Desapariciones
23.10.25
Veo el mundo sin verme en él y entonces lo comprendo, porque eso exige desaparecer un poco. Mientras el yo ocupa el centro de la mirada, todo se distorsiona y así juzgamos, comparamos, esperamos que el mundo se parezca a lo que deseamos. Pero cuando logramos apartarnos, cuando dejamos de mirarnos en cada cosa, el mundo se vuelve claro, sereno, casi transparente, y cuando mengua el ego aparece la comprensión. No porque el mundo cambie, sino porque por fin dejamos de usarlo como espejo. En ese instante, ver deja de ser un acto de posesión y se convierte en un hecho de presencia. Y entonces, sin buscarnos, nos encontramos.
Etiquetas: análisis, comentario, miradas, reflexión
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