Ludópata

27.1.07




Jugar con las palabras es como jugar a los naipes: quien más apuesta es quien más gana. También quien pierde más. Pero una vida sin riesgo es una desvida. Por eso juego y apuesto. Y por eso me he convertido en un tahúr de la palabra.



5 apostillas:

Gsús Bonilla dijo...

animarse cuando se derrumban
los castillos de naipes,
alegrarse en la derrota,
bailar sobre las letras
de la mas triste canción de amor
¿por qué no?

Anónimo dijo...

Eres dueño de tus silencios y esclavo de tus palabras. Yo por mi parte según me hago viejo intento hablar menos y escuchar más, pero sólo lo intento. Por otra parte cómo puedo yo escuchar animando a la gente a no hblar curiosa paradoja. Sigue como vas, sigue tahúr, que otros a nos confortan palabras.

Anónimo dijo...

ha valido la pena, lo haces muy bien.

Lágrima del Guadiana dijo...

Puedes perderlo todo. Pero siempre habrá palabras, incluso en la desnudez de una mirada, de un silencio...

Maritza Bueno dijo...

Hola Francisco,
Esto de los blogs es una cadena interminable: uno te lleva al otro y si nos descuidamos no sabemos como llegamos a un lugar. Pero sí se como llegué aquí.

Me gusta la sencillez con que escribes sobre la vida cotidiana y me llamó la atención éste de jugar con las palabras, quizás porque a mí también me gusta jugar con ellas:

Juego de palabras

Me entretiene este juego de usar las palabras:
leerlas, juntarlas, separarlas, combinarlas o tacharlas.
Escogerlas, rechazarlas, exprimirles sentimiento,
infundirle sentido.
Manejarlas a mi antojo, obligarlas a decir lo que quiero expresar.
Provocar emociones, desatar reflexiones o pasar como el viento, sin ser descubierto.
Me entretiene este juego de usar las palabras...
Las someto a obediencia llevándolas a confesar
verdades difíciles de aceptar.
Las libero en mi mente y las encarcelo plasmándolas en un papel,
del cual no podrán desprenderse,
aunque cumplan su condena
y aunque me sean fiel.