos.
—A mí que no me busquen en ese trayecto.
—La vida es un perpetuo movimiento que, si no puede progresar en línea recta, se desenvuelve circularmente.



Verificaciones

3.3.14



Escribimos para no dejar de ser quienes somos.



Suma

2.3.14



Juntaron sus dos soledades y se sintieron solos en compañía.



Escritura anodina

1.3.14



Dice Nicolás Gómez Dávila que «escribir sería fácil si la misma frase no pareciera alternativamente, según el día y la hora, mediocre y excelente». Me pregunto qué días escribir sobre la sublimidad y que otros días, no, sobre aquello insustancial, para que el auto corrector no imponga el pesado lastre de su sentencia y me mutile cuando verifica lo escrito. Será que cada escritor alimenta la exageración de lo creado.



Ferrocarriles

28.2.14



Llevaba una eternidad sin verlo, casi desde que éramos niños. Había perdido pelo y ganado peso, pero la luz de sus ojos brillaba igual que entonces. Le pregunté cómo le iba y cómo estaba su familia. Me contó que era interventor ferroviario y tras un extenso relato, concluyó con una metáfora existencial ligada a su oficio. 
Me dijo que la vida era como un viaje en tren con pasajeros de clase acomodada y de clase humilde. Y después estaban los que viajan de manera incómoda y aguantan hasta el final de trayecto. Y me preguntó que si no sería yo uno de estos últimos. 
No lo sé, le dije, pero no creo que haya apeadero para mi incomodidad con el mundo.



Inercias

27.2.14



Desde que Johannes Gutenberg revolucionó la comunicación humana, ésta ha crecido de manera exponencial. Los inicios de este siglo suponen la cima de ese proceso potenciado por una tecnología cada vez más eficaz.     
Casi todos los miembros de la sociedad, con independencia de su edad o de su nivel económico, acceden a cualquiera de las formas de intercambio de esa comunicación (redes sociales, emails, chats, WhatsApp, sms) creando un monumental ruido de fondo, donde todo parece adquirir una velocidad endiablada que nos envuelve en su vorágine.
Ese proceso de saturación informativa y comunicacional comenzará su declive cuando, agotados, pongamos una pantalla que nos aísle contra tanto mensaje intrusivo.




Agresividad

26.2.14



¿Es más exitosa la comunicación cuanto más violenta es su forma de expresarse?



Obligados a vivir

25.2.14



—¿A quién nos parecemos, doctor Schweitzer?
—Con veinte años todos tienen el rostro que Dios les ha dado; con cuarenta el rostro que les ha dado la vida y con sesenta el que se merecen.
—El tiempo que no perdona.
—Los años arrugan la piel, pero renunciar al entusiasmo arruga el alma.
—Serán el signo de los tiempos que nos ha tocado vivir.
—Vivimos en una época peligrosa. El ser humano ha aprendido a dominar la naturaleza mucho antes de haber aprendido a dominarse a sí mismo.
—Eso es algo doloroso.
—El dolor es para la humanidad un tirano más terrible que la misma muerte.
—Ah, la muerte, ese gran misterio.
—Según vamos adquiriendo conocimiento, las cosas no se hacen más comprensibles, sino más misteriosas.
—Y lo desconocido nos da miedo.
—El miedo reina sobre la vida.



Oquedad

24.2.14



No es el miedo a morir, nos asusta la nada, el vaciado inexistir.



Sin final

23.2.14


Y no fueron felices con lo cual su cuento nunca terminó.



Novelas

22.2.14



Dice Leonid S. Sukhorukov que «un aforismo es una novela de una línea». La brevedad de la escritura así lo merece.



'El apañao'

21.2.14



Cuando lo vi por primera vez tumbado en el sofá y enfundado en aquel batín de seda pensé que se trataba de un personaje novelesco escapado de un folletín decimonónico. Me parecía anticuado de aspecto a pesar de ser más o menos de mi edad. Un chico de provincias enviado a estudiar en la universidad capitalina, gracias a que sus padres habían hecho negocio con la tienda de ultramarinos y las tierras de labor.

Entendí lo de su apodo la mañana de domingo que, resacoso y semidesnudo, caminaba tambaleante por el pasillo del piso de estudiantes en busca del cuarto de baño y me topé con una señora, remilgada y de aspecto cuidadísimo. ¡Qué susto! La madre de un compañero de piso que entraba como Pedro por su casa a visitar a su hijo, ¡y tenía hasta llave de la casa! Había venido a pasarle revista a su hijo, para que no le falta de nada y mantuviera aquel aspecto tan peripuesto que siempre mantenía.

