Filosofando

11.3.14



—¿Cuál es la verdadera reflexión humanista en la que nos debemos cobijar, señora Arendt?
—Una filosofía de la humanidad se distingue de una filosofía del hombre por su insistencia en el hecho de que no es un hombre, hablándose a sí mismo en diálogo solitario, sino los hombres hablándose y comunicándose entre sí, los que habitan la Tierra.
—Eso parece comprometido, cuanto no peligroso para el poder establecido.
—No hay pensamientos peligrosos; el pensamiento es peligroso.
—En su radical lucha contra el mal.
—El mal no es nunca radical, sólo es extremo, y carece de toda profundidad y de cualquier dimensión demoníaca. Puede crecer desmesuradamente y reducir todo el mundo a escombros precisamente porque se extiende como un hongo por la superficie.
—Igual que una mancha de poder económico.
—El desarrollo económico bajo ninguna condición puede conducir a la libertad o constituir una prueba para su existencia.
—Algo a derribar, sin duda, pero ¿con qué herramientas?
—Nobleza, dignidad, constancia y cierto risueño coraje. Todo lo que constituye la grandeza sigue siendo esencialmente lo mismo a través de los siglos. 
—¿Y con lo padecido qué hacemos?
—El perdón es la llave a la acción y a la libertad.
—La acción siempre necesaria.
—Bajo las condiciones de la tiranía, es más fácil actuar que pensar.
—Aunque a veces hay que pararse a pensar en los otros.
—Nadie puede ser feliz sin participar en la felicidad pública, nadie puede ser libre sin la experiencia de la libertad pública, y nadie, finalmente, puede ser feliz o libre sin implicarse y formar parte del poder político.
—Ni sin tener memoria tampoco.
—En la medida en que realmente pueda llegarse a superar el pasado, esa superación consistiría en narrar lo que sucedió.
—Y después en soñar.
—El punto, tal como Karl Marx lo vio, es que los sueños nunca se hagan realidad.
—Somos apátridas de tantas cosas…
—Nunca en mi vida he amado a ningún pueblo ni colectivo, ni al pueblo alemán, ni al francés, ni al norteamericano, ni a la clase obrera, ni a nada semejante. En efecto, sólo 'amo' a mis amigos y el único género de amor que conozco y en el que creo es el amor a las personas.
—También de aquello que necesitamos.
—El hombre no puede ser libre si no sabe que está sujeto a la necesidad, porque su libertad que ganó siempre fueron intentos de liberarse de la necesidad. 
—Más aún que de la belleza.
—Por naturaleza lo hermoso se aísla de todo. De belleza ningún camino conducen a la realidad. 
—Y eso que es un hecho cultural.
—La cultura se relaciona con los objetos y es un fenómeno del mundo; la hospitalidad se relaciona con la gente y es un fenómeno de la vida.
—La vida, sí, que nos angosta.
—Los hombres, aunque han de morir, no nacieron para morir, sino para innovar.



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