Chatarrero

5.9.23



Guardo en un desguace de palabras las frases escritas que no quiere leer nadie.





Sujetivismos

4.9.23



Las miradas se interesan en ver la realidad según piensa quien mira.





El idiota

3.9.23



Sonreía siempre y nada parecía afectarle porque se sentía todo el tiempo feliz.




Perpelejidades

2.9.23



Vivir es tan solo una conjetura irresoluta.




Estados

1.9.23



La ausencia es la presencia de quien no está.





Cénit

31.8.23



Sabes de la plenitud de tu vida cuando entiendes que los daños no serán mayores que los beneficios obtenidos.





Hermetismos

30.8.23



En la alquimia de la palabra está el sentimiento de lo escrito.





Discordes

29.8.23



No deberíamos dejarnos arrastrar por la corriente de la aceptación.





Intermundos

28.8.23



Es difícil entender a quien percibe otros mundos dentro del mundo y se mueve entre ellos.




Artista

27.8.23



Al pintar el día borró sin querer la amanecida.




Audiciones

26.8.23



No es lo que nos dicen, es lo que queremos escuchar.




Máxima

25.8.23



Llegar lejos, amar pronto, morir lento.




Delisión

24.8.23



Las ilusiones nos ilusionan en la desilusión.




Llave

23.8.23



El interruptor de la conciencia ética permanece apagado demasiado tiempo.





Paradójicas

22.8.23



En la verdadera falsedad hallarás la mentira de toda verdad.





Cultos

21.8.23



El silencio es el templo donde cultivar el pensamiento.




Oveja negra

20.8.23



Era un error en una red neuronal y notaba que lo miraban mal.




Rompecabezas

19.8.23



La vida es un puzle donde vas encajando piezas y que no verás terminado al faltar la última por colocar.




Desaprender

18.8.23



El amor nos hace libres si olvidamos todo lo que nos enseñaron y nos dejamos guiar por el impulso del corazón.




Intertextualizaciones

17.8.23



Una obra creada es una teoría materializada. Sus exégetas quienes especulan sobre ella teorizando.





Prospectos

16.8.23



Lee las instrucciones de la vida, las entenderás porque son sencillas.




Afluentes

15.8.23



Entre la acción y la inacción transcurre el río de la vida.




Imposturas

14.8.23



Fingiendo lo que eres terminarás siendo una ficción verdadera.




Indivisos

13.8.23



—¿Lo dejarías todo por mí?

—No.

—¿No?

—No, porque tú eres todo.





Ecolectura

12.8.23



A quien buen libro se arrima buena lectura lo cobija.






Importe

11.8.23

 

Todo en esta vida tiene un coste personal a posteriori, menos morir que es gratuito.

Escapadas

10.8.23



Un libro a medio terminar es la prueba de una huida hacia otra lectura.




Rédox

9.8.23



Existe una permanente sensación de tiempo aherrumbrado.





Ley de rendimiento

8.8.23



El amor es expansivo, el odio restrictivo.




Lotófagos

7.8.23



En realidad nunca despertamos, tan solo soñamos estar despiertos.