El apañao tardó doce años en terminar la carrera de Medicina. Se pasaba las horas subrayando cada línea de los libros de texto y de los apuntes fotocopiados, con rotuladores de diferentes colores, con tal parsimonia y pulcritud como si tuviera toda la eternidad por delante.

Recuerdo que fraguó amistad con un interno de un colegio mayor del Opus Dei. Por lo que contaba de la experiencia de su amigo, pensé que acabaría ingresando en esa institución. Sus ideas eran tan estrambóticas como él y no hubiera desentonado.

No fue así, me contaron que se casó, tiene una familia y trabaja como funcionario de prisiones. En la la enfermería de la prisión dado su extenso conocimiento médico.



Teología de la información

20.2.14



La moda ahora está en decir que los lectores eligen los medios según la ideología de los periódicos que leen. Que es como afirmar, más o menos, que los lectores tienen fe ciega en quienes, con su opinión, los evangelizan. 

He escuchado algún bobo manifestar, como endiosado de razón pedagógica, que “antes lo que movilizaba a la gente para comprar un periódico era la imagen de marca; ahora la gente compra periódicos por ideología”. 

El gregarismo es un reductor del pensamiento humano y querer que te regalen el oído con aquello que te satisface, porque es con lo que estás de acuerdo, la confirmación del adoctrinamiento.



Poses

19.2.14



¿La humildad es fortaleza y el orgullo debilidad?



La escritura de la felicidad

18.2.14



—¿Alguna vez fue usted Jueves?
—A algunos hombres los disfraces no los disfrazan, sino los revelan. Cada uno se disfraza de aquello que es por dentro.
—O que se ha propuesto ser, señor  .
—El juego de ponerse límites a sí mismos es uno de los secretos placeres de la vida.
—Eso es un aprendizaje.
—La única educación eterna es ésta: estar lo bastante seguro de una cosa, para atreverse a decírsela a un niño.
—A los niños no paran de contarles cuentos, ahora más con los medios de comunicación.
—El periodismo consiste en buena medida en decir "Ha muerto el señor Jones" a gente que no sabía que existiera un tal señor Jones.
—La gente es crédula, lo cree todo.
—Lo malo de que los hombres hayan dejado de creer en Dios no es que ya no crean en nada, sino que están dispuestos a creer en todo.
—Vivimos entre contradicciones.
—Siempre se ha creído que existe algo que se llama destino, pero siempre se ha creído también que hay otra cosa que se llama albedrío. Lo que califica al hombre es el equilibrio de esa contradicción.
—Eso o su estupidez.
—Es una prueba de cortesía escuchar disquisiciones sobre cosas que se conocen bien, de quien las ignora en absoluto.
—Ante eso lo mejor es callar.
—El silencio es la réplica más aguda.
—Es ley de vida.
—En todo placer y goce de la vida hay algo ficticio, como un esfuerzo o propósito personal para conseguir que aquello nos dé de veras satisfacción. Esta es la impureza del placer y, al mismo tiempo, una ley de vida.
—Lo que más nos satisface son los sueños.
—Hay algo que da esplendor a cuanto existe, y es la ilusión de encontrar algo a la vuelta de la esquina.


Esquivos

17.2.14



El demonio de nuestro propio infierno es ese otro yo que vaga en las tinieblas interiores huyendo de la luz de la verdad.


Romances

16.2.14



Al hombre invisible lo que más le excitaba era una cita a ciegas.



Irracionalidad

15.2.14



Según George Lakoff «la idea de que la gente abandonará sus creencias irracionales ante la solidez de la evidencia presentada ante ella es, en sí misma, una creencia irracional, no apoyada por la evidencia». Lo evidente nunca ha sido sólido, no ante la mayoría de la gente. En todo caso, las certidumbres son etéreas.



Cándidos

14.2.14



El filósofo clásico Eufemo, de escasa trascendencia y obra fragmentada, comentó sobre el paso de los mejores años de la vida: «sabes pasado tu momento al reconocer en los demás que viven el suyo desde la inconsciencia». Sentencia con la que el ser humano viaja por los polvorientos caminos de su existencia.



Cinematógrafo

13.2.14



Al visionar la realidad vemos una película de nuestras vidas que parece irreal mientras nos proyectamos en ella en cada momento.



Nombrarse

12.2.14



¿De veras que podemos pronunciarnos sin mentir?



