Personajes anónimos

31.1.14



Me debo estar haciendo viejo o mayor. O será que noto la alevosía con la que pasa el tiempo. Hoy es uno de esos días en los que maldigo el nombre de este blog porque su sentencia me golpea la cara. Vuelvo del homenaje póstumo a un amigo. Regreso enrabietado contra lo injusto y lo penoso de la vida. Rodeado de gente que le quería y otros que le conocían, no dejo de pensar en el despojo de sentimientos y de recuerdos que se tiran al cubo de la nada. Y no hay remedio ni solución. Quizás el paliativo del ebrio corazón y la serenidad de la memoria. Y seguir sin entender el zafio frío cuando no hay amanecer.



2 apostillas:

Juan Poz dijo...

Con todos mis respetos, ahí hay un plural que induce a error y cuya ausencia limpia el plancto: no son los sentimientos y los recuerdos los que se tiran al cubo de la nada, sino que se tira el despojo. Afortunadamente, somos nosotros, el cubo del todo, donde ocupan el lugar que les asignemos los sentimientos y los recuerdos.

Chus dijo...

Tiempo para despertar cada día, respirar, combatir la intemperie, intentar levantarnos [casi] ilesos después de caer, buscar el color en las miradas… y para aprender: a querer la vida aunque nos haga daño, a sabernos breves, a que nada acaba si antes no termina dentro de nosotros.

Días [que no día] para mantener vivo el afecto y sobrevivir al silencio. Duélase, pero mansamente duélase porque le está haciendo un destino -¿hay mayor acto de amor?-.

[Le acompañamos -por si le sirve-]