El ejercicio fútil de la existencia

18.10.25


El ser humano contemporáneo siempre en tránsito, siempre entre lo que fue y lo que vendrá, sin llegar nunca del todo a habitar el presente. Vivimos empujados por la inercia del tiempo. Miramos hacia atrás con nostalgia y hacia adelante con ansiedad, como si en alguno de esos extremos se escondiera el sentido. Pero lo cierto es que, al movernos entre ambos, perdemos el punto de apoyo que nos sostiene: el ahora. El eterno retorno de Nietzsche es eso, la idea de afirmar el instante presente como si lo eligiéramos para siempre, porque solo entonces la vida deja de ser repetición y se convierte en creación.

Hay, en cambio, quien piensa que la existencia es un gasto continuo de energía que no conduce a ningún fin, un movimiento perpetuo que revela el vacío de toda finalidad y, a pesar de ello, se persiste sabiendo que no hay destino garantizado.

Tenemos que aprender a quedarnos quietos un momento en ese silencio donde el pasado deja de pesar y el futuro deja de exigir y en ese instante, la existencia dejará de ser fútil y puede que se vuelva nuestra.


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