El vestido de la boda

6.8.23



Érase una vez un vestido rojo con lunares blancos, de corte ajustado y escote pronunciado. Lo vio en el escaparate de una tienda de segunda mano y se enamoró al instante. Era la prenda perfecta para la boda de su mejor amiga, que se celebraría dentro de un mes. Entró en el comercio y preguntó por el precio. Era una ganga: solo diez euros. Ensayó en el probador y se miró al espejo. El atuendo le quedaba como un guante, pero no precisamente en el buen sentido. Le apretaba tanto que apenas podía respirar. Le marcaba los rollitos de la cintura, le hacía bolsas en las caderas y le acentuaba el busto hasta el punto de parecer vulgar.
—No me queda bien— se dijo con tristeza.
Pero no pudo resistirse a comprarlo. Tal vez si adelgazaba unos kilos podría lucirlo sin complejos. Se lo llevó a casa y lo colgó en su armario, como un trofeo, como un desafío.
Desde ese día se propuso hacer dieta y ejercicio para entrar en el vestido alunarado. Se apuntó a un gimnasio cercano y empezó a ir todos los días después del trabajo. Corría en la cinta, levantaba pesas, hacía abdominales y sentadillas. Sudaba como nunca y se dolía de todos los músculos. También cambió sus hábitos alimenticios: dejó de comer pan, pasta, dulces y frituras; se alimentaba a base de ensaladas, frutas, yogures y agua.
Cada semana se probaba el vestido para ver cómo le estaba. Al principio no advertía mucha diferencia y seguía sintiéndose apretada e incómoda dentro del traje. Pero poco a poco su cuerpo fue moldeándose hasta conseguir, al cabo de tres semanas abrocharse la cremallera sin dificultad y moverse con soltura, iluminándose su cara.
Su carácter perfeccionista le hizo continuar porque quería ser la más atractiva de la ceremonia, y deslumbrar a todos con su figura escultural. Así que siguió con su rutinaria dieta, ejercitándose hasta el día anterior al bodorrio.
Esa noche se lo volvió a probar por última vez y comprobó que la vestimenta le quedaba holgada, sobrándole centímetros por todas partes. Incrédula se percató que había adelgazado tanto que se había pasado de talla al perder más peso del necesario, por esa exagerada obsesión de embutirse en la vestidura colorada.
Se miró al espejo sin reconocerse en aquella mujer enflaquecida y demacrada, de mejillas hundidas y ojos tristones, con los huesos marcados bajo una piel exangüe. Se observó irreconocible y lloró con desconsuelo porque no había una indumentaria alternativa para ponerse al día siguiente, ni tiempo para arreglar aquel infortunio.
El desenlace de este cuento se ve venir de lejos porque es cuando el narrador mete el bisturí y construye una historia extractiva de sus divagaciones y extravíos, sin importarle despistar al lector, exagerando el desastre que, en la realidad, toma otro cariz muy diferente al que él idea.
De esa forma es capaz de contar que la protagonista se quitó el vestido rojo con rabia y lo tiró al suelo que, en ese instante, cobra vida propia moviéndose como una serpiente que se arrastra hacia ella, enrollándose alrededor de sus piernas como una boa constrictora y apretándose contra su cuerpo.
La mujer entonces siente que el atavío le aprieta el cuello y le impide tomar aire e intenta quitárselo con las manos, pero el tejido, demasiado fuerte y resistente, no cede. Grita y pide auxilio sin que nadie la oiga porque está en casa sola a merced de aquel trapo maldito.
En un flashback, recurso que introduce el cuentista, la hace recordar la primera vez que lo vio en la tienda y cómo se prendó del mismo. También tiene que rememorar cómo se había esforzado por adelgazar para poder exhibirlo en la boda de su mejor amiga. Pensó en todas las horas que había pasado entrenando, las comidas que había rechazado, las privaciones sufridas.
Había perdido su salud, su belleza y su alegría por culpa de aquella tela: un vestido que ahora quería matarla. Se arrepintió de haberlo comprado, de su deseo compulsivo y de obsesivo apasionamiento, en un momento que era tarde para lamentarse.
En la culminación de su desvarío, el autor escribe que la vestimenta le apretó aún más el cuello y le rompió la tráquea. La mujer dejó de respirar y cayó al suelo sin vida. El vestido rojo se soltó de su cuerpo y quedó tendido junto a ella, como una mancha de sangre sobre la alfombra.




Descreimientos

5.8.23



Primero apostaté contra la religión luego contra el mundo.




Ahuyentadores

4.8.23



Existe productos para alejar a los mosquitos y luego está la honestidad como repelente natural de interesados.




Dorsos

3.8.23



Negar lo innegable es afirmar lo discutible.




Irretornable

2.8.23



Cada momento es un punto de no retorno.




Trastabillados

1.8.23



Después de haber andando tanto, dar nuevos pasos como si fueran los primeros.




Catastróficos

31.7.23



Tenemos más facilidad para hablar de calamidades que de sentimientos.




