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Bailando con monstruos
4.3.14
—«Homo homini lupus est». Señor Hobber, nunca ha dejado de intrigarme su frase.
—El hombre es un lobo para el hombre.
—Bien pudiera deducirse, entonces, que el lobo es un hombre para el lobo.
—De ello se sigue que de las afirmaciones absurdas y falsas —caso de que fueran universales— no puede haber entendimiento, aunque muchos piensen que las entienden, cuando en realidad se limitan a repetir palabras en voz baja o a aprendérselas de memoria.
—Un teatro absurdo.
—Una persona es lo mismo que un actor, tanto en el escenario como en la conversación ordinaria.
—Un actor obediente.
—Hay muy pocos que sean tan necios que no prefieren gobernarse a sí mismos antes que ser gobernados por otros.
—Gobiernan sobre nosotros, no por nosotros y con leyes que llaman justas.
—Definieron la justicia diciendo que ésta consistía en distribuir a cada hombre lo suyo.
—A los pobres la pobreza, a los ricos la opulencia.
—Robar a un hombre pobre es delito más grave que robar a uno rico, pues el pobre notará más el daño.
—Eso me hace reír.
—La risa no es más que la gloria que nace de nuestra superioridad.
—Superior defendiendo los intereses particulares.
—No buscamos la sociedad por amor a ella misma, sino por los honores o los beneficios que puede reportarnos.
—A mí que no me busquen en ese trayecto.
—La vida es un perpetuo movimiento que, si no puede progresar en línea recta, se desenvuelve circularmente.
Etiquetas: aforismo dialógico, Thomas Hobbes
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