Pensando versos

11.2.14



—Le veo ahí sentado en un banco del parque, señor Russell,  y se me vienen a la mente tantos enorgullecidos literatos.
―El orgullo y la debilidad son hermanos gemelos.
―La segunda es la que más nos hunde.
—Hay dos clases de debilidad: la que se quiebra y la que se pliega.
―Y aquella otra que nos desvela.
—Bienaventurados los que no tienen nada que decir, y que resisten la tentación de decirlo. 
―Es mejor mirar hacia los clásicos.
—¡Cuánta confianza nos inspira un libro viejo del cual el tiempo nos ha hecho ya la crítica!
—Y su lectura.
—Los libros son las abejas que llevan el polen de una inteligencia a otra.
—Aunque el libro de la experiencia ajena sirve de poco.
—Una espina de experiencia vale más que un bosque de advertencia.
―Y sin remedio.
―Las desgracias más temidas son, de ordinario, las que no llegan jamás.
—Todo termina por llegar, hasta la democracia.
—La democracia otorga a cada uno de los hombres el derecho a ser el opresor de sí mismo. 
―Y de liberarse.
—Los humanos no saben lo que poseen en la Tierra. Será porque la mayoría no ha tenido ocasión de abandonarla y regresar después a ella.



Transitorios

10.2.14



Somos un tiempo que espera el paso del tiempo. Tiempo sobre extendido en sí mismo y comprimido en nuestra percepción. Somos sus prisiones y vivimos en su servidumbre.



Ente

9.2.14



Su pesadilla era siempre la misma. Se soñaba en un mundo real.



Órdenes confusos

8.2.14



«El ‘orden del egoísmo’ genera una atmósfera de desconfianza y suspicacia. El ‘orden de la igualdad’ inspira confianza y solidaridad», afirma el sociólogo, filósofo y ensayista polaco, Zygmunt Bauman. El primero parece apadrinado desde la estructuras de poder, el segundo desde el anhelo del altruismo. Los límites son imprecisos y a veces terminan en el desconcierto de saber dónde estamos.



Olimpos

7.2.14



El filósofo pitagórico Eurífanes de Metaponte acertó a señalar que la única deidad posible era la de «un dios amoral e hierático ante el bien o el mal». No esperaría un cielo igual de neutro, quién sabe.



Incompetencias

6.2.14



Laurence J. Peter formuló el principio que lleva su nombre, el cual afirma que «en una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia». Semejante a la cita orteguiana «todos los empleados públicos deberían descender a su grado inmediato inferior, porque han sido ascendidos hasta volverse incompetentes». 

Las consecuencias del principio de Peter señalan que «con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus obligaciones», y «el trabajo es realizado por aquellos empleados que no han alcanzado todavía su nivel de incompetencia».

Ejemplos sobran ente los directores de sucursales bancarias, militares de rango o cargos políticos y altos funcionarios.




Ovidiana

5.2.14



¿Si nos lanzamos siempre hacia lo prohibido y deseamos lo que se nos niega, somos acaso una frustración perenne?



Viaje a China

4.2.14



―El entusiasmo es el pan diario de la juventud. El escepticismo, el vino diario de la vejez. 
―Y un vejez entusiasta y una juventud escéptica es lo que tenemos ahora, señora Buck.
—Que la juventud escoja su propio camino, pero algunos consejos le serían útiles.
—A los jóvenes y a quienes rivalizan con serlo.
—Puedes juzgar tu edad con la cantidad de temor que sientes cuando te topas con una nueva idea.
—Algo que te puede hacer tambalear.
—No puedes obligarte a ti mismo a sentir algo que no sientes, pero si puedes obligarte a hacer el bien, a pesar de lo que sientes.
—Hay que aprender a vivir.
— La verdadera sabiduría de la vida consiste en ver lo extraordinario en lo común.



Mercancías

3.2.14



Exiguo el precio que nos dan en la tasación del mundo.



Viajante

2.2.14



Se marchó a ninguna parte y cuando llegó se dio cuenta que no se había movido del mismo sitio.



Errados

1.2.14



La escritora Pearl S. Buck previene sobre que «muchas personas se pierden las pequeñas alegrías mientras aguardan la gran felicidad». En la espera de lo que nunca alcanzamos olvidamos lo asequible.



Personajes anónimos

31.1.14



Me debo estar haciendo viejo o mayor. O será que noto la alevosía con la que pasa el tiempo. Hoy es uno de esos días en los que maldigo el nombre de este blog porque su sentencia me golpea la cara. Vuelvo del homenaje póstumo a un amigo. Regreso enrabietado contra lo injusto y lo penoso de la vida. Rodeado de gente que le quería y otros que le conocían, no dejo de pensar en el despojo de sentimientos y de recuerdos que se tiran al cubo de la nada. Y no hay remedio ni solución. Quizás el paliativo del ebrio corazón y la serenidad de la memoria. Y seguir sin entender el zafio frío cuando no hay amanecer.



Antibelicista

30.1.14



Pedí a mis padres, para Reyes, un revólver de pistolero. Se negaron y me trajeron un libro. Ahí fue donde frustré mi carrera armamentista.