Cuentos de hoy día

30.7.23



Los cuentos modernos no tienen terapia contra la narrativa que describen. No son como aquellos otros que contenían una enseñanza o moraleja. Sus personajes hoy son seres atribulados en un mar de confusión, desgarro y supervivencia. Los interpretan quienes encuentran en el final la solución de su historia. Le ocurre al protagonista de este cuento quien lleva negándose a ser sí mismo desde que era un joven estudiante de Medicina. Entonces se propuso como reto personal sacarse una carrera pero desde que comenzó sabía que él no curaría a nadie, que todo lo que hiciera como galeno no serviría para sanar a los pacientes y que no valdría la pena ejercer su profesión. Y así estuvo dedicado a la práctica médica durante décadas hasta que empezó a ser tratado por sus colegas bajo el síndrome de no quiero ser yo mismo porque niego lo que soy y quién soy. No importaba la vida que había vivido, ni sus tres maravillosas hijas, ni sus nietas, ni el largo pacienciario de su compañera. Sabía que la vida era un absurdo dentro de un absurdo y que su conciencia era el soporte de esa aberración existencial. Ni sufro ni padezco, solía señalar a quienes lo interpelaban. Desanclarlo de donde estaba era inverosímil para todas las personas que acudían en su ayuda, en las que estaba incluido él. Su negación era la afirmación que lo negaba y lo hacía navegar sonámbulo por los días. Seguramente morirá de viejo y no de incertidumbre y, por ello, cuando se sitúa frente a él, es como la imagen depositada en la capa de plata del espejo donde se observa un cuerpo encarcelado semejante al suyo, imposible de sacarlo de ahí si no es rompiendo la estructura silicatosa.




Aranceles

29.7.23



La vida tiene un coste que pagamos cada día al levantarnos.




Física elemental

28.7.23



Somos vacío lleno de materia.




Lectoescritura

27.7.23



La dificultad de la lectura para una mente creativa es que, en tanto lee, está escribiendo a la vez.





Inmensurable

26.7.23



No podemos pensar en lo que pasará cuando no ha pasado nada.





Contumacias

25.7.23



Solo se debe apostar por aquello que nos hace sentir que estamos vivos.




Salvaguardas

24.7.23



A veces lo más duro es defender la honestidad.




Relaciones laborales

23.7.23



Tengo la fortuna de tener un jefe excepcional, que se desvive por nosotros y nos tiende la mano en todo momento. Es el alma de nuestra sección, formada por una docena de empleados. Jamás nos alza la voz, pero en ocasiones debe acatar decisiones drásticas, que contrarían sus sentimientos hacia nosotros y su criterio sobre lo que sería equitativo. Nuestro jefe nos confiesa que su superiora no es una villana, sino más bien todo lo contrario. Mantienen una excelente relación y comparten pasión por el deporte, del que conversan y se narran peripecias. El inconveniente es que ella cumple órdenes de arriba y tiene que ajustarles el cinturón, no por placer, sino por obligación. En realidad, los jefes de cada planta tampoco son perversos, según me han comentado algunos colegas. Solo procuran desempeñar su labor y congraciarse con el jefe de la multinacional. Dicen que, aunque duro, es un tipo con cierto gracejo que se relaciona bien con los responsables de planta. Lo que ocurre es que la empresa pertenece a un grupo multinacional con ambiciones desmedidas. Imagino que los consejeros de ese grupo son personas corrientes, con sus familias y sus afectos, que dan órdenes pensando en el bien general, aunque ellos se lleven la mayor tajada. Al final deducimos que el responsable de las horas extras mal remuneradas y las jornadas extenuantes es Dios, jefe supremo de todos los jefes. Es por ello que ahora estoy pensando en hacerme ateo.




Impensado

22.7.23



En ocasiones hallamos en la debilidad la solidez, en la timidez el arrojo, en la flexibilidad la resistencia.




Apologías

21.7.23



La soberbia justifica todos los errores.




Deterioros

20.7.23



Soy un lector maltrecho por tantos años de escritura.




Refugios

19.7.23



En el abandono recuperamos el amparo de la voz interior.




Sellados

18.7.23



El tiempo todo lo entierra.




Retintar

17.7.23



La memoria es sobrescribir el olvido.




Humedades

16.7.23



Estaba en boca de todos y por eso siempre iba mojada.




Sin otra vida

15.7.23



Nadie podría vivir una vida diferente a la que tuvo sin dejar de ser la misma persona.




Sabedores

14.7.23



Quien no sabe estar solo ignora la soledad íntima de sus días.




