Extrañezas

Metroclo, 'el avergonzado', escribió en una de sus máximas: «extraño es el reconocimiento propio en el reflejo ajeno». Será que nos gustamos poco cuando nos vemos en los demás. El espejo del otro más que iluminarnos nos desconcierta.

Borradores

Aprendí a tener clara la letra y el trazo elegante. Mis ejercicios caligráficos me facilitaron regalar a mis amigos y compañeros de estudios los primeros libritos de poemas. Aún quedarán copias avergonzadas en algún cajón de mi torpeza neófita.

La máquina de escribir condicionó mi impulso dactilográfico pero no restó cuerpo a las palabras en el papel escritas. Eso sí, se multiplicaron las copias.

El siguiente paso era la publicación. Llegó con el tiempo.

Hasta ese momento me autocontemplaba, me detenía en mimar y mirar lo nacido, porque las palabras quedaban ahí. Ahora no. Escribir ya no es escribir. Es descuartizarse en la vorágine de los soportes de la tecnología.

La escritura ha perdido la solidez de la palabra escrita para licuarse en lectura virtualizada y volátil. En efímera aparición que emerge para vertiginosa caducar.

No importa lo que escribí ayer porque la necesidad es hoy, ahora, en este instante. No hay más intermediario que el ordenador e Internet. Si censuras, sin editores, sin padrinos. El tiempo es voraz, como decía Ovidio, y antes de ser devorado hay que cambiar escritura por tiempo. Sin pausa, sin apenas tomar aliento. Escribo y reescribo sobre lo escrito.

En el blog, en el Twitter, en el Facebook. La escritura fragmentada que va hacia un lector que, en igual medida, se dispersa en mil instantes y aprende a leer bajo cualquier soporte, en cualquier lugar, en cualquier dirección.

Desinteresado interés

¿Es ético el altruismo?

Cuestionamientos

—Baja calmo el río Meno, como buscando el mar, su dueño.

—El señor es un producto del siervo. Si la sumisión llegara a cesar, ello sería el fin de la dominación.

—El gran señor es el estado.

—El poder del estado emplea la fuerza, el individuo no debe hacerlo. En manos del Estado la fuerza se llama derecho, en manos del individuo recibirá el nombre de crimen.

—¿No puede el pueblo con el estado?

—El pueblo ha muerto, yo me abro a la vida.

—Vivir es luchar.

—La voluntad individual y el estado son potencias enemigas entre las que es imposible una paz eterna.

—¿No hay conciliación?

—Mi voluntad individual es destructora del estado.

—Pero el estado garantiza una educación.

—El estado me da una educación y una instrucción adecuada a él y no a mí.

—Una educación en libertad.

—Y el hecho mismo de mantener la libertad de la enseñanza en los límites convenientes, el Estado consigue su objeto en la libertad de pensar, porque las gentes, en lo general, no piensan más allá que lo que sus maestros han pensado.

—No deja de ser un bien alcanzado.

—La libertad no puede ser concedida graciosamente; tiene que ser conquistada gloriosamente.

—Algo en lo que se sustenta.

—Yo he basado mi causa en nada.

—¿Y es suficiente, señor Stirner?

—Yo no soy nada, en el sentido de vacío; pero soy la nada creadora, la nada de la que mi yo creador lo crea todo.

Anónimos comentarios

La expresión anónima es una valentía invertida. Un acto reflejo de admiración.

Muerte cifrada

Fue alcanzado de lleno por un algoritmo en medio de una lluvia de datos.

Lección económica

Susan George advierte: «mi consejo: estudia al rico, el pobre ya sabe qué va mal». De la angustia de los malos momentos saben más quienes los padecen que quienes los observan de lejos. En especial si sobre ellos recae la responsabilidad de los mismos.

Día de difuntos

«El sueño de vivir es el despertar de la muerte», dice el poeta griego Magnes, autor de varias comedias, que nos advirtió de ser muertos vivientes con un despertar profundo.

Ultramundo

¡Que me entierren en Internet! Sepultado por miles de bytes, mis palabras prisioneras en el espacio virtual y expuestas en las pantallas de los ordenadores. Morirá el cuerpo pero quedará un rastro esparcido por el ciberespacio. Dejaremos de ser en lo físico mientras imágenes y palabras mantendrán nuestra presencia de espectros hiperreales y habitantes de la memoria cibernética. Seremos embalsamados por la ingeniería computacional para ser momias del metaverso.

Autosuficiencia

¿La felicidad reside en quienes se bastan a sí mismos?

Desobediencia

—No le hacía yo aquí entre tratan gente que protesta. Eso de ser indócil ¿es una moda o una necesidad?

—¡No os dejéis imponer la libertad de expresión antes que la libertad de pensamiento!

—Por qué le grita a los indignados. También piensan como usted señor Stanisław.

—La libertad de los esclavos se mide por la longitud de las cadenas.

—Buscan un mundo más justo.

—!Abandonemos la vía de la Justicia! Es ciega.

—Más igualitario.

—Todos somos iguales ante la ley, pero no ante los encargados de aplicarla.

—Es la concordia la que los une y los ayuda a seguir-

—¡Libertad, igualdad, fraternidad! ¿cómo se conjugan?

