En el chat

10.3.09



—…

—Disculpa, de dónde dices que eres.

—De algún lugar de ninguna parte.

—Y dónde queda eso.

—Más o menos de donde estás tú.

—No puede ser.

—Sí, si te hablas y no te respondes.

—Si me hablo oigo mi eco.

—Cuida que la reverberación de tu yo no distorsione la visión del otro.

—…

El yo fraccionado

9.3.09



Georg Simmel, filósofo y sociólogo alemán, entiende que «todos somos fragmentos no sólo del hombre en general, sino de nosotros mismos.» Fracción más instante más acto, malos tiempos para el antropocentrismo, a poco que nos descuidemos no somos nada.

Entrega a domicilio

8.3.09



Era un paquete de células, hormonas, humores y otras piezas materiales. Lo fue ensamblando día a día, con amor con entusiasmo, hasta que le creció una hija sin saberlo.


‘Post’modernidad

7.3.09



La vida es un esperar de acontecimientos que nos contienen. Una cárcel de destinos.



Disímiles

6.3.09



Pechuguita y Cabrera fueron dos personajes acogidos por el imaginario popular. Larguirucho y desgarbado uno, pequeñito y bizarro el otro, la silueta de esta simpar pareja quijotescamente urbana, era causa de atracción, en especial, entre la chiquillería. Condenados a ganarse el pan en la ineludible tarea de desobstruir el colesterol de los albañales, sufrían un continuo distanciamiento de la vecindad. Me llamaba la atención su caminar unidos a todas partes a pesar del distanciamiento físico. «Nos igualan las penas», solía decir uno de ellos.

Bilocación

5.3.09



Lo que no ha conseguido la milagrería lo ha logrado Internet. Los políticos pueden hacer dos cosas a la vez en dos sitios distintos. Pueden asistir a una entrevista en directo en televisión y escribir en sus redes sociales sobre cuestiones relativas a su persona: el milagro es la red. Un ejemplo.

Tribulación

4.3.09



¿Un beso es una preocupación de afectos?

Disección

3.3.09


—Cuando uno tiene que explicar la vida es cuando se plantea su fracaso —dijo sin mirar mientras atendía a su faena.

—¿Merece, entonces, la vida una explicación —preguntó su compañero.

—Merece, al menos, un desahogo. La satisfacción de haberse cobrado un tiempo cuando las cosas parecen importar.

—El resto, como respalda nuestro invitado, es pura fantasmagoría —expuso mientras señalaba el cuerpo inerte. 

—Sólo yo sé de mi nada, sujeto a mi conciencia interna.

Trastornos

2.3.09



«El placer contiene en sí el germen del dolor, pues produce una posibilidad de conciencia que no sólo destruye su plenitud sino que pone de manifiesto su insuficiencia e introduce una duda que lo socava. Esta conciencia que reflexiona sobre el placer es el origen de la moral y recorrerá un camino penoso: la inminencia de la sanción, el remordimiento, el desconsuelo y el sentimiento de lo irreversible», escribió en La mala conciencia Vladimir Jankélévitch. Trágico destino humano que camina su existencia con tan pesada carga.


Tareas domésticas

1.3.09



Ninguna arruga arruinaría su vida. Junto a las sábanas de hilo y la ropa interior de algodón tenía planchado a su nuevo maridito.

Incorregibles

28.2.09



Cortázar confesó en una entrevista que solía corregir muy poco sus escritos porque los elaboraba desde su interior. La pesada tarea de reformarse a uno mismo provoca tal desazón que es preferible dejar que los textos tengan vida propia. La autocorrección es como enmendarse la plana a uno mismo, ocupación ingrata y no falta de cierto grado de esquizofrenia. Por eso me digo que soy un incorregible.



*Creo que soy porque te invento



**Concluye aquí el homenaje a Julio Cortázar. Durante todo el mes de febrero a los escritos propios de este blog, le han acompañado citas de textos cortazianos precedidas por un asterisco y en cursiva. Hago esta puntualización por despejar dudas que me han parecido percibir en algunos comentaristas de la bitácora, algo que debo aclarar porque mi escritos no le llegan ni a la suela del zapato de la obra del genial argentino.

Historiador

27.2.09


Las historias de Juanito parecían siempre tan inverosímiles que cuanto me contó la aventura del libro robado no me lo podía creer. Juanito es un avezado lector, diría que casi un compulsivo leedor. Es feliz rodeado de libros y donde quiera que viaja, uno le acompaña.
    
