Ponderaciones

27.9.21



Empequeñecer lo desmesurado, agrandar lo pequeño: equilibrar el mundo.




Pasatiempos

26.9.21


Saca su silla de anea a la puerta de la casa y la coloca en la acera. Parsimonioso se sienta y extrae de una bolsa de tela un libro de crucigramas y pone una botella de agua en el suelo. Es verano. El hombre viste pantalón corto gris y camiseta de hombros interior blanca; calza unas sandalias negras de goma. No se levanta de su asiento hasta que la línea de sol no lo alcanza. Entonces con dificultad se eleva del asiento y entra en la vivienda. Esa rutina es repetida a lo largo de toda la canícula o hasta que dura el buen tiempo, bien entrado el otoño. 

El hombre orondo de perfiles redondeados y un gran mostacho ceniciento, echa una panorámica con su mirada adusta hacia la calle, de norte a sur. Abre con parsimonia su libreta y coge un bolígrafo Bic de tinta azul. Después se dispone a resolver la primera columna horizontal del crucigrama. 

Palabra de nueve letras: «Contienda, riña de palabras o de obras». De repente suenan voces en el domicilio de enfrente que llaman su atención. Una voz femenina amonesta a un muchacho: «¡Sabe toda la gente los pormenores de mi casa!» Alguien contesta: «¡Ya me tienes harto!¡Me voy!», y dan un portazo al salir. Él escribe pendencia

Levanta entonces la vista, satisfecho. En ese momento dos jóvenes pasan cogidas de la mano. En la desnudez de sus cuerpos hay dibujados tatuajes que evocan estéticas orientales. Incrédulo baja la mirada otra vez hacia el libreto que sostiene con su mano derecha y lee en horizontal: «Exceso de galantería o rendimiento amoroso». Trece casillas con una te y una ele. Su mente se ilumina y pone amartelarse

Le saluda la cartera que reparte el correo a diario. De manera dulce y calmada le pregunta cómo está y le dice que hoy no tiene nada para él. Le contesta que no se puede quejar y la tranquiliza con un «otro día será». Vuelve a fijarse en el papel y lee: «los filósofos la usan para su imperturbabilidad». En la grilla siguiente término de ocho signos: ataraxia

Sube la temperatura cuando progresa la mañana y echa un trago de agua. Después observa la flor de una maceta que permanece lozana desde hace varios días. Clava sus ojos en el texto: «aquello que permanece siempre fresco». Busca en su cabeza, se detiene, se queda en blanco, piensa: «una ene y una eme seguidas». Rellena las celdas: inmarcesible

Luego se distrae un rato viendo la reata de gente que transcurre por la vía y vagabundea con su pensamiento hacia otros pasajes temporales. «Se utiliza para la evasión, como salida de la realidad o como recurso para sortear una dificultad». Encuentra efugio. Y vuelve a perseguir con la punta del bolígrafo otra definición: «algo valioso que se halla de manera accidental o casual que comienza por ese. Ahora sí: serendipia

El reloj solar avanza hasta más de la mitad de la callejuela. Un olor a fritura inunda sus fosas nasales y recuerda que su apetito está vivo. Vuelve al papel: en vertical, diez letras con una jota en medio: «Embrollo, jaleo, lío». Ahora, lo sabe, huele a berenjenas, y en las casillas escribe berenjenal

Pasa el tiempo, el sol comienza a calentar sus pies y solo queda que encajar una palabra de diez espacios: «Actividad de diversión o entretenimiento en que se ocupa un rato de ocio». De repente tiene una visión donde se ve en esa misma calle cuando era un niño. Juega con la tierra roja haciendo barro con el agua de la lluvia. A los lejos otros niños lo llaman para jugar a la pelota. No va y aparece un joven uniformado con un petate a la espalda. Ahora se reconoce ataviado de novio y después entra en el hogar con un bebé en mantillas. Se ve sucio volviendo del trabajo y enlutado con lágrimas en los ojos… Ya lo entiende: pasatiempo.




Vistazos

25.9.21

 

Somos infelices porque la contemplación del mundo nos es insatisfactoria.



Dogmáticos

24.9.21



Una cosa es lo que se piensa; otra lo que se dice; y otra lo que se hace. Quien no tenga más de tres contradicciones diarias es un fanático.



Invisibilizar

23.9.21



El filósofo griego Hérilo manifestó en cierta ocasión: «Vendrán los mediocres y querrán borrar las huellas del conocimiento para hacer invisible el camino de la dicha». Siempre ha sido ese su cometido en su abundante presencia.



Proporciones

22.9.21



¿Qué cantidad de mentira hay en toda verdad?




Admoniciones

21.9.21



Mi padre nos advertía con insistencia cuando éramos niños y mientras fumaba un cigarrillo: «no caigáis en el tabaco». Algo similar a esos padres que nunca han leído un libro y se empeñan en que sus hijos lean porque les han hablado de lo importante que es la lectura.



Robotizados

20.9.21



Escribo: «un saludo cordial» y los robots de Gmail me lo corrigen: «un cordial saludo». Cuánto atrevimiento el de estas máquinas.



Punto y final

19.9.21



.



Insonorización

18.9.21



Para escribir poesía hay que apagar cualquier ruido interior hasta que se haga el silencio y la calma.



Acelerados

17.9.21



No vamos lentos: es el mundo quien tiene mucha prisa.



Celajes

16.9.21



Cuanta más humildad mejor se aprecia el acto creativo. La vanidad del artista es un nubarrón en la observación del arte ajeno.



Término medio

15.9.21



En esta sociedad hemos pasado sin pausa del pudor a la insolencia.




Enlentecer

14.9.21



Vivimos una realidad volátil sin pausa para asir lo sustancial de las cosas, ni su espacio ni su tiempo.




Zumbados

13.9.21



El ruido es el mayor contaminante de la comunicación humana actual al hacer inaudible el pensamiento.



Productora

12.9.21



Valeria estaba haciendo tiempo sentada en un banco del parque mientras llegaba su cita y, como tardaba en venir, pudo fabricar cientos de minutos antes del encuentro.




Fracturas

11.9.21



Una máxima es una hendidura mental por la que se expulsa la lava del pensamiento.




Picantes

10.9.21



Esta época ha marginado lo erótico en favor de lo pornográfico.




Verbalidad

9.9.21



El designio de una divinidad no es crear el mundo sino nombrar las cosas.

 


Condescendientes

8.9.21



La literatura hoy es consumo y su producto es algo agradable para que sea vendible. De ahí que quienes escriben se muestren dóciles a los criterios editoriales, los cánones académicos y los lectores acríticos. Es una escritura complaciente.