—Se articula con la solidaridad, con activismo. ¿No es lícito luchar por esas ideas?

—En la batalla de las ideas muere la gente.

—Las ideas quieren matarlas a golpes.

—Un estado policial no solo está habitado por policías.

—No, hay fácticos poderes.

— Habla sabiamente, el enemigo escucha.

—Hablo como una persona normal pero lo que está ocurriendo me parece una locura.

—El mundo no está loco en absoluto, aunque no está hecho para la gente normal. Está hecho para los normalizados.

—Que son precisamente quienes más se sumen al poder pensante.

—El poder cambia más a menudo de mano a mano que de cabeza a cabeza.

—¿Y eso da más miedo?

—De las memorias de la eternidad: solo uno vivió del principio al fin del mundo: el miedo.

—Por eso se mueve el ser humano.

—También los animales de cuatro patas se ponen de pie sobre las traseras. ¡Qué no se hará por comida y por miedo!

—Entonces es necio pensar.

—La estupidez no dispensa de pensar.

Diagnosis del yo

El tenerse en alta estima no da salud. Es más diría que es enfermizo.

El cuento de la usura

Al final, el lobo entró en la casa del tercer cerdito. Traía una orden de desahucio.

Claros instantes

«El mundo está lleno de pequeñas alegrías; el arte consiste en saber distinguirlas.» Dicta la cita del poeta chino Li Bai. El arte de la alegría no está al alcance de todos, es necesaria una cierta maestría en el corazón.

Enterezas

«A golpes de dolor se forja la vida, también la entereza», parece desprenderse de la traducción de uno de los fragmentos de 'Sobre la riqueza', escrito de Metrodoro de Lámpsaco que se halló en la Villa de los Papiros de Herculano. Pensamiento que se me entrelaza con Ángela, una mujer mayor que tras ser golpeada en una manifestación, comentó: «cuando una se hace mayor, los temores se apaciguan.» No sé si será el dolor o las capas del tiempo aquello que hace a algunas personas ser resistentes ante el miedo y no sucumbir, lo que sí veo es que las distingue.

Vicios y virtudes de las redes sociales

El cristianismo, a fin de aleccionar a sus seguidores sobre moral, clasificó los vicios en siete grandes faltas y los llamó capitales porque era el origen de otros muchos yerros.

La moral digital podría tener un reflejo en las redes sociales y hay quien propone su clasificación en concordancia con los viejos pecados capitales.

Así Google+ sería la ira, Twitter la soberbia, la vanidad estaría adjudicada a Facebook, a Zynga la pereza, para Tuenti sería la envidia, a Funcook le tocaría la gula y a Badoo, la lujuria. Claro que a cada vicio se le puede aplicar una virtud.

Cada cual se aplique el pecado que más practique y que Tomás de Aquino, Steve Jobs o el mismísimo Bill Gate nos cojan confesados.

Sumandos

¿Qué suman la vanidad y la envidia?

Interregnos

—¿Me pinta un otoño, señor Blake? Siempre me ha parecido una estación excesiva.

—El camino del exceso lleva al palacio del saber.

—Que es algo así como alcanzar la eternidad inexistente.

—La eternidad está enamorada de los frutos del tiempo.

—Que desgranan el conocimiento.

—Las horas de la locura las mide el reloj, pero ningún reloj puede medir las horas de la sabiduría.

—Como ninguna existencia puede llenar el vacío.

—Un pensamiento llena la inmensidad.

—¿Lo inmenso es verosímil?

—Todo lo que es creíble, es una imagen de la verdad.

—Esa imagen que todos no ver por igual.

—El necio no ve el mismo árbol que ve el sabio.

—¿Y cómo saber si es asaz nuestra mirada?

—Nunca sabrás lo que es suficiente a menos que sepas lo que es más que suficiente.

—Eso es conocer y conocerse, reconocerse en otros.

—Tu acto más sublime es poner a otro delante de ti.

—Puedo decir, entonces, cosas que no gustan.

—Si estás siempre pronto a expresar tu opinión, el vil te evitará.

—¿Y quién no me soslaye?

—Quien ha soportado que abuses de él, te conoce.

—Hay que tener arrojo.

—El débil en denuedo es fuerte en astucia.

—Y en paciencia.

—Crear una pequeña flor es trabajo de siglos.

Antisistema

El verso de Rimbaud «la mano que maneja la pluma vale tanto como la que conduce el arado», rondó en mi cabeza durante mi juventud. El mismo Rubén Darío decía: «se nos considera a los hombres de pluma como consumidores que nada producimos.» Y es cierto que desde un punto de vista donde sólo interesa lo eficaz y lo útil, lo aprovechado frente a lo improductivo, se es un antisistema cuando en la vida prima la poesía, el amor, lo creativo o la rebeldía, más allá de esos otros aspectos rentables y fiduciarios a los que se enfrenta los 'productores de nada' como quizás siendo joven fui. Ahora estoy integrado en este sistema de producción masiva que acabará con nosotros.

El fabulador

Esopo escribió una fábula sobre sí mismo y la terminó sin moraleja.