Camelo

13.7.23



La vida parece una broma, aunque para algunas personas no tenga ninguna gracia.




Inaudibles

12.7.23



Ante tanto ruido de fondo es deseable el estallido del silencio.




Obliterar

11.7.23



En la corrección de un texto propio veo a un profesor que corrige el examen que él mismo realizó.




Textos escogidos

10.7.23



Chuang Tse pensó dentro de mi cabeza: no sé por qué soy como soy. Y el mundo giró en torno a mí delicadamente. Adiviné que era sabio, pero no uno cualquiera sino aquel que debería desentrañar mis entrañas. Empecé entonces a considerar mi inutilidad aquiescente, desde que mi padre me dijo que no servía para nada, como una potencia del infinito. Asumí los peligros del conocimiento, no como un temor, sí, acaso, como un vértigo cervical de ser ante la cantidad de ausencia que concentra el Universo, y concebir que el amor es el grosor del vacío. La perfección está en adaptarse a todo con ligero corazón, manifestó Chuang en mi entender, ante lo espinoso de aceptar el destino de manera natural, ingenua y espontánea, hasta ser aquel que con inocencia viene y con sencillez se va. Y en este camino volátil y mudable, desaprender para no seguir ningún patrón porque la vida es cosa prestada.




Destrucción

9.7.23



Ella se apuntaba siempre a un bombardeo por eso cualquier relación terminaba siendo una ruina.




Velación

8.7.23



El secreto mejor guardado es el más dulce, no el más terrible de los recuerdos.




Ingeniárselas

7.7.23



La vida no tiene ningún plan para ti: improvisa.





Ensimismamiento

6.7.23



En el aire nuevo y húmedo de la mañana una pequeña flor blanca cae desde la altura de su existir. Su vuelo, grácil, como el de una mariposa, atrapa la luz inocente del día y giróvaga muestra su último esplendor de tierna sencillez. Etérea se siente en su danza helicoidal hacia su despendida tras, silenciosa, haber cumplido con su destino de belleza y perfume, inadvertida. Así la escena dibujada que nos contempla.




Densidad

5.7.23



¿Con qué se puede rellenar la nada?





Repentizar

4.7.23



Cada sonrisa expresada es una puerta abierta en el alma.




Secuencial

3.7.23



Nacemos sin pedirlo; morimos sin remedio. Y vivimos equivocados la mayor parte del tiempo.





Nínfula

2.7.23



Fue al mar y se dio un baño. Cuando nadaba notó que algo le rozaba los pies y un chorro de frialdad cruzó entre sus piernas, viendo como una sombra se hundía en las profundidades. Salió del agua escamada.




Minúsculas

1.7.23



Qué poquito somos; qué nada seremos.




Colmataciones

30.6.23



Con el amor buscamos llenar un poco de la nada que llevamos dentro.





Variabilidades

29.6.23



Para que el mundo mejore tienes que mejorarte tú.




Transportación

28.6.23



El tiempo nos desplaza a un lugar distinto al que habitamos.




Desacordes

27.6.23



El amor propio no es lo propio del amor.




Sapiencias

26.6.23



Entender consuela.





Clientela

25.6.23



El insulto era un bar situado en la zona de vinos de la ciudad cuya notoriedad se debía a su maleducado dueño quien, mientras servía, increpaba a la clientela que sentía tal hartazgo que se marchaba del establecimiento borracha de regañinas.




Sin fin

24.6.23



Todo cuento tiene su final menos aquel que no es contado.





Adulteceres

23.6.23



Maduras al entender que nadie hará por ti lo que tienes que hacer tú.




Metayó

22.6.23



Mi vida es tan subjetiva que, en ocasiones, no alcanzo a reconocerme.





Aherrumbrados

21.6.23



La nostalgia es el aroma del tiempo quemado.




Zeitgeist

20.6.23



Una persona creativa debería de poseer el espíritu de su tiempo y no el gusto dominante de su época.




Cosmonautas

19.6.23



Atrapados en el sueño de la vida como quien viaja en un vagón de metro en la línea del tiempo.




El pretendiente

18.6.23



Cada atardecer el parque de La Lealtad se poblaba de mujeres solteras que paseaban sus perros. Enamorado, las miraba con el frustrado deseo de convertirme en can.




Infatigables

17.6.23



Escribir es siempre una tarea inacaba.




Insustancialidades

16.6.23



Cuando el tiempo es anodino hay que crear espacios de imaginación y resistencia.




Subjetivaciones

15.6.23



Hasta mis pensamientos más categóricos son relativos.




Menudencias

14.6.23



Y luego está esa gente que, a las cosas sin importancia, les da demasiada importancia.




Sutiles

13.6.23



Cada tiempo que termina está encerrado en una burbuja de la memoria que desvanece el olvido.




Murmuraciones

12.6.23



No deberías hablar demasiado bien de ti mismo, podrían llegar a creerte.




Invisibilidad

11.6.23



Los niños jugaban en la pista deportiva. Se jaleaban e insultaban con ímpetu mientras corrían y se empujaban por todo el terreno de juego. Entusiasmados en la disputa futbolera ninguno se percató que había desaparecido el balón.




Sigilosos

10.6.23



Antes de dormir es necesario pararse a escuchar el silencioso sonido de las sombras.




Atrasados

9.6.23



Caminando rápido se llega después.




Lapso

8.6.23



Al detenerme veo cómo de rápida pasa la vida de la gente.





Concentrados

7.6.23



Leer es escuchar atentamente el pensamiento.




Desiguales

6.6.23



Las identidades no nos hacen mejores o peores, nos hacen diferentes.




Inapreciables

5.6.23



Cada gesto, cada mirada, cada palabra, nos revela ante los demás tantas veces invidentes.




Helena abandona el grupo

4.6.23



En el WhatsApp se podía leer el mensaje sucinto: Helena abandona el grupo.

—¿Por qué se ha ido Helena? —preguntó Héctor.

—No lo sé, pero seguro que le habéis dicho algo malintencionado, porque os conozco —escribió Penélope.

—Bueno ya sabéis lo voluble que es Helena. No le daría mayor importancia, mañana pedirá que la volvamos a meter —medió Paris.

—Lo último que apuntó es que estaba amurallada en este grupo —recordó Penélope.

—¿Amurallada? ¿Eso qué es? — interpeló Briseida.

—Pues que se siente atrapada, incomprendida, juzgada, lo de siempre —respondió Ifigenia.

—No seas así. Helena tiene sus problemas y a veces necesita desahogarse —intentó suavizar Menelao.

—Pues que se desahogue con un psicólogo, no con nosotros. Que ya estamos hartos de sus dramas y sus quejas —replicó Ulises.

—Bueno, no os peleéis por esto. Lo mejor será que alguien hable con Helena y le pregunte qué le pasa. ¿Alguien se ofrece? —propuso Tetis.

—Yo no, desde luego. Ya tuve bastante la última vez que intenté consolarla y me soltó una sarta de reproches —dijo Eudoro.

—Ni yo. No tengo ni idea de cómo tratar con ella. Siempre se enfada por cualquier cosa —añadió Criseida.

—Vale, pues me toca a mí. A ver si consigo que me explique qué le ha molestado tanto como para dejar el grupo —se ofreció Casandra.

—Suerte con eso. Ya nos contarás qué te dice —deseó Glauco.

—Y no te dejes manipular por sus lágrimas de cocodrilo —advirtió Hécuba.

—¿Cómo os pasáis con la pobre Helena? —sentenció Briseida.

—Esto va a terminar peor que la guerra de Troya —se mofó Aquiles.

Infrecuentes

3.6.23



Lo anómalo será lo auténtico frente a inteligencia artificial.



Descontados

2.6.23



Somos lo que queda de nosotros.





Tumefacción

1.6.23



La inflamación del ego es de lo peor de los padecimientos modernos.




Protecciones

31.5.23



La ficción es una forma de defensa contra la realidad.




Improductivos

30.5.23



Lo extraño es que el mundo se mueva por dinero, trabajo, poder, pero que cuando eso se rompe las personas necesiten ternura, música, poesía.




Osteosporosis verbal

29.5.23



Las palabras, como las aceitunas, son carnosas por fuera y duras por dentro, pero es en su médula ósea donde está el alma.