Revolución doméstica

6.5.14



—He conseguido arreglar la puerta de la lavadora. Todo un logro para alguien tampoco ducho como yo en estos menesteres.
—El éxito es un ratito. Uno nunca consigue nada.
—No digo que me den el premio Cervantes de las reparaciones domésticas, pero algo te alegras de no ser tan zoquete como pensabas.
—Con la práctica adquirimos la intuición de saber cuándo hemos hecho algo bien y entonces lo conservamos.
—Cuando he visto funcionar la lavadora he tenido un momento feliz.
—Creo que uno nunca es totalmente feliz, nunca dura mucho, tampoco. Uno es feliz por ratitos como la canción que decía mi mamá de Cri-cri: "ahí en la fuente había un churrito se hacía grandote se hacía chiquito". Así es la felicidad, a veces grande, a veces no existe.




1 apostillas:

Juan Poz dijo...

Una semana estuve yo pavoneándome de haber arreglado la cisterna del váter. Y aun hoy, cuando aprieto el pulsador, me recorre un calambre de orgullo la espina mental, digo dorsal...