Mientras espero a que llegue el autobús urbano escucho el diálogo entre dos mujeres que se tropiezan en la calle.
–¿Tú eres la hija de Teresa?
–Sí, lo soy.
–¿Y existe Teresa?
–Sí que existe.
–¿Cómo está? Hace mucho que no la veo.
–Está bien.
–Dale un saludo de mi parte. Soy Estrella.
–Se lo daré.
En la vida debe haber un momento donde la realidad se convierte en un borrado de personas. Viven en el recuerdo hasta que alguien te confirma que desparecieron del dibujo material que forman los cuerpos.