Aquella tarde de membrillo olvidó un libro con los cuentos de Poe en su viejo coche. Al volver el parabrisas trasero estaba roto. Miró contrariado en el interior del vehículo y lo único que echó a faltar fue el libro de cuentos. En su lugar el ladrón había dejado una nota: «la próxima vez te compras una versión con la traducción de Cortázar que es mucho mejor».
    
Para que el seguro pagara el desaguisado tuvo que acudir al cuartelillo de la Guardia Civil a presentar una denuncia. Allí fue atendido por un guardia joven y otro viejo. Tras contar lo ocurrido dio la nota al guardia joven quien al leerla exclamó asombrado:

—Vaya hombre ahora los chorizos se intelectualizan.

—Sí pero la verdad es que tiene toda la razón- secundó el otro guardia.



*Si he de vivir sin ti, que sea duro y cruento,

Basuras

26.2.09



A diario recibo, en mi dirección electrónica, gran cantidad de correo basura. Nadie que yo sepa se encarga de sancionar a estos incívicos internautas. También veo que la tele programa un buen número de programas basura sin recibir correctivo alguno.

En cambio un ayuntamiento ha anunciado que multará con 750 euros a quienes buscan en la basura por la mala imagen que dan. Me pregunto si no es suficiente pena la indignidad de buscar entre los despojos para poder comer.



*Me basta mirarte para saber que con vos me voy a empapar el alma.

Crónica final

25.2.09



¿Quién contará la muerte de la última persona viva sobre la Tierra?





*Todo dura siempre un poco más de lo que debería.

En la barbería

24.2.09


―Con la edad ya no cuentas segundos, minutos, horas… Mides el tiempo por el frío que pasas, por el dolor que no tienes, por el peso del recuerdo y la extensión de las ausencias. Hablas a solas para ocupar el silencio y cierras los ojos para ensanchar la existencia.

―No parece un panorama muy alentador.

―Entender eso te lleva la vida, no aspiro a que lo entiendas enseguida.

―No creo que eso me pase a mí.

―Es posible, de hecho no creo que le ocurra a nadie.



*A cada sucesiva derrota hay un acercamiento a la mutación final, y que el hombre no es sino que busca ser, proyecta ser, manoteando entre palabras y conducta y alegría salpicada de sangre y otras retóricas como esta.

Grafito

23.2.09


En la pared escrito está: «la muerte es algo que no te deja vivir». Al pasar junto al muro la gente mira hacia otro lado.


*Nada está perdido si se tiene por fin el valor de proclamar que todo está perdido y que hay que empezar de nuevo.

Desengaño

22.2.09



Quiso saber qué había después de la eternidad. Miró en el reflejo de su divinidad y halló la inexistencia.





*Mi secretaria lloraba, leyendo el decreto por el cual me dejaban cesante. Para consolarme decidí abstraer sus fuentes cristalinas que nacían en el aire y se aplastaban en los biblioratos, el secante y el boletín oficial. La vida está llena de hermosuras así.


Carga

21.2.09



Prefirió quedar como mentiroso antes que cargar con su mala conciencia. Ser honesto con uno mismo calma mucho más que defraudar a los demás.





*Y así es como los que nos iluminan son los ciegos. Así es como alguien, sin saberlo, llega a mostrarte irrefutablemente un camino que por su parte sería incapaz de seguir.

Desencuentro

20.2.09



Me contó que había conocido a Cortázar en París. Se lo presentaron en una librería del Barrio Latino a finales de los setenta o primeros de los ochenta, cuando viajaba por el mundo con una guitarra a la espalda. No cruzó una palabra con el inmortal argentino ni conservaba ningún libro suyo con dedicatoria manuscrita. No le quedó ninguna impresión del encuentro con el escritor, lo mismo que a Julio Cortázar tampoco de mi amigo Ricardo. Sólo preguntó: ¿es Cortázar? A continuación, lacónico, añadió: parece un poco mayor. Y se marchó.







*No renuncio a nada, simplemente hago lo que puedo para que las cosas me renuncien a mí.

Epistolario electrónico

19.2.09



Varios millones de emails viajan cada día por las arterias de Internet. Llevan mensajes de amor y desamor, de amistad lejana, de buenas nuevas y de tristes noticias. Poco que ver, en cambio, con esa otra correspondencia epistolar de caligrafía, tinta, papel y sello.






*La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose.